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Fe y científicos del Siglo XX

 

ALEXIS CARREL (1873 - 1944)

«Yo quiero creer, yo creo todo aquello que la Iglesia Católica quiere que crea mas y, para hacer esto, no encuentro ninguna dificultad, porque no encuentro en la verdad de la Iglesia ninguna oposición real con los datos seguros de la ciencia.»

«Yo no soy filósofo ni teólogo; hablo y escribo solamente como hombre de ciencia».

«Los leyes de la Naturaleza son inducidas de la observación sistemática de los hechos. Y para someterse a ellas deben observarse reglas que son análogas a las de la moral cristiana. Está, por lo tanto, bien claro que las leyes observadas de este modo son idénticas a la voluntad de Dios, puesto que el Creador del mundo es Él».

Ver sección FE Y CIENCIA


LECOMTE DU NOUY
Físico Químico (1883-1947)

«Que aquellos que, sinceros y honestos. no admiten la necesidad de una fuerza organizadora trascendente, se limiten a decir: no sé. Pero que se abstengan de influir en los demás. Aquellos que, sin prueba alguna se esfuerzan sistemáticamente en destruir la idea de Dios, obran de un modo vil y anticientífico. Lejos de ser apoyado y ayudado por una creencia indestructible en Dios, como otros hombres de ciencia a quienes envidio, me dispuse para la vida con el escepticismo destructor que entonces estaba de moda. Me han sido precisos treinta años de laboratorio para llegar a convencerme de que aquellos que tenían el deber de iluminarme, aun sólo reconociendo su ignorancia, no habían mentido deliberadamente. Mi convicción actual es racional. He llegado a ella por los caminos de la biología y de la física y estoy convencido de que resulta imposible a todo hombre de ciencia que reflexione, no llegar a la misma conclusión. a menos que sea ciego u obre de mala fe. Pero el camino que yo he seguido es tortuoso; no es bueno. Y para evitar a los otros la inmensa pérdida de tiempo en los esfuerzos que yo he realizado, me levanto violentamente contra el espiritu maléfico de los malos pastores.»


JORDAN, Pascual (n. 1902)
Físico y naturalista, conocido por sus trabajos en mecánica cuántica.

«No sin razón he titulado este libro El hombre de ciencia ante el problema religioso. Su intención era explicar cómo todos los impedimentos, todos los mitos que la ciencia antigua había levantado para obstruir el camino de acceso a la religión hoy han desaparecido.

«Ese muro levantado por la filosofía materialista ayudada por la antigua ciencia, excluye al pensador científico del dominio espiritual de la fe religiosa. Pero la moderna ciencia al debilitar los presupuestos cientiticos de la filosofía materialista, ha dejado de lado ese muro.

«...La afirmación de la concepción determirtista de que Dios se había quedado sin trabajo en una naturaleza que seguía su curso regularmente, ha perdido ahora su fundamento. (...) En la innumerable cantidad de resultados siempre nuevos e indeterminados se puede ver la acción, la voluntad, el señorio de Dios.

«No afirmamos que la accion de Dios en la naturaleza se haya hecho científicamente visible o denostrable (...) sino que, en lo que concierne a la fe religiosa, la nueva física ha negado aquella negación: ha probado que son erróneas aquellas concepciones de la vieja ciencia que habían sido aducidas antes como pruebas en contra de la existencia de Dios.

«Pero ahí encuentra sus límites la pretensión de este libro; de ningún modo era tarea suya exponer lo que nos espera, si de hecho nos adentrantramos por ese camino que vuelve a estar libre. Nos conformamos con haber mostrado que el camino está expedito. La competencia del autor termina ahí. Nos quedamos ante la religión sin hablar de ella más de lo necesario, para reconocer ese camino cuya viabilidad intentábamos examinar».


MARAÑON, Gregorio (1887-1960)

«Es evidente que la ciencia, a pesar de sus progresos increíbles, no puede ni podrá nunca explicarlo todo. Cada vez ganará nuevas zonas a lo que hoy parece inexplicable; pero las rayas fronterizas del saber, por muy lejos que se eleven, tendrán siempre delante un infinito mundo misterioso a cuya puerta llamará angustioso nuestro ¿por qué?, sin que nos den otra respuesta que una palabra: Dios. El hombre dotado de auténtica sabiduría, está siempre enfrentado quiéralo o no, con la divinidad: huirla sólo conduce a la superstición de la ciencia misma y, por tanto, a dejar de avanzar para dar vueltas sin fin.»


Wernher Von Braum (n. 1912)

Ingeniero e inventor. Dedicado desde temprana edad a la Astronáutica. Alemán, en 1955 toma la ciudadanía americana. Autor del emplazamiento en órbita del primer satélite estadounidense Explorer I. Es llamado "rocket genius", el genio de los cohetes. Trabaja como directivo en la NASA, en los proyectos del cohete Saturno y en el proyecto Apolo (cohete tripulado a la Luna). Posee un profundo sentido religioso:

«Los materialistas del siglo XIX y sus herederos los marxistas del siglo XX nos dicen que el creciente conocimiento científico de la creación permite rebajar la fe en un Creador. Pero toda nueva respuesta ha suscitado nuevas preguntas. Cuanto más comprendemos la complejidad de la estructura atómica, la naturaleza de la vida o el camino de las galaxias, tanto más encontramos nuevas razones para asombrarnos ante los esplendores de la creación divina... El hombre tiene necesidad de fe como tiene necesidad de paz, de agua y de aire... Tenemos necesidad de creer en Dios!»


Robert Jastrow

Astrónomo, director del Goddard Institute of Space Studies de la NASA.
La causa del Universo no puede ser investigada estudiando sólo causas y efectos dentro del Universo. Citando a mi amigo Steven Katz, profesor del Dartmouth College, «el extremismo de la ciencia moderna consiste en rechazar la teleología, la causa final; pero, con todo, hemos de reconocer que la teleología es un concepto metafísico, cuya última realidad no puede ser afirmada ni negada a base de evidencias empíricas.

Para el científico que ha vivido de la creencia en el poder de la razón, la historia de la ciencia concluye como una pesadilla. Ha escalado la montaña de la ignorancia y está a punto de conquistar el pico más alto; y cuando está trepando el último peñasco salen a darle la bienvenida un montón de teólogos que habían estado sentados allí arriba durante bastantes siglos».


John Eccles
Neurobiólogo, director del departamento de Bioquímicade la Univ. De Cambridge


Rupert Sheldrake


LA SUPERSTICIÓN MATERIALISTA


Tengo grandes esperanzas de que pronto remontemos el largo y profundo bache de monismo materialista que se había extendido sobre el mundo intelectual como una oscura niebla que apagaba toda la brillantez y luminosidad de los ideales y de la capacidad creadora de los seres humanos. Confío en que podremos recuperarnos, mantener relaciones más sanas con el misterio de la existencia y liberarnos cada vez más de esta tiranía de las afirmaciones dogmáticas de los materialistas, que sólo pueden conducir a la desesperanza y al nihilismo. Me agradaría contemplar una vuelta a la esperanza y a los valores y a un sentido más alto de la vida, e incluso a una concepción de la vida humana donde Dios esté presente.

Creo que el materialismo hipotético es aún la creencia más extendida entre los científicos. Pero no contiene más que una promesa: que todo quedara explicado, incluso las formas más íntimas de la experiencia humana, en términos de células nerviosas... Esto no es más que un tipo de fe religiosa; o mejor, es una superstición que no está fundada en evidencias dignas de consideración. Cuanto más progresamos a la hora de comprender la conformación del cerebro humano, más clara resulta la singularidad del ser humano respecto a cualquier otra cosa del mundo materiales


Norman Geisler

El ateísmo siempre ha tenido dificultades en el campo de la ética. Por una parte desean mantener algún fundamento ético objetivo para atacar a Dios desde el problema del mal; pero a la vez quieren proclamar la subjetividad de las normas éticas en términos de sociedad o de individuo. Por una parte, el ateo no querría separarse de los teístas cuando condenan las atrocidades nazis o el holocausto nuclear; pero a la vez, quieren mantener que todo depende de las circunstancias. ¿Cabe estar en ambas partes a la vez?

El primer Manifiesto humanista (1930) fue firmado entre otros filósofos ateos por Dewey, declaraba que era inaceptable para la ciencia moderna cualquier garantía sobrenatural o cósmica de los valores humanos. El segundo Manifiesto (1973), firmado por Asimov, Skinner, Julian Huxley y Monod, decía también que los valores morales se originan en la experiencia humana. La ética es autónoma y de situación..., procede de la necesidad y el interés. La vida humana tiene sentido porque nosotros creamos y desarrollamos nuestro futuro.

Pero la conducta y hasta el mismo lenguaje de estos ateos traiciona su rechazo de una moral absoluta. Esta incoherencia aparece en los citados Manifiestos. Allí se leen fuertes imperativos como: «Este mundo debe renunciar a los resortes de la violencia» o «es un imperativo planetario reducir el nivel de gastos bélicos y destinar esas riquezas a usos pacíficos y populares». El segundo Manifiesto invoca un cometido «que trasciende iglesias, estados, partidos, clases o razas».

¿Qué es esto sino un modo de formular su creencia en valores morales absolutos a través de un lenguaje humanista? Este es un síntoma más del colapso del ateísmo moderno.


David Martina

«Algunos de los sociólogos más distinguidos de la presente generación no son en absoluto antirreligiosos: Daniel Bell, por ejemplo, escribe sobre el retorno de lo sagrado. Talcott Parsons de Harvard, que ha sido quizás el más influyente sociólogo, era un creyente y no sólo simpatizante. De hecho, una vez que hablé con él me dijo que si uno quiere llegar a conocer todo lo que invoca la sociología, puede escuchar la Pasión según San Mateo de Bach: allí están todos los temas de poder y sacrificio, y de cohesión social, y del enfrentamiento del individuo con la autoridad... y de cómo puede emerger la fe en medio de toda esta contradicción. Todo esto ha modificado gradualmente el ambiente de la sociología, desde las posturas radicales de Durkheim y Weberio.


Robert Jastrow

EL PRINCIPIO ANTROPICO

Según la imagen del Universo que están proponiendo los astrónomos y otros científicos, una pequeña variación en alguna de las circunstancias del mundo natural -por ejemplo, en las relaciones entre las energías de las fuerzas naturales o en las propiedades de las partículas elementales- habría determinado un Universo donde no podría darse la vida ni el hombre. Este análisis puede hacerse a partir de la energía nuclear y también desde la energía del campo electromagnético, la fuerza de gravedad o cualquier otra constante del Universo material; y se llega a la conclusión de que en un Universo ligeramente distinto no podría haber vida ni personas humanas. Por tanto, según los físicos y astrónomos, aparece el Universo como construido dentro de unos limites muy estrechos, de modo que el hombre pueda habitar en él. Esta conclusión se denomina principio antrópico y, en mi opinión, es la conclusión más teísta que puede proporcionar la ciencia.


BORIS CROYS (n. 1947)

Autor de modelos matemáticos de administración económica para el Instituto Politécnico de Leningrado.

"Como he tratado de mostrar, la dimensión universal ha estado siempre presente en la tradición cristiana de Rusia, incluso en aquellas ocasiones en que estaba siendo pervertida. Por esto, es de esperar que esta misma dimensión esté cada vez más presente en el futuro una vez que los rusos lleguen a conocer mejor su filosofía y su teología" (texto de 1990)


NATHANSON, BERNARD (N. 1927)

Ha sido llamado el "Rey del aborto". Ha dirigido personalmente 75.000 abortos. Ha realizado el aborto de su propio hijo. En su libro "La mano de Dios" (Ed. Palabra 1997), cuenta su conversión al catolicismo todo lo que hoy sucede en el mundo del aborto, en un "testimonio brutalmente honesto por un médico relevante.


MARGENAU, Henry

ALGO MAS QUE MERA EVOLUCION

Casi todo el mundo admite claramente que el Universo ha tenido un comienzo y aunque hay algunos, como Carl Sagan, que en astronomía son vivamente antirreligiosos, otros, como Robert Jastrow, que trabajan en el mismo campo, no lo son. Y Jastrow es más prestigioso que Sagan como científico y como físico. Sagan es un publicista, Jas trow es un físico que-ha investigado la materia de la que habla. Y Jas trow es un hombre religioso. Le puedo relatar una anécdota: mi última entrevista con un químico famoso, Laars Onsager, el premio Nobel. Era vecino mío porque tenía una granja en New Hampshire y nos veíamos bastante. Es más, yo estuve en el hospital por una enfermedad muy grave y necesitaba una trasfu sión. A la media hora, él se había presentado allí y ofreció su sangre y lo que hiciese falta. Era una bellísi ma persona. Un día de otoño fuimos a verle a su granja y me dejó leer un escrito suyo sobre algunos procesos químicos relacionados con la evolu ción. Lo leí aquella misma noche y a la mañana siguiente salimos a dar un paseo por el bosque. En septiembre los bosques de plátanos de Indias están espléndidos. Me pidió mi opi nión sobre el trabajo que me había dejado y, en medio de aquella con versación, le pregunté qué le pare cía la evolución y si era darwinista.

-Bueno, contestó. Si, yo pienso que sí.

-Y piensas que la evolución tiene lugar por casualidad?

-Nunca lo he pensado desde el punto de vista filosófico -dijo-; pero supongo que si.

Entonces cogí del suelo una hoja de árbol; era roja y dorada en los bordes, perfectamente simétrica. Se la mostré y añadí: ¿Piensas que esto es sólo el resultado de la supervivencia del más fuerte? ¿Por qué ha caído al suelo lo que debía sobrevivir? ¿No eres capaz de apreciar la belleza de esta cosa? ¿Y no significa eso que elementos como belleza, y quizá designio, están involucrados en el proceso evolutivo? ¿Por qué razón iba a sobrevivir una hoja de árbol que va a pudrirse en el suelo?

El respondió: Sí, pienso que en la evolución hay algo más que la mera supervivencia del mejor adaptado, algo más que mutaciones y azar.

Fue la última vez que lo vi, porque falleció dos días más tarde.

Es absolutamente irracional rechazar la noción de un Creador apelando a la ciencia. La ciencia ha demostrado de modo definitivo que no es contradictoria la creación de la nada.

Henry Margenau

Colaborador de Einstein, Heisenberg y Scheoedinger. Físico de la Universidad de Yale,fundador de tres importantes revistas científicas, ocho doctorados honoris causa, presidente de la American Association of the Philosophie et Science.