En la huella del buen pastor

 

por Marcelo A. Murúa


La figura de buen Pastor con la cual Jesús se identifica puede ayudarnos a descubrir rasgos poco explorados de nuestra vocación catequística.

Para un pueblo acostumbrado a la vida rural, como era el israelita, la imagen del pastor se asociaba fácilmente a una serie de tareas, rutinas, preocupaciones y cuidados propios de su oficio. La cotidianeidad del ejemplo que señalaba Jesús permitía reconocer de inmediato las situaciones que la comparación sugería.

Andando por el país he tenido la suerte de poder contemplar pastores cuidando sus majaditas... Tanto en la Puna, al norte argentino, como en la estepa patagónica, al sur, la reflexión de la Biblia conjugada con la vida me fue enseñando y descubriendo el gran tesoro de esta comparación que Jesús utiliza darse a conocer.

Creo que como catequistas tenemos mucho que andar en la huella del Buen Pastor.

 

El Buen Pastor, Jn. 10, 1-42

Es recomendable leer el capítulo entero, pues a las palabras de Jesús, Juan opone la reacción de los judíos.

1) Ir leyendo el evangelio y anotar las actitudes de buen pastor que Jesús propone.

2) Para cada actitud recordar situaciones de la vida de Jesús donde podamos apreciar cómo la vivió él de manera concreta.

3) Relacionar cada actitud con nuestra práctica de catequistas, ¿cómo incorporar a nuestro ser catequista esta manera de ser de Jesús?

 

Te presentamos algunas actitudes para ir pensando

El buen Pastor conoce sus ovejas

¿Conocemos la vida de nuestros catequizandos? ¿Compartimos sus alegrías, sus angustias, sus esperanzas, sus desalientos? ¿Sabemos lo que están viviendo las familias que tenemos a cargo? ¿Nos interesamos por sus situaciones de vida?

Las llama por su nombre

¿Tenemos un trato personal con nuestros catequizandos? ¿Buscamos llegar a su interioridad? ¿Somos portavoces para que el Señor llame a cada uno por su nombre a través nuestro?

Camina al frente de sus ovejas

¿Damos testimonio de lo que enseñamos? ¿Intentamos vivir lo que creemos? ¿Somos los primeros en cumplir lo que pedimos a los demás que cumplan? ¿Vivimos en forma coherente como para ir al frente y de frente?

Da la vida

¿Entregamos lo mejor de nosotros por los demás? ¿Buscamos donar los talentos que recibimos de Dios para beneficio de los otros?

Sus obras lo dan a conocer

¿Nuestras obras, nuestros gestos, nuestras actitudes de vida muestran a los demás lo que creemos y enseñamos? ¿Somos transparentes: los demás descubren y encuentran al Dios de la Vida a través de nuestra práctica?

¿Nuestra manera de estar con los demás... refleja y testimonia nuestra cercanía a Dios?

 

Para trabajar en grupos
Ser catequista, buen pastor - Salmo 23

Para reflexionar

- Leer en silencio el salmo.

- Elegir una frase y repetirla en voz alta.

- Comentar con el grupo por qué elegiste esa frase.

- A partir del salmo descubrir nuevas actitudes y características del catequista.

Para la puesta en común

- Sintetizar en un dibujo las características descubiertas

- Escribir entre todos el salmo como si hubiera sido escrito en nuestro tiempo, usando imágenes, situaciones y palabras de nuestra cultura.