CAPITULO V

La comprensión eclesial de la Eucaristía del Siglo VII al Siglo XV, los cambios en la visión de su teología y las perspectivas de la Edad Media.


A partir del Imperio Carolingio o Imperio Romano de Occidente, nombre dado al Imperio creado por Carlomagno, luego de su coronación en Roma en el año 800, la comprensión que la Iglesia ha tenido de la eucaristía y de su celebración, varía enormemente, pues aparecen y se multiplican una serie de oraciones, de antífonas y secuencias destinadas al celebrante para se purifique antes de acercarse al altar o para fortalecer la doctrina, de tal forma que las comunidades pudiesen defenderse de las más variadas controversias ideológicas que estaban nuevamente floreciendo como lo diremos a continuación.

Frente a los adopcionistas que afirmaban que Cristo era hijo de Dios no por naturaleza sino por adopción, se incluyó en la celebración de la eucaristía, la recitación del Credo, no antes del Padre Nuestro como se venía haciendo desde el siglo V, sino inmediatamente después de la lectura del evangelio, con el fin de reaccionar contra dicha herejía. El emperador Carlomagno presionó para dicho cambio incluyendo el " Filioque" el cual no aparecía en el Símbolo de Constantinopla. Sin embargo nunca se admitió que el Credo fuese recitado en todas las celebraciones, a pesar de las múltiples presiones al respecto.

Es indudable que al mismo tiempo que se luchaba contra las principales herejías, se hacían cambios y variaciones en lo concerniente a la celebración.

Hacia el siglo IX y dentro de la " nueva " comprensión de la celebración eucarística aparece el uso del pan ázimo. Como todos lo sabemos, el pan ha sido la comida ordinaria del hombre y en ese sentido era símbolo de vida, de alegría y de fraternidad. En los primeros siglos no se le dio importancia a que el pan fuera ázimo a pesar de su cercanía con la pascua judía. Se sabe que Roma se resistió a la novedad de utilizar pan no fermentado, aunque al final terminó por imponer su uso e incluso hoy en día se esgrime el argumento de que debemos seguir utilizando el pan no fermentado dada la tradición a pesar de que solo fue introducido a partir del siglo IX como ya lo hemos afirmado. De todas formas el pan ázimo podía significar un pan no acabado y al no tener levadura podría ser considerado como el pan de la pobreza. Es tambien posible que su utilización se deba a que los fieles habían dejado de comulgar y ya no llevaban a la celebración sus panes caseros. El último argumento es que el pan para los enfermos y los moribundos no se conservaba si estaba fermentado, razón que reafirmó la utilización del pan ázimo. Todo esto llevó a grandes discusiones con los orientales a tal punto que parte de la división se debió a dicha costumbre.

Así como se utilizaba el pan ázimo, se introdujo una novedad en la organización de los ritos de comunión, instaurando la costumbre de recibir la comunión en la lengua, a tal punto que se decretó que no se diera la eucaristía a ningún hombre ni a ninguna mujer en la mano, sino únicamente en la lengua y al ser obligatoria la comunión en la lengua, como posible signo de respeto, se introdujo otra costumbre que no se conocía antes y era la de ponerse de rodillas, por comodidad pero dándole un sentido de adoración. El arrodillarse para la comunión, fue algo que se impuso lentamente pues incluso hasta finales de la edad media, en muchas diócesis, se recibía de pie la eucaristía.

Se inicia un espacio de silencios y de voces que afectó la comprensión teológica y litúrgica de la eucaristía. En los primeros tiempos toda la celebración podía ser escuchada por la asamblea, luego hacia la primera mitad del siglo IX se inició una proceso diferente mediante la utilización de textos en voz baja y después se decidió que todo lo que precedía al Sanctus debía ser cantado o leído en voz alta pues al tratarse de textos variables, el canon o plegaria eucarística, debía ser dicho sin que nadie lo entendiera, pues el único que lo leía, era el presbítero que presidía la asamblea.

Deformación de la eucaristía ante la primacía de las rúbricas, el declive de la participación del pueblo y las devociones medievales sobre la eucaristía hasta el siglo XVI.

Al aparecer en el siglo XI, los llamados " Misales Plenarios " en donde los cantos, las lecturas y las oraciones estaban integrados, se inicia una gran deformación en la vivencia eucarística, con las llamadas misas votivas, las misas privadas y las misas de difuntos.

La misa privada por ejemplo, era celebrada por un solo sacerdote acompañado de un pequeño grupo de fieles o incluso con uno solo. Esta modalidad prácticamente se institucionaliza en 1200. Son unas misas que van apropiándose, tanto los sacerdotes que vivían fuera de las ciudades, como los monjes que, al acceder cada vez en mayor número a la ordenación sacerdotal, debían celebrar sus misas privadas pues la " concelebración" había caído en desuso al introducirse la liturgia romana .

Es indiscutible que el papel de los monjes y luego de los frailes ( agustinos, dominicos y franciscanos ) fue determinante para la multiplicación de las misas privadas pues sobre todo los monjes, lo que querían era reproducir en sus monasterios la imagen de las ciudades que contaban con diversas iglesias, de tal forma que las misas privadas y luego las llamadas estacionales sobre las cuales ya hablamos, eran reemplazadas por la " misa de la comunidad " de ahí que los títulos que se les daba a las iglesias de la ciudad, se le adjudicaron en esta ocasión, a las capillas de los monasterios y de los conventos. Tambien se deformó la teología de la eucaristía al reducir, de algún modo la asamblea, a la vida personal de los monjes pensando, que el monje representaba el sólo, a la asamblea.

Otro aspecto digno de resaltar en la deformación de la eucaristía es, que a comienzos del siglo XIII ( época de Santo Domingo, de San Francisco de Asís, Santo Tomás de Aquino, San Buenaventura y San Antonio de Padua entre otros ) se introduce la costumbre de la elevación de la hostia después de la consagración. Ya no se comulga, pero todo el mundo quiere ver el cuerpo de Cristo y comienza a dársele gran importancia al gesto de tomar el pan en las manos y elevarlo. Se pasó entonces del tomad y comed, al tomad y adorad.

Y se cambia el termino "oblatio" por el de "hostia" el cual tiene un significado de víctima más que de ofrenda. Se llega incluso la práctica de que el sacerdote, por mantener en alto la hostia, debía recibir mayores ofrendas y regalos en especie, a tal punto que eran los más ricos los que podían ofrecer regalos a los sacerdotes para que se elevara para ellos la hostia. Los pobres quedaban desplazados.

A las basílicas o catedrales había que llevar la silla personal y las había para los primeros puestos o para los de atrás según el rango social al que se pertenecía. La elevación en la celebración eucarística fue en un principio, sólo de la hostia y únicamente a principios del siglo XIV, comienza a elevarse tambien el cáliz.

Y puesto que estamos en el tema de la comunión, conviene precisar que se volvió rara la comunión entre los fieles a pesar de la insistencia de los teólogos en el siglo XIII para que todos comulgasen y a pesar de la declaración del Concilio de Letrán en 1215, para que los fieles lo hicieren por lo menos una vez al año en Pascua de Resurrección, pues la asamblea no se acercaba a la mesa, lo que quería era solo misa, asistir pero sin comer, debido a la falsa concepción de impureza que se sembró en los fieles.

Es en este momento en el que se comienza a obligar a la confesión previa a la eucaristía, pues se tenía el gran temor de no acercarse a la mesa debido a los pecados cometidos. No se comprendía con claridad el sentido reconciliador de la eucaristía. Se tomaron decisiones de orden moral como la de obligar a los casados a no tener relaciones sexuales días antes de la asistencia a la eucaristía pues se pensaba que dichas relaciones, hacían impuros a los cónyuges, lo cual redujo aún más, la practica de la comunión. En fin, se llegó a una gran deformación eucarística nacida de los mismos sacerdotes que por ignorancia, afirmaban que con la comunión del sacerdote era suficiente para la asamblea y de esa manera ésta debía sentir que ya había comulgado.

Pero a estas deformaciones de tipo teológico se unen las de tipo ritual al revestir todos los ritos, de nuevos simbolismos, llamados "comentarios alegóricos" que son interpretaciones extrínsecas a la eucaristía y que parten de los misterios que se celebran. Algun os ejemplos nos podrán servir como el de creer que el canto de entrada de la celebración eucarística era la imagen del coro de los profetas que anunciaban la venida del Mesías, o que el canto del "Gloria a Dios en los cielos" representaba el cántico de los ángeles en Belén, o que la colecta representaba la manifestación de Jesús en el templo a los doce años y en fin que la presentación de las ofrendas sobre el altar, significaba la leña de Isaac para su propio sacrificio o la cruz de Cristo. Se llegó a decir en estos comentarios alegóricos, que las lecturas previas al Evangelio, representaban la predicación de Juan el Bautista, en una palabra se dijo incluso que cuando el sacerdote subía al altar, era Jesús mismo quien subía al calvario.

Los ritos al recibir la interpretación simbólica que hemos citado, quedaban dominados por una concepción dramática y quimérica de la realidad eucarística, es decir, se vivía de la imaginación, más que de la realidad sacramental. Los ritos y los formularios se volvieron imitaciones teatrales de los gestos y de las palabras de Jesús, llevando así a los bautizados, a un falso enternecimiento sobre la Pasión de Cristo pues se creía que entre más lagrimas se derramasen, más se vivía la entrega del Señor en la cruz. Aún hoy muchos sacerdotes utilizan y viven de estos comentarios alegóricos, que lo único que hacen es, desorientar a los cristianos pues al no querer salir de una teología eucarística ingenua e infantil, ignoran una teología eucarística crítica, madura y serena. Por supuesto que este enfoque alegórico gozó de mucha aceptación y difusión dado su carácter popular.

Al referirnos a las devociones medievales, es bueno precisar que la noción de edad media es muy difícil de enmarcar pues toma una sucesión de épocas muy variadas no siendo fácil saber cuándo comenzó y cuándo terminó la edad media ya que no podríamos decir que después de la edad media vino el "renacimiento" de los siglos XV y XVI sino que llegaron propiamente varios "renacimientos " que se iniciaron desde el siglo XII y llegando a su punto más alto en los siglos XV y XVI con los cuales parece que sí se termina la edad media. Podríamos entonces afirmar sin temor a equivocarnos, que a lo largo de toda la edad media, en lugar de un desarrollo positivo y progresivo de la teología eucarística lo que se tuvo fue una deformación de la misma y en lugar de un avance teológico a lo que se llegó fue a una descomposición de la teología eucarística.

En cuanto a la comunión con el cáliz, que aunque se impuso tardíamente, igualmente se abandonó, pues ante el temor de derramar la sangre del Señor unido al miedo a las epidemias, nacieron diversas maneras de comulgar bajo la especie del vino perdiéndose el simbolismo natural de la bebida festiva que expresaba la vitalidad humana, la alegría, la amistad y la alianza. Recordemos que algunas corrientes ascéticas prescindieron del vino en la eucaristía, debido a una supuesta austeridad nacida de la influencia de la ideología gnóstica.

La primera modalidad en irrumpir fue la intinción ( intinctionem de " in tingere" o acción de mojar) tambien llamada commixtio o acción de introducir en el cáliz que contiene el vino consagrado, un fragmento del pan consagrado. Este gesto tiene su raíz en la tradición del "fermentum" que era un fragmento de pan consagrado por el Papa y llevado a los sacerdotes que estaban lejos, para que éstos introdujeran en el cáliz, dicho fragmento, como signo de unidad con el Romano Pontífice. Así pues, se mojaba el pan con el vino y únicamente los ministros del altar, estaban autorizados a comulgar bajo las dos especies. Más tarde la comunión con el cáliz se limitó a aquellos que asistían a la misa papal de Pascua en los siglos XIV y XV o a las misas de coronación de los emperadores y los reyes. El último en comulgar bajo las dos especies, fue el rey Luis XIV de Francia en la misa de coronación.

Y puesto que no se comulgaba ni siquiera con el pan, hubo otros elementos que contribuyeron a aumentar el declive de la participación de los bautizados en la eucaristía debido la distribución arquitectónica de los templos en donde había una gran distancia entre el altar y los fieles, igualmente se abandonó la ofrenda pues ya era solo el pan ázimo el que se utilizaba y no se traían ofrendas, se multiplicaron desmedidamente las misas privadas y las misas votivas, se utilizaba únicamente el latín lengua que, fuera de un grupo de clérigos, nadie comprendía.

La celebración de la eucaristía tomó un carácter típicamente monástico alejando a los bautizados de toda participación, el canto se volvió exclusividad de los canónigos, a tal punto que el coro sustituyó completamente a la asamblea e incluso se construyeron coros centrales que separaban los fieles de los "actores" de la celebración. La ignorancia sobre el papel de los laicos era tal que ni su presencia se menciona en los libros eucarísticos de la época, de lo cual podemos deducir, que prácticamente no tenía sentido para ellos la eucaristía pues asistían era a una representación teatral, para observar y " disfrutar " del espectáculo que otros realizaban en su lugar.

Influencia del Gótico en la concepción de la eucaristía.

Se ha dicho con razón que el gótico no era únicamente una forma de arte, sino tambien el estilo de vida de toda una época.

Recordemos que en Europa se desarrolló el gótico a partir del siglo XII por evolución negativa del románico y permaneció hasta el llamado "Renacimiento" del siglo XVI.

Los elementos de la arquitectura gótica son ante todo el arco apuntado con dos porciones de curva que forman una ángulo en la clave. Este arco se transformó en el conopial que tenía una escotadura en el centro. En esta nueva arquitectura, en lugar de las pequeñas ventanas románicas, nacen los grandes vitrales y los edificios más famosos de dicha arquitectura son las catedrales con dos torres, que terminaban, en su fachada, rematadas por las agujas.

La escultura gótica tiene sus características, pues es una escultura monumental aplicada a los sepulcros, a las portadas de las catedrales y a los coros, con muchas imágenes de la Virgen, de los santos y de variados pasajes bíblicos.

La pintura gótica hecha sobre madera, utiliza el oro para mostrar la riqueza y el poderío de la Iglesia, unida a los arabescos o adornos con cintas y follajes y los grandes retablos son en madera representando pasajes bíblicos, la vida de los santos y las grandes epopeyas realizadas por la Iglesia.

La cultura anterior al gótico se expresaba en los caracteres de la disciplina romana que era sobria y sencilla. Con el gótico se desarrolla, en la vida de todos los pueblos europeos, el sentido preponderante de todo, lo individual, lo subjetivo, lo sentimental y lo personal y se insiste en lo real y en lo concreto. En esta nueva forma de vivir, se asume la vida cristiana cambiando su expresión cultual especialmente en la eucaristía pues se desarrolla entre los teólogos el concepto de " Sumas" en las cuales se organizaba todo el material disperso del saber humano. Esas Sumas representaban en la vida académica, la fuerza y la grandeza audaz de las grandes catedrales góticas.

Y surgen, en las catedrales, enormes coros en donde los clérigos ya no se hacían en semi- circulo alrededor del altar, sino en diferentes escalones paralelos entre el altar y los fieles. Los libros litúrgicos adquieren una nueva disposición, los canónigos buscan prebendas personales y hasta quieren tener su habitación privada que hasta el momento era impensable. En la mentalidad gótica aparece entre otros puntos, el principio de la " repetición de los detalles " y aparece tambien la " proliferación de los adornos" y esta mentalidad se manifiesta en la eucaristía en donde un "Señor ten piedad" se repetía hasta 30 veces y en donde "el beso al altar" se hacía cada vez que el sacerdote se desplazaba a uno de los extremos del mismo y tambien se inclinaba la cabeza a cada momento y frecuentemente se daban golpes de pecho para representar la pasión y muerte del Señor.

La misa se convirtió en una verdadera representación dramática de la historia de la salvación y el altar, que hasta el siglo XI no pasaba de un metro cuadrado, se fue agrandando para que colocar la cruz y los candelabros, los libros y los cálices. Aparecen en esta época los colores litúrgicos, específicamente en el siglo XII. El blanco, para los días de fiesta, pensando en las nubes blancas de la Ascensión, el rojo, para la fiesta de Pentecostés y las fiestas de los mártires, el negro, para los días de penitencia y las misas de difuntos y el verde, para los días ordinarios. Todo esto es típico del espíritu gótico muy inclinado a la sensibilidad de los colores.

Aparecen tambien en esta época, los llamados "milagros eucarísticos" en primer lugar, el milagro de ver al Redentor metido en el pan teniendo la posibilidad de abrazarlo con la mirada. El milagro de la contemplación del misterio divino consistía en que la gente corría de una iglesia a otra a ver el mayor numero de veces la hostia levantada y de esta forma no harían parte de los indigentes o nunca se volverían ciegos o incluso no morirían de muerte súbita la cual era considerada como un castigo de Dios. Había iglesias en donde la gente entraba solo al momento de la elevación y de inmediato salía, pues lo que contaba era " ver al Redentor".

Hacia el año 1246, nace la fiesta del Corpus Christi bajo la presión de los fieles para ver el santo sacramento, pero descubierto y en procesión solemne por las calles. Desde el siglo XIV, ya dejaban expuesto el santo sacramento durante la misa en especial los jueves llamados después los jueves sacerdotales, misa que estaba unida a la misa votiva del santísimo sacramento que debía celebrarse cada semana.

Es aquí en donde nace por primera vez el gesto de la genuflexión antes y después de cada contacto con el cuerpo del Señor. Este gesto era completamente desconocido hasta el siglo XIV difundiéndose rápidamente pues se convierte en un gesto de honor procedente de los ceremoniales principescos y aplicado a la veneración al santísimo sacramento. La genuflexión se utilizó luego ante el obispo ya que cada vez que se pasaba ante él, se hacía una genuflexión. Más tarde se impuso la costumbre de hacer una genuflexión ante el sagrario, una doble genuflexión cuando el santísimo estaba expuesto y en algunas ocasiones la postración total, tanto ante la exposición del santo sacramento, como ante el Papa.

Se institucionalizó el uso permanente de las velas y del incienso. La sede del sacerdote se convirtió en un trono y los baldaquines o pabellones que cubrían los altares, se multiplicaron para darle mayor elegancia a la celebración eucarística.

Se inició la costumbre de celebrar la eucaristía con el santísimo sacramento expuesto y el culto por la " exposición " se volvió más importante que la celebración misma, quizás por reacción o protesta contra las herejías. Vean entonces por qué se quería prolongar la elevación de las especies eucarísticas incluso durante la celebración, para reafirmar la presencia real de Cristo en las especies que era negada por muchos movimientos herejes. Podríamos hacer entonces la comparación con una pintura, en donde el marco, se vuelve básico ( las especies del pan y del vino) y la pintura en el lienzo, se vuelve secundaria ( el acontecimiento salvífico y el memorial ).

Ahora bien, si lo visual se desarrolló con tanto énfasis en el período gótico, lo auditivo comenzó a adquirir un lugar preponderante aunque ya desde el siglo VIII se había iniciado el canto gregoriano con gran perfección. El " espectaculo" merecía tambien el sonido, pues se trataba de una especie de megaconcierto contemporáneo de luz y sonido. Se comienzan a suplantar las largas vocalizaciones sobre una sola sílaba, por la inclusión de una nota melódica por cada sílaba. A los cantos tradicionales, se les insertaban frases melódicas para adornar la celebración y naciendo así las famosas " Secuencias " como poemas que embellecían el Alleluia previo al Evangelio. Conviene clarificar que aunque en Roma y en general en Italia no se aceptó fácilmente el gótico, el uso de las secuencias se difundió al igual que los textos latinos en verso

Y como era necesario darle a la celebración una buena preparación, se introdujeron los coros antes de la misa y el empleo del órgano como instrumento de solemnidad tomó un lugar básico en todas las celebraciones.

Nace la ornamentación musical en donde se canta todo el ordinario de la misa y el testimonio más antiguo que tenemos está en la conocida " Missa de Angelis" compuesta a finales del siglo XIV y que aún algunas asambleas la cantan. Se cambia el lugar del coro que había comenzado al lado de los púlpitos en las construcciones góticas, hasta que encontró su lugar definitivo al fondo de las iglesias al nacer el uso de la polifonía en el siglo XIII, con cuatro voces y muchas modulaciones para encantar los oídos. Aparecen los llamados " motetes" acompañados por una voz en la octava superior interpretada por los niños para resaltar el texto latino aunque parte del texto interpretado por el coro fuera en otra lengua. Y comienza una nueva era para la historia de la música de las iglesias con las misas polifónicas y el permiso de utilizar el órgano en todas las catedrales.