CAPITULO II

LAS ESTRUCTURAS CULTUALES JUDIAS, FUENTE DE LA EUCARISTIA.

Es en las comidas en donde se encuentra la forma de concretizar el reconocimiento a YHWH para darle a la esperanza mesiánica todo su sentido. Son las comidas de la tarde un verdadero ritual de la comunidad, de ahí que para los sacerdotes de Qumrán como para los Esenios, el ritual de la comida no solo es un equivalente de los antiguos sacrificios, sino finalmente el único sacrificio que permanece a la espera de la nueva y definitiva alianza.

La gran berakah pronunciada por el presidente de la asamblea sobre la ultima copa de la comida que es compartida entre todos, evoca la venida del Mesías y consagra en esta espera aquel " resto " fiel al Reino esperado. Es a este nuevo " sacrificio" al cual nosotros acercamos la " Cena del Señor" como prehistoria inmediata de nuestra eucaristía cristiana.

Las oraciones se realizaban en las comidas familiares, en las comidas para iniciar el sábado y las comidas de compañeros e incluso en las comidas entre los miembros de un grupo religioso, en las fiestas y especialmente en la Pascua. Incluso como acabamos de decir, la Pascua tomó el lugar de los antiguos sacrificios significando prácticamente el único sacrificio. Un eminente especialista, Louis Finkelstein afirma que la liturgia familiar es la que organiza la vida religiosa comunitaria del pueblo de Israel y es tan importante como el servicio sinagogal, a tal punto que sin las bendiciones familiares el servicio de la sinagoga quedaría sin fundamento.

En las comidas, primero era el lavado de las manos, luego una primera copa de vino mientras se decía , " Bendito seas Señor, Dios nuestro, Rey de los siglos, que nos das el fruto de la vid" ( Mischnah llamada Berakoth VI ). Entre otras cosas es la copa que menciona Lucas ( 22, 17- 18 ) y que tanta dificultad ha tenido para algunos exégetas pues se trata en principio de las palabras de Jesús sobre el fruto de la vid que no beberá ante de encontrarse en el Reino y que son una expresa alusión a la formula antes citada. Después de esta copa, el presidente de la asamblea, rompía el pan y lo distribuía mientras decía la bendición, " Bendito sea Señor, Dios nuestro, Rey de los siglos, que haces producir el pan a la tierra " ( Berakoth IV ).

En la cena pascual había elementos especiales como las hierbas amargas y el cordero, con la recitación dialogada de la Hagadá, texto ritual que condensa en oración la epopeya del Exodo, con cantos y proclamación y en donde se destacan los conceptos centrales del Judaísmo como son, el llamado y la elección de Israel, la solidaridad con los pobres, la acción de Dios en la historia y la permanente realidad de la esclavitud, por eso la historia del Exodo, es nuestra propia experiencia vital.

Al final la mujer de la casa, alumbraba la lampara y se bendecian los cirios ( luminarias) para alumbrar la noche ,lo cual dió origen al rito del Lucernario cristiano que existe aún en nuestra celebración pascual. Posteriormente se hacía un segundo lavado de manos, el cual aparece en Juan 13, 3 ss con un gesto de amor, cambiando el lavado de las manos por el de los pies. Terminado este rito, el padre de família o presidente invita a los presentes a asociarse a su acción de gracias ante la copa de vino mezclada con agua. Y aquí se comienzan a cantar las berakoth solemnes acompañadas de los comentarios de los rabinos. Esas bendiciones datan del siglo II antes de Cristo y fueron utilizadas por El. Vale la pena recordar el empleo constante que se hace en estas bendiciones del termino " memorial" que en hebreo es " zikkaron" pero que no significa solo conmemoración, sino una prueba dada por YHWH a su pueblo, prueba que éste conserva como su tesoro espiritual por excelencia la cual implica continuidad de la acción divina en la historia. En otras palabras " memorial " es ante todo una prueba permanente de la fidelidad de Dios para con su pueblo. Por lo anterior conviene precisar que, bendición entonces no es una petición para que, a quien se bendice, se le conceda una gracia, sino un reconocimiento por parte del hombre por la fidelidad inagotable de Dios.

Es indiscutible que las grandes religiones han tenido sus comidas sagradas con diversidad de objetivos como las comidas de amigos, o las que se realizaban en honor a los difuntos o tambien las comidas para valorar simbólicamente la

vitalidad o fuerza de un animal y tambien las cultuales, por eso podemos afirmar que aunque las comidas paganas no fueron fuente para la eucaristía, lo que si se demuestra es, que Jesús eligió un gesto universal, para la cena con sus discípulos como lenguaje pedagógico de la encarnación.

Y para Jesús, el comer con, es un lenguaje salvífico pues comía en casa de sus amigos o con los pecadores ( se acercaba a los marginados, que es lo mismo que pecadores ) o con los fariseos. La exclusión no tenía cabida en el proyecto salvífico de Jesús, por eso compartía con ellos la comida. Es bien interesante cómo anuncia el Reino a partir del alimento y comer con El, más que un encuentro, es una participación en el anunció del Evangelio. Si el alimento se vuelve parte de la persona, participar de los bienes mesiánicos es asimilar un nuevo pan de vida, creando " communio " es decir, Iglesia, de ahí que comunión sin fraternidad sería un rito sin profundidad antropológica y sin novedad evangélica, pues el significado mesiánico es " comer con " o "comer juntos" que en griego es " synesthiein" y no simplemente " comer al lado de ".

 

EL USO DE LA BERAKAH POR JESUS DE NAZARETH

Conviene decir que Jesús utiliza la berakah no solo por tradición o formación judía, sino ante todo porque El era el único que podía pronunciar la perfecta bendición como respuesta perfecta al Dios que habla, pues la Palabra que es acción, encuentra en Jesús su plena realización, es decir, su plena respuesta ya que El es un verdadero " pobre" o sea, alguien que, en relación con Dios, vive únicamente de la fe. Valga citar a Lucas 10,21-22 para captar las formulas que muy seguramente utilizó Jesús " pues en aquel momento, él se llenó de gozo en el Espiritu Santo cuando dijo, " Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra" etc. El gozo de Jesús expresa la alegría de aquel que descubre el sentido de todas las cosas, el sentido de la vida, como es "conocer" a Dios.

Además la utilización de la berakah en Jesús es una proclamación o sea una comunicación con su Padre, en una palabra, es una eucaristía permanente que expresa la razón de ser de Jesús de Nazareth, es decir, proclamar la Buena Nueva, por eso es inseparable el anuncio del Evangelio y el reconocimiento a la acción de Dios mediante la Eucaristía.

El tema central de las bendiciones utilizadas por Jesús radica en expresar el conocimiento que significa amor o sea, expresar un conocimiento, es fruto de la unidad entre el Padre, el Hijo y la Buena Nueva.

Cabe anotar que el tema de si la última cena de Jesús con los suyos fue un banquete pascual o una cena familiar o fraterna, por más interesante que parezca, incluyendo el significado del cordero pascual para comprender la muerte del Señor, no afecta la comprensión de la plegaria eucarística cristiana.

Incluso no hay ninguna razón para pensar que Jesús hubiese modificado la bendición tradicional del pan tal como la conocemos según el Seder d´ Amram

Gaon que aparece en la Mischnah así como el paralelísmo entre carne ( baschar ) y sangre y no entre cuerpo y sangre de origen helenístico, propio de una liturgia de corte griego.

 

HACED ESTO COMO MEMORIAL MIO – HACED ESTO EN MEMORIA MIA – HACED ESTO EN CONMEMORACION MIA ( eis ten emen anamnesin )

Muchas han sido las discusiones sobre el memorial para analizar el tema de si Jesús instituyó, mediante una formula tan expresa, la renovación permanente de una ceremonia. Lo importante de la formula y del pedido, no radica en el tema de " hacer esto " como si de una repetición se tratara, sino sobre la expresión " como memorial mio" o " en memoria mia" o "en conmemoración mía".

En el Nuevo Testamento la categoría memorial significaba la celebración eucarística, pues esa conmemoración o anámnesis tiene dos sentidos. Primero que Dios se acuerda de su alianza con el pueblo " acogió a Israel, su siervo acordándose de su misericordia " ( Lucas 1, 54 ) y " recordando su santa alianza " ( Lucas 1, 72) y segundo, el pueblo recuerda lo que Dios ha hecho con él y lo proclama ante todos, mediante las bendiciones ( himnos, aclamaciones, alabanzas o eulogías ) . Ahora bien el memorial es una celebración que actualiza lo que recuerda, es decir que mediante un signo tangible ( sacramental ) hace presente una realidad. Para decirlo en términos nuestros, no es un pacto de hace muchos siglos, sino un pacto que sucede aquí y ahora y al que Dios continúa siendo fiel, de ahí que el memorial es una recapitulación de toda la historia de la salvación, no un hecho aislado ni mucho menos un hecho pasado que subjetivamente recordamos hoy.

En un cumpleaños, ¿qué celebramos? , simplemente que la persona nació hace unos años, o que hoy vivimos, para celebrar que ella está viva y que queremos que continúe viviendo !!. De acuerdo con la respuesta, podemos concluir que tenemos una conciencia gozosa de que en la celebración está presente Cristo para hacernos partícipes del acontecimiento salvador, haciéndonos sentir que la salvación se nos regala todos los días. Por tanto el memorial es, no solamente un elemento ritual de los sacrificios, sino el que da el significado final a todo el sacrificio, en especial al de la Pascua, como nos dice Max Thurian en su importante estudio, L ´Eucharistie, mémorial du Seigneur, sacrifice d´action de grace et d´intercession, en el capitulo primero. Es entonces una " institución" establecida por el Señor para perpetuar sus intervenciones salvadoras con el pueblo.

Tambien en el tema del memorial, la cruz alcanza el sentido de sacrificio aboliendo todos los demás sacrificios, luego Eucaristía y Cruz, tienen un mismo sentido sacrificial y sacramental, por eso, cada vez que celebramos la Cena anunciamos y proclamamos la muerte y la resurrección como " memorial " de la fidelidad para salvarnos. En este memorial se completa la obra de Dios, expresada en su Parusía. Aquí entonces nos damos cuenta que con este complimiento nosotros nos convertimos en el "cuerpo" de Cristo alimentándonos de su carne y de su sangre con la fe de su resurrección.

El memorial o anámnesis no puede terminar siendo una " imitación " es decir , un " mimo" para terminar hablando, más de mímesis que de anámnesis pues haríamos solo referencias al pasado. Se trata entonces de entrar en la memoria de Dios para quien mil años son un ayer que pasó o un día, como dice el salmo 89, 4. Celebrar nos hace de contemporáneos con las maravillas obradas por Dios a lo largo de la historia del hombre.

Tambien me parece importante recalcar que memorial, es presentar a Dios la entrega o sacrificio de Cristo que se hace presente en el sacramento.

Vemos entonces que la cultura judía es la que nos posibilita entender el misterio cristiano y muy especialmente el misterio de la eucaristía por los paralelos y las analogías, sin olvidar la inmensa originalidad de la institución eucarística. De todas formas hay continuidad con la liturgia judía ya que se vive esta realidad mediante la comida, el sacrificio, la fraternidad, el memorial, la fiesta, pero tambien una gran discontinuidad como la sangre, la carne y la entrega personal a partir de la muerte y la resurrección del Señor.

 

LOS RELATOS DE LA INSTITUCION DE LA EUCARISTIA Y LA TEOLOGIA EUCARISTICA, EN LAS CARTAS DE SAN PABLO, EN LOS SINOPTICOS Y EN SAN JUAN.

Es indispensable darnos cuenta, que los relatos de la institución de la eucaristía se sitúan definitivamente en el contexto de las berakoth judías como lo hemos analizado, es decir, como unas oraciones rituales de las comidas judías, para poder entender el sentido y el alcance de las expresiones eucarísticas.

Así pues, los hechos y las palabras que " engendran" la eucaristía emanan de unas estructuras ocultas de y en los evangelios y de los ritos judíos, es decir, nacen precisamente de lo que no se dice o de lo que no se enuncia, pero que está presente.

 

Es claro que las primeras formulas de la eucaristía cristiana como " imitación " de aquello que Jesús hizo, son formulas judías, aplicadas e interpretadas a un contenido nuevo, con algunas palabras que se le añaden, como nos lo dice Bouyer, en su excelente estudio " Eucharistie". No es sino ver los relatos de las cartas paulinas, en donde las primeras oraciones cristianas se elaboraron con base en las judías. Fíjense cómo la misma estructura de las cartas de San Pablo, desde sus enseñanzas hasta sus exhortaciones, está envuelta en plegarias de origen judío, en una palabra, dichas cartas están enmarcadas y como atravesadas por la contemplación gozosa de un gran deseo, para que se cumpla el misterio expresado mediante el memorial eucarístico.

Vean cómo las introducciones de las cartas paulinas comienzan por un " demos gracias a Dios " (eujaristein o eulogein) y con un " haciendo mención de ustedes en nuestras oraciones " y tambien " por eso nosotros oramos en todo momento ( proseujómetha ) de I Tesalonicenses 2 - 3 y II Tesalonicenses 3. 11-12.

Lo mismo sucede en Gálatas 1, 3 – 5, en Romanos 1, 8- 10, y en las dos cartas a los cristianos de Corinto como lo vemos en I Corintios 1, 4 – 9 y II Corintios 1, 3 – 4 , en aquello de " bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo ".En estas cartas a los Corintios solo se expresa formalmente la acción de gracias y las oraciones están subyacentes, no expresamente señaladas.

No podemos dejar de citar la carta a los Filipenses 1, 3 – 6. 9 - 11 con la misma estructura de las anteriores y la carta a los Colosenses 1 , 3 - 23 en donde la bendición y la oración acompañan la exposición de todo el proyecto salvífico de Dios y su realización para el mundo entero, no solo para los destinatarios.

En la carta a los Efesios, 1, 3 –23. 2, 1 – 10 aparece la estructura de la edificación de la Iglesia, a partir de una perspectiva eucarística convertida en un himno que canta la plenitud de Cristo y con un tono particularmente litúrgico.

En esta carta el misterio de Cristo aparece como llevado y sostenido por el torrente de la eucaristía.

Vemos entonces cómo en San Pablo la teología y la oración revelan un mismo camino en el sentido de que su teología es una meditación sobre la eucaristía cristiana, por eso, la oración en Pablo procede de la acción de gracias para dar cumplimiento a la manifestación de Dios hasta llegar a la doxología o glorificación de Dios. De esta manera, San Pablo hace " teología " como glorificación y alabanza al Dios que actúa en su pueblo y no como una reflexión racional sobre dicha acción.

A la hora de comprender el misterio cristiano, San Pablo es uno de los escritores del Nuevo Testamento más privilegiados junto con San Juan. Conviene recordar que, aunque Pablo utiliza la estructura de las bendiciones judías en sus cartas, son pocas las veces que habla propiamente de la eucaristía como aparece en I Corintios 10 y 11, y lo hace para argumentar las nuevas actitudes de la ecclesía.

Para captar el contexto eucarístico de las cartas a los Corintios necesitamos adentrarnos en la situación de la comunidad de Corinto pues ella vivía en una ciudad cosmopolíta, pagana y con muchos templos. Además, había entre sus habitantes, los que poseían cosas, tanto bienestar económico como cultura y los que no poseían ni lo uno ni lo otro, era la distinción entre los fuertes y los débiles, no propiamente entre los griegos y los judíos.

Ante la situación sociológica descrita podemos anotar que la intencionalidad de las cartas a los Corintios no es, ni la relación entre la ley y la fe respecto a los judíos, ni el seguimiento de Cristo respecto a los cristianos, sino en concreto el problema de la relación entre ciencia y ágape, es decir entre la gnosis y el amor, de ahí la gran preocupación de Pablo sobre la incorrecta comprensión de la escatología pues la sociedad corintia está centrada en el presente y no tiene en cuenta aquellos que no tienen ni ciencia ni bienes materiales, por eso la insistencia paulina en la construcción del amor o sea de la fraternidad para que la ciencia no sea un elemento vacío en la vida de la comunidad

Ahora bien, en la estructura de la primera carta a los Corintios, Pablo presenta por primera vez algo sobre la eucaristía cuando le consultan " sobre lo inmolado a los ídolos " I Corintios 8, 1- 11 o literalmente los idolótitos, expresión que designaba a aquellos que estaban preocupados por la carne de los animales sacrificados a los ídolos y cuyos restos se vendían en el mercado y no se sabía si podían comerlos sin llegar a ser idólatras. La respuesta se centra en que el cristiano es libre pero el amor hace que respete la opinión de los demás. Tambien hace alusión a la eucaristía en el tema de las reuniones litúrgicas I Corintios 11, 17 – 34 pues en sus asambleas hay divisiones insistiendo en que la falta de fraternidad impide que la " cena", sea la " Cena del Señor ", nombre teológico que Pablo le da a la eucaristía o tambien la "mesa del Señor" o incluso la " fracción del pan " iniciando su relato sobre la eucaristía, a partir del versículo 23 hasta el 26.

Hagamos un sencillo análisis del texto de I Corintios 10, 1- 21 para luego detenernos en el sentido teológico del mismo capítulo y hacer lo mismo con el texto de I Corintios11, 17 – 34.

Los primeros 13 versículos del capítulo 10 son un midrash, ( comentarios rabínicos a un texto bíblico ) sobre las experiencias en el desierto en las cuales cayeron en la tentación idolátrica. En los vv. 14 y 15, invita a los corintios a pertenecer definitivamente al Señor ante la tentación de idolatría presente en la ciudad y en el v. 16 comienza a hablar del " cáliz de bendición" en lugar de vino y le añade " que bendecimos " , pues somos nosotros quienes hacemos sobre dicho cáliz nuestra bendición a Dios. Conviene aclarar que el hecho de hablar primero del cáliz antes del pan no significaba que su orden fuera diferente. Se hace referencia a la conocida " koinonía " que es un término muy complejo que no solo significa " comunión " sino incluso " participación en unión de otros ", del cuerpo y de la sangre de Cristo como realidad salvífica Se trata en una palabra de una comunión entre el cristiano y el Señor.

El v. 17 insiste en que somos un solo cuerpo pues todos participamos de un solo pan, lo que significa que la comunidad es un solo pan y un solo cuerpo, así la comunidad se construye al participar del mismo Cristo.

En el v. 18 aparece la intención del pueblo de Israel que en el Deuteronomio 18, 1- 4, quería hacerse partícipe ( koinonoi ) de YWHW y aparece desde el v. 19, la comparación con los paganos, que deseaban entrar en comunión con sus dioses a los que inmolaban algunos animales y luego los consumían, por tanto la intención de los paganos era entrar en comunión con sus dioses y de participar de lo divino. Así los cristianos debían entrar en comunión con Cristo, no al estilo de los ídolos, conviertiendo la participación con Cristo en verdadera comunión. En el v. 20 aparece el razonamiento de San Pablo para quien, los ídolos, siendo inexistentes, lo que se les inmola, no tiene valor alguno. De todas formas hay una relación estructural similar entre los cultos paganos, los judíos y el cristiano y es la convicción de que a partir de la comida comunitaria fruto del sacrificio se entra a participar de lo divino.

El sentido teológico de la I Corintios 10, 1 – 21 que acabamos de analizar literariamente, presenta una gran precisión dogmática, pues los cristianos son invitados a entrar definitivamente en " communio " íntima con Cristo. Tambien aparece la novedad de la comunidad eclesial construida a partir de la fracción del pan. No podemos olvidar que la Iglesia se edifica igualmente a partir de la acción del Espiritu Santo , de la fe y del bautismo, pero la intención paulina es la de privilegiar la eucaristía como base fundamental para la edificación de la Iglesia.

Hagamos ahora un breve análisis literario a I Corintios 11, 17 – 34 muy próximo al relato lucano en el capítulo 22, 14 – 20, como lo anunciamos anteriormente.

En los vv. 17 – 21 el " reunirse " constituye propiamente la celebración ( synerjoménon ) pero " in Ecclesiam " es decir en asamblea para participar de una sola comida y no para comer cada uno su propia cena pues " esa no es la cena del Señor ". Ya en el v. 22 se resalta la actitud contra la fraternidad dada la ostentación y ausencia total de solidaridad avergonzando a aquellos que nada tienen.

Desde el v. 23 hasta el 26 esgrime la defensa de la fraternidad, con el relato de la institución de la eucaristía, pues los Corintios celebran la cena contra la finalidad del Señor. Resaltamos en éstos versículos, la presencia del memorial tanto para el pan como para el vino y además el sentido de, " cuantas veces bebáis " que puede traducirse tambien por " si es que bebéis ", hacedlo en memoria mía. Esta traducción, sugerida por J. Jeremías, conviene presentarla pues es muy posible que la primitiva comunidad cristiana, celebrara la mayoría de las veces, únicamente con pan.

El memorial tambien indica la entrega de Cristo, luego, al celebrar la comunidad dicha entrega debe hacerse por los más pobres. El texto de " cada vez que coméis este pan y bebéis este cáliz, anunciáis ( proclamáis ) la muerte del Señor hasta que vuelva ", es igual a celebrar el memorial. En el v. 27 aparece el sentido de indignidad ante la falta de fraternidad llegando a ser considerados como parte de los que mataron a Jesús. Más aún en los vv. 28 a 32 no celebrar la eucaristía como la pensó Jesús, hace más mal que bien y se convierte en condenación, es decir en " crisis"

Crisis o condenación es para aquellos que no saben discernir, para aquellos que no reconocen a sus hermanos en la ecclesía, que al mismo tiempo, son miembros de un mismo cuerpo y de una misma comunidad.

La reflexión teológica alrededor de las cartas de Pablo a los Corintios ha de partir del nuevo nombre que él confiere a la eucaristía como ya lo dijimos y que va desde " fracción del pan " y " mesa del Señor " hasta " reunión de la asamblea " y " cena del Señor ". Uniendo a estos nuevos nombres a la relación eucaristía y cruz, encontramos la figura del Siervo que se entrega, por eso comenzamos a entender que el pan que partimos es comunión con el cuerpo de Cristo que se entrega. Aquí aparece claramente que la celebración cristiana es memorial del sacrificio de Cristo y a la vez proclamación de su muerte salvadora, actuante entre nosotros.

Al aspecto sacrificial y memorial, se une la tensión ampliamente escatológica con la esperanza futura del regreso " hasta que vuelva " . Es una esperanza en clave de apertura, a lo que ha de acontecer, pues en los planes de Dios siempre habrá una perspectiva del acontecer en la vida del pueblo. Vean cómo eucaristía e iglesia anticipan el banquete escatológico que desde nuestro aquí y ahora celebramos con la exclamación de " ven Señor Jesús ". Y puesto que hablamos del aquí y ahora, es decir del hoy presente, necesitamos comprender que la muerte de Cristo es un acontecimiento salvífico que se actualiza permanentemente, de ahí parte un nuevo enfoque cristiano de la eucaristía como participación del Mesías resucitado.

Un punto de interés teológico es que Pablo no habla propiamente de la "presencia real " de Cristo, ni pretende describir cómo está presente en el pan y el vino, pero sí supone la realidad de la participación y de la comunión con el Señor en categorías existenciales, pues El sigue vivo y presente entre nosotros a pesar de su muerte y su partida, por tanto la eucaristía es un modo privilegiado de comunión y participación sin ser excluyente de otras presencias. Más aún, la presencia de Cristo no se reduce al pan y el vino. Cristo sigue realmente presente en la comunidad que le recibe y le come, esta es para Pablo una presencia real no solo sacramental. Es como si entráramos a su intimidad, la presencia real de Cristo en la eucaristía es tambien entrar en el espacio de Dios o hablando figurativamente, es entrar en el corazón de Dios, para comprender su realidad.

No podríamos dejar a un lado la relación entre cuerpo eucarístico y cuerpo eclesial, pues desde el momento en que en del cuerpo eclesial se falta a la comunión fraterna, de inmediato se falta a Cristo y es allí en donde nace la " condenación " que no es por una serie de pecados o de faltas morales a unas normas, sino que condenación es la falta o el pecado contra el cuerpo eclesial que es la comunidad, la fraternidad, la iglesia como comunión. En una palabra la vida fraterna nace de la celebración pero al mismo tiempo es condición indispensable para que haya celebración auténtica. La eucaristía crea la comunidad, así como la Pascua creó el pueblo de Israel. Es básico este enfoque teológico de la fraternidad para la cabal concepción del acontecimiento eucarístico, lo cual coincide con Mateo 5, 23 -24 y con Juan 13, 1 – 16.

Por supuesto que la eucaristía no crea la comunidad mágicamente, así como el sacramento por sí mismo no salva automáticamente, de lo contrario caeríamos en un sacramentalismo ciego pues la comunidad debe tener una actitud de fraternidad al recibir el cuerpo y la sangre del Señor. Más aún, dicha actitud se manifiesta imitando la entrega del Señor, por tanto hay una exigencia de coherencia entre lo que celebramos y el espíritu con que lo hacemos.

De acuerdo con el proyecto de nuestro capitulo II veremos ahora los relatos de la Institución en los evangelios sinópticos es decir en Mateo , Marcos y Lucas para completar la visión que acabamos de ver en Pablo y sus cartas a los Corintios. Vamos a detenernos, en el aspecto literario y por supuesto en el sentido teológico eucarístico, reflejado en estos relatos vividos por la primitiva comunidad cristiana.

De acuerdo con lo visto en el análisis paulino de la relación eucaristía y cruz, fíjense cómo, los relatos de los evangelios sinópticos, están enmarcados y atravesados por los relatos de la pasión de Cristo. Claro que debemos preguntarnos cuál de los relatos es el original y el que dio base a los demás y tambien preguntarnos lo más difícil como es la realidad histórica de los textos y si lo que hubo fue evolución cristológica ulterior en los relatos o se terminó haciendo una liturgia reflejo de la necesidad de comunión.

Desde el análisis histórico, parece que el más antiguo, según los estudiosos como J. Jeremías o Benoit, es el relato de Marcos, pero para Schürmann es el de Lucas. Algunos colocan el relato de los Corintios como el más antiguo dada la cronología del escrito. De todas formas en cada relato hay elementos antiguos y elementos recientes. De todas maneras lo que cuenta en nuestro estudio no es encontrar las ""ipsissima verba Iesu " sino como diría un autor lo que cuenta es la intencionalidad de Jesús, en una palabra lo que cuenta en nuestra teología sobre la eucaristía es poder " reconstruir " las ipsíssima facta Iesu ".

Realmente los evangelios sinópticos no nos dan una descripción de todo lo que pasó durante la última cena aunque sus textos están destinados a informar sobre la vida de las primitivas comunidades. Indudablemente fueron escritos unos 20 años después de las cartas a los Corintios y recogen la tradición viva de muchos gestos y palabras que se repetían en las celebraciones.

Los textos los encontramos en Lucas 22, 14-20, en Marcos 14 , 22- 25 y en Mateo 26, 26- 29. De estos tres testigos, el relato de Lucas es sin duda el más cercano al de los Corintios y muy seguramente el más conforme a las comidas

festivas de los judíos pues aparece la preparación, la bebida de una copa de vino unida a una oración de corte judío, después se parte el pan acompañado de una formula y después se toma una segunda copa sobre la cual tambien se pronuncia una oración. Conviene precisar que los relatos de Marcos y Mateo están elaborados a partir de los usos litúrgicos tanto que ya prácticamente no se celebra la eucaristía en el marco de una comida sino solo en el marco de una asamblea litúrgica cristiana. Ya en estos dos evangelistas no aparece la primera copa, y las palabras de Jesús sobre ella, se refieren es al vino que se menciona después. Aunque esto aparezca como fruto de la evolución litúrgica, es importante clarificar que la desaparición de la primera copa, que era primordial en la cena judía, ya tenía una intencionalidad post pascual. De todas maneras, los cuatro verbos de los relatos mateanos y marcanos , son los mismos y están presentados en el mismo orden a saber, tomar, dar gracias, partir y dar. Démonos cuenta que sólo " da " cuando dice, " esto es mi cuerpo" o " esta es mi sangre ".

Aquí hemos de detenernos pues no podemos fijarnos únicamente en las palabras que van unidas al último verbo o gesto (dar) sino al contexto anafórico presentado por el Señor, pues de lo contrario continuaríamos anclados en una formula más mágica que salvífica. Y esto es básico pues la eucaristía esta enmarcada en un contexto eucológico, no en un contexto ritualista. Incluso la estructura total de la celebración actual, está fundamentada en los mismos verbos, pues se " toman " los elementos para ofrecerlos, se " da gracias " mediante la plegaria eucarística, se " parte o fracciona el pan consagrado" y se " da " en la comunión. Así, es todo el entorno celebrativo, el que cuenta y no las últimas palabras acompañadas del verbo dar.

Las palabras sobre el pan " esto es mi cuerpo, entregado por vosotros. Haced esto, en memoria mía ", exigen nuestro análisis literario para luego ver el sentido teológico de los relatos, de tal forma que podamos tener una concepción sinóptica de los mismos.

En lo que respecta a " esto ", lo más seguro es que signifique, que a partir del acontecimiento de la institución, la comunicación de Cristo será a través de esa cena pero sobre todo que a partir de ese momento la comunidad es el cuerpo del Señor. El verbo ser aparece solo en griego pues en arameo, no lo hay.

En cuanto a " mi cuerpo " debemos recordar la relación entre cuerpo, que es la parte material de quien se relaciona con el otro y carne – sangre, que es la persona viviente, finita y mortal que se entrega, se comunica, como alimento y don. En una palabra significa " soy yo mismo" . La interpretación es indiscutiblemente un poco forzada, pero el problema se centra en la escogencia del soma en griego ( cuerpo ), en lugar del basar en hebreo (carne).

El concepto de " entrega " no aparece en los relatos de Mateo y Marcos sino únicamente en Lucas y va unido al anterior, es decir " soy yo mismo el que me entrego por vosotros ". Y precisamente este " vosotros " tiene muchas posibilidades pues se utiliza en varias acepciones como por todos, por muchos, por el mundo como eco del Profeta Isaías 53, 12 c. Por esto se ha visto en los capitulos 52 y 53 de Isaías, una especie de " quinto evangelio ".

Ahora bien el " haced esto en memoria mía " es un gesto que acompaña el "dar" que ya examinamos y que centrábamos más, en el memorial, que en el mandato de hacerlo que sin duda, puede ser tardío

Las palabras sobre el vino " recitando la acción de gracias la dio diciendo bebed todos, esta es mi sangre de la alianza derramada por todos para perdón de los pecados ".

En cuanto a la " acción de gracias " es una reminiscencia de las bendiciones judías hechas por el padre de familia sobre la tercera copa, asunto que ya analizamos.

El tema del " bebed " es visto como una orden ( con algunas características tardías debido a una cierta reticencia frente al uso del vino en la primitiva comunidad cristiana ). Ahora bien, el beber la copa es signo de unidad fraterna que debía expresarse en forma permanente.

Las palabras de " esta es mi sangre". En los sacrificios, el elemento sangre se reservaba para Dios y por eso Cristo quiere hacer significar que su sangre es la que sella la alianza, así como fue la sangre, la que selló la primera alianza en el Exodo 24, 8 a, frase que Cristo se aplica, pero que ya es nueva como lo había anunciado Jeremías 31,31 b. para romper con la antigua al salir de Egipto, alianza escrita en el ser mismo del hombre, es decir, en lo más intimo como es su persona.

La expresión " derramada por todos " lo que significa, "para beneficiarlos a todos en forma inclusiva. Y en fin el tema de " perdón de los pecados " significa que su sangre es la que hace realidad la reconciliación en la nueva alianza con Dios

Veamos ahora lo fundamental de este análisis que se centra en el sentido que tiene la eucaristía a partir de los relatos y el significado que Jesús le dio a ese acontecimiento, pues aquí radica la parte propiamente teológica de este apartado.

Para Jesús la eucaristía, al ser una " comida ", se refiere primero a la unión fraterna y por ende a la comunión con Dios y esta unión conlleva una nueva dimensión de la eucaristía a saber la dimensión mesiánica. No es fácil afirmar la conciencia mesiánica de Jesús, pero si es importante ver en la última cena una inminencia escatológica, es decir, una profunda significación de anticipo de todo lo que habrá de acontecer, convirtiéndose en una esperanza cristiana real.

Vemos cómo en la " cena del Señor " como la llama Pablo o eucaristía como la denomina Lucas, es en donde comienza y se inaugura el Reino. Y en ese Reino se asume la muerte de Cristo como salvífica en la línea primero del Profeta Isaías y luego en la de Marcos 14,24 en donde Jesús muere " a favor de " o mejor " en el lugar de la multitud". Lo que no podemos saber a ciencia cierta es cómo entendió el Señor su final, ¿ lo vería como alguien que al morir beneficia a otros o lo vería como una verdadera expiación ?. Más aun, ¿ vería su muerte como un medio para que el Reino llegara, una vez inaugurado en la última cena ? Son cuestiones que se han hecho autores como Bultmann y Dufour.

La muerte de Jesús es la nueva alianza , el nuevo exodo, en otras palabras, el acontecimiento focal y vertebral de la salvación pues la eucaristía es el "sacramento " en donde se realiza al acontecimiento salvador, de ahí que las palabras y gestos que hemos analizado literariamente significan una auténtica donación sacramental, es decir, al morir inicia una nueva manera de existir, lo que significa que su contacto con sus seguidores, su encuentro con ellos ya no será mediante su cuerpo histórico sino mediante ese pan y ese vino hecho carne y sangre, en dos palabras, el encuentro será a través de la eucaristía pues el Señor Jesús se ofrece para unirnos ( comulgar ) en la nueva alianza sellada en la cruz.

Es aquí en donde la teología comienza a preguntarse por la presencia real de Cristo en la eucaristía, pero no como si Cristo se asemejara o identificara con el pan y con el vino pues, no es porque se asemeje con dichos elementos que su presencia será más real. Lo que asegura su presencia real es la entrega permanente de Cristo a todos los suyos. Esta sí que asegura su presencia en la comunidad y por tanto en el pan y el vino que simbolizan la entrega total. Es la comprensión eclesial, la que le da fundamento a la presencia real de Cristo en la eucaristía, es decir, el gesto de entrega del Señor. Es hacerlo en su memoria y con el verdadero sentido de las palabras, así todo esto, constituye la comprensión eclesial que da base a la presencia real, no la exégesis hecha a los diferentes relatos. Esto es clave en nuestra teología sobre la eucaristía.

Hagamos ahora un breve análisis al texto de San Juan en su capitulo 6.

Aunque el evangelista Juan no presenta un relato como el de los evangelios sinópticos sobre la eucaristía, sí profundiza a lo largo de su capitulo 6 en dicho misterio, en los capítulos 13 y 15 así como en el capítulo 19, 34.

Cabe anotar antes de nuestro análisis literario y teológico que aunque Juan tiene una intencionalidad eminentemente cristológica no se puede negar que tambien hace claras alusiones simbólicas a los sacramentos entendidas como prolongación de la economía salvifica de Cristo como el bautismo, la purificación del templo, el lavatorio de los pies y la lanza en el costado entre otras. Es verdad que a Juan no le interesa en sí la historia y la institución de los sacramentos, pero sí se preocupa por resaltar tanto la unidad de los símbolos salvíficos con los sacramentos, - medios con los cuales actúa el Espiritu del Señor, - como el sentido simbólico dentro del misterio de Cristo. Ahora bien, la alusión de Juan a los símbolos sacramentales muy seguramente nace de la manera como entendían y practicaban los sacramentos en la época en que él escribió su evangelio, es decir, su fe se hacía celebración sacramental, y no solo acción ritual, como quizá la entendían los contemporáneos de Jesús.

La idea principal del capitulo 6 es la de presentar a Cristo como el enviado del Padre, es decir como el que " baja " mostrando su propia identidad como pan bajado del cielo para saciar el hambre de toda la humanidad. En los v.v. 1 – 13 es en donde aparece la multiplicación de los panes en donde Jesús reparte el pan utilizando palabras y gestos " eucarísticos " alusivos a la pascua.

En los v.v. 35 – 47 ya aparece propiamente el tema de Cristo, bajo la metáfora del pan de vida que saciará a la humanidad. Para Juan, Cristo es la respuesta salvadora de Dios, es el enviado de Dios, por tanto la primera consecuencia para los que acojan y asuman este envío, será obtener la vida y la resurrección tal como lo vemos en los v.v. 40 y 44 o en otras palabras, quien cree en él, como el pan de vida, participa de la verdadera vida en la perspectiva escatológica. Este punto es básico pues se comprende la " resurrección" como la verdadera vida desde el momento en que se acepta a Cristo como pan del Padre. Aquí es en donde comprendemos cabalmente que quien come su carne y bebe su sangre, " permanece" en Cristo y Cristo en él ( v. 56 ) y " vive " por él ( v. 57 ). Vivir es entrar en comunión con el Hijo y con el Padre, por tanto la eucaristía es para nosotros el momento privilegiado de comunión y encuentro, en otras palabras, es el cumplimiento de la realidad del misterio de Cristo.

Hay sin duda varias claves para la interpretación del capitulo 6 de Juan sobre las cuales no vamos a detenernos pero que vale la pena acercarse para comprender el sentido teológico de dicho capitulo. Para algunos autores parece un género homilético en torno al pan bajado del cielo, muy cercano a un midrash ( reflexión de un rabino ) , para otros es un discurso que va desde la comprensión del maná y la multiplicación de los panes hasta la eucaristía misma e incluso, para otro sector de especialistas, es como un haggadah pascual con preguntas y explicaciones entre las que se cuenta aquella de que Jesús es el verdadero maná bajado del cielo.

Con las anteriores claves podemos elaborar algunas reflexiones teológicas sobre la eucaristía. Ante todo, vemos el avance que parte de la fe en Cristo como Hijo de Dios y va hasta la eucaristía como sacramento ( signo sensible ) de esa fe o sea la progresión que parte desde Cristo pan de vida enviado a la humanidad, el Cristo que nos da el pan que es su carne llevándonos a la plena convicción de que quien cree no tendrá hambre. Pasamos de la comida espiritual que se manifestaba en la fe, a la comida sacramental que se manifiesta en la eucaristía. El centro de la reflexión teológica es Cristo creído y comido, es decir, se acepta plenamente al Señor una vez comido. Ahora bien no podemos olvidar, así como lo hicimos en la reflexión teológica de los sinópticos, el tono sacrificial del relato de Juan, en donde el pan que recibimos es Cristo hecho carne entregada por la vida de todos en la cruz, recordándonos que es el pastor que da la vida por sus ovejas y el hombre que muere por el pueblo.

En cuanto al tema de la vida conviene precisar que la donación tiene por objeto dar vida, tema que se acerca a la " comunión " de que habla Pablo en sus cartas a los Corintios o sea sumergirse ( comulgar con ) en la vida del resucitado para permanecer en él.

Estas reflexiones nos llevan a aquella sobre la presencia real de Cristo en la eucaristía. Juan utiliza los verbos comer y beber quizá ante la afirmación de los Docetistas que no aceptaban la realidad de la encarnación ni la realidad de la eucaristía como don sacramental. Juan desea dejar claro que Cristo se ofrece como alimento de vida, luego es una presencia dinámica no pasiva, más cercana a la donación que lleva a la vida permanente. En una palabra, es esta presencia la que lleva poco a poco, al verdadero sentido de la resurrección.

Es importante atender a las referencias que se hacen sobre el Espiritu pues únicamente puede ser El quien haga posible comprender la donación del Señor y quien ilumine a los creyentes a comprender el misterio de Cristo dado en la comunión ( o sea la participación y la entrega ) .Así pues, la acción del Espiritu debe impedir que caigamos en un sacramentalismo mágico descontextualizado de la fe en el Hijo de Dios o en un espiritualismo gnóstico en donde se niegan los sacramentos y el Espiritu actúa sin ellos.

En fin , Juan poco insiste sobre el aspecto " asamblea " o " ecclesía " de la eucaristía y se dedica más a lo eminentemente personal e individual para permanecer en Cristo, aunque no olvida la lección de servicio permanente hacia los demás patentizado en el pasaje del lavatorio de los pies.

Los otros pasajes a que hacíamos alusión al principio, son las bodas de Caná en donde el vino nuevo puede referirse a la eucaristía, pero sobre todo a la fe de los discípulos en la persona de Cristo. Tenemos tambien el pasaje de la lanza en el costado en donde se habla de sangre y agua como haciendo relación a la muerte de Cristo ( sangre ) y la acción del Espiritu ( agua ), pero el simbolísmo nos muestra más los sacramentos del bautismo y de la eucaristía que brotan de la pascua de Cristo y del costado que significa la " donación " misma del Señor a la humanidad.

Hemos así analizado varios datos tanto literarios como teológicos sobre lo que es la eucaristía en la primitiva comunidad cristiana y los diferentes relatos neotestamentarios al respecto, haciendo un esfuerzo por mirar los datos bíblicos para aprender lo que es la eucaristía desde la narración escriturística.

Vimos la fenomenología de la celebración partiendo de los nombres dados a la eucaristía, el sentido de ecclesía, el sentido de la comida, el ambiente de celebración pascual, la utilización de las bendiciones y la acción de gracias.

Vimos la teología de los relatos, los análisis sobre el memorial de la pascua de Cristo y su relación con los aspectos sacramentales, el aspecto sacrificial que proclamamos y la resurrección que anunciamos. Vimos el sentido de vida, fruto de la donación y de la comprensión de la presencia real de Cristo en diversos enfóques y en fin, el convencimiento de la comunidad que sabe de la unión con Cristo y de los frutos de la cruz para crear la fraternidad y la comunidad o iglesia.

 

Evolución eucarística en los siglos I y II.

De la Didaché o doctrina de los doce apóstoles a Ignacio de Antioquía, Justino e Ireneo de Lyon.

Después del análisis literario y teológico de los relatos de la institución de la eucaristía, en Pablo, los Sinópticos y Juan, conviene que nos vamos adentrando en el estudio de la evolución histórica de la comprensión y la celebración de la eucaristía y para esto, estudiaremos algunos documentos patrísticos importantes sobre los cuales vamos a detenernos con criterio selectivo, pues nos es imposible estudiarlos todos en el marco de este curso de teología sobre la eucaristía, sabedores que la eucaristía no podemos verla como una doctrina o como un rito, sino como una acción, como un acontecimiento y como una celebración, por eso estudiando la historia viva de la reflexión teológica y de la celebración, comprenderemos el desarrollo y la maduración de los diversos datos escriturísticos en el seno de la comunidad celebrante. Conviene estudiar esta parte histórica, pues si bien es cierto que ha habido evolución positiva sobre la eucaristía, tambien la ha habido negativa por recortes u olvidos en varios de los aspectos de este misterio legado por Cristo en el Nuevo Testamento. Debemos ser conscientes de que hemos heredado tanto los datos neo testamentarios como la conciencia de las comunidades cristianas que a lo largo de los siglos han vivido y celebrado la eucaristía. Esta clase de estudio nos hace más críticos para comparar las distintas épocas con la fuente revelada y nos hace más creativos para vivenciar la eucaristía en nuestro hoy, con nuestras circunstancias, con nuestros problemas y con nuestra cultura, ya que la teología no es repetir reflexiones del pasado pues la Palabra de Dios es, interpretación permanente de los momentos históricos que viven los hombres.

A medida que la comunidad cristiana avanza en su comprensión del misterio de salvación realizado en Cristo, va evolucionando la forma externa de la eucaristía, pues del marco de la comida se pasa a realizar unidos, los gestos del pan y el vino con la finalización de una cena en cuanto tal. En este cambio influyó tanto la cultura religiosa judeo – palestina, como la cultura helénica con una sensibilidad diferente que estiliza la celebración. Vean cómo se van reduciendo, tanto los elementos, como las formas de celebrar, quedando una sola mesa y pasando del pan normalmente utilizado al pan ázimo, el vino que todo bebían, queda solo para ser tomado por el presbítero e incluso la " comunión " del pueblo se frecuenta menos hasta el punto de casi desaparecer. Tambien se fortalece la bendición como celebración y el eje central de la eucaristía gira exclusivamente alrededor de la plegaria eucarística y desciende la importancia de las lecturas bíblicas, perdiéndose el justo equilibrio que había en esos dos elementos haciendo mayor énfasis en la " acción de gracias o eucaristía " que en "la fracción del pan" hasta terminar con una variedad de denominaciones, adjudicadas de acuerdo con la cultura en que se celebraba dicha eucaristía. Vemos así cómo se le llama misterio y se le denomina sacrificio y tambien se le da el nombre de dominica, de liturgia o incluso de synaxis ( o asamblea dominical ) y plegaria eucarística, hasta llegar al termino "misa" que no solo significaba la despedida, sino sobre todo, los formularios o unidades de oración, enviados a Dios por la comunidad para que El los reciba y escuche.

 

LA DIDACHE O DOCTRINA DE LOS DOCE APOSTOLES O TAMBIEN, DOCTRINA DEL SEÑOR A LOS GENTILES POR MEDIO DE LOS DOCE APOSTOLES.

Uno de los documentos más importantes con que contamos sobre la evolución eucarística postbíblica, es el conocido como La Didaché o Doctrina de los doce Apóstoles o tambien titulada, Doctrina del Señor a los gentiles por medio de los doce apóstoles, recolección de materiales arcaicos, quizá de origen sirio, posiblemente escrita a comienzos de la segunda mitad del siglo I o apenas iniciado el siglo II pero antes del evangelio de Juan y descubierto a finales del siglo XIX ( 1873 ) en la Biblioteca del Hospital del Santo Sepulcro de Constantinopla. Esta recolección se encontraba en un código manuscrito que además contiene dos cartas de San Clemente de Roma y la carta de San Bernabé.

La Didaché es una recolección de doctrinas y de normas concretas para organizar una comunidad, consta de 16 capítulos y contiene aspectos catequéticos y kerigmáticos como el bautismo, el ayuno, la oración, la eucaristía, la hospitalidad etc, así como algunas exhortaciones de enseñanza moral y datos prácticos de la vida comunitaria, en una palabra se trata de unas, " Instrucciones " o " didajaí ". Cabe anotar que la denominación de " doctrina de los doce apóstoles " no se refiere en ningún momento a los Apóstoles del Señor, sino a unos varones que recibieron la misión de la Iglesia de Antioquía de predicar en las comunidades recién creadas, la Buena Nueva y por eso redactan las instrucciones sobre aquello que se debe enseñar a las iglesias. No vamos a entrar en la polémica sobre si eran o no oraciones que se decían en la celebración primitiva o si eran bendiciones para la mesa con carácter ritual. Para algunos como G. Dix, es un rito de ágape, para otros como Audet, es una liturgia preparatoria a la eucaristía, para otros como Casel o Batiffol entre los católicos o Lietzmann entre los protestantes, es una verdadera eucaristía.

Lo que cuenta para nuestro curso es que reconocemos una continuidad en la linea evolutiva de la berakáh judía, pero con contenido cristiano o sea que son unos formularios utilizados en la celebración eucarística que luego se convertirán en plegaria eucarística cristiana. Las oraciones bendicionales se encuentran sobre todo en los capítulos 9 y 10 de estas Instrucciones, dedicados al pan y el vino en la celebración con la comunidad, como por ejemplo, " respecto a la eucaristía, daréis gracias de esta manera" y describe la bendición de la copa, en el capitulo 9 así, " la que nos diste a conocer por medio de Jesús, tu siervo". Esta es una alusión evidentemente cristiana a la bendición de la copa. Así como el texto de "te damos gracias por la vida y el conocimiento que nos manifiestas por medio de Jesús , tu siervo. " Igualmente el texto del capitulo 10 sobre el tema de, " te damos gracias, por el conocimiento, la fe y la inmortalidad que nos diste a conocer por medio de Jesús, tu siervo". De todas formas son pocas las alusiones y aparecen muy lacónicas. Cabe anotar que aunque en estos capítulos, los términos son eucarísticos, sin embargo, no se hace alusión ni a la muerte ni a la pascua de Cristo, tampoco se toca el tema del memorial ni del cuerpo y la sangre del Señor pero lo que más cuenta, es lo referente a la unidad de la iglesia mediante el símil de los granos de trigo unidos en el pan. De lo que sí se hace alusión es a la " penitencia o confesión " al estilo de la que aparece en el Salmo 106 o en Esdras 9, 6- 15 y tambien en Daniel 9, 3- 19. De todas formas este documento hay que leerlo con perspectiva histórica, sin querer encontrar en él conceptos técnicos de teología que han sido producto de años o siglos de reflexión.

A partir del capitulo 14 vemos el testimonio de la eucaristía y del domingo como día de la convocatoria eucarística de la comunidad. Por eso vale la pena citar el texto de dicho capítulo que nos dice " reunidos cada día del Señor, romped el pan y dad gracias, después de haber confesado vuestros pecados, a fin de que vuestro sacrificio sea puro. Todo aquél, empero que tenga contienda con su compañero, no se junte con vosotros hasta tanto no se hayan reconciliado, a fin de que no se profane vuestro sacrificio". Aparece explícito el tema de la reconciliación como requerimiento irreemplazable para la celebración eucarística, haciendo eco a las enseñanzas del sermón de la montaña.

 

SAN IGNACIO DE ANTIOQUIA.

Como lo habíamos anunciado en nuestro proyecto conviene detenernos brevemente en cuatro de las siete famosas cartas de San Ignacio de Antioquía quien a principios del siglo II las escribiera en camino hacia Roma, a diferentes iglesias y con referencias eucarísticas que nos sirven en la comprensión del todo el panorama del presente estudio y que muestran la evolución de la eucaristía en relación con los relatos del Nuevo Testamento.

En la carta de Ignacio de Antioquía a los Filadelfios, cercanos a la ciudad de Esmirna, la de Policarpo, les invita a esforzarse por usar una sola eucaristía, pues una sola es la carne y uno solo es el cáliz para unirnos con su sangre. Lo hace en el contexto de los Docetistas que prácticamente negaban la encarnación, la resurrección y por tanto la eucaristía.

En la carta de Ignacio de Antioquía a los Efesios, en el Asia Menor, hoy Turquía, les invita a partir un mismo pan que es medicina de inmortalidad. Por supuesto que no es para interpretarla como una denominación mágica, sino que para Ignacio el único y verdadero médico es Cristo. Es posible que Ignacio piense no solo en que la eucaristía preserva el alma de la muerte sino que piensa en la resurrección de la carne como efecto de la eucaristía.

En la carta de Ignacio a los Esmirneos, o sea los fieles de Esmirna frente al mar Egeo, identifica la eucaristía con la carne y la sangre de Cristo e invita a la unicidad de la celebración en torno al obispo. Y en la carta de Ignacio a los Romanos, tambien identifica el pan de Dios con la carne de Jesucristo. En esta carta tambien aparece el ataque a la problemática docetista para quien Jesús solo tuvo un cuerpo aparente. Por eso los decetistas no tomaban parte en las celebraciones eucarísticas.

En síntesis, podemos ver que en las cartas de Ignacio de Antioquía, la eucaristía es signo de la unidad de la iglesia y por eso hay una sola eucaristía presidida por el obispo o su delegado, en una palabra, eucaristía e iglesia son dos realidades perfectamente relacionadas. Además para él "la eucaristía es la carne de nuestro Salvador Jesucristo". De todas forma Ignacio asimila evangelio, caridad y fe a la carne del Señor y esto conviene precisarlo pues él identifica la carne del Señor con cosas inmateriales que no pueden ser la carne del Señor en sentido real.

 

SAN JUSTINO

 De la región de Samaría y de familia griega pagana, era filósofo de profesión y en la iglesia era laico y fundó en Roma una escuela y estando allí escribe la Apología Primera que dedica al emperador Antonino Pio y a su hijo Marco Aurelio hacia el año 150.

Los testimonios de San Justino son muy valiosos pues siendo un gran conocedor de las tradiciones romanas y palestinenses, nos describe la reunión del domingo y la liturgia eucarística como tal. Son tres las obras que de él nos quedan, siendo muy importantes tanto para la fenomenología eucarística como para la teología sobre la eucaristía. Son ellas, sus dos Apologías y el Diálogo con el judío Trifón. Muere mártir de su fe cristiana hacia el año 165 y es considerado como el mayor apologéta del siglo II.

De sus escritos vamos a detenernos brevemente, en el capítulo 65 de la Apología 1 sobre la eucaristía después del bautismo, en el capítulo 67 sobre la celebración eucarística del domingo y en los capítulos 41 y 70 del Diálogo con el judío Trifón, sobre el sentido de memorial de la pasión y de su sangre.

En el cap. 65 se nos presenta la celebración de la eucaristía después de haber celebrado el bautismo de los catecúmenos y tiene el siguiente esquema que conviene ver por lo menos en general. Primero, hay una procesión del bautisterio hacia donde están reunidos los hermanos o fieles cristianos, después, se hace la oración universal en donde se pide, por ellos mismos , por los que están dispersos en el mundo etc, es decir se trata de una oración de los fieles, luego se dan el beso de la paz, posteriormente viene el ofertorio en donde se ofrece el pan y la copa de vino mezclada con agua, seguido de una larga eucaristía o acción de gracias, terminada con el "Amén " ( o aclamación del pueblo, que tiene el significado de confirmar con la palabra lo que otro ha dicho ), y se termina con la entrega del pan y del vino los cuales llevan a los ausentes. Aparecen ya otros ministros que ayudan a la comunidad a celebrar y que serían el lector y el diácono.

En cuanto a la expresión de San Justino de " pan, vino y agua eucaristizados" debe significar que la eucaristía tiene un poder santificador y consecratorio de la asamblea, es decir, no se atribuye solo a lo que llamamos " consagración" de los elementos, sino a TODA la asamblea.

En el capítulo 67 aparece la eucaristía dominical celebrada el " día que se llama del Sol " pues Justino se dirige a los paganos, nombre que para los cristianos se convirtió en " domingo ".

Esta celebración del domingo tiene el siguiente esquema. Primero la lectura de la Sagrada Escritura, después viene la Homilía de quien preside, inmediatamente viene la oración universal, después el Ofertorio y luego la Eucaristía, que termina con el Amén del que hablamos en el esquema anterior y por último, la comunión y la colecta en favor de los necesitados. Vemos que el orden es igual a la ceremonia anterior, pero aquí hay lectura y limosna por los necesitados y observemos que esta limosna no es para los que ejercen el ministerio sino para los necesitados. Vemos cómo de esta forma la eucaristía, se prolonga en la vida socorriendo a los abandonados y permaneciendo unidos unos a otros. Se trata de resaltar la relación indestructible entre eucaristía y fraternidad o caridad fraterna.

En cuanto a los capítulos 41 y 70 del Diálogo con Trifón, se compendia en ellos el contenido de la acción de gracias por la creación del mundo, por la creación del hombre y por la liberación del pecado, enmarcando todo, en el mandato del memorial de la pasión que el Señor padeció por todos los hombres purificando sus almas de toda maldad.

Veamos por último cual era la visión teológica de San Justino en estos textos. Aunque se refiere más al rito que a la celebración eucarística, nos da una idea muy armónica del conjunto de la celebración central de la liturgia cristiana.

Conste que ya llevamos por lo menos un siglo largo de vida cristiana y aún quien preside la celebración no tiene un esquema fijo y único para dicha celebración, sabe improvisar, lo que significa, sabe sostener un mismo discurso eucarístico que termina con el amén del pueblo. Ciertamente que el rito es sencillo y hasta pobre aunque se insinúa un rito de presentación de ofrendas, pero lo más importante es el sentido de " encuentro" que Justino le da para resaltar el espiritu de caridad y de ayuda mutua que debe preceder y seguir a la celebración, pues la eucaristía es inseparable de la vida concreta, anclada en la realidad. Tocará incluso sacrificar algunos elementos que por muy legítimos que parezcan obstaculizan una celebración cada vez más sencilla al estilo de la propuesta por Justino. Vale la pena precisar que en los textos de Justino de la misma forma como la Palabra hizo que Jesús fuera nuestro Salvador, igualmente las palabras que Jesús pronunció sobre los elementos del pan y del vino, hacen que se conviertan en su cuerpo y en su sangre.

 

SAN IRENEO DE LYON

Tambien en el siglo II contamos con un testimonio que no quisiera dejar pasar desapercibido y es el que se consigna en la obra de San Ireneo de Lyon "Contra las herejías gnósticas " ( Adversus Haereses ). Ireneo nace en Asia Menor hacia el año 140, es discípulo de Policarpo de Esmirna. Por el año 170 es nombrado Obispo de Lyon en las Galias, hoy Francia.

Al combatir a los gnósticos nos deja una exposición sobre la fe enseñada por los Apóstoles, convirtiéndose podríamos decir, en el Padre de la teología católica, en donde explica el sistema gnóstico y refuta sus errores. Es en el Libro 4, c.17, n. 5 ss y en el c. 18.n. 4 – 5, en donde aparecen los textos eucarísticos. Conviene recordar que el principal problema de los gnósticos es el dualismo o sea la oposición entre Dios, ser supremo y la materia, como origen del mal, por tanto para los gnósticos, la carne no puede resucitar porque es mala e incapaz de vida eterna. La otra afirmación de los gnósticos como de los docetistas que ya conocemos, es que Jesús no tuvo cuerpo real sino aparente o espiritual. Para los gnósticos la salvación está entonces en el conocimiento de lo espiritual, de ahí que Ireneo afirme que la materia y el conocimiento son creados por Dios y subraye la unidad del mundo, rechazando el que la materia sea mala en sí.

Entonces el pan y el vino son asumidos por Cristo como sacramento salvador, por tanto, quien no admita la creación como buena no puede admitir a Cristo como encarnado, ni tampoco puede celebrar la eucaristía pues por basarse en elementos materiales. Así pues, el pan se convierte en el cuerpo del Señor es decir, en eucaristía y encierra dos elementos el material y el espiritual.

No es que Ireneo defienda la eucaristía en sí misma, sino que al justificar la bondad de los elementos materiales que hacen parte del plan de salvación, el cuerpo del Señor nos alimenta y nos salva. Así queda clara nuevamente la presencia real de Cristo en los elementos del pan y del vino y en todos los que de ellos participen.