CRIPTA DE SANTA CECILIA

En la pared de la izquierda, abajo, se abre un gran nicho en el cual fue colocado el sarcófago que contiene el cuerpo de Cecilia, que permaneció allí hasta el año 821 cuando el papa San Pascual I lo hizo transportar al Trastévere, a la basílica dedicada a ella.
Statua della Martire S. Cecilia
Foto della cripta di santa Cecilia
© Pontificia Commissione di Archeologia Sacra

La estatua, ahí colocada, es una copia de la célebre estatua de Esteban Maderno (1566-1636), esculpida en 1599, cuando se hizo el reconocimiento de los restos mortales de Cecilia. Estos fueron hallados en la posición reproducida por el escultor. Maderno quiso también poner de relieve el corte de la espada en el cuello y la posición de los dedos: tres abiertos en la mano derecha y un dedo abierto en la izquierda. Conforme a la tradición, la santa quiso manifestar así su fe en la Unidad y en la Trinidad de Dios.

La cripta había sido embellecida con mosaicos y pinturas. De estas últimas quedan ahora algunas imágenes. En la pared izquierda, junto al lugar de sepultura de la mártir, en alto está representada Santa Cecilia en actitud de orante; abajo, en un pequeño nicho, se encuentra la imagen de Cristo "Pantocrátor" (Omnipotente), que sostiene el Evangelio. Al lado, está la imagen de San Urbano, papa y mártir, contemporáneo de Santa Cecilia, unido en la pasión a la mártir. En la cavidad del lucernario se admira la cruz entre dos ovejitas y las imágenes de los mártires Polícamo, Sebastián y Quirino.

En la cripta se conservan numerosas inscripciones. La más importante, por el hermoso testimonio de fe, es la de Septimio Frontón, de rango senatorial. Está en lengua griega y se remonta al siglo III.

"Yo Septimio Frontón Pretextato Liciniano,
siervo de Dios
(= cristiano), reposo aquí.
No me arrepentiré
(nunca) de haber vivido honradamente.
Te serviré, también, en el cielo,
(Señor),
y daré las gracias a tu nombre.
Entregué mi alma a Dios a
los 33 años y 6 meses".