El dios de la NUEVA ERA no es Dios
Padre Jordi Rivero

Antes de ofrecer una crítica sobre la Nueva Era, presento un artículo publicado por un proponente de la misma en el diario venezolano "La Verdad", Junio, 2001:

La Nueva Era 
Kaled Yorde

El proceso de evolución espiritual del hombre es indetenible y avanza lenta e imperceptiblemente, pero de manera sostenida, y a pesar de que pareciera que estuviéramos en un callejón sin salida. Son tiempos de sufrimiento y de deshumanización abrumadora los actuales, producto de una sociedad sin alma y de una ciencia que actúa sin conciencia. 

Sin embargo, muchos han comenzado a caer en cuenta que la ciencia, la tecnología y un nivel de vida más alto para algunos, no producen necesariamente seres humanos más felices, ni hacen al mundo un lugar más agradable. ¿Razones? Muchas, pero la más importante es la ausencia de lo divino y lo esencial en el quehacer diario, es decir, la falta de Dios y de una vida divina genuina en el pensamiento, el sentir y las acciones del hombre. La consecuencia de esta reflexión genera como respuesta el nacimiento de un emergente movimiento espiritual mundial, espontáneo y transparente, que ha brotado de la luz interior de muchos hombres y mujeres, indistintamente del credo que profesen, nacionalidades, raza y condición social a las que pertenecen.

La Nueva Era representa el nacimiento de una nueva conciencia, una especie de apertura mental de tolerancia, fraternidad, reconciliación y una nueva manera de ver y de vivir la vida. La visión más nítida a la idea de lo que es la Nueva Era, la tiene uno de los ideadores del movimiento, David Spangler: "El nacimiento de una nueva conciencia y la percepción de la vida cotidiana como algo sacramental, como una búsqueda religiosa, intelectual, artística, afectiva y física de la experiencia sagrada que debería latir en el corazón de la nueva cultura holística que comienza a emerger y que habría de proporcionarnos un nuevo estilo de vida y una visión diferente del universo". 

La Nueva Era es un movimiento de crecimiento natural interior del hombre, producto del proceso de evolución espiritual que jamás se detiene, como ya se señaló. Carece de jerarquía, de dirigencia, de sumos sacerdotes, organización, etc., y lo que es más importante, de dogmas de fe. No se trata de una nueva religión que viene a sustituir a las viejas, sino el desiderátum de todas las religiones, con un objetivo claro: el fomento de la fraternidad universal fundamentada en que todos los seres vivos y el cosmos entero son criaturas de Dios, por lo que no puede haber en el proceso del vivir nada diferente a unión y solidaridad entre los hombres, bajo una única consigna: la del amor por todos y para con todos. 

En el núcleo del pensamiento de la Nueva Era reside la idea de que los seres humanos poseen muchos niveles de conciencia dentro de los cuales podemos perfectamente trabajar, sin quedar reducidos exclusivamente al nivel más inferior de todos, como es la vida material con sus apegos, confrontaciones, egoísmos, sectarismos, odio y violencia, temores y ansiedades. 

La Nueva Era constituye una cultura emergente que enseña al hombre a conocerse a sí mismo como hijo de Dios que es. Promueve esta idea la unión fraternal de todos los hombres, así como también el cultivo del amor por la naturaleza y hacia todas las criaturas vivientes, además de la práctica de los valores humanos y del bien, que conducen indefectiblemente a las correctas relaciones humanas. En otras palabras, las enseñanzas verdaderas de Jesús de Nazaret. 

El New Age, podado de algunos excesos y desviaciones producto de la mercantilización de estos tiempos, unificará todos los aspectos de la única verdad, admitiendo en su seno un sano sincretismo religioso. Este tendrá que ver con la promoción de la salud, la dieta, medicina natural, la práctica del yoga y la meditación, la creencia en la reencarnación como una verdad absoluta que los cultos oficiales deliberadamente ocultaron a los fieles, bajo un único credo: La Religión Universal del Amor y la Buena Voluntad. ¿Qué representa esto? Nada menos que el camino de la cristificación del hombre, quien se moverá con un nuevo grado de ampliación de conciencia. 

La apertura mental y conciencial de la Nueva Era conducirá a la autorrealización espiritual, estando el hombre consciente de que como hijo de Dios que es, debe siempre actuar como un ser divino en su trato con los demás. Es lo que Pablo el apóstol quería significar cuando señalaba que era necesario crucificar al hombre viejo que llevamos dentro, para darle nacimiento al hombre nuevo.

Lamentablemente, tal como ocurre en todo, el movimiento de la Nueva Era ha sido penetrado por intereses materialistas y por ello existen en su seno charlatanes y aprovechadores que comercializan productos para la supuesta transformación del hombre, la curación de las enfermedades, la buena estrella, etc. Esas cosas nada tienen que ver con la Nueva Era. El New Age no desdibuja para nada a Dios ni a Jesús; mucho menos desecha las enseñanzas espirituales que los grandes maestros han traído a la humanidad; todo lo contrario, las reafirman, afianzan y remarcan hondamente en el corazón de cada hombre, puesto que su filosofía básica no es otra que la práctica del amor incondicional y el bien hacia todo y todos.

Esta meta de la autorrealización del hombre y su cristificación, será alcanzada sin la intermediación de ninguna de las organizaciones religiosas existentes, las cuales volverán a ser lo que en el principio fueron: simples sitios o asambleas de fieles en donde la gente se reúna para orar. Como se puede apreciar, esta última idea no es agradable a los hombres religiosos sectarios y por ello atacan acérrimamente a los movimientos de la Nueva Era, por constituirse en una grave amenaza a la pretensión autoritaria y el control que se adjudican las organizaciones religiosas sobre las almas de los hombres y su salvación.

Análisis sobre la Nueva Era.

Aprovecho el artículo de arriba para analizar a la Nueva Era.

Se puede decir de la Nueva Era lo que ya se ha dicho del marxismo: "Todo lo bueno que tiene no es nuevo y todo lo nuevo que tiene no es bueno".  La Nueva Era pretende tener "un objetivo claro": la fraternidad universal y el amor. Bonita máscara es el amor.  ¿Pero que hay de verdad y quien es el agente detrás de la Nueva Era?.

Veamos ahora el engaño y la manipulación de las palabras:

La Nueva Era habla de Dios pero ¿de que Dios?. Aunque sus adeptos se lamentan de la carencia de Dios en el ambiente y pretenden ser la vanguardia de un resurgir espiritual, su concepto de Dios es muy distante del Dios de Abraham, Isaac y Jacob; del Dios que Jesús nos reveló como Padre.  El Dios de la Nueva Era no es el Dios trascendente, sobrenatural, que interviene en la historia, que nos ama, que exige a sus hijos cumplimiento de Sus mandamientos. El Dios de la Nueva Era no es mas que una "energía interior". El hombre no es movido por la gracia de Dios sino por un "crecimiento natural interior del hombre, producto del proceso de evolución espiritual que jamás se detiene" (citamos el artículo de arriba). 

La nueva era pretende reconciliar lo que es contradictorio: El Dios Personal, Todopoderoso (cristianismo) y el "dios energía" que se confunde con la materia (panteísmo). Este sincretismo solo es posible cuando no se cree ni se pretende vivir nada en serio. El "dios" de la Nueva Era no es mas que el ego humano, el endiosamiento del hombre.  

La nueva era es una religión hecha al gusto del consumidor.  Mezcla los elementos religiosos que el hombre considera atractivos para satisfacer su necesidad espiritual, es decir para "sentirse bien" sin tener que comprometerse seriamente. Se crea entonces un dios que es fruto de la mente humana, que parece tener cualidades muy bonitas pero todas centradas en nosotros mismos. Es verdad, por ejemplo, que Dios nos "entiende" y nos "acepta como somos".  Pero, a diferencia del verdadero Dios, el dios de la Nueva Era no hace nada para transformarnos. Es una justificación para nuestro pecado en los cuales quedamos esclavizados. Es un "dios" que no se compromete con nosotros ni espera de nosotros ningún compromiso. Ese dios es muy diferente del que nos reveló Jesucristo muriendo por nosotros en la cruz.

Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. - Juan 3,16

El hombre se pone en lugar de Dios. La Nueva Era es una religión diseñada a la medida del hombre moderno que se ha hecho el mismo su propio dios. Es por eso que invita a cada persona a escoger de cada religión según su gusto. Se han hecho mas sabios que Cristo. Ahora cada hombre es su propio camino, su verdad y su vida. El mismo se absuelve, el mismo se salva. El crecimiento espiritual se reduce a una técnica personal con pretensiones de endiosamiento:

"en el núcleo del pensamiento de la Nueva Era reside la idea de que los seres humanos poseen muchos niveles de conciencia dentro de los cuales podemos perfectamente trabajar, sin quedar reducidos exclusivamente al nivel más inferior de todos, como es la vida material con sus apegos, confrontaciones, egoísmos, sectarismos, odio y violencia, temores y ansiedades."

El artículo también dice:

la "autorrealización del hombre y su cristificación, será alcanzada sin la intermediación de ninguna de las organizaciones religiosas existentes". 

El hombre de la Nueva Era se "cristifica" a si mismo, no necesita de Cristo. Queda entonces claro que Cristo para ellos no es el Salvador del mundo, sino tan solo un ejemplo de lo que el hombre puede lograr por si mismo.

La Nueva Era cita a Jesús, pretende reconocerlo, pero manipula a sus enseñanzas y lo contradice esencialmente. 

Mientras ellos dicen que no necesitan Iglesia, la verdad es que Jesús personalmente la instituyo con jerarquía y autoridad:

Jesús le dice a Simón: "Yo te digo que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Te daré las llaves del reino de los cielos, y cuanto ates en la tierra será atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedara desatado en los cielos" (Mt 16, 18-19) 

Mas sobre los fundamentos de la Iglesia >>>

En la Nueva Era Jesús queda reducido a un maestro obsoleto de una vieja religión supuestamente superada.  ¡El hombre cree haber superado a Jesucristo! Ahora se cree capaz por si mismo de la "autorrealización espiritual" y de entrar en la "cultura holística" (nombre sofisticado para la mezcolanza de ideas de diferentes religiones que se propone).  Nada nuevo, en realidad. Es la antigua arrogancia de lucifer y del gnosticismo.

La Nueva Era es particularmente alérgica a cualquier dogma u orden espiritual
La Nueva Era, según nos dice el artículo de arriba:  "Carece de jerarquía, de dirigencia, de sumos sacerdotes, organización, etc., y lo que es más importante, de dogmas de fe".  Esta es una clave importante para comprender el grave error que es la Nueva Era.

El amor auténtico conlleva orden y compromiso. En el principio Dios puso orden en el caos. Igual ocurre espiritualmente. Los cristianos buscan liberarse de la opresión y del caos del mundo pero se someten por amor al orden de Dios obedeciéndole en todo.

Jesús le respondió: "Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él. El que no me ama no guarda mis palabras. Y la palabra que escucháis no es mía, sino del Padre que me ha enviado". -Juan 14,23-24 

Acercándoos a él, piedra viva, desechada por los hombres, pero elegida, preciosa ante Dios, también vosotros, cual piedras vivas, entrad en la construcción de un edificio espiritual, para un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales, aceptos a Dios por mediación de Jesucristo. - I Pedro 2, 4-5

La ausencia de dogmas, de jerarquía, de organización y de sacerdocio puede ser muy atractiva al hombre moderno, pero refleja que no hay en la Nueva Era ninguna verdad fundamental (dogma) y ninguna forma constructiva de vida (organización)

Los Dogmas

En la Nueva Era, al no haber revelación, no puede haber dogmas, (verdades absolutas comunicadas por Dios). No hay tampoco estructuras ni jerarquías que ordenen la vida en relación con un Dios supremo y con los hombres.  

Muy diferente es el Dios de los judíos y de los cristianos. Es un Dios que se da a conocer, se revela. Es por eso que ambas religiones se fundamentan en dogmas. La palabra dogma tiene tres significados según el diccionario de la lengua española:

1. Proposición que se asienta por firme y cierta y como principio innegable de una ciencia.
2. Doctrina de Dios revelada por Jesucristo a los hombres y testificada por la Iglesia.
3. Fundamento o puntos capitales de todo sistema, ciencia, doctrina o religión.

Estas doctrinas revelan el amor de Dios manifestado en Jesús y contienen mandamientos prácticos que nos ordenan en una forma de vida. Los cristianos se someten a las verdades que Dios revela. Hay por consecuencia una jerarquía de verdades que ordenan a la Iglesia y a la sociedad según los mandatos divinos, todo sometido a Dios como a la cabeza.

Mientras el amor une al amado y ordena todo hacia El. La Nueva Era busca liberarse de Dios y del orden que El ha establecido. La Nueva Era anuncia la "liberación" del hombre de todo orden espiritual. Ya no se obedece a Dios sino que el hombre se hace el mismo dios. En realidad, la Nueva Era no es nada nuevo: es la misma tentación del principio: "Seréis como dioses".  Aquí se delata quien esta detrás de esta honda espiritualista llamada Nueva Era.

¿ Con que remplaza la nueva era a los dogmas de la fe cristiana? 

La nueva era no se preocupa de trazar un proceso razonable para buscar la verdad y el desarrollo del hombre. Pretende mas bien lograr resultados extraordinarios como por arte de magia. Volvemos al artículo de arriba: 

"La Nueva Era representa el nacimiento de una nueva conciencia, una especie de apertura mental de tolerancia, fraternidad, reconciliación y una nueva manera de ver y de vivir la vida."

¿Que pueden significar estas palabras tan atractivas en el mundo de la Nueva Era?

Tolerancia: Los adeptos a la nueva era exigen que haya tolerancia ante todo comportamiento porque para ellos no hay referencia objetiva sobre el bien y el mal.  Pero saben ser intolerantes contra quienes se adhieren a los principios de moral. 

Reconciliación: Para el cristiano la reconciliación es la unión en Cristo de las partes que antes estaban separadas (Ej: el hijo pródigo). Esto requiere que ambas partes cedan, que haya reconocimiento de la necesidad de conversión y se mueven hacia la verdad objetiva. Pero la Nueva Era no admite la existencia de verdades universales que puedan unir a los hombres. Cada uno tiene su verdad. Por lo tanto la nueva era no es propicia para la reconciliación. Lo mas que puede aspirar es a un egoísmo compartido.

Una religión hecha por los hombres en la que se pretende unificar a todas las religiones.  

De una manera meramente humana los proponentes de la Nueva Era pretenden hacer una síntesis de todas las religiones escogiendo de cada una lo que les parezca mejor:  

Este (sincretismo) tendrá que ver con la promoción de la salud, la dieta, medicina natural, la práctica del yoga y la meditación, la creencia en la reencarnación como una verdad absoluta que los cultos oficiales deliberadamente ocultaron a los fieles, bajo un único credo: La Religión Universal del Amor y la Buena Voluntad.

No se trata de una nueva religión que viene a sustituir a las viejas, sino el desiderátum de todas las religiones.

En la Nueva Era el hombre mismo establece sus propias "verdades" y sus propios medios para auto-realizarse.  Pero, habiendo tantos hombres, cada uno haciendo su propio "desiderátum" tendremos que preguntarles como llegarán a la unidad tan querida. 

En realidad, la unidad no se logra inventando una religión sino solo obedeciendo a Dios quien a través de los siglos se ha revelado hasta llegar a la plenitud de los tiempos en que nos envió a Su Hijo. Solo Cristo nos puede unir en la verdad. El es la plenitud de la verdad que se ha revelado definitivamente. Cristo ya fundó su Iglesia hace casi 2000 años: La Iglesia Católica. 

La Nueva Era no es nada nuevo. Desde el principio han existido similares imposturas religiosas que han querido suplantar a Cristo y a Su Iglesia. Al comienzo de el nuevo milenio no es de extrañar que el príncipe de las tinieblas prepare un plan para robarse la nueva era que comienza. 

Antes del advenimiento de Cristo, la Iglesia deberá pasar por una prueba final que sacudirá la fe de numerosos creyentes. La persecución que acompaña a su peregrinación sobre la tierra develará el "Misterio de iniquidad" bajo la forma de una impostura religiosa que proporcionará a los hombres una solución aparente a sus problemas mediante el precio de la apostasía de la verdad. La impostura religiosa suprema es la del Anticristo, es decir, la de un seudo-mesianismo en que el hombre se glorifica a sí mismo colocándose en el lugar de Dios y de su Mesías venido en la carne. -Catecismo de la Iglesia Católica  #675

Para todo católico con un poco de formación debe ser evidente que la Nueva Era es una religión radicalmente incompatible con el cristianismo, una impostura religiosa. Su amenaza debe animarnos a renovar nuestra fe en Cristo Jesús y dedicarnos a la nueva evangelización del mundo. 

Ver también:
Dominus Iesus: sobre la unicidad y universalidad salvífica de Jesucristo
Veritatis Splendor: sobre la verdad y la moral


Por e-mail hemos recibido la siguiente "profesión de fe" que describe muy bien al dios de la Nueva Era:

Esta es mi idea de Dios:

Dios hombre, mujer.
Dios con la capacidad de entender y perdonar toda desviación humana.
Dios es animal, vegetal, mineral.  Dios interconectado con toda la vida que palpita en el planeta.
Dios juego, Dios canto y alabanza.  Dios festivo y risueño. 
Dios con tendencia a ver la vida con la tranquilidad e inocencia de los niños.
Dios presente o ausente en las acciones humanas. 
Dios equilibrio, estrella y universo.
Creo en un Dios sin sexo, ni edad, ni condición social o raza.
Creo en un Dios más allá de toda iglesia porque su amor es poco abarcable por los hombres actuales.
Creo en el Dios pintor, escultor, poeta, capaz de crear todas las maravillas del entorno.
Creo en un Dios comprensivo, que ama hasta al punto de dejarnos errar a lo largo de la vida.
Creo en un Dios que sonrie ante conceptos como cielo, infierno y purgatorio. 

No creo en un Dios limitado a un solo espacio-tiempo.
Creo en un Dios sol, dios luna, Dios pacha mama, demeter, gea...etc.
Creo en un Dios sentimental, sensible y sabio como lo fue Jesús... uno de sus tantos enviados.
Creo que cada ser vivo en el planeta tiene en su alma una chispa divina, trocitos del gran
padre-madre... dados por amor.

Este es uno de los muchísimos credos de la Nueva Era, pues al no aceptar ninguna revelación, cada cual puede hacer el suyo. Generalmente mezclan elementos de verdad sacados del cristianismo con cualquier idea propia o de otras fuentes.

¡Gracias Padre por enviarnos a Tu Unico Hijo, Camino, Verdad y Vida!
¡Gracias Señor por tu cruz que nos libera de la mentira y del pecado! 
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