SALUD |
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Sonia Asensio
Carretero03/04/2003 |
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Nutrición preventiva
- Menos del 20 por ciento del total de calorías procedentes de grasas
(menos de 1/3 de fuentes animales), por ejemplo, mantequilla.
- Alto contenido de almidones (carbohidratos complejos), por ejemplo, judías,
pasta, pan y hortalizas crudas. Bajo contenido de azúcares simples, por
ejemplo, caramelos, postres.
- Razonable en proteínas, es decir, raciones de 90-120 gramos de carne
magra o de ave. O raciones más grandes, de 180-240 gramos de judías
surtidas y arroz en el almuerzo y en la cena.
- Muchos factores antioxidantes y vegetales, que se encuentran en los
cereales integrales, las legumbres y hortalizas y en muchas frutas; por
ejemplo, beta-caroteno, vitaminas C y E.
- Cantidades moderadas en general.
- Amplia variedad de alimentos, especialmente frutas y legumbres y
hortalizas de temporada.
Durante el tratamiento
- Comidas frecuentes y no muy abundantes, suficientes para mantener el peso
corporal.
- Un poco más de proteínas, por ejemplo, más clara de huevo, pescado y
carne de ave.
- Pocos productos lácteos debido a la posible intolerancia a la lactosa que
puede desarrollar, con los correspondientes síntomas de molestias
abdominales y diarreas. Yogur de biocultivo y queso fermentado.
- Evitar los alimentos que produzcan gases como las judías no del todo
cocinadas, cantidades excesivas de hortalizas de la familia del repollo,
melones, etc.
- Evitar las comidas muy condimentadas.
Nutrición de regeneración
- Como para la nutrición preventiva, pero con especial énfasis en los
nutrientes que se requieren para la regeneración del sistema inmunológico,
por ejemplo, vitaminas B, C y E, selenio y zinc. Algunos de estos nutrientes
se encuentran en el germen de trigo: añadir 1 cucharadita del cereal al
desayuno.
- Al menos 5 raciones de frutas y hortalizas cada día.
- Reintroducir los productos lácteos lentamente.
- Incluir una fórmula antioxidante en el complemento diario de vitaminas y
minerales.
Nutrición y cáncer: pautas
El Instituto Nacional del Cáncer de los Estados Unidos calcula que al menos
el 35 por ciento de todos los casos de cáncer tienen su causa en la dieta. Para
las mujeres el porcentaje se eleva a la mitad de todos los casos de cáncer (con
el cáncer de mama particularmente relacionado con una dieta alta en grasas y
baja en fibras). La nutrición es vital para un sistema inmunológico sano, que
nos proteja del cáncer y ofrezca resistencia a él. El siguiente es un resumen
de las pautas dietéticas de la American Cancer Society:
- Mantenga un peso corporal deseable: evite la obesidad, que guarda
una estrecha relación con el cáncer de mama y el cáncer colorrectal.
Otros tipos de cáncer que demuestran estar asociados con la obesidad son el
de útero, vesícula, riñón y estómago.
- Siga una dieta variada: comida variada y moderación.
- Incluya una variedad de hortalizas, legumbres y frutas en la dieta
diaria: muchos estudios muestran un menor riesgo de cáncer de pulmón,
próstata, vejiga, esófago y estómago si se siguen dietas que incluyen la
ingesta diaria de hortalizas, legumbres y frutas. Se recomiendan 5 raciones
cada día.
- Coma más alimentos ricos en fibra, como cereales integrales,
legumbres, hortalizas y frutas: los estudios de población indican que
una dieta rica en fibra protege contra el cáncer de colon. Estos alimentos
son sustitutos completos de bajas calorías de los alimentos grasos de altas
calorías.
- Reduzca la ingesta total de grasa: la dieta media de los Estados
Unidos contiene aproximadamente el 40 por ciento de calorías procedentes de
las grasas. La ACS recomienda reducirlas a menos del 30 por ciento. Muchas
personas consideran que menos del 25 por ciento es todavía más sano. Los
niños de menos de dos años no deberían seguir una dieta baja en grasas,
pues necesitan colesterol para el desarrollo cerebral. El ejercicio también
es importante para mantener el peso.
- Si bebe, limite el consumo de bebidas alcohólicas: el cáncer de
la cavidad oral, de la laringe y del esófago predomina más en los grandes
bebedores, especialmente si también fuman. El consumo regular de alcohol
también puede estar relacionado con el cáncer de mama en las mujeres.
- Limite el consumo de alimentos ahumados: las salchichas, el
pescado, el jamón y algunos otros alimentos curados pueden contener
alquitranes cancerígenos. El carbón de la barbacoa produce asimismo
alquitranes similares, lo cual aumenta el riesgo de cáncer de estómago y
de esófago.
Radioterapia y nutrición
La radioterapia puede afectar a las papilas gustativas, por lo que la comida
puede tener un sabor amargo o metálico. Para un mejor sabor, pruebe las carnes
marinadas.
Las comidas frías pueden ser más agradables que las calientes. Para dar
sabor, utilice hierbas como tomillo, estragón, menta o albahaca. Pruebe a añadir
salsas como compota de manzana, y aderezos de yogur y de ensalada para facilitar
la masticación de la comida. Como tentempié, tome batidos de leche en polvo
con proteínas (especialmente, aquellos preparados con proteína de soja).
Sugerencias para manejar los problemas durante el
tratamiento
Una mejor nutrición puede ayudar a soportar los efectos secundarios de la
quimioterapia, la radioterapia y la cirugía. Algunos tratamientos pueden hacer
que comer resulte difícil o desagradable.
Sugerencias para las dificultades de masticar y tragar
- Procurar ingerir alimentos preparados con calor húmedo, por ejemplo,
sopas, guisos, huevos, pastas, estofados, etc.
- Añadir salsas, mantequilla, mayonesa o aderezos de la ensalada para hacer
que los alimentos resulten más fáciles de tragar.
- Evitar las comidas muy condimentadas, picantes, tostadas o ácidas (nada
de frutos cítricos, tomates o pimientos picantes).
- Evitar el alcohol y el tabaco.
- Los alimentos fríos pueden resultar balsámicos en el caso detener llagas
en la boca.
- En caso de tener dificultades para tragar las sopas, es conveniente
utilizar una taza o vaso en lugar de una cuchara.
Sugerencias para tratar la diarrea
- Evitar los alimentos ricos en fibra, como los panes o los cereales
integrales, las frutas y las hortalizas crudas con excepción de los plátanos,
las legumbres cocinadas con las semillas o la piel, las judías secas y los
frutos secos, las palomitas de maíz. También pueden ser difíciles de
digerir el pepino y la lechuga.
- Procurar ingerir alimentos ricos en fibra, como la compota o el puré de
manzana.
- No se debe beber con las comidas, pero sí beber mucho entre ellas.
- Es conveniente hacer comidas frecuentes y poco abundantes, en lugar de
hacer tres comidas importantes.
- Los alimentos y los líquidos deberían estar a temperatura ambiente, en
lugar de muy calientes o helados.
Sugerencias para tratar las náuseas y/o vómitos
- Comer y beber lentamente.
- Conviene hacer comidas frecuentes y poco abundantes.
- Evitar los alimentos aceitosos, grasos y fritos.
- Descansar después de las comidas.
- Para las náuseas a primera hora de la mañana o antes de las comidas, es
conveniente tomar una galleta salada o una tostada.
- Si el olor de la comida produce náuseas, es mejor cocinar con el
microondas.
Sugerencias para la inapetencia
- En caso de no tener hambre a la hora de la cena, es conveniente convertir
el desayuno o el almuerzo en la comida principal. De la misma manera, en
caso de no tener hambre a primera hora de la mañana, es mejor comer más
tarde.
- Conviene hacer comidas frecuentes y poco abundantes.
- Hacer siempre que la comida resulte atractiva gracias a las guarniciones o
al servicio de mesa (vajilla, cubiertos, etc.).
- Otra solución consiste en experimentar con los sabores, para descubrir
sabores que ahora le puedan agradar.
- Las comidas frías o a temperatura ambiente pueden ser más atractivas.
- Un vaso de vino o de cerveza puede aumentar el apetito (conviene consultar
al médico antes de mezclar el alcohol con un medicamento).
- Es conveniente aumentar el valor calórico de los alimentos ingeridos con
una pequeña cantidad de aceite de oliva.