LOS CUBÍCULOS DE LOS SACRAMENTOS

 

Cubicolo dei Sacramenti A3
I Cubicoli dei Sacramenti
© Pontificia Commissione di Archeologia Sacra

En esta galería A, encontramos a la izquierda cinco cuartitos o tumbas de familia, llamadas "los Cubículos de los Sacramentos", famosas e importantes por los frescos que contienen, cuya datación puede corresponder al siglo III y que representan simbólicamente los sacramentos de la iniciación cristiana: Bautismo y Eucaristía.

Con estas representaciones los cristianos de los primeros siglos querían ante todo recordar su catecumenado (la preparación al Bautismo), y después dejar un mensaje a los contemporáneos: ellos se habían vuelto cristianos mediante el Bautismo y habían perseverado en la vida cristiana gracias a la Comunión frecuente. Querían además hacer presente a los familiares y a cuantos visitaban sus tumbas que, si hicieran uso de los mismos medios de salvación, un día se reunirían nuevamente con sus seres queridos.

El Bautismo
Como enseñaban los Padres de la Iglesia en sus catequesis, estos medios de salvación fueron prefigurados en el Antiguo Testamento. Esto aparece claro en el milagro de Moisés que hace manar el agua de la roca para apagar la sed de su pueblo en el desierto (Ex 17, 1-7). También el Bautismo de Jesús (Mt 3, 13-17) es una prefiguración del bautismo cristiano. Por eso, se ve la escena de Jesús que se hace bautizar por Juan en el Jordán. En la pared del fondo del cubículo A2 está pintada la más antigua escena del bautismo de un catecúmeno. El sacerdote revestido de túnica y palio pone la mano derecha sobre la cabeza del que es bautizado, quien tiene los pies en el agua. Otras representaciones del bautismo las ofrecen el pescador, la Samaritana junto al pozo y el paralítico de la piscina de Betsaida.


La Eucaristía
Los primeros cristianos prefirieron representar en sus cubículos como símbolo de la Eucaristía el milagro de la multiplicación de los panes y peces (Jn 6, 1-15). Jesús, en efecto, remitiéndose a este milagro, promete un pan particular y diverso: su cuerpo (Jn 6, 22-59). La escena de la multiplicación de los panes se repite siempre de la misma manera: siete personas están sentadas alrededor de una mesa. El número siete es simbólico e indica que todos están llamados por Dios a la salvación. Sobre la mesa son colocados dos o tres platos con panes y peces y en los costados de la mesa están los canastos de pan.

El bíblico Jonás
En todos estos cubículos aparece el profeta Jonás. Es el profeta más amado por los cristianos, porque predicó el mensaje de la salvación a los habitantes de Nínive, es decir, a paganos, y por ello es el símbolo de la llamada a la salvación de todos los hombres indistintamente, tanto judíos como paganos. No olvidemos que la mayoría de los fieles sepultados en este cementerio provenían del paganismo. Jonás, por otra parte, es también símbolo de la resurrección. Jesús mismo en el Evangelio lo toma como figura de esta realidad: "Como Jonás permaneció en el vientre del pez tres días y tres noches, así el Hijo del Hombre permanecerá en el corazón de la tierra tres días y tres noches, y luego resucitará" (Mt 12, 40).

 

La escalera de los mártires
Al final de la galería de los Cubículos de los Sacramentos empieza la escalera de los mártires, que fue excavada alrededor de la mitad del siglo II y conserva todavía algunas pequeñas gradas de esa época. Se la llama "escalera de los mártires", porque a través de ella pasaron los papas sepultados en la cripta muy cercana. Según una tradición, también el joven Tarcisio bajaba por esta escalera, cuando iba a rezar sobre las tumbas de los mártires o bien para tomar la Eucaristía y llevarla a los cristianos en las cárceles o en las familias durante un período de persecuciones.