TERCER PERÍODO
EL POSTULANTADO
(9 de abril de 1888-10 de enero de
1889)
Cta
46 Al señor Martin
J.M.J.T.1
Domingo,
29 de abril de 1888
Querido
papaíto:
¡Qué
bueno eres con tu Reinecita2!
No pasa casi un día sin que ella reciba un presente de su Rey.
Gracias
por todo, papaíto. ¡Si supieras cuánto te quiere la Huerfanita de la Berezina!
[1vº] Pero no, sólo en el cielo lo sabrás. Allí es donde veremos bellas
estatuas sobre bellas cornisas, y entonces sí que podremos, realmente, caer en
éxtasis3.
Y además, ¡qué guía para hacernos visitar las maravillas del cielo! Pienso
que muchos santos tendrán en su nimbo una cruz bizantina. Lo único que no
veremos serán sarcófagos, porque en el cielo ya no habrá tumbas.
Papaíto
querido, veo que ya va a ser la hora y te tengo [2rº] que dejar, pero antes
quiero abrazarte desde lejos con todo el corazón.
También
la Perla fina te manda un fuerte abrazo. ¡Si supieras, papá, lo preciosa que
es tu Perla fina! El brillante Diamante, la Bohemia, te abraza también de todo
corazón.
Adiós
y gracias, papaíto. Tu Reinecita, que por fin ha sido "sacada de debajo de
la carreta"4,
Teresa
del Niño Jesús
NOTAS
Cta 46
1
Iniciales de Jesús, María, José, Teresa (de Avila).
2
En esta primera carta que Teresa envía a su padre después de su entrada en el
Carmelo el 9 de abril, acumula a placer los sobrenombres cariñosos que el
señor Martin daba a sus hijas: "Reinecita" (que aparece cincuenta
veces en las cartas de la postulante); "Huerfanita de la Berezina"
(sacado de una novela que leían en los Buissonnets: cf Cta 63, 66, 72, 116);
"Perla fina", que era Paulina (cf Cta 48, 52, 58, 61, 63);
"Diamante", María (del Sagrado Corazón: cf Cta 48, 51, 52, 58, 61,
63); "Bohemia", que es también María.
3
"estatuas sobre bellas cornisas ... en éxtasis": Teresa parodia
algunas expresiones del guía turístico de Roma. Cf Ms A 61rº y CG p. 362+d.
4
Expresión local que quería decir: "Ya estás a salvo de los peligros del
mundo" (Nota de la madre Inés).
Cta
47 A Celina
8
de mayo de 1888
Te
envío, Celina mía, dos mantelitos para coser a máquina. Sé que estás muy
ocupada, pero no negarás este favor a tu Teresita. Creo que bastará con dos
costuras. Uno de los manteles tiene el dobladillo demasiado pequeño, procura
alargar la segunda costura. Quisiera tenerlos, a más tardar, para mañana
después de comer, porque el jueves es la Ascensión.
Hoy
hace cuatro años que hice la primera comunión, ¿te acuerdas...? ¡Cuántas
gracias me ha concedido Dios de entonces acá!
Celina
querida, hay momentos en que me pregunto si es verdad que estoy en el Carmelo,
¡a veces no puedo creerlo! ¿Qué he hecho yo por Dios para que me colme de
tantas gracias?
[vº]
Mañana hará un mes que estoy lejos de ti, pero no me parece que estemos
separadas, ¿qué importa el lugar en que estemos...? Aun cuando nos separase el
océano, seguiríamos unidas, porque nuestros deseos son los mismos y nuestros
corazones laten al unísono... Estoy segura de que me comprendes. (¿Qué
importa, en realidad, que la vida sea alegre o triste? No por eso dejaremos de
llegar al término de nuestro viaje aquí en la tierra.) Un día de carmelita
pasado sin sufrir es un día perdido1.
Y esto vale también para ti, porque tú eres carmelita de corazón.
Un
abrazo a Leonia de mi parte.
Tu
Teresita del Niño Jesús
NOTAS
Cta 47
1
Probable reminiscencia de una máxima de santa María Magdalena de Pazzi.
Cta
48 Al señor Martin
8
de mayo de 1888
Querido
papaíto:
Tus
preciosas velitas me han gustado tanto, que no puedo menos de ponerte unas
letras para darte las gracias. El recadero de Jesús1
es muy bueno al proporcionarle así a su Reinecita los medios para hacer bonitas
iluminaciones2.
[1vº]
La Reina piensa continuamente en su Rey. Además, el recadero de Jesús viene
con tanta frecuencia a traer recados, que sería imposible olvidarlo.
Querido
papaíto, verdaderamente casi creo que te vas a arruinar; pero voy a
sorprenderte diciéndote que eso no me inquieta demasiado. Y es que tienes
tantos recursos, que no llegarás a verte en apuros..., ni siquiera el hambre te
asustaría. ¿Te acuerdas cuando me decías: "Cuando haya hambre, comeremos
tal cosa o tal otra", o "Cuando estemos arruinados, haremos aquello o
lo de más allá"? Con estas disposiciones, ninguna [2rº] adversidad
podrá atemorizarte.
Gracias
por el pescado, papaíto querido. Gracias, gracias, nos regalas tantas cosas,
que me veo obligada a darte las gracias por todo en general, aunque cada cosa
nos causa un placer especial.
Adiós,
mi Rey querido. Tu Diamante y tu Perla te dan las gracias igual que tu Reina.
Teresa
del Niño Jesús
NOTAS
Cta 48
1
El propio señor Martin.
2
Ante la imagen del Niño Jesús que había en el claustro. Cf
Ms A 72vº.
Cta
49 A sor María del Sagrado Corazón
12-20
de mayo de 1888
¡La
Solitaria del Corazón de Jesús ha dado una alegría muy dulce a su hijita, ha
leído en su corazón...! ¿Así que Jesús habla cuando se está en retiro...?
Estoy tan llena del perfume de tu cartita y de la forma tan encantadora de
presentármela1,
que no puedo menos de contestarla esta misma noche. Pronto va a tocar la
campana, ya to...2.
Interrumpí
mis letras justo en el momento en que hubiera querido decirte muchas cosas...
La
vida está llena de sacrificios, es cierto. Pero ¡qué dicha! ¿No es mejor que
nuestra vida -que es una noche pasada en una mala posada3-
se pase en un hotel completamente malo que no en uno que lo sea sólo a
medias...?
¡Si
supieras cuánto te quiero! Cada vez que [vº] me encuentro contigo, me parece
que eres un ángel... Tú que eres un AGUILA llamada a cernerte en las alturas y
a clavar tu mirada fijamente en el sol, reza por esta cañita4
tan débil que está en el fondo del valle; el menor soplo la hace doblarse.
¡Sí, ruega por ella el día de tu profesión!
Pide
que tu hijita sea siempre un granito de arena muy oscuro, muy escondido a los
ojos de todos, que sólo Jesús pueda verlo. Que se haga cada vez más pequeño,
que se vea reducido a nada...
Perdóname
todos los disgustos que te he dado. ¡Si supieras cómo me arrepiento de haberte
dicho que me llamabas demasiadas veces la atención!5.
Después de tu profesión ya no te daré más disgustos. Adiós..., perdóname.
Ruega
por esta TU hijita.
He
dejado secar cuidadosamente tu violeta.
NOTAS
Cta 49
1
Iba acompañada de una violeta.
2
Por sentido de obediencia, Teresa deja de escribir cuando suena la campana, sin
terminar siquiera la palabra que había comenzado.
3
SANTA TERESA DE JESUS, Camino de perfección, c. 42. [Así en la edición
francesa. En realidad, la cita exacta es C 40,9. N. del T.]
4
Sobre este símbolo, cf Cta 54, n. 3.
5
Sor María del Sagrado Corazón era el "ángel" de Teresa, la
encargada de iniciarla en las costumbres del Carmelo.
Cta
50 A María Guérin
13
de mayo de 1888
Domingo,
mayo 1888
Querida
hermanita:
Si
tienes el Pott1
en la punta de la lengua, no lo tienes ciertamente en el espíritu ni en la
punta de los dedos. ¡Qué carta tan preciosa...!
Si
querías hacerme reír, no has perdido el tiempo, diablillo. [1vº] ¿Así que,
feúcha, tienes un pie malo? ¡Qué raro!, porque tus pies son tan pequeños que
realmente no hay sitio para el dolor...
Gracias
a Dios, pronto será Pentecostés, y el Espíritu Santo corregirá, sin duda
alguna, un gran olvido que tuvo el día de tu confirmación. Te dio todos sus
dones, pero por desgracia se olvidó de uno que te sería muy útil. ¿Adivinas
cuál...? Se lo voy a pedir tanto durante [2rº] los ejercicios espirituales2,
que el día de Pentecostés estarás tan fuerte como Sansón. Como te siga
doliendo el pie, tendrás que vértelas con tu Lulú3.
Esta
noche he soñado mucho CON Juana; desde que estoy en el Carmelo, es increíble
las veces que sueño con ella. Dale un fuerte abrazo de parte de su Teresita.
¡Qué
tiempo tan hermoso! Luce un sol radiante, más brillante incluso que el que
está dibujado en el encabezamiento de tu carta, pues ése apenas si alumbra la
tierra; y si el de hoy fuese igual al tuyo, me vería obligada a utilizar tu
[2vº] lámpara4.
Tengo
suerte de haber escrito en esta cara la palabra "lámpara"5;
de lo contrario, me habría visto obligada a cometer contigo una descortesía,
al hacerte volver la página sólo para decirte adiós.
Hasta
pronto, querida hermana, así lo espero. Da un abrazo de mi parte a mi tío y
dile que no olvidaremos su consejo. Mil besos para mi querida tía.
(No
tienes que tener la fuerza en los cabellos6,
sino en el pie.)
Diablillo
querido, un abrazo de todo corazón. Tu hermanita,
Teresa
del Niño Jesús
p.c.in.7
[2vºtv]
Nuestra hermana mayor8
está haciendo los ejercicios espirituales para la profesión. Lleva echado el
gran velo blanco, y parece un ángel. Pedirá mucho por su Mariíta.
NOTAS
Cta 50
1
La enfermedad de Pott.
2
Ejercicios espirituales de la comunidad entre la Ascensión y Pentecostés.
3
Sobrenombre que María Guérin daba a Teresa.
4
Lamparilla rudimentaria a gasolina mineral, que María había regalado a su
prima.
5
Lo dice porque, al dar vuelta a la hoja en que escribía, puso allí esa
palabra. N. del T.
6
Alusión a Sansón.
7
Abreviatura de "postulante carmelita indigna".
8
Sor María del Sagrado Corazón.
Cta
51 Al señor Martin
17
de mayo (?) de 1888
J.M.J.T.
Mi
querido Rey:
Sé
que el Diamante te ha escrito unas letras; por eso no te escribiré yo mucho,
porque tu pobre Reina quedaría eclipsada por el esplendor del Diamante... Sólo
siento necesidad de repetirte que te quiero, como si tú no lo supieras ya.
Además, ¿cómo no iba una Reina a querer [vº] a su Rey, y a un Rey como tú,
tan santo y tan bueno? Porque la verdad es que tú eres tan santo como el mismo
san Luis...
Gracias,
papaíto querido, por todo lo que me has regalado: la preciosa pala1,
etc... etc... y todo lo demás...
¿Te
acuerdas, papá, de cuando en Génova seguíamos de lejos al Sr. Benoit2
y a los demás? ¡Cómo nos divertíamos! El recuerdo de aquel hermoso viaje que
hice con mi papaíto querido me acompañará siempre.
Un
abrazo, querido Rey mío.
Tu
Reina de Francia y de Navarra,
Teresa
del Niño Jesús
p.c.ind.
NOTAS
Cta 51
1
Habían prescrito a la postulante un poco de trabajo en la huerta.
2
El Sr. Félix Benoît, magistrado de Caen.
Cta
52 Al señor Martin
Mayo-junio
(?) de 1888
J.M.J.T.
¡Qué
bueno es el recadero del Niño Jesús! Le mando todo mi cariño y mis besos.
Tomaré feliz el vino que me manda1,
pensando que procede de las bodegas del Niño Jesús.
Querido
papaíto, tú eres el recadero de Jesús [1vº], qué bien lo sé yo. Gracias,
gracias..., ¡qué bueno eres conmigo!
Sí,
yo siempre seré tu reinecita y trataré de labrar tu gloria haciéndome una
gran santa.
Teresa
del Niño Jesús, el Diamante brillante y la Perla extra-fina te mandan un
abrazo muy fuerte.
Acaban
de enseñarme los pájaros2,
¡qué bueno eres, papaíto querido! Hay tres pájaros, uno para el Diamante,
otro para la Perla fina y otro para [2rº] la Reinecita de papá. Esta tratará
de hacer todo lo posible por parecerse un poco a su Rey.
NOTAS
Cta 52
1
Vino reconstituyente.
2
Pollas de agua.
Cta
53 A Celina
17
de junio de 1888
J.M.J.T.
Domingo,
junio de 1888
Querida
Celina:
Me
harías un gran favor si me enviases lo ANTES posible la tela que compraste para
hacerte un delantal. Necesito también la falda escocesa que tenías para
disfrazarte. Envíame también todas las cintas blancas aprovechables que
tengas; hay una que yo llevaba en la cabeza el día de mi primera comunión;
puedes coger también la del sombrero1...
Es para representar a santa Inés2...
Hermanita
querida, ¡qué bueno es Dios contigo! ¡Si pudieses comprender qué gracia tan
grande recibiste el viernes3!
Creo, realmente, que es la gracia que estabas esperando. ¿Recuerdas que me
decías: "Pero yo no he recibido la gracia decisiva"4?
Estoy convencida de que es ésa. Ahora tienes que ser toda de Jesús. Él es
más que nunca todo tuyo. Él ha puesto ya en tu dedo el anillo misterioso de
los esponsales5.
Él quiere ser el único dueño de tu alma.
Hermana
querida, tú y yo somos verdaderamente HERMANAS en el sentido más hondo de esta
palabra.
Adiós.
Desde lejos mi corazón lee en el tuyo.
Teresa
del Niño Jesús
p.c.ind.
[tv]
Dale un beso de mi parte a mi incomparable Rey.
NOTAS
Cta 53
1
El sombrero de su primera comunión.
2
En la fiesta de la madre María de Gonzaga, el 21 de junio. Se trata de un
sainete compuesto por sor Inés de Jesús; se encuentra publicado en VT nº 71 (cf
Poésies II, pp. 180-183).
3
El 15 de junio Celina había anunciado a su padre su vocación al Carmelo.
4
El 9 de abril, día de la entrada de Teresa en el Carmelo, Celina había
recibido una propuesta de matrimonio que la dejaba indecisa sobre el camino a
seguir.
5
Cf PN 26,3,2.
Cta
54 A sor Inés de Jesús
4
(?) de julio de 1888
J.M.J.T.
El
balido del cordero amado de Jesús ha resonado en los oídos del corderito1
como una dulce música... ¿Dónde ha aprendido el cordero la melodía de
Cecilia2?
¡La
eternidad! Sí, el corderito vive sumergido en ella. Quiere lanzarse a ella de
un salto detrás del cordero, pero necesita que la música de su dulce cordero
le abra el camino.
El
grano de arena, a pesar de su pequeñez, quiere construirse hermosas
eternidades, y quiere construirlas también para las almas de los pecadores;
pero, ¡ay!, todavía no es [vº] lo bastante pequeño ni suficientemente
insignificante.
El
cordero y el corderito tienen que alcanzar la palma de Inés; si no es por la
sangre, habrá de serlo por el amor... ¡He ahí el sueño del grano de arena!
¡Sólo
Jesús! Nada más que él. El grano de arena es tan pequeño, que si quisiese
meter en su corazón a alguien que no sea Él, ya no habría sitio para
Jesús...
Que
el blanco cordero ruegue por el oscuro grano de arena, para que llegue a ser
brillante y luminoso en la eternidad.
La
cañita3
de Jesús
NOTAS
Cta 54
1
Acerca de este sobrenombre de Teresa, cf CG p. 378+b. "El cordero",
sor Inés, está haciendo desde el 1 de julio unos ejercicios espirituales de
diez días.
2
Alusión al oficio litúrgico de santa Cecilia: "La virgen Cecilia cantaba
en su corazón a su único Señor" (primer responsorio de Maitines). Esta
es la primera vez que se menciona en los Escritos a esta santa.
3
La "caña" es un símbolo importante para Teresa, que aparece en su
escudo de armas (Ms A 85vº). Lo volvemos a encontrar en Cta 49 y 55 y en LC 84,
85, 120; cf CG p. 379+g. En su toma de hábito, Teresa recibirá una caña como
signo con el que marcar algunas de sus ropas.
Cta
55 A sor Inés de Jesús
5-9
de julio de 1888
Gracias
al cordero querido por haber hecho escuchar una vez más al corderito la música
del cielo. El dulce céfiro ha agitado suavemente a la cañita...
Eran
las 9 pasadas cuando la caña descubrió el papelito1.
No lucía ya la luz de la tierra2,
pero su corazón supo descifrar mejor que sus ojos la música de santa Cecilia,
¡y no perdió ni una sola palabra...!
Sí,
yo deseo esas angustias del corazón, esos alfilerazos de los que habla el
cordero. A la cañita no le importa en absoluto doblarse, no tiene miedo de
romperse, pues ha sido plantada al borde de las aguas; en [vº] vez de quedarse
allí en el suelo, cuando se dobla, sólo encuentra una onda bienhechora que la
fortalece y le hace desear que una nueva tormenta vuelva a desatarse sobre su
frágil cabeza. Toda su confianza reside en su debilidad, y no puede quebrarse
porque, le ocurra lo que le ocurra, sólo quiere ver en ello la mano de
Jesús...
A
veces, a la caña, una débil ráfaga de viento puede resultarle más
insoportable que las grandes tormentas; y entonces va a remojarse en su arroyo
querido. Pero tampoco esas débiles ráfagas de viento consiguen que se doble
demasiado hacia la tierra, son los alfilerazos...
Mas
ningún sufrimiento es excesivo para conquistar la palma3...
NOTAS
Cta 55
1
Un billete que sor Inés había deslizado bajo la puerta de la celda de Teresa.
2
Eran las 9 de la noche, hora solar.
3
La palma de santa Inés: cf Cta 54
Cta
56 A sor Inés de Jesús
11
de julio de 1888
¡Qué
dicha volver a ver mañana el dulce rostro del cordero!1.
Pero
el corderito suplica al cordero que no dé todavía el salto hacia el cielo. Si
su sitio está ya preparado para él, que piense en el pobre corderito, que
espere un poco más para que el corderito pueda saltar también, y entonces se
irán los dos juntos a su patria. Sus corazones, que nunca pudieron saciarse en
la tierra, irán a abrevarse en las mismas fuentes del amor.
¡Ah,
el dulce festín! ¡Qué alegría ver a Dios2,
ser juzgados por Aquel a quien [vº] hemos amado sobre todas las cosas3!
He
soñado que el cordero volaría pronto hacia su patria, pero espero que se quede
todavía un poco más en el exilio para guiar al pobre corderito...
NOTAS
Cta 56
1
Durante los ejercicios espirituales, las hermanas llevaban el velo echado sobre
el rostro, en señal de soledad, cuando estaban en comunidad.
2
El deseo de "ver a Dios", aunque menos acentuado que el deseo de amar,
no está ausente ni es tampoco secundario en Teresa, como en ocasiones se ha
querido deducir erróneamente de CA 15.5.7. Cf PN 5,5, y 13; 17,15; 18,54;
22,17; (23,3); 24,27; 33,2; 36,4; RP 3,12v (3f); 19 rº/vº; Ms C 4vº; Cta 95,
96, 186, 254.
3
SANTA TERESA DE JESUS, Camino de perfección, c. 42. [Así en la edición
francesa. En realidad es C 40,8. N. del T.]
Cta
57 A Celina
Lunes,
23 de julio de 1888
J.M.J.T.
Sólo
Jesús +
Querida
hermana:
Tu
Teresa ha comprendido toda tu alma; incluso ha leído mucho más de lo que le
has escrito. He comprendido la tristeza del domingo, yo misma la he vivido toda
entera... A medida que iba leyendo, me parecía que nos animaba la misma alma;
entre nuestras almas hay algo tan sensible, que nos asemeja tanto... Siempre
hemos estado juntas; nuestras alegrías, nuestras penas, todo ha sido común. Y
siento que esto continúa en el Carmelo... Nunca, nunca jamás nos separaremos.
¿Sabes?, sólo el lirio amarillo1
habría podido alejarnos un poco. Te lo digo porque estoy segura de que tu lote
será siempre un Lirio blanco, puesto que tú le has escogido y él te escogió
a ti primero... ¿Comprendes el lenguaje de los lirios...?
[1vº]
Alguna vez me he preguntado por qué Jesús me había escogido a mí la primera.
Ahora lo comprendo: mira, tu alma es un lirio siempreviva2.
Jesús puede hacer con él lo que quiera. Importa poco que esté en un lugar o
en otro. Siempre será siempreviva. La tempestad no puede hacer caer el amarillo
de los estambres en su blanco cáliz perfumado: Jesús lo ha hecho así. Él es
libre, y nadie puede pedirle cuentas de por qué concede sus gracias a un alma
en vez de a otra3.
Al
lado de ese lirio Jesús colocó a otro, su compañero fiel4.
Crecieron juntos, pero uno era siempreviva y el otro no lo era, y Jesús tuvo
que coger su lirio antes de que se abriese la flor se entreabriera, para que los
dos lirios fuesen para él... El uno era débil, el otro fuerte. Y Jesús cogió
al débil y dejó al fuerte para que se embelleciese con un brillo nuevo...
Jesús les pide TODO a sus dos lirios, no quiere dejarles nada más que su
blanca vestidura... ¡TODO! ¿Comprende la siempreviva a su hermanita...?
[2rº]
La vida, a menudo, resulta pesada. ¡Cuánta amargura, pero cuánta dulzura
también! Sí, la vida cuesta, es duro comenzar un día de trabajo; tanto el
débil capullo como el hermoso lirio lo han comprobado... ¡Y si al menos se
sintiese a Jesús...! ¡Por él, todo se haría a gusto! Pero no, él parece
estar a mil leguas, estamos solas con nosotras mismas. ¡Y qué enojosa resulta
la compañía cuando no está Jesús!
¿Pero
qué hace, entonces, este dulce amigo? ¿No ve nuestra angustia y el peso que
nos oprime? ¿Dónde está? ¿Por qué no viene a consolarnos, puesto que no
tenemos otro amigo?
Pero
no..., él no está lejos. Está muy cerca y nos mira y nos mendiga esta
tristeza, esta agonía... La necesita para las almas, para nuestra alma:
¡quiere darnos tan hermosa recompensa, es tan grande lo que él anhela para
nosotras!
Pero
¿cómo podrá él decir un día: "Ahora me toca a mí"5
si aún no ha llegado nuestro turno, si todavía no le hemos dado nada? A él le
cuesta mucho abrevarnos de [2vº] tristezas, pero sabe que ésa es la única
forma de prepararnos a "conocerle como él se conoce y a convertirnos
nosotras mismas en dioses". ¡Oh, qué destino! ¡Qué grande es nuestra
alma...! Elevémonos por encima de lo que es pasajero, mantengámonos a
distancia de la tierra. Allá arriba el aire es puro. Jesús se esconde, pero se
le adivina... Derramando lágrimas, enjugamos las suyas, y la Santísima Virgen
sonríe. ¡Pobre Madre! ¡Ha sufrido tanto por causa nuestra! Justo es que
nosotros la consolemos un poco llorando y sufriendo con ella...
Esta
mañana leí un pasaje del Evangelio donde se dice: "No he venido a traer
paz, sino espada". No nos queda, pues, más que luchar. Cuando no tenemos
fuerzas para ello, Jesús combate por nosotras... Pongamos juntas el hacha a la
raíz del árbol...6.
¡Pobre
borrador de Teresa! ¡Qué carta, qué confusión! Si hubiese podido decir todo
lo que pienso, Celina [2vºtv] tendría lectura para rato...
Jesús
es muy bueno al habernos concedido encontrar una madre como la que tenemos7.
¡Qué tesoro! Si la hubieses visto, hermanita, traerme tu carta esta mañana a
las seis8...!
Me emocionó...
Jesús
te pide TODO, TODO, TODO, como se lo puede pedir a los más grandes santos.
Tu
pobre hermanita,
Teresa
del Niño Jesús
p.c.ind.
NOTAS
Cta 57
1
"El lirio amarillo en nuestro lenguaje íntimo significaba el
matrimonio", anota sor Genoveva.
2
"Siempreviva" ["immortelle" escribe Teresa: N. del T.]: flor
simbólica que sor Inés de Jesús aplicaba a Celina. Esto explica que Teresa
escriba "immortelle" en femenino, sin preocuparse de hacerlo concordar
con "lis" [lirio, masculino: id.].
3
Cf Ms A 2rº/3rº.
4
La propia Teresa.
5
Cita de Arminjon, Fin du monde présent..., p. 290. Respuesta a Celina, que
acaba de citar: "Ahora me toca a mí" (LC 86), frase que había
encontrado en un cuaderno escolar en el que Teresa había copiado varios
pensamientos de Arminjon en 1887. La lectura de ese libro ejerció un influjo
considerable en Teresa adolescente (cf Ms A 47rº/vº; Cta 94, 107, 157, 169,
todas ellas dirigidas a Celina). La cita de san Pablo [en 2vº] está también
en Arminjon.
6
Cf Im I, 11, 4.
7
La madre María de Gonzaga.
8
Al terminar la oración de la mañana.
Cta
58 Al señor Martin
El
Carmelo, 31 de julio de 1888
Mi
querido Rey:
¡Si
supieras cómo nos gustó tu carpa, tu monstruo! Hubo que retrasar la comida
media hora. María del Sagrado Corazón hizo la salsa. Estaba delicioso, sabía
a cocina de mundo. Era incluso mejor que la suntuosa cocina de Italia, lo cual
no es poco decir, porque ¡vaya banquetes...! ¡Y vaya compañía! ¿Te
acuerdas, [1vº] papaíto...? Pero no siempre es eso lo que abre el apetito, al
menos a mí, pues nunca he comido tanto como desde que estoy en el Carmelo. Me
siento totalmente en mi centro. Si la señorita Paulina1
estuviese ahí, diría que "he encontrado mi camino".
Tu
Diamante no puede escribirte porque está de colada general, pero eso no le
impide pensar en ti, papaíto querido; te abraza con todo su corazón, y tú
sabes que el corazón de tu hija mayor no es precisamente pequeño.
Pienso
en lo que tú tantas veces nos decías: "Vanidad de vanidades y todo
vanidad2,
vanidad de la vida que pasa", etc. Cuanto más vivo, más verdad me parece
que todo es vanidad sobre la tierra.
[2rº]
Siempre que pienso en ti, papaíto querido, pienso naturalmente en Dios, pues me
parece imposible encontrar a alguien más santo que tú en la tierra.
Cuando
pienso que dentro de ocho días hará cuatro meses que estoy en el Carmelo, no
me lo puedo creer. Me parece que he estado siempre aquí, y por otra parte me
parece que fue ayer cuando entré. ¡Cómo pasa todo...!
Cuanto
más vivo, papaíto querido, más te quiero. No sé cómo puede ser eso, pero es
la pura verdad; me pregunto lo que será al final de [2vº] mi vida...
Me
siento muy orgullosa de mi título de Reina de Francia y de Navarra, y espero
merecerlo siempre. Jesús, el Rey del cielo, al tomarme para sí, no me ha
quitado a mi santo Rey de la tierra. ¡No!, si mi papaíto querido así lo
quiere y no me encuentra demasiado indigna, yo seré siempre: la Reina de Papá.
La
Perla fina te manda un abrazo muy fuerte.
Adiós
y hasta pronto, mi querido Rey. Tu Reinecita,
Teresa
del Niño Jesús
p.c.ind.
NOTAS
Cta 58
1
Paulina Romet.
2
Im I, 1, 3.
Cta
59 Al señor Guérin
El
Carmelo, 22 de agosto de 1888
Jesús
+ J.M.J.T.
Querido
tío:
Acabamos
de recibir una carta de nuestra tía donde nos cuenta todo lo que usted está
pasando. Aunque lejos de usted, también su sobrinita comparte su dolor y
quisiera estar cerca de su tío para consolarle; pero ¿qué podría hacer ella,
en realidad...? No, es preferible que esté en el Carmelo; aquí, al menos,
puede pedir todo lo que quiera al único que puede dar el consuelo, [1vº] que
lo derrame abundantemente en el corazón de su querido tío.
El
estado del señor David1
nos apena mucho. Comprendo, querido tío, cuánto deben estar sufriendo ustedes,
pues no hay nada tan doloroso como ver sufrir a los que amamos. Sin embargo, doy
gracias a Dios con todo el corazón por la gracia tan grande que ha tenido a
bien conceder a esa hermosa alma. ¡Qué disposiciones para comparecer ante él!
Es verdaderamente admirable. Todo lo que nos ha contado nuestra querida tía me
ha llegado muy hondo.
Era
imposible, tío, que Dios no le concediese a usted este consuelo después de
todo lo que hace [2rº] por su gloria. ¡Qué hermosa me parece la corona que
Dios le tiene reservada! No puede ser de otra manera, pues toda su vida no es
más que una perpetua cruz, y Dios no obra así más que con los grandes santos.
¡Qué
dicha pensar que en el cielo nos reuniremos para no separarnos ya más!
Verdaderamente, sin esta esperanza la vida sería insoportable...
Querido
tío, no sé lo que usted pensará de su pobre sobrinita, que deja correr la
pluma sin pensar mucho en lo que dice; si su corazón pudiese escribir, DIRIA
cosas muy distintas, pero se ve obligado a confiarse a esta fría pluma, [2vº]
que no sabe expresar lo que él siente. Lo pongo en manos de mi ángel de la
guarda, creo que un mensajero celestial cumplirá bien mi encargo; le envío al
lado de mi tío querido para que vierta en su corazón tanto consuelo cuanto
nuestra alma puede contener en este valle de lágrimas...
Adiós,
querido tío. Le pido que salude de mi parte a la señora de Fournet, me asocio
de corazón a su dolor. A usted le envío toda la ternura que encierra mi
corazón, y continuaré rogando sin cesar por el señor David.
Su
sobrinita, que quisiera disminuir un poco su dolor,
Teresa
del Niño Jesús
p.c.ind.
NOTAS
Cta 59
1 El señor David, primo carnal de la señora Journet, madre de la señora Guérin, estaba muy grave.