BAUTISMO DE NIÑOS

Sacado de la web de la Iglesia luterana argentina "Cristo nuestra justicia": http://comunidad.ciudad.com.ar/arge...os/bautismo.htm


Bíblicamente el bautismo de niños revela la gracia de Dios de una manera notable.
Cuando se bautiza a un niño, éste no es consciente de lo que ocurre. No puede apreciar lo que sucede, esbozar una sonrisa o decir "gracias". El niño, tan pequeño, nada puede ofrecer a Dios.

Sin embargo, Dios ha venido para ese niño en Cristo y se dio a Sí mismo por él. Este retoño de humanidad es, para Dios, un hijo, heredero de la promesa. El Señor regala vida eterna por medio de Jesucristo, que compró por precio a todos sus hijos derramando su Sangre preciosa en el Calvario. El Rey de Reyes y Señor de Señores es el amor mismo que toma en sus brazos a una pequeña persona.

Así es la Gracia de Dios: su bondad y preocupación por todos nosotros, que nada merecemos. El padre dio a Cristo por este mundo tan sombrío, lleno de rebelión, pleno de odio, sarcasmo y crueldad. A nosotros, que nada podemos ofrecerle, nos lo dio todo juntamente con Cristo.

El Bautismo, como la Santa Cena, es un Sacramento. En él Dios da, en tanto el hombre recibe. Es un Medio de Gracia instituido por el Señor Jesús. Los Sacramentos son la Palabra visible. Sin fe, nada son. Pero tanto la Palabra como los Sacramentos, producen fe, traen el perdón de los pecados, nos regalan la gracia de Dios y la salvación.

El Señor desea, ciertamente, que los niños sean cubiertos por Su misericordia. Nadie tiene derecho a decir que ellos han de ser excluidos. "Dejad que los niños vengan a mí, y no se lo impidáis... el que no recibe el reino de Dios como un niño no entrará en él... Por lo tanto, id y doctrinad a todos los gentiles, bautizándolos..."

El Bautismo y la Santa Cena fueron instituidos por el Señor no sólo como distintivos para conocer exteriormente a los Cristianos, o como ceremonias de ingreso a la congregación cristiana, sino que son señales y testimonios objetivos de la voluntad divina hacia nosotros para despertar y fortalecer nuestra fe. Por eso los Sacramentos exigen fe y se emplean rectamente cuando se reciben con fe y, de ese modo, la fortalecen.

Si sus hijos no están bautizados, haga que conozcan, por medio del bautismo, el amor eterno y misericordioso de Dios. Si sus hijos ya están bautizados, recuerde y hágales presente lo preciosa que es la gracia de Dios que les ha sobrevenido.

Apéndice

Hemos recibido consultas de personas Bautistas y de otras denominaciones que sólo bautizan adultos y por inmersión (los Luteranos ortodoxos bautizamos tanto por inmersión, como efusión y aspersión, de acuerdo con las Escrituras). Nos han preguntado sobre el fundamento bíblico de nuestra doctrina, tan claramente enseñada por Lutero en sus Catecismos Menor y Mayor.

Para responder adecuadamente a estas consultas, en primer lugar debemos establecer lo siguiente:

1) ¿Cuáles Sacramentos instituyó el Señor Jesucristo?.
2) ¿Qué es un Sacramento?.

Por la Sagrada Escritura sabemos que el Señor Jesús instituyó los Sacramentos del Santo Bautismo y de la Santa Cena, Comunión o Mesa del Señor.

Un Sacramento es a) Un acto sagrado y b) Un vehículo de la Revelación de Dios entre los hombres, en la Persona de Cristo. En el caso de los Sacramentos del Bautismo y la Mesa del Señor (o Sacramento del Altar), éstos se componen de un sencillo elemento (agua = el Bautismo; pan y vino = la Mesa del Señor), ligado a la Palabra externa ( = públicamente pronunciada y predicada) de Dios. Así, decimos que es la Palabra sola la que hace al Sacramento.

¿Y cómo sabemos que los Sacramentos son Sacramentos? Porque sólo ellos a) Fueron instituidos por Cristo mismo; b)Tienen la Promesa del Perdón de pecados.

Entre los Sacramentos, por ello, también podemos enumerar la Absolución.

Comprendemos, así, que los Sacramentos son beneficios de Dios y actos de Su Bondad gratuita hacia los pecadores, por los cuales El ofrece y aplica el Perdón de Pecados a quienes, de entre esos pecadores, quebrantados por la Ley, acuden al consuelo del Evangelio. Esto Dios lo hace a través de los Medios de Gracia: la Palabra y los Sacramentos.

En los días de la Reforma, grupos disidentes se apartaron de Lutero y los padres luteranos, pregonando, entre otras cosas, el re-bautismo de los adultos, ya que negaban el Bautismo de los niños. A estos se los conoce como Anabaptistas (o "rebautizantes"). Su principal error consistía (y consiste) en no entender que el Sacramento del Bautismo es un acto de Dios sobre el hombre engendrado en el pecado, y NO un acto humano ante Dios y la Iglesia para demostrar que uno es creyente. Por este error niegan el bautismo infantil varios seguidores de aquellos "anabaptistas": los Bautistas, Pentecostales, Adventistas y otros, y también los cultos no cristianos, como los Mormones y los Testigos de Jehová.

Los luteranos ortodoxos confesamos, pues, que el bautismo no es solamente simple agua, sino que es el agua comprendida en el mandato de Dios, ligada con la Palabra de Dios: "Id, y doctrinad a todos los gentiles, bautizándolos en el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo" (Mateo 28:18-20; Lucas 3:2-3; Juan 1:33).

En el caso de los niños, son bautizados los que nacen dentro de la iglesia o cuando son llevados al Bautismo por los que tienen autoridad sobre ellos (generalmente sus padres) (Marcos 16:15-16). ¿Por qué se incluye, pues, a los niños en el Bautismo?. 1) Porque están incluidos en la frase: todos los gentiles o: todas las naciones; 2) Nacen con pecado y son carne; necesitan la regeneración al igual que un adulto; 3) Los niños tienen fe, y en esta fe son bautizados. (Marcos 10:13-15; Juan 3:5-6; Mateo 18:6; Hechos 16:15; 16:33).

El Bautismo salva (Marcos 16:16; Mateo 28:19; Lucas 7:30; 1 Pedro 3:21 ?todas nuestras citas en español son de la Biblia versión Reina Valera 1960 y RV 1909, revisión 1979); ofrece e imparte el Perdón de pecados ganado por Cristo en la Cruz (Hechos 2:38; 22:16; Romanos 6:3; Gálatas 3:27; Efesios 5:26; 1 Pe. 3:21); y regenera, creando y fortaleciendo la fe ?que es la mano que recibe el Perdón (Tito 3:5; Juan 3:5; Colosenses 2:12). Los niños, hijos de padres Cristianos son impíos por naturaleza, hijos de la ira (Juan 3:6; Efesios 2:3), y necesitan del Bautismo tanto como los adultos.

El Bautismo confiere el Perdón de pecados, redime de la muerte y del diablo, y da la vida eterna a todos los que creen lo que dicen las Palabras y las Promesas de Dios (Gálatas 3:26-27; 1 Pedro 3:20-21; Tito 3:5; Efesios 5:25-26).


Pues eso. Sola Scriptura pura y dura al servicio de la regeneración bautismal y el bautismo de niños