Un exorcista entrevista
al Diablo
Autor: P. Domenico Mondrone S.I,
Capítulo 9: Séptimo encuentro
"¡Es sólo cuestión de tiempo!…"
Esta imprevista y perentoria afirmación interrumpió mi lectura de un libro
que me estaba interesando mucho. Un grito de pavor me contuvo la
respiración. Pero mi Protectora vino inmediatamente en mi ayuda y me puso
tranquilo en la escucha, Esta vez el maligno se puso a hablarme con una
solemnidad insólita, casi declamatoria: se reveló como el acostumbrado
fanfarrón.
“¡Es cuestión sólo de tiempo! El proceso de destrucción de la Iglesia ya
está en camino, una destrucción radical e imparable. Mis planes se
cumplirán con una precisión y una puntualidad que os dejará estupefactos.
Pronto esta vieja y podrida carcasa seguirá la suerte de tantas otras
instituciones que han resistido un cierto tiempo y después han
desaparecido... "
“¿Pero no ves, bufón, que siempre vuelves con la misma canción? Te falta
siempre toda originalidad y fantasía, incluso para organizar el mal y así
en vano intentas darme miedo".
"¿Por qué no me dejas continuar?"
Porque eres tremendamente aburrido. Me pareces un comediante que en la
plaza repite siempre las mismas payasadas. Convéncete de que con tu
insistencia en la amenaza de destruir a la Iglesia no sólo no me
impresionas, sino que incluso me haces reír. La Iglesia, aunque está
constituida por hombres que tienen sus miserias, es institución de Cristo,
le pertenece a Él y sólo Él la gobierna en sus acontecimientos. En sus
designios misteriosos Dios hace que la Iglesia obtenga ventajas incluso de
las persecuciones y de las herejías. En el pasado, gracias al surgir |
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de errores
heréticos, muchos puntos de la doctrina Católica han sido
profundizados y precisados. Por esto la Iglesia mira con serenidad también
a los teólogos contestatarios y confusos que hoy abundan. Con relación a
ciertos problemas todavía no madurados, estos teólogos pueden tener una
indisciplinada sensibilidad pero esto incluso puede ser estímulo para
estudiar algunas cuestiones planteadas por ellos mas atentamente y
descubrir en el fondo los elementos de verdad y de claridad útiles para el
crecimiento de su depósito doctrinal”
"¿Y tú no estás repitiendo las mismas declamaciones?"
"Hace más de medio siglo que estás combatiendo contra Dios para hacerle
desaparecer de Rusia, ¿lo has logrado? Lo sé, has hecho un mal inmenso a
aquellas almas, pero la necesidad de Dios no has logrado quitarla todavía
de millones de ellas. Has prometido a aquel pueblo un paraíso en la tierra
y lo has hecho tan encantador y deseable que muchos se escapan de él en
cuanto pueden”
* * *
“Corres demasiado y en tus locuras te atarán las manos"
Hoy te quiero decir algo nuevo. Algo de lo que quizás no te hayas dado
cuenta. Hoy se ha unido decisivamente a nosotros la Madre de Dios, la
Madre de la Iglesia, cuyo solo nombre - no quieres ni oírlo, por eso te lo
repito - te hace temblar. Ella que ha dado la primera vez al mundo a
Jesús, está ahora trabajando silenciosamente para colocarle de nuevo en
las almas que se han alejado de Él, Se quiere servir de nosotros los
sacerdotes: un grupo escogido de fidelísimos, preparados para inmolarse
por su causa. Los está recogiendo de todas partes del mundo, sin ningún
aparato organizado, es Ella misma quien les llama dulcemente a reclutarse
en su Movimiento Sacerdotal.
Les llama sus predilectos. Esta Madre les está trabajando con corazón de
Maestra, para entrenarles en la oración, en el amor a Jesús Eucarístico,
en la fidelidad total al Papa”.
"Ella nos ha advertido de una gran tribulación que está llegando, que
pronto nos darás gran batalla. En la lucha te enfrentarás con un grupo de
sacerdotes asistidos y sostenidos por Ella. Contra tantos que se han
dejado seducir por tus artimañas y que has alejado de Ella, María opondrá
sus sacerdotes, les revestirá de su potencia. Les hará intrépidos en la
hora de la gran purificación. A ellos confía la tarea de defender el honor
y la causa de Jesús y de su Iglesia; serán los que acompañarán al Santo
Padre en el camino del Calvario para verle vencer por medio de la Cruz.
Esta seguridad nos viene de Ella y nosotros la vivimos con alegría."
“Comprendo, ¡todo sobre la falsa línea de las escenas absurdas de
Fátima!...”
“Precisamente, aquí en Fátima, cuando nuestra Madre bendita ha
preanunciado momentos terribles para el Papa, le ha prometido además su
protección especial. Ella le defenderá por medio de sus sacerdotes,
hombres forjados en la oración y muy amantes de su Rosario: El arma que te
huele tan mal y te da tanto miedo. Tienes un terror invencible a todo
sacerdote que ora. Continuamente lo experimentas, por eso recurres a todas
tus artimañas para distraerle en la oración. Ahora María está preparando
no sólo a uno, sino a un ejército de sacerdotes que oran, y que son
amantes del Rosario.”
“Esta Madre Divina no nos engaña. Nos ha advertido muy bien que la hora de
la prueba vendrá y que será dura. Pero nos asegura que en el momento en
que creas ser el señor del mundo y te sientas seguro vencedor, Ella misma
intervendrá para arrebatarte de la mano la presa. Tú serás destronado y al
final la victoria sólo será de Jesús. Jesús quiere obtenerla así para tu
mayor humillación, por medio de una mujer. Y la victoria de Ella será el
triunfo del Corazón Inmaculado en los países sin Dios y en todo el resto
del mundo.”
* * *
“¡Qué rápido eres para desdramatizar! Espera que lance contra vosotros
a mis hombres transformados en verdaderos endemoniados. Les estoy
preparando y entrenando para el ataque, que será pronto, imprevisto e
inenarrable”.
"Nosotros nos armaremos de nuestra fe y estaremos a la espera… Dios no nos
dejará solos. Contaremos con la protección de su Madre".
“He obtenido ya de hacerles trabajar al descubierto. No creerán que son
manipulados por mí. Hoy ya nadie cree en mi presencia en el mundo. Prueba
a hablar de mi acción en medio a vosotros. Te cubrirán de ridículo”
“Sí, en esto eres muy hábil. Pero no todos se han dejado atrapar por tus
artimañas. Existe quien cree y advierte éste tu nefasto trabajo en medio
del pueblo de Dios. ¡Tenemos aún la oración de la Iglesia contra ti, y
recurrimos a ella!".
"¿Crees que los míos se detendrán ante cuatro perros que ladran?"
“¡Son sacerdotes de Cristo, no perros! Tú lo sabes: Quien durante su vida
terrena, te arrojó de tantos pobres hombres poseídos, continúa arrojándote
por medio de sus sacerdotes. Las derrotas que vas consiguiendo las conoces
muy bien. Conocemos la rabia que te asalta cuando un sacerdote te barre y
te ordena abandonar a las criaturas que tú has destrozado para satisfacer
tu instinto maléfico. Es un poder comunicado por Cristo a sus ministros,
incluyendo el mandato de ejercitarlo: “En mi Nombre arrojaréis demonios”.
Y nosotros los sacerdotes lo hacemos. En estos choques entre tu poder y el
de la Iglesia a nosotros comunicado, el balance para ti es absolutamente
un fracaso. Es una experiencia que te aplasta."
“¡Retórica!... ¡Retórica!... ¿No ves como todo el horizonte se
oscurece? Espera todavía un poco y verás como yo desencadeno un huracán...
¡Todos temblaréis como pobres hojas, y todas serán arrancadas del árbol”´
“Veo que conoces bastante bien la fuerza del miedo, la potencia del terror
en el doblegar a los hombres a tus deseos. La esclavitud despiadada con
que dominas regiones destruidas es invención de tu genio maléfico. Dios
nos conquista con el amor y nos impone un peso ligero, tú tienes a los
tuyos sujetos con puño de acero y con el asombro. Para que no se te
escapen, recurres a las cárceles de hierros. ¡No obra así nuestro Dios! El
terror es la fuerza de tu gobierno, que es gobierno de opresión y de odio:
¡Tú mismo lo has dicho! Nosotros no tenemos ningún motivo para temer tus
argumentos catastróficos de fin del mundo..."
"¡Estás muy seguro de ti mismo; pero verás!”
“Podemos temer todo de nuestra debilidad! Pero es precisamente esta
debilidad la que nos hace recurrir a Quien es nuestra fuerza! Nosotros
sabemos que en el cielo hay un Padre Omnipotente que nos ama: y es la
revelación más tierna y exultante de Jesús. Con la fe en este amor
nosotros desafiamos todos los pesimismos que puede inspirarnos la visión
de un mundo tan horriblemente descompuesto por ti. Desafiamos todos los
miedos que intentas insinuarnos con tus amenazas para desplomar nuestra
resistencia al mal. Espíritu mezquino y malvado, ¡Dios está con nosotros!
Mientras que tú eres un maldito de Dios. Nosotros tenemos fe en el amor,
es esta fe la que te hace temblar, por eso recurres a todas tus artimañas
para arrancársela a las almas. Para vencerlas tienes necesidad de
desarmarlas"
"¡Cuando veáis mis milagros terroríficos...!”
“Tú no puedes hacer nada más que simulaciones de milagros, Los verdaderos
son el sello exclusivo de Dios. Contra Él, que es el Autor de la vida, has
organizado hecatombes de muertes; te complaces haciendo millones de
víctimas con las guerras atómicas, con las ejecuciones en masa realizadas
por los policías de estado, con los abortos que llevan a una escala
ascendente que supera todos los exterminios registrados en la historia.
Pero olvidas que la muerte ha sido vencida por el Autor de la vida. Al
final de los tiempos se hará el balance entre las ganancias hechas por
Dios y tus pérdidas”.
Aquí el maligno se enfureció. Me vino a la mente la oración del exorcismo
ya usada, privadamente, otras veces con éxito para liberar las almas
horriblemente vejadas por el maligno. Es una oración para mi uso privado,
pero que siempre he experimentado como eficaz. Es ésta:
- Señor Jesús, durante tu vida mortal, siempre tuviste una inmensa piedad
por las almas poseídas y atormentadas por Satanás, y jamás dejaste de
liberarlas con el poder de tus palabras. Diste este mismo poder a tus
discípulos y ordenaste que lo ejercitarán, diciéndoles: “En mi Nombre
expulsaréis demonios” Armados por este Divino mandato, confiando en la
potencia de tu Nombre y en la intercesión de María, vencedora del enemigo
infernal:
Yo te digo a ti, Espíritu inmundo, que dejes en paz a esta criatura de
Dios: por lo tanto, te exorcizo en el nombre del Padre + que la ha creado,
del Hijo + que la redimido,+ del Espíritu Santo + que la santificado. Te
exorcizo en el nombre de la Bendita Virgen María + que la ha puesto bajo
su custodia; en el nombre de San Miguel Arcángel + triunfador de todos los
Espíritus rebeldes, y en el nombre de todos los Santos y Santas + que está
alma invoca con confianza.
Te ordeno, Espíritu maldito, no yo pobre pecador, sino como sacerdote de
Cristo; no por virtud mía, sino por la de Jesús vencedor de todos los
enemigos infernales, no con mi poder, sino con el que me ha sido dado por
la Iglesia; te ordeno salir de esta criatura de Dios e irte al infierno,
preparado para ti y para tus seguidores, en el nombre del Padre +, del
Hijo + y del Espíritu Santo + Amén.-
Al finalizar esta oración esperé que el Maligno diese algún signo de
reacción pero no se hizo oír más. Me pareció salir de un sueño
atormentado. Estaba bañado en sudor, y el alma recobró pronto dulcemente
la serenidad.
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