El cardenal Arinze aclara los motivos de la instrucción sobre la Eucaristía
No debe sorprender el interés de la Iglesia por preservar su mayor tesoro en la
tierra
CIUDAD DEL VATICANO, martes, 25 mayo 2004 (ZENIT.org).-
«La Eucaristía es el tesoro más grande que tiene la Iglesia en la tierra: es
Cristo mismo. ¿Puede sorprender el que la Iglesia preste atención para proteger
y salvaguardar la celebración de este augusto misterio y promueva su culto?»,
pregunta el cardenal Francis Arinze.
El purpurado nigeriano es el prefecto de la Congregación para el Culto Divino y
la Disciplina de los Sacramentos, el dicasterio de la Santa Sede que publicó el
pasado 23 de abril la instrucción
«Redemptionis
Sacramentum» sobre algunas cosas que se deben observar o evitar acerca de la
Santísima Eucaristía.
En esta entrevista concedida a Zenit aclara los motivos que han llevado a la
publicación del esperado documento.
--Al leer la instrucción, resulta evidente que en las últimas décadas la
práctica de la Eucaristía ha sido descuidada en las formas litúrgicas y
debilitada en su significado profundo. ¿Cuáles son los objetivos que se plantea
la instrucción?
--Cardenal Arinze: El objetivo de la instrucción «Redemptionis Sacramentum» es
alentar la observación de las normas concernientes a la celebración de la santa
Eucaristía y alentar el culto a la santa Eucaristía fuera de la misa, como son
las visitas al santísimo Sacramento y la hora eucarística, las bendiciones, las
procesiones, los congresos eucarísticos. Como respuesta a la directiva dada por
el Santo Padre en el párrafo 52 de su carta encíclica «Ecclesia de Eucharistia»,
la instrucción debía mencionar expresamente algunos abusos y pedir que sean
evitados.
--Usted ha declarado a «Radio Vaticano» que la celebración de la Eucaristía
no es un acto ecuménico, y mucho menos interreligioso. ¿Podría explicarnos mejor
qué es lo que quería decir?
--Cardenal Arinze: La celebración eucarística no es una celebración ecuménica
porque es una celebración interna de la Iglesia católica. Es la celebración más
elevada de la Iglesia y de los católicos que están en plena comunión de fe y
costumbres con el Papa y con los obispos en comunión con él.
Una celebración ecuménica es algo bueno cuando está debidamente aprobada por los
jefes de las comunidades religiosas cristianas involucradas. Un ejemplo, es una
oración o un servicio bíblico realizado por católicos, ortodoxos, anglicanos,
luteranos y presbiterianos. Una celebración ecuménica es algo muy diferente a la
misa.
Está claro que la celebración eucarística no es un servicio religioso para
judíos, musulmanes, hindúes, y seguidores de las religiones tradicionales.
Aquello en lo que creemos orienta la manera en que rezamos.
--En Estados Unidos y en Europa ha estallado el debate sobre la coherencia de
los políticos católicos. Se han dado casos en los que políticos que se declaran
católicos, sin embargo, votan o hacen declaraciones que están en contraposición
abierta con las enseñanzas del magisterio católico, como es evidente en el caso
de leyes que facilitan el aborto, la eutanasia, los matrimonios homosexuales, la
difusión de sistemas anticonceptivos que atentan contra la vida. La comunión de
estos personajes públicos crea escándalo entre los fieles. La instrucción,
¿afronta este problema? ¿Cuáles son las indicaciones que ofrece la Congregación
de la que usted es prefecto?
--Cardenal Arinze: La Teología Moral y el Derecho Canónico explican quiénes son
los católicos que pueden o no pueden recibir la santa Comunión. La instrucción «Redemptionis
Sacramentum» menciona algunos de estos detalles en los párrafos 81 y 82, pero no
examina la cuestión que usted plantea directamente. Corresponde a los obispos en
cada diócesis y país explicar a sus fieles esta disciplina, así como la doctrina
en que se basa.
--La instrucción «Redemptionis sacramentum», más que subrayar las faltas
recalca la importancia central de la Eucaristía. ¿Qué importancia tiene la
Eucaristía para la vida de la Iglesia?
--Cardenal Arinze: El sacrificio eucarístico es «la fuente y cima de toda vida
cristiana» («Lumen Gentium», 11). La Eucaristía se encuentra en el centro de la
vida de la Iglesia (Cf. «Ecclesia de Eucharistia», 3). La Eucaristía es el
tesoro más grande que tiene la Iglesia en la tierra: es Cristo mismo (Cf. «Presbyterorum
Ordinis», 5). ¿Puede sorprender el que la Iglesia preste atención para proteger
y salvaguardar la celebración de este augusto misterio y promueva su culto?
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