«Un católico vota así»
Publicamos la instrucción pastoral «Un católico vota así»
publicada por monseñor Mario De Gasperin Gasperin, obispo de Querétaro (México),
sobre las elecciones políticas.
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La democracia no se sustenta sin la verdad.
Verdad y libertad, o bien van juntas o juntas perecen miserablemente
Juan Pablo
I. ENSEÑANZA DE LA IGLESIA:
1. La Iglesia católica no tiene partido. Como institución, la Iglesia acoge a
todos los bautizados y no apoya a ningún partido político; más aún, acepta que
una misma fe puede inspirar opciones políticas diversas.
2. Los fieles católicos pueden afiliarse y votar libremente por el partido
político y por el candidato que, sin contradecir sus convicciones morales y
religiosas, mejor responda al bien común de los ciudadanos.
3. La jerarquía de la Iglesia, es decir, los diáconos, presbíteros y obispos, no
pueden afiliarse a ningún partido político, ni apoyar públicamente a un
candidato en particular. Es su derecho y deber proponer los principios morales
que deben regir el orden social y, en privado, votar por quien quieran.
4. Los fieles católicos están obligados a ser coherentes con su fe en público y
en privado; no pueden, por tanto, sin traicionarse a sí mismos, adherirse o
votar por un partido o por un candidato contrario a sus convicciones religiosas
y a sus exigencias morales.
II. POR TANTO, UN CATÓLICO:
5. No puede votar por un partido o por un candidato que esté en contra del
respeto absoluto que se debe a la vida humana desde la concepción hasta su
desenlace natural, como serían los que propician el aborto, la eutanasia o la
manipulación de los embriones.
6. No puede votar por un partido o por un candidato que no respete la dignidad
de la persona humana, como serían los que defienden o promueven la prostitución,
las uniones homosexuales o lesbianas, los anticonceptivos físicos o químicos, la
pornografía especialmente la infantil, la clonación humana, el uso o tráfico de
drogas, la venta indiscriminada de alcohol, el machismo, la discriminación
étnica y racial.
7. No puede votar por un partido o por un candidato que no respete el derecho
primario de todo hombre o mujer a practicar, en privado o en público,
individualmente o en grupo, sus creencias religiosas; o que obstaculice de
cualquier manera la enseñanza de la religión, prohíba las manifestaciones
públicas de fe o se oponga a la instalación de los lugares para el culto que
pida la comunidad.
8. No puede votar por un partido o por un candidato que se oponga o niegue el
derecho inalienable de los padres de familia a escoger el tipo de educación que,
de acuerdo a sus convicciones, quieran para sus hijos.
9. No puede votar por un partido o por un candidato que no le garantice, con
certeza moral, que utilizará honestamente los dineros y bienes públicos; que va
a cumplir lo que promete; que buscará el bien común y no el provecho propio y de
sus colaboradores.
10. No puede votar por un partido o por un candidato que no se comprometa a
promover la dignidad de la familia fundada sobre el matrimonio monogámico entre
personas de opuesto sexo; a combatir la violencia, la drogadicción, la
injusticia institucionalizada, la corrupción pública y que no haga propuestas
creíbles en favor de los más necesitados.
III. AL CONTRARIO, UN CATÓLICO:
11. Debe votar, preferentemente, por un candidato que respalde con su ejemplo
las virtudes humanas y cristianas como son el respeto a los demás, el saber
escuchar, el diálogo, el decir la verdad, la honestidad, la vida morigerada, la
fidelidad conyugal y el amor a su familia.
12. Debe votar, preferentemente, por un candidato que demuestre con hechos su
espíritu de servicio a los demás, con especial preferencia hacia los pobres y
que en todo y sobre todo defienda la dignidad de la persona humana.
13. Debe votar, preferentemente, por un candidato que tenga cualidades de
gobierno y que garantice la vigencia del estado de derecho mediante la
aplicación de la ley, sin excepción de personas o de cargos.
IV. POR ESO, UN CATÓLICO CUMPLE ASÍ LOS DIEZ MANDAMIENTOS:
14. 1°) Amar a Dios sobre todas las cosas. El partido político o el candidato no
pueden ser amados más que Dios: Es preciso obedecer a Dios antes que a los
hombres (S. Pedro: Hechos 5,2).
2°) No jurar el nombre de Dios en vano: No se puede usar a Dios o la religión
para hacer propaganda política o para ganar votos.
3°) Santificar las fiestas: El domingo es día de guardar, de descanso y dedicado
a la familia; es Día del Señor, para ir a misa.
4°) Honrar a tu padre y a tu madre: El respeto a los padres está sobre el
respeto a los jefes y a los compañeros de partido. A la mujer, en su condición
de madre, esposa, hermana e hija, se le debe sumo respeto.
5°) No matar: Están prohibidas las venganzas, "ajustes de cuentas", muertes
políticas y, sobre todo, el matar las esperanzas de los más débiles con
políticas económicas equivocadas o acumulando riquezas injustas.
6°) No fornicar: Está prohibido aprovecharse del puesto o de las influencias
para obtener servicios y favores sexuales de cualquier persona.
7°) No robar. Tomar o retener injustamente los bienes ajenos o los dineros
públicos y emplearlos para el bien personal, es robar. El pecado de robo no se
perdona si no se devuelve lo robado.
8°) No levantar falso testimonio ni mentir: El falso testimonio, la calumnia y
los anónimos denotan cobardía y son pecado. No hay mentiras piadosas ni es
verdad que en política todo se vale. Pensar así es fomentar el cinismo y el
deterioro social.
9°) No desear la mujer de tu prójimo. El tener dinero, prestigio o poder no da
derecho a repudiar a la esposa legítima y a juntarse con otra: Quien se casa con
un(a) divorciado(a) comete adulterio (Jesús: Mt 5,12).
10°) No codiciar los bienes ajenos: La codicia se refiere al deseo de tener, por
cualquier medio, los bienes del prójimo o los bienes públicos. Éste sería el
caso de quien busca un puesto político con la intención de enriquecerse y no de
servir.
V. UN CATÓLICO SABE:
15. Que, si bien la democracia no se agota en el proceso electoral, su fe lo
compromete a colaborar en el bien del país emitiendo su voto libre, secreto,
personal e informado. El abstencionismo es un pecado de omisión.
16. Que está obligado a conocer los principios morales y la doctrina de los
partidos y candidatos y a no dejarse manipular. Es pecado grave comprar o vender
votos y colaborar de cualquier manera en un fraude electoral.
17. Que debe conocer su fe y formar su conciencia de acuerdo con las enseñanzas
de la Iglesia y de la moral católica, y emitir su voto pensando en el bien común
y no según intereses personales o de partido.
18. Que si no encuentra un partido o candidato que concuerde con sus principios
religiosos y morales, debe votar, según su juicio y en conciencia, por el menos
malo.
19. Que debe brindar a las instituciones ciudadanas que participan y cuidan de
los procesos democráticos su respeto y apoyo. La democracia es un bien que todos
debemos proteger.
VI. UN CATÓLICO DEBE TENER EN CUENTA:
20. Que estos principios doctrinales son válidos para los católicos de cualquier
parte y no tienen dedicatoria particular, más que la que cada uno le quiera dar.
Por tanto, el católico que actúa según estos criterios, contribuye de manera
sustancial al bien del país, y nadie puede sentirse ofendido, porque se trata de
la aplicación de principios que emanan de la ley natural común a todo ser
humano. La Iglesia, además, es anterior a cualquier partido político y la fe
trasciende las ideologías; en todo caso, quienes podrían sentirse ofendidos son
los católicos que pagan impuestos y son usados con frecuencia para atacar los
principios fundamentales de su fe y de la moral católica.
21. Que estos principios, por ser expresión de la ley natural y estar grabados
por Dios en el corazón humano, obligan a todos por igual. Si algunos coinciden
con la moral católica -y muchos coinciden-, esto se debe a que la verdad es una
y no a querer imponer un estado católico o un gobierno confesional. Esta
coincidencia con la fe católica de ninguna manera los vuelve confesionales. Un
gobernante católico gobierna, sin renegar de su fe, no desde sus postulados
religiosos sino desde los preceptos de la ley natural centrados en la dignidad
inviolable de la persona humana.
22. Que el querer apartar a los católicos de la vida política por el hecho de
manifestarse coherentes con su fe es una forma de intolerancia y discriminación
religiosa, violatoria de los derechos humanos. Por tanto, un católico que vota
según estos principios está contribuyendo a la maduración de un auténtico estado
laico y democrático.
VII. UN CATÓLICO ORA ASÍ:
23. Dios todopoderoso y eterno, en cuya mano está mover el corazón de los
hombres y defender los derechos de los pueblos, mira con bondad a nuestros
gobernantes, para que, con tu ayuda, promuevan una paz verdadera, un auténtico
progreso social y una verdadera libertad religiosa (Liturgia del Viernes Santo).
Santiago de Querétaro, Qro., abril 27 del 2003.
+ Mario De Gasperin Gasperin, obispo de Querétaro.
Nota: Esta doctrina se encuentra principalmente en el
Catecismo de la Iglesia Católica, en las encíclicas del Papa Juan Pablo II: El
Evangelio de la Vida y El Esplendor de la Verdad; además, en la carta pastoral
de los obispos mexicanos: Del encuentro con Jesucristo vivo a la solidaridad con
todos (25 de Marzo del 2000) y responde a lo que pide la reciente Nota Doctrinal
sobre algunas cuestiones relativas al comportamiento y conducta de los católicos
en la vida política, de la Congregación para la Doctrina de la Fe (24 de
noviembre del 2002). También está de acuerdo con la Declaración Universal de los
Derechos del Hombre de la Organización de las Naciones Unidas (1948).