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Relación entre capacidad espiritual y religión.

La capacidad espiritual humana, base de la Religión.


Gonzalo M. de la Torre Guerrero
  Misionero Claretiano
 

 

1.  Distinguir entre tendencia espiritual y religión.

Como punto de partida, es necesario clarificar la distinción que hay entre la tendencia espiritual humana y la religión. La primera hace parte de la esencia humana, mientras la segunda es creación posterior del ser humano, obedeciendo quizás a las raíces espirituales que lo dominan. Ordinariamente se identifica la tendencia espiritual humana con el fenómeno de la religión y a este se le liga con la religión oficial, confundiéndose así la espiritualidad de una persona con el tipo de religión vigente. Esta falsa identificación entre tendencia espiritual y religión ha llevado a muchos a ver negativamente lo espiritual, como una tendencia alienadora (relacionándola con la imagen que en muchos casos da la religión oficial) o como una tendencia infantil y femenina, confundiendo esto con la propensión a prácticas religiosas que manifiestan ordinariamente niños y mujeres.

2. Fundamento de la tendencia espiritual humana.

El fundamento de la tendencia espiritual humana está en los constitutivos de su ser. Todos sabemos que el ser humano viene, por evolución, de la familia de los antropopitecos, que en algún momento de la historia, adquieren capas cerebrales superiores, las cuales son una manifestación de que una energía superior hace ya parte de su ser. Esta energía superior tiene como característica especial que rompe el ciclo de los instintos animales y le da al ser humano la capacidad de establecer unas relaciones totalmente nuevas, sujetas ya a la capacidad de pensar, analizar, intuir, y amar, entre otros. Todo esto forma en su interior (a través de la historia y la cultura) un esquema mental simbólico, una cosmovisión y una conciencia propia e irrepetible que se abren a la historia con la capacidad de ver y sentir no sólo lo exterior de dicha historia, sino hasta lo más intimo de la misma, incluida la Energía Superior que la anima, es decir, la Divinidad. Esto es lo que significa capacidad espiritual, que pertenece a la misma esencia humana y no debe ser confundida con rezandería u otras expresiones propias de la religión.

3. Capacidad simbólica y capacidad espiritual.

La capacidad simbólica tiene el poder de hacer que una persona perciba esa otra realidad y esos otros valores que están subyacentes en las relaciones que las cosas, las personas y los acontecimientos de la historia establecen con los seres humanos. En todas las relaciones hay algo que desborda a personas, cosas y acontecimientos. El ser humano tiene la capacidad de percibir ese algo que está más allá del mundo material, eso que parece inasible por los sentidos, pero que, a través de ellos, el capta  hasta darle a cada realidad una dimensión que desborda y enriquece la materialidad de la misma. Esta realidad escondida de la vida y de la historia el ser humano la incorpora a su propia vida e historia, denominándola realidad "espiritual" o simbólica, o realidad de cosmovisión y de conciencia.

4. La tendencia espiritual es anterior al hecho religioso.

Como es obvio, la capacidad simbólica y la conciencia son realidades anteriores a la religión. Esta podrá existir gracias a que el ser humano le ofrece su capacidad simbólica o espiritual. No olvidemos que en un primer momento el ser humano percibe los valores espirituales (simbólicos) ocultos en las cosas. La religión -como en su momento lo explicaremos- va a consistir en un segundo acto: en la institucionalización de estas experiencias. Tanto la capacidad espiritual humana, como su capacidad religiosa son hechos que se basan en algo inmensamente positivo: su capacidad simbólica, algo que todavía sigue siendo específicamente humano,  a pesar de que los científicos hayan descubierto  vestigios de lo simbólico en algunas especies animales.

5.  Lo positivo y negativo de la tendencia espiritual.

La existencia de lo espiritual y de los religioso no debe ser para el ser humano causa de complejo o de inferioridad frente a la crítica de movimientos racionalistas. Por ser consecuencia de su capacidad simbólica,  es un fenómeno universal y debe ser más bien motivo de orgullo, ya que nuestra capacidad simbólica es el instrumento que tenemos para explicar nuevas realidades y acercarnos a horizontes donde dominan otras energías que están más allá de nuestros sentidos, así estén dentro  de nuestra realidad cósmica universal. Lo que en algún momento nos podrá acomplejar es la clase de espiritualidad y de religión que lleguemos a desarrollar, ya que en estos campos hay modelos muy infantiles.

6. Relación entre tendencia espiritual y mundo simbólico.

Por lo tanto, la tendencia espiritual en el ser humano es un hecho incontrovertible, como lo es su capacidad simbólica.  Todas las culturas de una u otra forma dan testimonio de ello. Parece que la tendencia espiritual perteneciera la misma naturaleza del ser humano, en la medida en que lo simbólico es también parte esencial del mismo. Lo simbólico es lo que despierta y cultiva lo espiritual, o lo que lo enreda u opaca. Según sea la capacidad del esquema simbólico así será su tipo de espiritualidad. Por otra parte, así como el esquema simbólico se relaciona con la cosmovisión de una persona o un grupo, así mismo también la cosmovisión influye en su tendencia o actitud espiritual.

7. La tendencia o capacidad espiritual, fruto de procesos. 

Sin embargo, como todas las cosas en el ser humano también hay que admitir aquí (en personas y grupos) un largo proceso hasta que la tendencia espiritual pueda expresarse con claridad y logre afianzarse en el proceso histórico-cultural humano. Son muchos los pasos que el ser humano da hasta convertirse en un verdadero sujeto espiritual, es decir, hasta que su esquema simbólico y su cosmovisión logren conformar una conciencia de calidad. La actitud espiritual aunque nace por la capacidad simbólica, se va configurando por el tipo de cosmovisión y de conciencia que se va logrando.

8. Opresión y liberación marcan la capacidad espiritual.

Dos de los puntos que influyen en la conformación del esquema simbólico, de la cosmovisión y de la conciencia, son  la historia y la cultura. La historia, a través sistemas de opresión y de liberación, va configurando a su vez  la cultura, el esquema simbólico, la cosmovisión y, por consiguiente, las costumbres, la ética y la moral de personas y grupos. Por eso a una persona y a un grupo humano sólo se le conoce a fondo a través de su historia. Y esta no es otra cosa que una cadena de hechos y sistemas de opresión y liberación. Según sea la actitud que el ser humano guarde frente a la opresión y liberación, así termina siendo su esquema simbólico, su tendencia espiritual, su cosmovisión, su conciencia, sus costumbres, su ética y su moral.  

9. El proceso de descubrirse a sí mismo como creatura.

A lo largo de su historia, el ser humano se ve obligado a confrontarse con hechos de opresión (todo aquello que lo perjudica) y de liberación (todo aquello que lo humaniza). Entre estos opresores y liberadores se encuentran, en primer lugar, las fuerzas activas de la naturaleza. Frente a las mismas, el ser humano experimenta su limitación o no comprende el actuar de las mismas, o quisiera tenerlas siempre a su favor sin lograrlo o quisiera controlarlas cuando lo perjudican, también sin lograrlo. Es decir, sabe que él es impotente frente a la acción de muchas fuerzas cuya causalidad le es desconocida y termina reconociendo su limitación. Se reconoce a sí mismo como una creatura más en la creación, en donde aparece al lado de otras innumerables creaturas que también buscan sobrevivir. En sus experiencias va descubriendo que tiene que enfrentarse a hechos y fuerzas que tanto lo benefician como le pueden hacer daño, para todo lo cual no tiene respuesta. La lectura que el ser humano va haciendo de estos actos históricos de liberación y de opresión va marcando todas sus estructuras mentales y las va configurando o reconfigurando. Al reconocer sus limitaciones y su impotencia, el ser humano toma una actitud fundamental frente a la historia: la de creatura. Y es como creatura amenazada y limitada que tiene que enfrentar la historia.

10. El proceso de descubrir una energía superior que le de sentido a las energías limitadas. 

Por vía de ensayo, el ser humano va determinando y clasificando las fuerzas que él cree superiores a la suya, ya que considera ser la causa de los acontecimientos que a él lo superan: por un lado, enfermedad, muerte, dolor, destrucción, fracaso o cualquier tipo de limitación que afecte o no su vida material, psíquica, espiritual, personal, familiar o social, etc.... Y por otro lado, bienestar y felicidad con todos los elementos que lo definen en lo exterior y con las realidades interiores que los configuran... En circunstancias como éstas pudo aparecer como necesaria, ante la conciencia humana, la realidad de una Energía Superior que diera respuesta a todas sus imposibilidades. Esto es constatable en la historia de todos los pueblos en cuyo origen aparece la vida -en cualquiera de sus formas y matices- como donación de un Ser Superior, lo mismo que aparece la muerte y el dolor -en sus infinitas variaciones- como una fuerza que sólo puede ser controlada o explicada por la acción de dicha Fuerza Superior.

11. La irrupción de lo que "es en sí" en la conciencia de quien "es por otros".  

Aquí no se trata de sostener que la divinidad es creación de la conciencia humana. Se trata más bien de explicarnos la existencia de la tendencia espiritual humana y de la aparición de la divinidad en la conciencia u horizonte humano. Tratamos sencillamente de responder una pregunta elemental como ésta: ¿cómo y en qué momento la creatura puede descubrir la existencia de una fuerza espiritual superior a él? Es como si nos hiciéramos esta otra pregunta: ¿en qué momento un niño adquiere la conciencia de ser hijo, de ser el fruto de otras fuerzas y no de sí mismo? Cuando un hijo descubre a su padre, no está probando su existencia. Está sólo demostrando que su esencia de hijo se explica por la esencia de un padre. Y quizás esto sea lo mejor para probar la existencia de ambos. El sentir al padre como padre le da la razón de ser a lo que el hijo siente que es: hijo. ¿En qué momento este ser nacido de otros toma una posición que tenga lógica con su origen y su ser de creatura?

12. La divinidad va apareciendo gradualmente en le horizonte humano.

Una cualidad o valor que posee la conciencia es su capacidad crítica. La conciencia humana está capacitada tanto para el conocimiento intuitivo, como para el conocimiento analítico. Ambos conducen al conocimiento crítico, aunque el análisis dispone de una mecánica especial para el mismo. Poco a poco, a través de su tendencia crítica innata, el ser humano va palpando, examinando y seleccionando dichas fuerzas superiores a su propia vida y las va clasificando, como unas más potentes o efectivas que las otras. Queda así establecido en la conciencia humana la existencia de diferentes órdenes de fuerzas que fácilmente pasan a ser fuerzas superiores independientes o correlacionadas, que terminarán por ser consideradas divinas es decir, de un orden superior al humano. El ser humano las relaciona con algunas de las energías frente a las que él tiene algún tipo de experiencia: sea con las fuerzas abismales, o con las terrestres, o con las aéreas, o finalmente con las celestes. De todo esto hay ejemplos en la historia religiosa de la humanidad.

13. El descubrimiento de la esencia de la divinidad aún continúa.

Se puede decir que toda persona y todo grupo humano pasa por este proceso. ¿Cuánto dura el mismo, hasta que el ser humano lograra establecer con claridad las fuerzas superiores, sus correlaciones y su jerarquía? ¿Cuándo aparece en el horizonte de cada ser humano la conciencia de una "Energía Suprema", no destructora de otras energías, sino ensambladora de todas ellas? No lo sabemos. Pero, podemos imaginarnos, como es apenas lo normal en los procesos evolutivos, que dichos procesos por su naturaleza son muy lentos y que aún continúan en la creación.

14. La herencia espiritual que recibimos.

A partir de este proceso original, las cosas son más claras para los posteriores miembros de los grupos humanos. En estos, como punto de partida, sólo se trata de recibir una herencia, aunque personas y grupos que la reciben no pierden su capacidad de tener sus propias experiencias religiosas y su propio proceso en las mismas. Tampoco pierde su capacidad de corregir y transformar la herencia espiritual y religiosa recibida. Lo curioso en esta herencia es que ordinariamente es muy mal transmitida, por la pobre, borrosa y deformada imagen de Dios que una generación transmite a la otra.

15.  ¿A dónde va a parar el acumulado de experiencia espiritual?

De todas formas este proceso de descubrimiento, selección, aceptación, transmisión y recepción de experiencias sobre la energía divina va conformando la actitud espiritual, personal y grupal. A su vez, esta realidad religiosa va haciendo parte del esquema mental simbólico de las personas y grupos, estableciendo su propias constelaciones de valores, hasta hacer parte de la misma vida del grupo.

16. Frente a Dios, no todo es herencia: también entra en juego nuestra propia experiencia. 

Contemporáneamente a este proceso de transmisión de valores sobre Dios, los nuevos miembros del grupo no sólo van asimilando el proceso de sus antepasados, sino que lo van enriqueciendo con sus propias experiencias. Desafortunadamente, muchas veces es la misma religión la que va a congelar la imagen de Dios impidiendo que se enriquezca y negándole a cada generación el derecho de repensar a Dios.

17. Frente a Dios, la actitud de creatura es la que abre más y mejores caminos.

Ya hemos dicho que  la actitud espiritual y religiosa en el ser humano depende de la autoconciencia que él tenga de su  ser de creatura; es cierto que el ser humano nunca podrá prescindir de su ser de creatura. Sin embargo, no siempre tiene activa la conciencia de ser creatura limitada, finita. Sólo en la medida en que mantenga activa esta conciencia se le activará también su tendencia o actitud espiritual. Relacionarse con Dios en un plano distinto al de ser su creatura, es entrar en competencia inútil con él. Y el resultado de competir con Dios es destruir toda posibilidad de confianza, de enriquecimiento y, sobre todo, de amor gratuito. El mejor camino para entrar en el interior de Dios y allí abismarse, es el de su amor gratuito, cuya fuerza puso en marcha el universo entero.

18. Sentirse creatura es también una apertura a la hermandad universal.

Por eso la actitud espiritual es cultivable. Lo mismo puede permanecer  en  letargo en la conciencia, que estar activamente presente incidiendo en la vida y en todos los tipos de relación que el ser humano establezca. La actitud espiritual dependerá, pues, de la experiencia que se tenga de ser, sentirse y portarse como creatura. Esta actitud no sólo es valedera ante Dios, sino también ente la creación: sentirse creatura, como todo el universo, nivela y hermana. Y lo que hermana cura de la injusticia y de todo deseo de ser superior.

19. La aparición del concepto de "lo divino" en el horizonte de la conciencia.

No es difícil  pensar en el momento en que el ser humano llega a considerar a las fuerzas superiores de la creación como algo "espiritual", o no controlable, o trascendente. En la medida en que él no puede controlar dichas fuerzas y en la medida en que ellas sólo le muestran sus efectos, pero no su verdadero rostro, el ser humano las cree de una naturaleza distinta, superior, espiritual. Nace así el concepto de "divino", como algo que pertenece a otra esfera, distinta y superior a la esfera en la que el ser humano suele desarrollar su actividad.

20. Lo divino no se opone a lo histórico.

Cuando se habla de la trascendencia de lo Divino, no significa que esto se oponga a lo material o a lo histórico, es decir, que lo divino deba ser pensado como lo que actúa fuera de la historia, en lejanía del ser humano. trascendencia indica más bien no identificación con las fuerzas naturales, así las anime, y significa también no dejarse manipular por intereses egoístas, aunque el ser humano lo intente a diario. Lo divino actúa en la historia como en uno de sus campos normales, ya que la historia es el campo del amor por excelencia, porque es el campo de la libertad, la que siempre hace posible el amor.

21. Lo que activa la capacidad espiritual no sólo es la impotencia física.

Insistimos en el hecho de que las carencias e impotencias humanas que activan su capacidad espiritual, no sólo son físicas. Lo mismo en que las catástrofes humanas no sólo son las de las fuerzas naturales. El mundo personal, el espiritual, el social, el religioso, el cultural etc. generan también carencias e impotencias que hacen recurrir a esa Fuerza o Energía Original, como explicación de lo inexplicable y por lo mismo, como activante de la actitud espiritual

22. Principios para leer la historia de Israel.

Si queremos aplicar todo lo anterior a la historia del pueblo israelita, tengamos en cuenta lo siguiente:

a) En los primeros patriarcas o padres de Israel, podemos ver la tendencia espiritual básica en toda persona y en todo grupo.

b) Esta tendencia espiritual de los patriarcas israelitas no debe ser confundida con la religión que ellos van a instaurar.

c) La tendencia espiritual de los patriarcas no partió necesariamente del Dios Yahvéh. De hecho partió del tipo de conciencia que cada patriarca se pudo haber formado dentro de la cultura en la cual le tocó vivir y que seguramente estuvo bajo la protección de fuerzas divinas diferentes a Yahvéh.