¿Qué hay detrás del proyecto de clonar seres humanos? La prensa revela "razones"

WASHINGTON DC, 9 Ago. 01 (ACI).- A la fuerte ola de críticas de la comunidad científica internacional contra el anuncio de tres científicos que comenzarán a clonar humanos, se suma ahora una publicación de la prensa inglesa que revela el fanatismo seudoreligioso de los polémicos clonadores.

Ayer en Washington DC, el profesor italiano Severino Antinori, el investigador estadounidense y la bioquímica Brigitte Boisselier, anunciaron su disposición de comenzar experimentos para clonar humanos en una conferencia de prensa en la que primó la agresividad de los ponentes, la falta de argumentos y el fanatismo sectario de al menos uno de ellos.

En efecto, Brigitte Boisselier, se presenta como científica e integrante de una secta llamada Raelians, no tuvo mejor idea que argumentar su deseo de clonar humanos como un medio para crear "la vida eterna". "Todos sabemos que en nuestro cuerpo hay genes con defectos serios que pueden causarnos un cáncer cuando tengamos 50 o 60 años", indicó, implicando que con la clonación, los humanos no morirían.

El argumento despertó la irónica respuesta de la profesora Brigid Hogan, una bióloga inglesa que trabaja en Estados Unidos: "Se supone que vamos a morir de algo, ¿no? ¿Necesitamos que se nos conceda el derecho de morir más pronto?"

Además de la reacción de Hogan, periodistas ingleses indagaron un poco más sobre el background religioso de la Boisselier, descubriendo una historia tan increíble como iluminadora sobre lo que realmente buscan los clonadores.

"Aliens"

Un periodista encubierto ingresó hace un tiempo a los Raelianos para conocer al grupo desde dentro y descubrió que el movimiento seudoreligioso que respalda a los clonadores, al más puro estilo de una película de ciencia ficción, cree en una especie de raza superior de alienígenas.

El periodista en cuestión tomó un curso de "despertar sensual" ofrecido por la secta y que comienza por conocer la bizarra historia del líder del grupo, un ex periodista de automovilismo francés de nombre Claude Vorhilon.

Vorhilon sostiene que la humanidad fue creada por un grupo de alienígenas denominados elohim, que en un momento de su vida lo sacó de la tierra para llevarlo al planeta Rael en una nave plateada.

Ahí, sostiene, tuvo una cena con Jesús, Mahoma y Alá, para después pasar una noche de pasión con seis robots femeninos que le enseñaron los "secretos de la sensualidad".

Cuando "regresó a la Tierra" en 1973, cambió su nombre a Rael y comenzó a reclutar discípulos en plena zona comercial de Oxford Street en Londres con carteles ofreciendo la verdad sobre los extraterrestres.

En los cursos de "sensualidad", los participantes son "escogidos" para pagar 120 libras por sesiones más avanzadas en la zona rural de Inglaterra en Wimborne, Dorset.

En esas sesiones encontró a Brigitte Boissilier, la misma científica que se dirigió a la National Academy of Sciences de Washington con sus planes de clonación.

Después de la iniciación en la secta, comienza el plan de "despertar". Un raeliano mayor se dirige a los asistentes para explicarles que "no pueden divertirse sólo con unas cuantas mujeres. Por eso, su misión debe ser encontrar más mujeres".

En otra de las "sesiones maestras" de la secta, los pupilos se recuestan en el piso parcialmente desnudos. El reportero decidió en ese momento abandonar el recinto, mientras los raelianos comenzaban a leer una especie de evangelio según las enseñanzas de su líder real.

Las ideas de los raelianos están reunidas en el libro "El Mensaje que me dieron los extraterrestres", en el que se pide a los miembros, entre otras cosas, no dejar herencia alguna a sus hijos salvo por la casa de la familia. "El resto deben dejarlo al Guía de Guías para ayudarlo a difundir el mensaje".

Aunque la historia pueda parecer hasta graciosa, la secta ya ha ganado unos 35 mil adeptos en Europa, Canadá y Japón. Muchos entregan al grupo el diez por ciento de sus ingresos, y se estima que fortuna de Vorhilon llega a los cinco millones de libras.

En líneas generales, los raelianos se dedican a atraer mujeres jóvenes para su miembros, difunden manifestaciones extrañas sexuales y reparten folletos sobre los alienígenas.

El "circo" del martes

Regresando a la capital estadounidense, el martes tanto Antinori como Zavos, ignoraron las críticas puntuales hechas por expertos en clonación animal a su proyecto de clonación humana y no dejaron hablar a los críticos invitados a su presentación en medio de rudas actitudes.

Los invitados en cuestión desbarataron su propuesta por carecer de rigor científico y horizonte ético. El Dr. Alan Colman, el investigador inglés que dirigió la clonación de la oveja Dolly en 1996, fue uno de los más drásticos recordando que aún la clonación de animales sufre de muchas anormalidades.

Tras explicar que la técnica de la clonación implica necesariamente abortos y demasiados problemas en el camino, Colman sostuvo que esta práctica nunca debería abarcar a los seres humanos. Asimismo, describió la conferencia como un lamentable circo en el que docenas de periodistas y cámaras cubrieron a la banda del Dr. Antinori en el escenario.

En efecto, tras abandonar la sala de la conferencia "ofendido" por las críticas de los expertos, Antinori regresó para ofrecer otro triste espectáculo ante la prensa.

El italiano se limitó a acusar a sus colegas de "manipulación científica", alegó que era un "derecho humano" buscar la clonación humana y hasta acusó al Vaticano –que no tuvo representante alguno en la conferencia- de "criminal".

"El Papa está gritándome. Quiere evitar el preservativo y el IVF. Nadie anunció al criminal cuando el Presidente Bush visitó en Roma al Papa. Vaticano está detrás del Bush, Vaticano es criminal (s.i.c.)", señaló un descontrolado Antinori.