El Budismo

4. ¿Religión, mística o filosofía de la vida?

 

Se observará que en la doctrina de Buda no se habla de Dios, ni de la creación del mundo, ni de si el mundo es eterno o ha tenido un principio o si tendrá algún fin. En sus predicaciones siempre se negó responder a las preguntas que se le hicieron al respecto. Buda se centró solamente en el dolor humano y dejó una enseñanza para superarlo. Ello ha llevado a algunos estudiosos a negar que el budismo sea una religión, afirmando que es solamente una mística, o incluso tan sólo una filosofía de la vida.

Pero la presencia central del nirvana en la doctrina de Buda, la reiteración constante de su carácter trascendente, es decir, no mundano, y la obstinación por no decir nada de él, ya que su realidad supera todo lo que hay en este mundo, incluidas las palabras con las que podríamos explicarlo, hace que el budismo sea paradójicamente una forma distinta de apuntar hacia la realidad divina.

El nirvana sería así el equivalente de lo que en las religiones monoteístas llamaríamos el estado de felicidad junto a Dios; el “cielo”, en definitiva. Y como no podemos tener experiencia de qué sea esa realidad trascendente, la mejor forma de referirnos a él ha de ser el silencio y la espera confiada.

Ahora bien, la diferencia fundamental con la salvación, tal como la conciben las religiones monoteístas, está en que en el budismo primitivo nada se dice de que el hombre que ha entrado en el nirvana viva positivamente este estado de felicidad, sino que más bien parece apuntarse a un estado de inconsciencia, que, por implicar la cesación del dolor de vivir, reviste los caracteres de una paz infinita.