SANTO ROSARIO

VARIAS FORMAS DE REZARLO


En el s. XVI el Papa San Pío V presentaba esta devoción popular: 
“El rosario o salterio de la bienaventurada Virgen María es un modo 
piadosísimo de oración y plegaria a Dios, modo fácil al alcance de 
todos, que consiste en alabar a la santísima Virgen repitiendo el 
saludo angélico por ciento cincuenta veces, tantas cuantas son los 
salmos del salterio de David, interponiendo entre cada decena la 
oración del Señor, con determinadas meditaciones que ilustran la 
vida entera de nuestro Señor Jesucristo”.

Ya en el s. XII los monjes que no sabían leer sustituían el rezo del 
salterio davídico, por el saludo del ángel: “Dios te salve María”. 
Después se añadieron las palabras que, según los evangelios, dijo 
a María su pariente Isabel:“El Señor está contigo, bendita eres entre 
las mujeres y bendito el fruto de tu vientre”. Y en el siglo XV se 
difundió la costumbre de recitar una invocación de los 
cristianos:“Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros 
pecadores”.

Como para su recitación los 150 salmos se dividían en tres partes 
de 50, así también se hizo en el Rosario:

En la primera parte se meditan los acontecimientos o Misterios 
Gozosos en la vida de Jesús.

En la segunda parte los Misterios Dolorosos.

Y en la tercera los Misterios Gloriosos o la glorificación de Cristo. 
Junto a la figura del Hijo, siempre sale también María.

La tradición atribuye a Santo Domingo de Guzmán la fundación 
del Rosario; y los dominicos han sido los difusores más entusiastas 
de esta devoción muy extendida en el pueblo cristiano y 
recomendada insistentemente por el magisterio pontificio.

Al terminar los misterios del rosario, es costumbre generalizada 
recitar la letanías o invocación de María con distintos títulos. Los 
cristianos creemos que Dios no es un solitario detrás de las nubes, 
sino alguien que nos acompaña dando vida y aliento a todo. Su 
presencia de amor se manifiesta en las mujeres y hombres santos, 
entre los cuales destaca María la madre de Jesús. Por eso la 
devoción especial de los cristianos a María es celebración gozosa 
de Dios que se ha revelado y se revela como amor en nuestra 
historia.

* * * * *

PRIMERA FORMA

Misterios Gozosos
En ella contemplamos amorosamente cinco misterios de gozo de 
Cristo y de María, y espiritualmente nos adherimos a ellos. 
Queremos estar presentes para participar desde la fe en su espíritu 
y belleza


Primer Misterio: 
Encarnación del Hijo de Dios y Anunciación a María 

Desde tiempo inmemorial Dios venía comunicando al pueblo de 
Israel, por sus profetas, que un día les enviaría a un Mesías 
Salvador. En este misterio confesamos que el Mesías es Cristo, Hijo 
de Dios, y que fue concebido en las entrañas de una doncella, la 
Virgen María, por obra del Espíritu Santo. En el Adviento deseemos 
"concebirlo una vez más en nuestro corazón", para que vaya 
tomando morada dentro de él.


Segundo Misterio:
Tras la Anunciación, María visita a su prima Isabel 

María fue la mujer que mejor supo celebrar el Adviento del pueblo 
de Israel, a la espera del Mesías prometido. Y cuando aconteció 
que, por obra del Espíritu, lo concibió en su seno, marchó a 
compartir el gozo y la responsabilidad con Isabel, su amiga fiel, que 
también había sido agraciada por Dios. ¡ Buena es la amistad de los 
amigos de Dios y su mutua ayuda ! 


Tercer Misterio:
Nacimiento de Jesús, el Mesías, Hijo de Dios 

Jesús, el Mesías, el esperado ardientemente durante nueve 
meses por María y José, nació entre nosotros. Pocos más que ellos 
dos supieron de su llegada. Muy pocos le esperaban. Y casi 
ninguno le acogió en su hogar, en sus brazos, en su corazón. "Los 
suyos no lo recibieron", dice Juan el evangelista. .... Nosotros 
mismos ¿no actuamos muchas veces como si Dios no hubiera 
venido? Es tiempo de abrirle nuestro corazón. 


Cuarto Misterio:
La presentación de Jesús en el Templo

José y María, como honrados y fieles israelitas, acuden al 
Templo, presentan a su Hijo, y ofrendan a Dios lo mejor que 
poseen, a él. Y en el Templo, iluminados en su fe, limpios de toda 
mancha, reciben la Palabra profética por medio del anciano Simeón: 
... la ofrenda del Hijo ha sido aceptada por Dios, y a esa ofrenda no 
le faltarán gotas de sangre que teñirán a todos de dolor redentor. 


Quinto Misterio:
Jesús perdido y hallado en el Templo 

¡Una gota de sangre en ofrenda! .... El Hijo ha crecido lo 
suficiente para gozar de cierta independencia, y en el Templo se 
entretiene con amigos jóvenes y entra en coloquio con los sabios y 
sacerdotes. Se entusiasma en la disputa por el espíritu de la 
Escritura y lee en perspectiva nueva la Revelación del antiguo 
Testamento. Sus padres se van ... Y luego se sorprenden de la 
actitud del Hijo, al que no pueden comprender en toda su grandeza. 
¡Horizonte de Hijo de Dios!



Misterios Dolorosos
En ella contemplamos con amor y fe cinco misterios de dolor que 
son otros tantos momentos de vida y de sacrificio redentor sufridos 
por Cristo y por María en favor nuestro. Es la lección sublime de 
que toda redención se hace en amor y lágrimas. 


Primer Misterio:
Jesús ora con angustia en el Huerto de los Olivos


Jesús, tras los años de juventud laboriosa en el taller, y de piedad 
en la sinagoga y en su hogar, se marchó al desierto. Y de alló volvió 
para anunciar -humilde- su mensaje: el Mesías, Hijo de Dios, está 
aquí y anuncia un mundo nuevo de hijos y hermanos, por la justicia, 
la verdad, el amor ... Antes de tres años, escribas, fariseos y 
sacerdotes decidieron... Él lo sabe y en Getsemaní se prepara a 
sufrir. ¡Padre, que pase de mí este cáliz...! 


Segundo Misterio:
Hecho preso, atado a la columna, Jesús es flajelado 

¡Qué duro es ser redentor! Y lo es porque los hombres no 
queremos ser redimidos sino vivir en nuestro pecado. Jesús buscó 
nuestra salvación por el amor, la justicia, la paz, y ahora 
descargamos sobre su cuerpo azotes con desamor, injusticia, 
violencia.... ¡Dios mío, cuántos son los hombres en el mundo en 
cuyas espaldas Cristo sigue hoy recibiendo nuestros azotes, ... 
porque su bondad y generosidad nos molesta! 


Tercer Misterio:
Jesús es coronado de espinas 

Esta es la tercera escena de un drama vivo colmado de burlas. 
Quien fue traidor en el Huerto, y luego largó Azotes sin compasión, 
ahora pone Corona de rey al justo, para escarnecerlo. ¡Mal 
entendemos los hombres la comprensión, la tolerancia, el respeto, 
la verdad del otro ...! Preferimos seguir la "burla" para no vernos 
señalados con el dedo. Pero quien en este drama sufre la burla de 
"Rey" es Cristo.... ¿Reina al menos en nuestro corazón?


Cuarto Misterio:
Jesús con la cruz a cuestas, camino del calvario

Jesús, como un desconocido de la mayoría, como un malhechor 
para quienes le ven en el espejo de la ley, y como el redentor para 
nosotros, carga con la cruz, tropieza y cae por la calle de la 
amargura, y mucha gente ni se altera ... Sólo quien ve y ama la 
verdad en la luz, justicia y amor, valora la grandeza de esta cruz: 
escándalo para los gentiles, pero consuelo para los creyentes.


Quinto Misterio:
Jesús muere en la cruz

La muerte de Jesús ¿es una más, como la de malhechor, fuera de 
la ciudad ?... No. Es la muerte del Hijo de Dios que entrega toda su 
naturaleza mortal, de carne y hueso, en aras del amor por nosotros. 
.. Es nuestra salvación. ... Sólo la fe puede decirlo. Pero lo dice. 
Jesús, muriendo, pone su vida y se pone a sí mismo en manos del 
Padre, y pide que nosotros también lo hagamos.



Misterios Gloriosos
En ella contemplamos el triunfo de Cristo, de María y nuestro, por 
virtud de la resurrección del Señor, en cinco misterios de gloria que 
nos colocan con Cristo y María más allá del tiempo, de la historia, 
de la fragilidad mortal. 


Primer Misterio:
La Resurrección de Jesús, el Hijo de Dios 

Quien en la fe reconoció a Jesús como Hijo de Dios hecho niño y 
carne mortal, le vivió después Hijo de Dios vestido con túnica de 
burla, azotado, crucifidado, muerto y sepultado. Ahora ha de 
contemplarlo triunfante sobre la muerte. ¡El mismo que murió vive y 
vive para siempre! Él es ahora el Señor, el que abre nuestro camino 
de gloria y nos enseña a mirar al Cielo desde el vivir comprometido 
en la tierra.


Segundo Misterio:
Jesús resucitado asciende al Cielo 

Quien triunfó de la muerte ya no volverá a ser víctima de las 
ingratitudes humanas. En este suelo de dolor ya no tiene lugar. Su 
morada es Dios. Hacia él subió una vez, pero nosotros lo 
celebramos mil, porque de todos sigue tirando poco a poco, gracia 
a gracia, para que participemos de su gloria... La lección es clara: 
aprendamos a vivir en este mundo con la mirada en el otro, donde 
él reina.


Tercer Misterio:
El Espíritu Santo desciende sobre los apóstoles 

El Padre nos amó y envió a su Hijo a poner su tienda entre 
nosotros. El Hijo nos redimió y, ya glorioso, envió con el Padre al 
mismo Espíritu que procede ambos, para animar e iluminar nuestra 
vida.... María, la Iglesia, los Apóstoles, tú y yo lo recibimos ahora 
como fuerza espiritual que nos mantiene en la fe, la esperanza, el 
amor y la misión. ... ¡Ven, Espíritu, y renueva nuestra vida!


Cuarto Misterio:
María, madre de Jesús, es elevada al Cielo por su Hijo 

Madre e Hijo siempre unidos: en la Anunciación, en la Natividad, 
en la Epifanía de salvación, en la Cruz ... Ahora la Señora asciende, 
tras la huella del Hijo, y por la virtud del Hijo, a la gloria que bien ha 
merecido derramando hasta su alma por nuestra salvación, con 
Cristo.... Ella asciende al Padre, por gracia; no pensemos nosotros 
en lograrlo por méritos. Pidamos que la gracia nos alcance.


Quinto Misterio:
Coronación de María como Reina de todo lo creado 

María es reina a título de Madre. Y en ello nos complacemos 
todos los redimidos. Dejemos a la imaginación que nos la haga 
presente, en el espíritu , tal como el arte la ha intuido: bajo la mano 
poderosa del Padre que corona, acompañado del Hijo que le sonríe, 
y llena del Espíritu bajo cuyo vuelo de paloma se recrea, y alarga su 
mirada mediadora hacia nosotros.
* * * * *

FORMA SEGUNDA


MISTERIOS GOZOSOS

En ellos vamos a compartir los días alegres de Jesús, María y 
José 


Primer misterio: 
La Encarnación del Hijo de Dios, tras la Anunciación del ángel a 
María.

Nadie más que ella, María, supo el acontecer de aquella 
maravillosa escena. María, silenciosa, saboreaba la satisfacción de 
tener a Dios consigo, y vivía también la tristeza de José, su amado 
esposo, que dudaba de ella.. El SÍ de María significa entrega, 
aceptación y abandono a la volutad de Dios. ¡Acaso a nosotros nos 
pida también el Señor un SÍ generoso, como el de María!.

(Recemos un Padrenuestro, 10 Avemarías y Gloria al Padre...)


Segundo misterio:
La visitación de María a su prima santa Isabel 

María, al conocer el estado de buena esperanza de su prima se 
dirigió con presteza hacia Judea, y después de varios y duros días 
de camino llegó a Ain-Karím, donde vivía Isabel. El gozo de María, 
que quiso compartir con Isabel, era tan puro y recatado como 
dilatado. Por eso en un momento estalló en las palabras del 
Magníficat, declarando que todo en ella es gracia. Compartámosla 
también nosotros.


Tercer misterio:
El Nacimiento del Hijo de Dios 

Meditamos en este misterio cómo Dios toma la naturaleza humana 
y nace en Belén, en una cueva de pastores, porque no había lugar 
para él y para sus padres en la posada (Lc 2,6-7). María sufrió la 
incomprensión y falta de compasión de los betlemitas, pero se sintió 
dichosa de velar el sueño de su Hijo y de adorarlo como a Dios. Con 
María, adoremos también nosotros a Jesús recién nacido.


Cuarto misterio:
Presentación de Jesús en el templo y Purificación de María.

En la meditación de este misterio nos acercamos con María, la 
agraciada por el Padre, al templo de Yavé. María lleva en brazos a 
su Hijo. José lleva una ofrenda cálida y pobre: dos palomas. Pero al 
verlos, Simeón, el venerable y anciano Simeón, que los recibe, 
irrumpe en un cántico de gloria y bendición. Ya es feliz, pues ha 
visto al Salvador, aunque ha visto también que una espada herirá 
dos corazones: el de María y el de Jesús. En el gozo ya empieza el 
dolor...


Quinto misterio:
Hallazgo de Jesús en el Templo 

A los doce años Jesús comenzó a actuar con personalidad propia 
y se quedó en el Templo hablando con los doctores. Sus padres 
lloraron su pérdida... Al encontrarlo en Jerusalén, le preguntaron 
llorosos: Jesús, ¿por qué nos has hecho esto? Y él les respondió, 
con amor, que se encontraba en la casa y en los asuntos del Padre. 
El misterio lo envolvió todo ... 

Hermana Visitación
Dominicas. Anunciata. Valladolid


Misterios dolorosos
En ellos acompañamos a Jesús con María en su vía dolorosa


Primer misterio:
Agonía de Jesús en el huerto de los olivos 

"Pase de mí este cáliz, decía Jesús en su angustia, pero no se 
haga mi voluntad sino la tuya, Padre"(Lc 22,42). Estas palabras nos 
revelan hasta qué punto Cristo había asumido nuestra condición 
humana, dejándose invadir por la tristeza y angustia. Era inocente, 
pero sufría, y un ángel hubo de consolarle en la aflicción, mientras 
los discípulos dormían. Seamos también nosotros ángeles de 
consuelo.


Segundo misterio:
La flagelación del Señor con látigos

"Entonces Pilatos, dice el evangelio, tomó a Jesús y le hizo azotar" 
(Jn 19,1). No lo hizo de buena gana, pues su mujer le advirtió de 
sueños premonitorios, pero hubo de ceder al clamor de la turba: 
¡Crucifícale,crucifícale..! Muchas veces la justicia es manipulada por 
intereses torpes y mezquinos. No seamos nunca cómplices de 
malquerer a nuestros hermanos. Que la Navidad se haga luz en 
nuestra vidas.


Tercer misterio:
Jesús es coronado de espinas

Por si la flegelación hubiera sido poco tormento, Pilato expuso a 
Jesús al pueblo, vistiéndolo de púrpura y coronándolo de espinas. 
En su torpeza dijo al pueblo: ¡aquí tenéis al hombre! Y el pueblo, en 
vez de compadecerse, se exaltó: ¡Crucifícale...! Perdónanos, Señor, 
nuestras flquezas y ten misericordia, pues nos amas y sufres por 
nosotros, con el gozo de liberarnos del mal.


Cuarto misterio:
Jesús con la cruz a cuestas, camino del calvario

En el camino de la amargura, Jesús encontró un hombro amigo 
que compartió con él la cruz, y se gozó en que unas mujeres 
lloraran su dolor. ¡Cuánto se alivian las amarguras, si se comparten! 
Que nuestro proceder sea siempre manifestación de ternura y 
alegría de compartir gozos y penas.


Quinto misterio:
Crucifixión y muerte del Salvador 

"Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen" (Lc 23, 34). 
Así oraba Jesús al Padre desde el madero de la cruz. ¡No era un 
criminal ajusticiado sino un Salvador que moría de amor por 
nosotros..! Bien lo supo el buen ladrón. Mejor lo supo María, que 
nos tomó por hijos porque su Hijo se lo pidió.....

Hermana Visitación
Dominicas. Anunciata. Valladolid


Misterios gloriosos
En ellos nos alegramos con Jesús y María en el triunfo. 


Primer misterio:
La Resurrección del Señor

En la comunidad de discípulos, una tras otra se fueron recibiendo 
las apariciones de Jesús, y, con ellas, la certeza de que el Señor 
vivía. Había resucitado para vivir eternamente. Creerlo firmemente 
es un don de fe. De una fe que hace posible la alegría, la paz, la 
comunicación de la gran noticia a todos los hombres. ¡Jesús vive y 
nosotros viviremos con él!


Segundo misterio:
La Ascensión del Señor a los cielos 

"¿Qué hacéis ahí parados, mirando al cielo?", decía una voz a los 
discípulos que contemplaron su elevación entre las nubes (Hc 
16,15). Animaos, caminad por el mundo llevando la buena noticia. 
"Id y predicad" (Mc 16,15). En el cielo os aguardo. Gocémonos en 
nuestra fe cristiana y atraigamos a otros hombres a nuestro hogar.


Tercer misterio:
El Espíritu Santo desciende sobre los apóstoles

Jesús lo había prometido, pero los discípulos no se lo entendían. 
El Espíritu Santo era una necesidad para la primitiva comunidad 
cristiana, asustada, confusa, dispersa...Cuando Jesús y el Padre 
enviaron su Espíritu y éste inundó de gracia los corazones 
atemorizados, todo cambió. Una vida nueva comenzaba para la 
Iglesia. En ella estamos. De ella nos alimentamos.


Cuarto misterio:
La Asunción de María a los cielos

La Asunción es como la apoteosis de gloria de María. Es el final 
del camino realizado en la fe, en la materinidad, en la 
corredención... Quien la reconoció "madre", Jesús, la lleva consigo 
para siempre a participar de la gloria e interceder por nosotros, los 
redimidos, los pecadores. ¡María, madre de miseridoria, acuérdate 
cada día de nosotros!


Quinto misterio:
La Coronación de María, Reina y Señora de todo lo creado 

En este misterio todos nos sentimos felices al ver a María, la 
madre de Jesús, Hijo de Dios, coronada por toda la eternidad. Es 
nuestra Reina en el amor, en el corazón, en la gracia, en la 
animación apostólica, en el saber sufrir y trabajar. Pidamos que 
desde su trono nos mire con benevolencia, nos atraiga con ternura 
y nos impulse a seguir a su Hijo, Jesús.
Hermana Visitación
Dominicas. Anunciata. Valladolid

* * * * *
FORMA TERCERA

Misterios Gozosos
En la primera parte del rosario se meditan cinco acontecimiento o 
misterios de la vida de Jesús donde también está su madre. Cada 
diez avemarías, se formula el misterio a contemplar:

Primer Misterio:
La Anunciación.

El ángel Gabriel irrumpe inesperadamente, y dice a María que 
Dios la favorece con su amor y ha sido elegida para ser madre del 
Mesías. María no lo entiende, tiene muchos interrogantes; sin 
embargo sale de su propia tierra y confía: "Aquí está la pobre del 
Señor". Ella es modelo de creyente: el que se fía de la palabra de 
Dios y actúa en consecuencia saliendo de su propia tierra.


Segundo Misterio:
La visita a Santa Isabel. 

Visita de María a su pariente Isabel. María se ha entregado a la 
voluntad de Dios, y en seguida se pone en camino para ayudar a su 
pariente Isabel. Escuchar la palabra del verdadero Dios, Padre que 
quiere la vida en plenitud para todos, exige comprometernos para 
que todos y todas puedan vivir.


Tercer Misterio:
El nacimiento de Jesús 

El nacimiento del Hijo de Dios. Según la fe cristiana, el que es 
Palabra eterna e Hijo de Dios, ha nacido de una mujer. Y así es 
alguien que pertenece a nuestra raza y corre nuestra misma 
aventura. Podemos decir que en la encarnación el Hijo de Dios se 
ha unido en cierto modo con todos los miembros de nuestra 
humanidad.

Cuarto Misterio:
La presentación de Jesús en el Templo 

Presentación del niño Jesús en el templo. Jesucristo es Hijo de 
Dios “nacido bajo la Ley”; en todo igual a nosotros “manos en el 
pecado”. María y José, como los demás padres, son los encargados 
de que ese niño lleve de verdad una existencia humana como 
miembro de un pueblo con su religión y costumbres.


Quinto Misterio:
Jesús perdido y hallado en el Templo 

El niño perdido y hallado en el templo. Según el evangelista 
Lucas, Jesús sólo tenía doce años cuando hablaba rodeado por los 
doctores del pueblo judío que se admiraban de su talento. El 
evangelista quiere decir que aquel niño es la Sabiduría de Dios. Sin 
embargo vuelve a Nazaret y vive sumiso a sus padres María y José. 
La sabiduría de Dios se manifiesta no en el poder soberbio, sino en 
la humildad de la convivencia.



MISTERIOS DOLOROSOS
En la segunda parte del rosario se meditan los acontecimientos o 
misterios dolorosos de la Pasión de Jesucristo y la com-pasión de 
su madre María que, según los evangelios, se mantuvo de pie ante 
la Cruz acompañando a su Hijo:

Primer Misterio:
La Oracion de Jesús en el Huerto de los Olivos

La agonía de Jesús. Siendo inocente y apasionado por anunciar 
a su pueblo el camino de salvación, Jesús no entendía por qué 
debía morir. Por ello se retiró a orar durante la noche en un huerto 
con sus discípulos. Estos se durmieron, y Jesús experimentó el 
abandono y la soledad. A pesar de todo, se mantuvo fiel al 
evangelio y antes de claudicar, aceptó el martirio. María estaba 
informada de las amenazas contra su hijo y sufría como sufren las 
madres


Segundo Misterio:
La Flagelación de Jesús atado a la columna.

Jesús atado y abofeteado. Según los evangelios, el Hijo de Dios 
fue apresado y sufrió torturas; era el hombre “nacido de mujer” y 
contado como uno más entre las víctimas de la historia. Protestó 
contra la injusticia en esos malos tratos, pero no se defendió con 
violencia. Su lógica era de amor.


Tercer Misterio:
La coronación de espinas

Jesús coronado de espinas. El cuarto evangelista cuenta que 
para burlarse de Jesús los soldados trenzaron unas ramas de zarza 
con espinas, y la ciñeron a la cabeza del prisionero, diciendo: 
“Salve, rey de los judíos”. El reinado de Jesús no tiene lugar 
dominando a los demás por la fuerza, sino entregándose con amor 
por los otros.


Cuarto Misterio:
Jesús con la cruz a cuestas

Jesús clavado en la cruz. Jesús no muere para aplacar a un Dios 
sediento de sangre. Más bien el amor de Dios caló tan a fondo en 
aquel hombre que fue capaz de vivir y morir con amor. La cruz 
manifiesta el amor de Dios encarnado en el hombre: “Nadie tiene 
más amor que el que da la vida por sus amigos” y amigos de Dios 
somos todos porque es nuestro Padre.


Quinto Misterio:
Jesús muere en la cruz

Jesús muere en la cruz. La encarnación del Hijo de Dios fue de 
verdad; también su muerte. Pero murió con libertad y por amor, 
tratando de ser fiel a su evangelio hasta las últimas consecuencias. 
Por eso el centurión romano que hacía guardia junto a la cruz, 
viendo cómo Jesús había muerto, dice: “Verdaderamente este 
hombre era el Hijo de Dios”



MISTERIOS GLORIOSOS
En la tercera parte del rosario se medita la glorificación de 
Jesucristo y también de su madre María 


Primer Misterio:
La Resurrección del Hijo de Dios.

La resurrección de Jesús. Porque Jesús había actuado siempre y 
había sido capaz de morir movido por el amor de Dios hacia los 
demás, el Dios de la vida se manifestó venciendo a la muerte. 
Confesando que el Crucificado ha resucitado y vive para siempre, 
los cristianos afirmamos que el Dueño de la vida no abandona 
nunca a los crucificados de la historia.


Segundo Misterio:
La Ascensión de Jesús

La ascensión del Señor. Según los Hechos de los Apóstoles, una 
nube, signo de la presencia de Dios, envuelve a Jesús que 
asciende a los cielos. La resurrección es el paso de la humanidad al 
mundo de Dios, a la felicidad que anhelamos.


Tercer Misterio:
La venida del Espíritu Santo sobre los Apóstoles

La venida del Espíritu Santo. El Espíritu es la fuerza de Dios, 
como el aire que remiramos, nos permite vivir y nos une a todos en 
la misma atmósfera. Jesús resucitado comunica su Espíritu, y así 
nace la comunidad de la Iglesia o "convocación" del Espíritu. María 
estaba con los Apóstoles el día de Pentecostés.


Cuarto Misterio:
La Asunción de María a los cielos

La asunción de María. Jesús resucita como primicias de una gran 
cosecha, que somos todos los demás. María es un miembro 
eminente de la Iglesia, ese organismo vivo en que los bautizados 
quieren "re-crear" la conducta de Jesús. Por eso María, siguiendo al 
Hijo, ha entrado en esa felicidad que todos anhelamos. En María ya 
se ha realizado esa glorificación que también se realizará en 
nosotros. 


Quinto Misterio:
La coronación de María como Reina de todo lo creado

María coronada como reina de cielos y tierra. Todos llevamos 
dentro el deseo de ser libres y señores. Lo malo es que con 
frecuencia buscamos esa libertad oprimiendo a los demás. El 
reinado de Dios tiene lugar en el amor que sirve a los otros. Jesús 
es rey porque se ha hecho servidor de todos en el amor. María 
participa también esa realeza. Ella es como imagen o icono de lo 
que toda la comunidad cristiana ansía y espera ser.



CUARTA FORMA


Misterios Gozosos
En la primera parte del rosario se meditan cinco acontecimiento o 
misterios de la vida de Jesús donde también está su madre. Cada 
diez avemarías, se formula el misterio a contemplar:


Primer misterio: 
La Encarnación del hijo de Dios

Asistamos místicamente con María a la recepción del mensaje del 
ángel en la Anunciación: bendita eres, María, el Señor se ha 
complacido en ti, él te llena de su gracia y te convoca a ser madre 
del Salvador del mundo... ¿Cómo no había de oírse en la intimidad 
de María el SÍ jubiloso de una madre virgen agradecida: hágase en 
mí según tu palabra ?


Segundo misterio:
María canta a Dios en casa de Isabel 

María se sintió amada, agraciada por Dios, y enterada de que su 
prima Isabel también había recibido algunos signos de que la 
Providencia contaba con ella, acudió a visitarla. Y las dos amadas 
de Dios dieron gracias al Señor cantando sus alabanzas: proclama 
mi alma la grandeza del Señor porque ha mirado nuestra humildad y 
pequeñez... Seamos también nosotros agradecidos al Amor.


Tercer misterio: 
El nacimiento del Hijo de Dios 

El joven matrimonio, José y María, esperaba con enorme ilusión la 
llegada del hijo. Le esperaban, pero no pudieron prepararle un 
palacio para su cuna y morada. Se contentaron con recibirlo en una 
humilde posada o cueva de pastores, y allí lo colocaron dulcemente 
sobre las pajas de un pesebre, y le besaron y adoraron. ¡Qué beso 
tan digno el de los pobres que aman de verdad ! 


Cuarto misterio :
Presentación de Jesús en el templo 

María, la llena de gracia, de nada tenía que purificarse, pero se 
acercó al altar de Dios, de la mano de José, con dos ofrendas: una 
de valor infinito, su Hijo; otra de valor insignificante, dos tórtolas. Y 
ambas ofrendas hicieron sonreír en el cielo... Pero un anciano, 
Simeón, recibió el encargo de advertir a María que ella, junto a su 
Hijo, experimentaría en no pocos momentos el amor del Padre en 
medio de muy duros sufrimientos. ¡Qué lenguaje tan extraño el del 
amor que habla por el dolor !


Quinto misterio :
El Niño perdido y hallado en el templo 

José y María ofrecieron a su Hijo en el templo. Pero no pensaron 
que este Hijo un día se quedaría allí, alabando a Dios y hablando 
con los doctores, mientras ellos regresaban de la peregrinación. 
¡Cuántas lágrimas hubo en su búsqueda! ¡Cuánto misterio se 
escondió en el alma del niño Jesús! Que nosotros, si le perdemos 
algún día, le busquemos también con lágrimas ....



Misterios Dolorosos
En la segunda parte del rosario se meditan los acontecimientos o 
misterios dolorosos de la Pasión de Jesucristo y la compasión de su 
madre María que, según los evangelios, se mantuvo de pie ante la 
Cruz acompañando a su Hijo:


Primer misterio:
Jesús ora al Padre y suda sangre

Situémonos espiritualmente con María en el huerto de los Olivos 
contemplando a Jesús que llama al Padre: ¡Dios mío, Dios mío..! ; y 
observemos que unas gotas de sangre caen de su frente al suelo. 
Es el comienzo de un camino de amargura al que le llevamos los 
pecadores. Así de cruel fue nuestra conducta con el Señor que vino 
a buscarnos con amor...


Segundo misterio:
Jesús es azotado por nosotros 

Quien llamó al Padre y sudó sangre, es ahora colmado de azotes 
por nuestras manos pecadoras. Todo lo que él hizo estuvo bien 
hecho. Pero demasiadas veces al amor dolorido de quien hace el 
bien recibe en premio menosprecios, burlas y azotes. ¿No somos 
nosotros mismos diariamente quienes volvemos a golpear el 
corazón de nuestros hermanos más pobres y humildes..?


Tercer misterio :
Jesús es coronado de espinas 

Tuvo que ser terrible para María, la madre de Jesús, ver, conocer 
o imaginar los pasos que su Hijo iba dando entre escarnios, 
vergüenzas, bofetadas y burlas... Ella que mantuvo en su seno al 
Rey Mesías de Israel contemplaba ahora a un rey de burla del que 
se mofaban los soldados, el pueblo y los poderosos de la sociedad. 
¡ Cómo se iba clavando en el corazón de María la espada 
anunciada por Simeón...!


Cuarto misterio :
Jesús con la cruz camino del Calvario 

Jesús iba con la cruz a cuestas como un malhechor. La mayoría 
de la gente ni le hacía caso. ¡Un ladrón más condenado!. Sólo 
algunas mujeres, algún cireneo, y algún corazón más sensible, le 
miraban compasivos. María, perdida entre el público, le 
acompañaba, como lo hizo en la cuna y en el pesebre y en el templo 
y en las bodas... ¡Dios mío, Dios mía! Parece verdad que ser 
redentor es demasiado bello para serlo sin lágrimas y cruces. 


Quinto misterio :
Jesús muere en la cruz

Aunque Jesús lo había anunciado, sus discípulos y su madre 
nunca pensaron que el final resultara tan grotesco: el Hijo de Dios 
clavado en un madero por los hijos adoptivos... Verdaderamente 
aquéllos por quienes vino Dios a este mundo no le recibimos..... ¡Si 
al menos el realismo de la muerte injusta nos moviera a recapacitar 
sobre nuestros pecados que llevan a la muerte!



Misterios Gloriosos
En la tercera parte del rosario se medita la glorificación de 
Jesucristo y también de su madre María 


Primer misterio :
La Resurrección del Señor 

Con el triunfo de Cristo sobre la muerte se nos abre a todos un 
inmenso campo de esperanza. Él, que vivió y murió por nosotros, 
sigue vivo y actuante, en la gloria del Padre. Nosotros, como 
hermanos suyos e hijos adoptivos de Dios, viviremos con él 
eternamente. Esa es nuestra fe, esa es nuestra esperanza, si 
vivimos resucitados con él en el amor verdadero.


Segundo misterio : 
La Ascensión del Señor a los cielos 

La vida de Cristo ya no es como la nuestra. Ha retornado 
definitivamente al Padre en gloria. Quien fue pasible, como 
nosotros, ya no sufre los tormentos e ingratitudes por nosotros 
impuestos. Desde la gloria en que tiene su morada anima nuestras 
acciones bellas, impulsa todo proyecto de obra noble, y es nuestro 
mediador fiel. Subamos espiritualmente con él al cielo.


Tercer misterio : 
El Espíritu Santo desciende sobre María, sobre los apóstoles y 
discípulos

La encomienda que hizo Jesús a sus discípulos decía que 
supieran esperar y no cesaran de pedir la venida del Espíritu del 
Padre y del Hijo sobre ellos. Él habría de guiar en adelante sus 
pasos, en ausencia aparente de Jesús Maestro. El Espíritu ya ha 
venido. El Espíritu se ha derramado gratuitamente sobre los fieles 
que le esperábamos y nos hallamos bajo su reinado. Seámosle 
fieles.


Cuarto misterio :
María es elevada por su Hijo al cielo 

Quien fue madre confía y espera en el Hijo. Quien fue hijo no 
olvida y convoca a la Madre. María sube al cielo para alcanzar la 
plenitud de vida en Dios, al lado de Jesús. ¡Misterio de gracia y 
amor! Sólo la fe sabe hablar en este lenguaje. Si la hemos recibido 
como don de Dios, démosle gracias y celebremos el triunfo de 
nuestra Señora, madre y reina.


Quinto misterio :
María es coronada como Reina 

¡Cómo nos complace ver a la mujer madre, ensalzada al trono 
místico de reina! Ella es Reina del amor y de los corazones por los 
méritos acumulados en servicio de la fe. Camino del calvario y al pie 
de la cruz se declaró madre universal de todos los redimidos. Esas 
piedras preciosas forman parte de su corona. 

Cuando celebramos la gloria y honor de María estamos 
anticipando aquel gozo del que nos hará partícipes el Padre al final 
de nuestros días. Sea a él la gloria.

* * * * * 

QUINTA FORMA


ROSARIO DE MARÍA
EN DÍAS DE CUARESMA 

La oración del Rosario no debemos disociarla del momento 
litúrgico en que espiritualmente vivimos. Sería incomprensible que, 
mientras la Iglesia celebra un tiempo penitencial acompañando a 
Cristo Redentor en su camino de amargura, la oración del Rosario 
nos sustrajera a ese contexto.

Mas, en ese supuesto, ¿cómo meditar los misterios de gozo y de 
gloria en días de Cuaresma? Cabe hacerlo fructuosamente 
considerando que Jesús y María vivieron su infancia de amor 
salpicada de dolor , y que obtuvieron la gloria como triunfo 
alcanzado a través del sufrimiento redentor. 

Daremos, no obstante, primacía en estas semanas a los misterios 
de dolor, valorando cuán costosa resultó nuestra redención, tras el 
funesto pecado que nos alejó de Dios.



MISTERIOS GOZOSOS


Primer misterio :
La Encarnación del Hijo de Dios 

La Encarnación del Hijo de Dios es una humillación. Pero el Hijo la 
asumió con amor, y desde el amor nos enseña a nosotros a vivir 
huyendo de la vanidad y soberbia que tantas veces mancillan la 
pureza de nuestras almas e impiden el trato cordial y afectuoso con 
los demás. La humildad del Hijo sea nuestro camino a seguir, 
matando nuestra soberbia.


Segundo misterio:
María visita a su prima Isabel 

La humillación del hijo de Dios hizo grande a María, en cuyo seno 
se encarnó. Pero ella no se elevó al trono de la soberbia sino que 
compartió esa misma humildad, sintiéndose graciosamente amada. 
Pero eso decidió compartir con los demás el gozo de ser amada y el 
compromiso de amar, pues el amor es más grande cuando se 
derrama con generosidad.


Tercer misterio:
Jesús nace en Belén 

A la humildad de la Encarnación siguió la humildad del 
Nacimiento. Si la Encarnación humilde tuvo lugar en el seno virginal 
de una doncella, la humildad del Nacimiento habla desde un regazo, 
una gruta, unos pañales, un pesebre, unas pajas, y el calor de los 
animales. ¡Cuán poco es todo esto para recibir en el suelo al Hijo 
que viene del cielo!


Cuarto misterio:
Presentación del Niño en el templo 

También aquí la humildad es lección de vida. Imaginemos a dos 
pobres carpinteros, dos palomas, tres corazones, el anciano 
Simeón, la anciana y rezadora Ana, y unos mendigos a la puerta del 
templo. ¡Poca fiesta de Presentación! Pero ¡qué grandes son, en su 
sencillez, todos ellos! Grandes en la ofrenda, grandes en el 
mensaje de Simeón, grandes en la alegría que traen el mundo por 
las espadas de dolor...! 


Quinto misterio:
Jesús perdido y hallado en el templo 

En este misterio la humildad de José y María, y su confianza en 
Jesús, se ven turbados por la punzada del dolor, acaso con 
conciencia de no haber mimado y vigilado con atención al Hijo ... 
¿Cómo sería aquel camino de cuaresma y de desierto en que los 
padres buscaron con afán al fruto de sus entrañas? Gozo y dolor: 
Jesús comenzaba a despegarse, poco a poco, del amor hogareño 
querido, pues iba a ejercer su papel de profeta y redentor nuestro.



Misterios Dolorosos


Primer misterio:
Jesús ora amargamente en el huerto 

Quien fue humilde en la Encarnación, humilde en el trabajo, 
humilde en la obediencia, humilde en su presentación como Mesías, 
Salvador, entra en la fase de dolor agudo que le llevará al Calvario. 
Siente sobre sí el peso de nuestras miserias, y su presión es 
grande. Todos cargamos contra él,... y él suda sangre. La sangre 
que nosotros produjimos en vez de redimirla....


Segundo misterio:
Jesús es azotado cruelmente 

¡Qué fácil es azotar al débil, al que calla, al que no blasfema, al 
humilde...! ¡Qué pocas veces pensamos, al agitar el látigo en la vida 
contra los demás, que quien recibe los golpes es siempre un hijo de 
Dios, alguien, cualquiera, que al final de los tiempos nos recordará 
sin palabras que fuimos sus verdugos..! Guardemos el azote, 
pongamos amor.


Tercer misterio:
Jesús es coronado de espinas 

Cuando vilmente pisoteamos al pobre, al enfermo, al débil..., 
¿pensamos que con ello nos engrandecemos? Nunca consideremos 
digna la cobardía de quien al poderoso adula y al débil insulta. 
Jesús calla y sufre vergüenza... ¿Podríamos entrar en su corazón y 
llegar a percibir lo que él sentiría al recibir la herida de cada 
espina? .. Piensa con verdad que él diría a cada verdugo: ¡gracias, 
esto es por ti, porque te amo! 


Cuarto misterio:
Jesús lleva la cruz a cuestas 

Lo que comienza en desprecio puede acabar en sangre y muerte. 
¡Es nuestra desgracia! Mira cómo la traición al amor en el huerto se 
torna ahora crueldad, cómo el beso de hermano hipócrita fue 
moneda de venta, cómo la prisión fue generando estaciones de 
dolor... Y no olvides que de ellas fuimos todos responsables, pues 
todos condenamos al Inocente ... ¿Seguiremos condenando a 
inocentes en nuestra vida y en nuestras calles...? 


Quinto misterio:
Jesús muere en la cruz 

El único que cumplió dignamente su papel en este drama de la 
pasión-redención fue el protagonista, Jesús. Él, que asumió vivir 
entre nosotros para redimirnos amando, nunca pidió que le 
cambiaran el guión del drama: amó viviendo, amó enseñando, amó 
convocando, amó sembrando gérmenes de paz ... Pero, al final, 
porque su mensaje era denuncia de nuestros pecados, lo matamos 
porque era sembrador de amor y paz... Y él, por amor, nos 
perdonó.



Misterios Gloriosos


Primer misterio:
La Resurrección del Hijo de Dios 

El humilde hijo de carpinteros, siendo Hijo de Dios, según nuestra 
fe, fue enterrado en la humildad de un sepulcro prestado. ¡Ni tierra 
le dimos! Pero el Dios Amor, el que nos lo envió para que 
compartiera nuestra historia, con todas sus consecuencias, una vez 
cumplida su misión salvífica, lo encumbró sobre todas las cosas 
resucitándolo para no morir jamás. Nosotros lo matamos, y Dios lo 
vivificó de nuevo. ¡Bendito sea!


Segundo misterio:
Jesús sube al Cielo, morada del Padre 

Quien vino del Padre, ahora, tras morir y triunfar, sube al Padre. 
Ninguna historia puede narrar la escena, pues el hecho es misterio. 
Pero la fe nos asegura que el Hijo, el Verbo, Jesús, tiene ya para 
siempre en el Cielo rostro humano... Desde allí nos sigue llamando, 
esperando, acogiendo... Es el Primogénito de muchos hermanos.


Tercer misterio:
El Espíritu Santo viene sobre los apóstoles 

Decimos "viene", "desciende", "se posa sobre" los apóstoles. No 
tenemos otro lenguaje para afirmar que el Espíritu de Dios, siempre 
cercano a los hombres, inflamó un día en santo celo y en claridad 
de luz a los discípulos de Jesús, para que comenzaran a entender 
de verdad cuanto el Maestro les había enseñado, y para que 
salieran por el mundo anunciando la Buena Noticia de Dios para los 
hombres. ¿La hemos hemos escuchado ya ?


Cuarto misterio:
La Virgen María sube al cielo 

Este misterio no se introduce en el Rosario para defender la 
Asunción de María. Se introduce para celebrar que su vida se 
consumó en plenitud de amor y entrega, y que, tras la muerte, el 
Padre, el Hijo y el Espíritu la recibieron en su morada, como 
esperamos ser recibidos nosotros, indignos hijo de Dios y de María. 
... ¡Gracias, Padre, Hijo, Espíritu!


Quinto misterio:
María es coronada como Reina 

El ciclo de la historia de amor se cierra deliciosamente, según 
nuestra fe, en la Coronación de María, Reina. Ella, que en los 
misteriosos designios de Dios ocupó un puesto de privilegio desde 
su misma Concepción, es ahora coronada de gloria, tras haber 
hecho en la tierra donación total de sí misma, y tras ser recibida en 
el cielo por el Padre, el Hijo y el Espíritu. Nuestra religión cristiana 
ya no entiende la vida en Dios sin contar con el misterio de María 
Reina. ¡Bendita tú eres...!

* * * * * 

SEXTA FORMA


ROSARIO DE MARÍA
EN TIEMPO DE PASCUA 

Con el rezo del Santo Rosario en este tiempo de Pascua de 
Resurrección queremos acompañar místicamente a Jesús y María 
en su triunfo espiritual sobre la muerte y el pecado. 

Como hijos de Dios contemplaremos en estos días , sobre todo, 
los cinco misterios de gloria: Resurrección, Ascensión, Venida del 
Espíritu Santo, Asunción y Coronación de la Virgen. Pero no 
olvidaremos el anonadamiento de Cristo, los gozos de la Familia de 
Nazaret y la inmolación de Jesús por nosotros.



MISTERIOS GOZOSOS


Primer misterio:
La Encarnación del Hijo de Dios

Las palabras de María "Hágase en mí según tu voluntad" indican 
la disposición de la Virgen a aceptar la voluntad de Dios, 
sometiéndose a ella en su vida.
Pidamos para nosotros también prontitud y acierto al visualizar en 
los acontecimientos diarios el querer amoroso de Dios.


Segundo misterio:
María visita a su prima Isabel

La caridad no tiene fronteras. María, en cuanto sospechó que su 
prima la necesitaba, marchó con presteza a ayudarla. Al mismo 
tiempo que vemos a María como pozo de caridad, veamos cuántas 
veces en la vida nosotros carecemos de esa caridad que 
admiramos.


Tercer misterio:
El nacimiento de Cristo

"No había lugar para ellos en la posada", cuando María iba a dar 
a luz, Cristo nació en una cueva de pastores. Sublime abrazo de 
Dios y la pobreza. Jesús, desde el primer momento de su vida 
mortal, se pone al lado del pobre. ¿Qué hacemos nosotros?


Cuarto misterio:
Presentación de Jesús en el templo

"Una espada de dolor atravesará tu alma", dijo el anciano Simeón 
a María, cuando ésta ofrecía a su Hijo. Y ella guardó todas esas 
palabras duras en su corazón, y las unió al "fiat" ("hágase") del día 
de la Anunciación. Amor y dolor, siempre juntos. Aceptemos también 
nosotros el dolor que nos purifica.


Quinto misterio:
Hallazgo de Jesús en el templo

"¿No sabíais que es preciso que me ocupe en las cosas de mi 
Padre"? Así habló Jesús, y sus padres no le entendieron bien. El 
amor a Dios Padre imponía a Jesús caminos desconocidos de 
generosidad y desprendimiento. ¿Seguimos nosotros nuestra 
vocación cristiana con ese mismo espíritu de Cristo? ¿Somos fieles 
a nuestra conciencia?



Misterios Dolorosos


Primer misterio:
Agonía de Jesús en el huerto de los olivos

"Orad para que no caigáis en la tentación". La insistencia en la 
necesidad de orar es repetitiva en los Evangelios. Debemos orar 
siempre, y no sólo cuando nos agobian las circunstancias adversas. 
Aprendamos de Jesús. Él oró sin intermisión, y en momentos de 
suprema angustia oró hasta derramar gotas de sangre.


Segundo misterio:
La flagelación del Señor

Jesús es azotado y sometido a la burla de los soldados. Ellos son 
como nosotros, pecadores. Perdona, Señor, los pecados de los 
hombres y enséñanos a vivir de tal forma que unos no seamos 
causa de sufrimientos para los otros.


Tercer misterio:
Jesús es coronado de espinas

Después de azotarle, "le tejieron una corona de espinas y se la 
pusieron en la cabeza". Sigue la mofa y las burlas infernales, y ante 
Él doblan sus rodillas los soldados, gritando: ¡"Salve, rey de los 
judíos¡". Los que voceamos somos nosotros. Perdón, Señor.


Cuarto misterio:
Jesús con la cruz, camino del calvario

Jesús carga con su cruz, que es nuestra cruz de pecados. Le 
acompañan dos ladrones y un Cirineo. ¡Qué dicha la de este 
hombre que lleva la cruz de Cristo!. También nosotros la llevamos 
cuando somos cirineos de otros hermanos que nos necesitan y 
piden ayuda.


Quinto misterio:
Crucifixión y muerte del Señor

" ¡ Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu" ! Jesús había 
vivido siempre en manos del Padre, y termina sus días entregando 
su espíritu al Padre. No podía ser de otra forma. Concédenos, 
Señor, vivir de tal modo que recibamos la muerte como auténtico 
regalo tuyo.



Misterios Gloriosos


Primer misterio:
La Resurrección del Señor

"Resucitó, no está aquí", dijo el ángel a las mujeres. Todos los 
hombres y mujeres moriremos y resucitaremos. Pero ¿cómo será 
nuestra muerte? Depende de nosotros mismos. Pidamos a Jesús y 
María que aumenten nuestra fe, nuestra entrega, y nos gocemos en 
la resurrección.


Segundo misterio:
La Ascensión del Señor a los cielos

La "exaltación de Cristo" suponía su elevación a la gloria del 
Padre, en la resurrección. Y al ascender bendijo a sus apóstoles 
que contemplaban la escena. En adelante Él estará con el Padre y 
con nosotros. Sepamos nosotros vivir pisando en la tierra y mirando 
al cielo.


Tercer misterio:
La venida del Espíritu Santo

Jesús fue al Padre, mas no nos dejó solos... Los discípulos, 
reunidos en oración, recibieron el Espíritu que Cristo nos envío 
desde el Padre. Desde aquel día todos nosotros somos portadores 
del Espíritu que habita en nuestras almas. Pero ¿lo somos de 
verdad, conscientemente, como apóstoles?


Cuarto misterio:
Asunción de María al cielo

María fue elevada también, en pos de Jesús, al cielo, en cuerpo y 
alma, plenamente. Allí nos espera a todos los redimidos. Nosotros, 
llenos de Dios, seremos su gloria y su corona.


Quinto misterio:
Coronación de María, Reina

María, la Virgen Madre, ya no nos será extraña ni en el cielo ni en 
la tierra. El Padre, el Hijo y el Espíritu la tienen consigo y a favor 
nuestro. Ella, amada más que nadie, de nadie se olvida en su amor 
maternal. Seamos agradecidos.

Visitación González, op
Dominicas de la Anunciata.Valladolid. 
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SEPTIMA FORMA

ROSARIO DEL TEÓLOGO EMILIO SAURAS, O.P.

El padre Emilio Sauras fue uno de los grandes teólogos 
españoles del siglo XX: maestro universitario, escritor profundo, 
director de espíritus, alma de oración. Una de sus devociones 
cristológicas-marianas preferidas fue la del Santísimo Rosario. 
Proponemos que cada uno de nosotros, en este tiempo de gracia, 
hagamos nuestros sus sentimientos y sus propósitos, mientras 
oramos con María en el Rosario.


MISTERIOS GOZOSOS

Primer misterio:
La Encarnación del Hijo de Dios
Como María, obraré con sencillez para responder AMÉN a los 
designios de Dios.

Segundo misterio:
María visita a su prima Isabel
Como María, amaré con delicadeza a los otros; y como ella, que 
llevó a Cristo a Isabel y Juan, yo se lo llevaré a mis hermanos.

Tercer misterio:
El nacimiento de Cristo
Como Cristo y María, viviré despreocupado de las riquezas y del 
poder. Humildad.

Cuarto misterio:
Presentación de Jesús en el templo
Como Cristo y María se sometieron a la Ley, yo viviré en 
obediencia a la voluntasd del Padre, aceptando sus designios.

Quinto misterio:
Hallazgo de Jesús en el templo
Como Cristo, María y José, yo trataré de asumir mi quehacer 
fundamental: hacer la voluntad de Dios en mi vida. 


Misterios Dolorosos

Primer misterio:
Agonía de Jesús en el huerto de los olivos
Mis pecados fueron la causa de las angustias de Cristo. Trataré 
de borrarlos.

Segundo misterio:
La flagelación del Señor
Cristo sufre los azotes y burlas, por mi causa. ¿Trato yo 
severamente mis pasiones?

Tercer misterio:
Jesús es coronado de espinas
La corona de Cristo es humillación y burla. ¿Lucho yo contra el 
orgullo y soberbia?

Cuarto misterio:
Jesús con la cruz, camino del calvario
Cristo llevó la cruz con gran dignidad y dolor, porque amaba. 
¿Cómo la llevo yo?

Quinto misterio:
Crucifixión y muerte del Señor
Cristo y María se sacrifican por nosotros. Y nosotros ¿por quién 
nos sacrificamos? 


Misterios Gloriosos

Primer misterio:
La Resurrección del Señor
Cristo resucitó a una vida nueva. Nosotros, en la fe y por la fe, 
vivimos también vida nueva.

Segundo misterio:
La Ascensión del Señor a los cielos
Cristo, subiendo al cielo, nos abrió el camino. Vivamos 
esperanzados de llegar con Él. 

Tercer misterio:
La venida del Espíritu Santo
Dejémonos invadir por el Espíritu de Dios, y hagamos que el 
mundo sea más cristiano. 

Cuarto misterio:
Asunción de María al cielo
El camino para subir nosotros con María es amarla de corazón y 
vivir como ella santamente.

Quinto misterio:
Coronación de María, Reina
Confemos a María nuestra vida y nuestra muerte, pues es Señora 
de todo lo nuestro. AMÉN.

DOMINICOS