María de Nazaret
José María Vigil
INDICE
Presentación
1.
Haced lo que él os diga
2.
Culto mariano renovado
3.
Hija del Padre
4.
Hacia el rostro real de María
5.
María, verdaderamente humana
6.
Mujer oprimida y liberada
8.
Fe en la oscuridad
9.
El Hijo de María como signo de contradicción
10.
María, pobre
11.
María y José fueron refugiados
12.
María, del pueblo
13.
Profetisa de los pobres
14.
Tipo de la Iglesia
16.
Dichosa por haber puesto en práctica la palabra
17.
Madre de corazón responsable
18.
Flor del reino de Dios
19.
Llena eres de gracia
20.
Hija de Sión, Madre de la Esperanza.
21.
María, victoria de Dios contra el mal.
22.
Madre del Salvador
23.
María, familiar y vecina
24.
Mujer del sí
25.
Feliz porque has creído
26.
María, Mujer Nueva
27.
Fiel hasta la muerte
28.
Madre de la comunidad cristiana
29.
Mujer del difícil todo...
30.
Madre de todos los cristianos
31.
María en la alegría eterna
PRESENTACIÓN
Es
un material para la comunidad
cristiana.
Ello significa que se ha pretendido expresamente un lenguaje sencillo y sin
complicaciones, así como una sucinta presentación para hacer este material lo
más asequible posible a todos. En efecto, no se trata de un libro concebido
como ayuda técnica para el animador o el agente pastoral. Se trata más bien de
algo que quiere ser puesto en las manos de los miembros de la comunidad y,
dentro de ella, de sus animadores o responsables. Lo utilizarán con provecho
los catequistas y los educadores para ayudarse en sus celebraciones marianas con
niños. También el sacerdote o el animador del culto de la comunidad para
dirigir la celebración comunitaria de una novena o del mes dedicado a María.
Pero también lo utilizarán con provecho los simples fieles de la comunidad
cristiana para prolongar en casa, en familia, con los hijos o con los vecinos,
la reflexión y la oración de la celebración comunitaria. También, y muy
especialmente los enfermos privados de asistir a la celebración comunitaria,
podrán participar en espíritu en ella sobre los mismos esquemas o guiones
sobre los que la comunidad realiza su celebración; será una forma bien práctica
de no marginar a los enfermos Y de hacerlos participar en la vida espiritual de
la comunidad cristiana.
En
esta perspectiva de sencillez y de utilización comunitaria, estos materiales
han sido experimentados con fruto Y con éxito en una amplia comunidad cristiana
antes de decidirnos a publicarlos Y ofrecerlos así a la comunidad cristiana
global.
Según
lo dicho, es claro que caben diversas posibilidades de utilización.
Podrá
ser utilizado dentro de la
misa. Se
puede hacer entonces alguna de las lecturas bíblicas señaladas. Tanto el texto
antológico como la reflexión, examen y conversión pueden servir de material
para la homilía. Los cantos adecuados y algunas moniciones pueden redondear la
celebración.
También
podrá hacerse fuera de la
misa, en
forma de una sencilla celebración de la Palabra. El orden lógico podría ser:
canto de entrada, saludo, lectura bíblica, canto de respuesta a la Palabra,
texto antológico (si se quiere utilizar), comentario, homilía o diálogo
comunitario, oración de los fieles expresada en peticiones espontáneas,
padrenuestro y avemaría, rito de la paz, oración comunitaria final, invocación
y canto de despedida. En esta forma, fuera de la misa, podrá hacerse en casa,
en familia, con los hijos, con los vecinos, en la reunión de grupo, en la
comunidad de base, etc.
También
podrá hacerse en privado,
individualmente, si uno está privado de asistir a la celebración comunitaria
por enfermedad o cualquier otra causa.
En
ese caso, aunque el individuo utilice este material con toda libertad, poniéndolo
todo al servicio de una intensa oración personal, siempre le será motivo de
solidaridad y unión con la comunidad el saber que está haciendo su oración
personal con los mismos temas y sobre los mismos materiales que utiliza su
grupo, familia, comunidad de base, parroquia...
En
cuanto a los contenidos,
es claro que cada comunidad, familia o grupo debe seleccionar, elegir, corregir
o incluso sustituir los temas que aquí se aportan, para acomodarlos a su propia
espiritualidad y sus peculiares necesidades. Es una tarea irrenunciable de cada
comunidad o de sus animadores o agentes pastorales.
En
cuanto a la ordenación
que aquí hacemos de los temas sólo habrá que decir que es una, pero que hay
otras muchas posibles. Debe procederse en esto con mucha libertad. También aquí
cada comunidad o agente pastoral tiene su propia responsabilidad.
Deseamos
que tenga el mismo éxito y produzca los mismos frutos que ya produjo en las
comunidades cristianas en las que fue experimentado.
1.
HACED LO QUE EL OS DIGA
Palabra
de Dios
Jn
2, 1-5: Haced lo que él os diga.
Lc
11, 27-28: Dichosos más bien los que escuchan la palabra de Dios...
Mt
7, 21-27: No todo el que dice "Señor, Señor"...
Texto
antológico
"Finalmente,
por si fuese necesario, quisiéramos recalcar que la finalidad última del culto
a la bienaventurada Virgen María es glorificar a Dios y empeñar a los
cristianos en una vida absolutamente conforme a su voluntad. Los hijos de la
Iglesia, en efecto, cuando, uniendo sus voces a la voz de la mujer anónima del
evangelio, glorifican a la Madre de Jesús, exclamando, vueltos hacia él:
'Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron' (Lc 11,27), se
verán inducidos a considerar la grave respuesta del divino Maestro: 'Dichosos más
bien los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen' (Lc 11,28). Esta misma
respuesta, si es una viva alabanza para la Virgen, como interpretaron algunos
Santos Padres y como lo ha confirmado el Concilio Vaticano II, suena también
para nosotros como una admonición a vivir según los mandamientos de Dios y es
como un eco de otras llamadas del divino Maestro: 'No todo el que me dice: Señor,
Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi
Padre, que está en los cielos' (Mt 7,2 1) y 'Vosotros sois amigos míos si hacéis
cuanto os mando' (Jn 15,14)".
Pablo
VI, Marialis cultus
Reflexión
En
la exhortación apostólica sobre el culto a María, el papa Pablo VI nos
exhorta a seguir en la devoción mariana, pero siempre sin olvidar su finalidad
última: "Glorificar a Dios y empeñar a los cristianos en una vida
absolutamente conforme a su voluntad".
La
devoción a María nunca podrá ser tomada como una pieza aparte, autónoma,
dislocada dentro de la espiritualidad cristiana. Estará orientada, como todo lo
demás, hacia la gloria de Dios, que se expresa en el cumplimiento de su
voluntad, manifestada en Jesús: el anuncio y la construcción del reino de
Dios.
Cabe
resaltar en cualquier caso el carácter de vehículo hacia Jesús que tiene la
devoción mariana. Ya ella se había anticipado a señalárnoslo en el
evangelio: "Haced lo que él os diga"...
Examen
-¿Vivimos nuestra devoción mariana como algo autónomo,
independizado del conjunto de nuestra fe cristiana?
-¿Qué
aspectos no nos llevan a Jesucristo?
-¿Nos
compromete a su seguimiento?
-¿Somos
de los que dicen "Señor, Señor" sin hacer la voluntad del Padre, o
"María, María" sin seguir a Jesús?
Conversión
*Revisar
la propia vida y tomar después decisiones para poner en práctica aquel consejo
de María: "Haced lo que él os diga".
*Encarnar
la devoción mariana de nuestra comunidad cristiana en la vida real, en las
preocupaciones diarias por el mejoramiento del mundo, en el discernimiento
comunitario por encontrar la, voluntad de Dios.
Invocación
-Madre
de Jesús, fiel discípula suya...
-
...ayúdanos a hacer lo que él nos dice.
Oración
Dios,
Padre nuestro, que quieres que nuestra mejor alabanza hacia ti sea nuestro empeño
personal y comunitario por hacer realidad tu voluntad, expresada en Jesús, ¡el
Reino!, haz que, movidos por el ejemplo de María, "hagamos lo que él dijo
e hizo".
Cantos
sugeridos
"Santa
María del Camino", de J. A. Espinosa, en Madre nuestra.
"Salve
Regina", canto gregoriano, en Cantoral litúrgico nacional, 302.
2.
CULTO MARIANO RENOVADO
Palabra
de Dios
Lc
11, 27-28: Dichosos más bien los que escuchan la palabra...
Texto
antológico
"Después
de haber ofrecido estas directrices, ordenadas a favorecer el desarrollo armónico
del culto a la madre del Señor, creemos oportuno llamar la atención sobre
algunas actitudes cultuales erróneas. El Concilio Vaticano II ha denunciado ya
de manera autorizada, sea la exageración de contenidos o de formas que llegan a
falsear la doctrina, sea la estrechez de mente que oscurece la figura y la misión
de María; ha denunciado también algunas devociones cultuales: la vana
credulidad que sustituye el empeño serio con la fácil aplicación a prácticas
externas solamente; el estéril y pasajero movimiento del sentimiento, tan ajeno
al estilo del evangelio, que exige obras perseverantes y activas. Nos renovamos
esta deploración: no están en armonía con la fe católica y, por
consiguiente, no deben subsistir en el culto católico. La defensa vigilante
contra estos errores y desviaciones hará más vigoroso y genuino el culto a la
Virgen: sólido en su fundamento, por lo cual el estudio de las fuentes
reveladas y la atención a los documentos del Magisterio prevalecerán sobre la
desmedida búsqueda de novedades o de hechos extraordinarios; objetivo en el
encuadramiento histórico, por lo cual deberá ser eliminado todo aquello que es
manifiestamente legendario o falso; adaptado al contenido doctrinal, de ahí la
necesidad de evitar presentaciones unilaterales de la figura de María que,
insistiendo excesivamente sobre un elemento, comprometen el conjunto de la
imagen evangélica; límpido en sus motivaciones, por lo cual se tendrá
cuidadosamente lejos del santuario todo mezquino interés".
Pablo
VI, Marialis cultus
Reflexión
La
crisis de la renovación del Concilio Vaticano II, provocada por el Espíritu
Santo en la Iglesia, ha afectado a todo. También al culto mariano. No es
precisamente secundar al Espíritu pensar que las cosas deban seguir igual que
hace treinta años, o rechazar todo intento de renovación. El mismo Pablo VI en
su exhortación apostólica sobre el culto a María (Marialis cultus), enumera
fallos y desviaciones que hay que corregir: actitudes cultuales erróneas,
exageración de contenidos y de formas, falseamiento de la doctrina, estrechez
de mente, vana credulidad, sentimentalismo, cosas manifiestamente legendarias o
falsas...
No
podemos cerrar los ojos. Es una llamada de la Iglesia. La fidelidad a la Iglesia
incluye hoy día una actitud de querer seguir creciendo en la expresión
religiosa de nuestra devoción mariana.
Examen
-¿Somos de los inmovilistas que piensan que nada ha cambiado
en la Iglesia?
-Hemos
hecho un verdadero esfuerzo de renovación? ¿Dificultamos esa renovación con
nuestras críticas, rechazos o escándalos?
-¿Qué
defectos o fallos de los señalados por Pablo VI tiene nuestra devoción
mariana?
Conversión
*Apoyar
en nuestra comunidad cristiana la renovación del culto mariano con un espíritu
de fidelidad creadora.
*Revisar
nuestra piedad mariana personal.
Invocación
-Madre
de la Iglesia...
-...ayúdanos
a ser seguidores fieles de Jesús.
Oración
Oh
Dios, que nos has dado en María un ejemplo acabado de discípula fiel de Jesús,
haz que no empañemos su imagen evangélica ni nos apartemos nunca de la verdad
del evangelio.
Cantos
sugeridos
"Canto
de María Virgen", de E. V. Mateu, en Madre del pueblo.
"Santa
María del Amén", de J. A. Espinosa, en El Señor es mi fuerza.
3.
HIJA DEL PADRE
Palabra
de Dios
Lc
10, 17-22: Nadie es bueno, sino sólo Dios.
Mt
7, 7-1 1: Cuánto más vuestro Padre, que está en el cielo.
Mt
5, 46-48: Sed buenos como vuestro Padre del cielo.
Lc
15, 11-32: El hijo pródigo.
Texto
antológico
"Asimismo,
hemos de ser mucho más cuidadosos en la utilización que hagamos, a este
respecto, de las analogías humanas, si es que queremos seguir siendo plenamente
conscientes de la función específicamente mariana que la madre de Dios desempeña
en el orden cristiano de la redención. Un ejemplo de esto es la idea de la
llamada 'Escuela Francesa' de que María está calmando sin cesar la justicia de
Dios -y la justicia de Cristo-, y de que en el último instante es capaz de
sujetar el brazo de Cristo que se levanta para descargar el castigo. Esta
imagen, indudablemente, desempeñó un papel importante en el caso de los
visionarios de La Salette. Y no podemos negar que e una manera muy impresionante
de ilustrar la intervención de María por medio del poder de súplica. Pero,
indudablemente, no promueve u verdadero aprecio de la genuina función salvíflca
de Cristo. La misericordia de María se deriva enteramente, tiene su función en
la compasión del mismo Cristo, el Dios-hombre, el cual había mostrado
superabundancia de compasión hacia María, como primicias que ella era de la
redención. María despliega en su persona el aspecto maternal de esta divina
misericordia de Dios Pero nunca estará permitido considerar la intervención
maternal de María como una especie de contrapeso de la justicia divina de
Cristo, aunque la intervención mariana sea realmente eficaz".
Edward.
Schillebeeckx
Reflexión
Ha
habido una visión mariológica que, inconscientemente, ha desarrollado una
imagen de María como una especie de correlato femenino de la divinidad. Ha
querido poner en Dios las cualidades pretendidamente masculinas, como el poder
la creación, la ley, la fuerza legisladora, el poder judicial, el poder
sancionador y castigador implacable... Y, por otra parte, ha imaginado
conconcentradas en María las cualidades de la bondad, el perdón, la
misericordia...
Fruto
de todo ello es una imagen mítica de María deteniendo en el cielo el brazo de
la cólera de Dios...
Esto
es sencillamente falso, inaceptable en una visión cristiana realmente concorde
con el evangelio. Es un flaco servicio a la piedad mariana. Hay que superarlo.
Pero
todavía nos quedan vestigios de esta mentalidad cuando atribuimos a ciertas prácticas
de piedad una eficacia automática de salvación eterna desconectada enteramente
del evangelio, cuando no tenemos nuestra visión cristiana enteramente centrada
en el Padre de nuestro Señor Jesucristo, cuando no centramos toda nuestra práctica
en la lucha por la causa de Jesús tal como aparece en el evangelio.
Examen
-¿Hay en nuestra piedad mariana algo desenfocado?
-¿Qué
cosas, ideas o prácticas, que en otro tiempo tuvimos, debemos dar ya por
superadas?
-¿Qué
hacemos por recuperar a aquellas personas que abandonaron la fe escandalizadas
ante prácticas cristianas alejadas del evangelio?
Conversión
*Situar
a María en nuestra espiritualidad dentro de un marco enteramente centrad en el
evangelio.
*Desterrar
toda idea negativa sobre Dios que pudiera filtrarse en la devoción mariana.
*Dar
testimonio de un cristianismo entera mente evangélico ante aquellos que tienen
la idea de religión como superstición, mitificaciones, prácticas
ritualistas...
Invocación
-María,
hija del Padre...
-...llévanos
siempre por Jesús hacia el Padre.
Oración
Dios,
Padre nuestro, fuente y origen de todo don y de toda bondad, haz que nunca
dudemos de tu amor de Padre, que supera toda capacidad humana de comprensión.
Cantos
sugeridos
"Madre
de nuestra alegría", de C. Gabaráin, en María siempre.
"Estrella
y camino", de C. Gabaráin, en María siempre.
4.
HACIA EL ROSTRO REAL DE MARIA
Palabra
de Dios
Lc
1, 26-38: Hágase en mí según tu palabra.
Mt
7, 24-29: El que practica estas palabras mías construye sobre roca.
Texto
antológico
"En
el desarrollo de la mariología, y particularmente de los dogmas marianos, ha
influido históricamente aquel viejo principio: potuit, decuit, ergo
fecit, que aplicado al tema mariológico Podemos traducir: Dios pudo otorgar
a María un privilegio determinado; éste se adecuaba a su dignidad;
luego se lo confirió de hecho. San Alfonso de Ligorio partía de este
principio y de la convicción de que toda prerrogativa que no desdiga de María
puede serle atribuida. Este convencimiento preside su libro sobre Las glorias
de María, que representa, sin duda, una de las joyas más valiosas de la
literatura mariana de todos los tiempos. San Alfonso daba expresión así al
cariño incalculable por la Señora, que distinguió toda su vida que legó a su
familia religiosa.
Hoy
nos movemos dentro de otras coordenada culturales y antropológicas a la hora de
formula nuestra teología. Y si la tónica del amor reverencial sigue siendo
constante de nuestro que hace teológico sobre María, también somos especial
mente sensibles a las posibles sobrecargas ideológicas y a las mistificaciones
excesivas que el curso de los tiempos y de las culturas ha ido acumulan do sobre
su figura. Nos resistimos a aceptar como genuinamente cristiana cualquier imagen
de Ma ría ataviada de un ropaje ornamental que terminó por alienar su natural
frescura.
El
primer principio hermenéutica que
orienta nuestra reflexión pretende descubrir el rostro rea de María,
nos guste más o nos guste menos, est de acuerdo con nuestra visión
convencional d ello o en cierto desacuerdo. La principal prerrogativa de María
radica precisamente en la verdad de su realidad histórica. Aunque los datos de
que disponemos para recomponer su fisonomía histórica son muy exiguos, sabemos
con todo que ella no pertenece al mundo de los mitos, sino al mundo de la
historia: fue un ser humano real que vivió en un tiempo y en una geografía
reales bajo unos condicionamientos socioculturales reales que no sólo precisan
la veracidad de su existir concreto, sino que, como tales condicionamientos,
determinaron el desarrollo y la modalidad de su misma personalidad".
Miguel
Rubio
Reflexión
Los
evangelios no fueron escritos para que sepamos cosas, sino para que creamos. Son
mensajes para la fe. No están escritos como crónicas periodísticas ni como
narraciones informativas. Son expresiones de la fe de las primeras comunidades
cristianas, a veces llenas de difíciles elaboraciones teológicas.
Cuando
nosotros nos acercamos a los evangelios, corremos el peligro de
malinterpretarlos si los tomamos como lo que no son. Por eso, una lectura
sencilla y una interpretación directa pueden ser simplemente una ingenua
equivocación.
Hasta
hace poco tiempo no hemos tenido medios técnicos y científicos suficientes
como para saber distinguir lo que son datos históricos de lo que son
elaboraciones teológicas. En realidad, sigue siendo una cuestión abierta, que
nunca quedará enteramente definida. Pero hoy estamos en unas condiciones que
resultarían envidiables para nuestros antepasados en la fe. Hoy hemos
recuperado científicamente muchos datos del ambiente social, cultural, político
y económico del tiempo de Jesús y María, y muchos datos de su rostro histórico
real. Frente a estas perspectivas, muchas de las vidas de Jesús y María que
hace sólo unos decenios alimentaban nuestra fe han quedado superadas
definitivamente.
Para
una piedad cristiana mínimamente ilustrada es hoy día necesario tener ideas
claras sobre la historicidad de los evangelios, sobre cómo y para qué fueron
escritos, sobre la posibilidad e imposibilidad de una biografía de Jesús o de
Ma Y a la vez es francamente importante tener clara una valoración de la
historia concreta en la que se realizaron los hechos de la historia de la
salvación, para no caer en la perspectiva desencarnada de quienes pueden pensar
que no son relevantes para la fe los datos concretos de las palabras, hechos, la
historia real de Jesús de Nazaret, como si pudiesen ser indiferentemente
intercambiables con los de cualquier otro hipotético hombre Dios. No confesamos
como Dios a un hombre cualquiera, sino a un concreto hombre histórico que se
llamó Jesús de Nazaret. En él es donde nos hace inconfundible e
inintercambiable su rostro, su rostro cristiano. Y otro tanto pasa con María.
María no es una mitológica figura celeste, de la que no importara su genuino
rostro real histórico.
Será
importante tematizar este aspecto en la reflexión personal y comunitaria para
adoptar una actitud que valore debidamente los aspectos redescubiertos en el
evangelio.
Examen
-¿Estudiamos la palabra de Dios o nos contentamos con lo que
nos enseñaron cuando éramos niños? ¿Hemos asistido a algún curso bíblico
para adultos?
-¿Tenemos
en nuestra cabeza imágenes de Jesús y de María que mezclan lo histórico con
lo piadoso, legendario o puramente imaginativo? ¿Hacemos un esfuerzo de formación
y estudio para tener una visión sólida de los fundamentos históricos de
nuestra fe?
-¿Pensamos
acaso que Dios no valora nuestra historia real concreta, que lo que importa es
simplemente que lleguemos a la patria celeste, olvidando la tierra?
-¿Valoramos
suficientemente que Jesús y María compartieron enteramente nuestra realidad
humana, con condicionamientos históricos concretos semejantes a los nuestros,
es decir, psicológicos, culturales, físicos, climáticos, políticos,
cultuales, económicos, etc., o pensamos inconscientemente que aquí, en la
tierra, vivieron una vida medio mítica y celeste?
Conversión
*Tomar
decisiones concretas para formar e ilustrar más nuestra fe.
*Valorar
más y más la historia real, como cuerpo concreto donde Dios se encarnó.
Invocación
-María
de Nazaret, mujer concreta de nuestra raza y de nuestra historia...
-
...haznos fieles discípulos de Jesús.
Oración
Dios
nuestro que por María entraste en la historia y tomaste carne en unas
circunstancias enteramente determinadas y concretas. Te pedimos que eduques
nuestros ojos para que seamos capaces de descubrir tu presencia viva en las
envolturas de la historia real.
Cantos
sugeridos
"En
el trabajo", de C. Gabaráin, en Eres tú, María.
"Magnificat",
de K. Argüello, en Babilonia criminal.
5.
MARIA, VERDADERAMENTE HUMANA
Palabra
de Dios
Mt
2, 13-15: Huida a Egipto.
Jn
2, 1-12: Fiesta de bodas en Caná de Galilea.
Texto
antológico
"Haremos
bien en considerar la familia de Nazaret como compuesta de personas que estaban
comprometidas en una batalla por su fe, de personas que se enfrentaban
valientemente con todas las dificultades de la vida gracias a una completa
sumisión a las disposiciones supremas de Dios. La verdadera y completa pintura
de la vida de María no la hallamos en los apócrifos del Nuevo Testamento, sino
en el sobrio relato de los evangelios. La vida de María no sigue el esquema de
los cuentos de hadas, como el de Blancanieves. No hay pajaritos silvestres que
le traigan aderezos preciosos en su piquito ni que la saquen del peligro en
medio de una deliciosa música celestial. Si María hubiese sido así, no habría
constituido para nosotros un ejemplo de fortaleza en nuestro cotidiano batallar
con las duras realidades de una vida que es cualquier cosa menos un bello cuento
de hadas. La vida de María sería sencillamente un narcótico. Y una vez
pasados sus efectos, tendríamos que enfrentarnos en la austera realidad de la
vida, llevando en nosotros un sentimiento de inconsolable aridez: de una aridez
mucho mayor que la que teníamos antes. La vida de María, como la nuestra, fue
verdaderamente humana. Y también ella estaba envuelta en la misma clase de
situaciones sociales opresoras, desesperanzadoras y con frecuencia insolubles,
al parecer: esas situaciones en que todo ser humano se encuentra situado de vez
en cuando. Pero María, con su ejemplo, nos mostró cómo la fe en el misterio
del Dios vivo es más poderosa que la vida humana, más poderosa -también- que
la muerte, e incluso que la muerte de su propio Mesías".
Edward
Schillebeeckx
Reflexión
La
tradición piadosa volcó tantas alabanzas imaginadas sobre María que acabábamos
por verla alejada, distante, de otro planeta, inimitable, cuasi divina. Las imágenes
de escayola optaron por presentárnosla revestida de su gloria celeste, ocultándonos
el ropaje de su vida diaria, como madre laboriosa y sencilla del caserío de
Nazaret... Alguien llegó a decir que fue preservada por Dios de todo dolor
desde el primer instante de su ser natural...
Al
pensar en María, nos fuimos dejando llevar, a lo largo de los siglos, por un
sentimiento de fantasía y romanticismo y por un vergonzante sentido de
desprecio maniqueo hacia todo lo que es "muy humano": el cuerpo, la
vida cotidiana, las servidumbres humanas más sencillas... Pensábamos que
enaltecíamos a María cuanto más la alejábamos de su sencilla y verdadera y
profunda humanidad. Como si el nacimiento de Jesús fuera más digno de él y de
su madre siendo "como un rayo de sol que atraviesa un cristal"...
Fue
una filosofía, unos influjos, una mentalidad extrabíblica, hecha de
platonismo, de maniqueísmo, de idealismo.
Lo
mismo nos había pasado. con Jesús. Hoy redescubrimos con fe admirada su
profunda y completa humanidad. En Jesús, Dios nos manifiesta su rostro
profundamente humano. La vida y la persona de Jesús nos muestran que tan
profundamente humano sólo puede ser Dios mismo.
María
puede ser modelo para nosotros porque es una mujer de nuestra raza, de nuestra
tierra, miembro del pueblo de Dios, la primera creyente, profundamente humana.
Examen
-¿Dejamos
que nuestra fe nos modele y nos haga ser profundamente humanos al irnos
purificando de todo vestigio de intolerancia, rigorismo, legalismo, puritanismo,
escrúpulo?...
-¿Da
la Iglesia -y nosotros con ella- testimonio de ser profundamente humana?
-¿Tenemos
alguna idea maniquea de precio de lo humano en pretendido beneficio de lo
"espiritual" o "sobrenatural como contrapuesto, alternativo,
opuesto?
-¿Somos
de los que se extrañan y no aceptan redescubrir a Jesús y a María, según
evangelio, como profundamente humano
-¿Tenemos
acaso (inconscientemente) la idea de que Jesús es Dios a costa de ser menos
hombre? ¿Somos de los que piensan que a veces se presenta a Jesús y a María
como "demasiado humanos"?
Conversión
*Valorar
y desatar las energías humanizadoras que posee nuestra fe.
*Emprender
alguna acción concreta para hacer más humana a la Iglesia.
*Comprender
a los que abandonaron la religión porque la encontraron demasiado ¡idealista o
poco humana.
*Humanizar
las acciones y relaciones en nuestra comunidad cristiana, en nuestra familia
*Educar
los ojos de la fe para saber ver la presencia de Dios, que palpita detrás de
las vivencias de verdadera humanidad.
Invocación
-Madre
de Jesús, el Hombre Nuevo...
-
...haznos participar de su Humanidad Nueva.
Oración
Padre,
tú que nos has dado en María, la madre de Jesús, un ejemplo de vida
verdaderamente humana, no sustraída a ninguna de las duras realidades de la
vida real cotidiana, y en Jesús nos has mostrado tu rostro humano, tipo y
modelo de toda humanidad, haznos profundamente humanos, para ser mejor hijos
tuyos, en Jesús, tu Hijo, el Hombre Nuevo.
Cantos
sugeridos
"Mujer
fuerte", de F. Palazón, en Madre de los creyentes.
"Madre
de los pobres", de C. Gabaráin, en María siempre.
6.
MUJER OPRIMIDA Y LIBERADA
Palabra
de Dios
Gál
5, 1: Para que seamos libres nos liberó el Mesías.
Jn
19, 25-27: Estaba su madre junto a la cruz.
Gál
3, 26-28: No hay diferencia entre hombre y mujer.
Mc
15, 37-41: Estaban allí unas mujeres, las que le habían seguido y servido en 4
Galilea, y otras muchas que habían subido con él a Jerusalén.
Lc
8, 1-3: Le acompañaban los doce y muchas mujeres que le ayudaban con sus
bienes.
Mc
15, 40-41: Magdalena, María y Salomé, cuando estaba en Galilea, lo seguían y
lo atendían. Muchas mujeres habían subido con él a Jerusalén.
Texto
antológico
"En
Oriente no participa la mujer en la vida pública. Cuando la mujer
judía de Jerusalén salía de casa, llevaba la cara cubierta con un tocado, que
consistía en dos velos sobre la cabeza, una diadema sobre la frente con cintas
colgantes hasta la barbilla y una malla de cordones y nudos; de este modo no se
podían reconocer los rasgos de su cara. La mujer que salía sin el tocado que
ocultaba su rostro ofendía hasta tal punto las buenas costumbres que su marido
tenía el derecho, incluso el deber, de despedirla, sin estar obligado a pagarle
la suma estipulada para el caso de divorcio en el contrato matrimonial. Había
incluso mujeres tan estrictas que tampoco se descubrían en casa.
Las
mujeres debían pasar en público inadvertidas. Las reglas de la buena educación
prohibían encontrarse a solas con una mujer, mirar a una mujer casada e incluso
saludarla; era un deshonor para un alumno de los escribas hablar con una mujer
en la calle.
La
situación de la mujer en casa corresponda
a ,esta exclusión de la vida pública. Las hijas, en la casa paterna, debían
pasar después de los muchachos; su formación se limitaba al aprendizaje de los
trabajos domésticos. Respecto al padre, tenían ciertamente los mismos deberes
que los hijos. Pero no tenían los mismos derechos que sus hermanos; respecto a
la herencia, por ejemplo, los hijos y sus descendientes precedían a las hijas.
La patria potestad era extraordinariamente grande respecto de las hijas
menores antes de su matrimonio.
Los
deberes de la esposa consistían, en primer lugar, en atender a las necesidades
de la casa. Debía moler, coser, lavar, cocinar, amamantar a los hijos, hacer la
cama de su marido y, en compensación de su sustento, elaborar la lana (hilar y
tejer); otros añadían el deber de prepararle la copa a su marido, de lavarle
la cara, las manos y los pies. La situación de sirvienta en que se encontraba
la mujer frente a su marido se expresa ya en estas prescripciones; pero los
derechos del esposo llegaban aún más allá. Podía reivindicar lo que su mujer
encontraba, así como el producto de su trabajo manual, y tenía el derecho de
anular sus votos. La mujer estaba obligada a obedecer a su marido como a su dueño,
y esta obediencia era un deber religioso. Este deber de obediencia era tal que
el marido podía obligar a su mujer a hacer votos. Los hijos estaban obligados a
colocar el respeto debido al padre por encima del respeto debido a la madre. En
caso de peligro de muerte había que salvar primero al marido.
Hay
dos hechos significativos respecto al grado de dependencia de la mujer con
relación a su marido: a) la poligamia estaba permitida. La esposa, por
consiguiente, debía tolerar la existencia de concubinas junto a ella; b)
el derecho al divorcio estaba exclusivamente de parte del hombre. La opinión
de la escuela de Hillel reducía a pleno capricho el derecho unilateral al
divorcio que tenía el marido.
La
mujer viuda quedaba también en algunas ocasiones vinculada a su marido: cuando
éste moría sin hijos (Dt 25,5-10; cf Mc 12,18-27). En este caso debía esperar
-sin poder intervenir en nada ella misma- que el hermano o los hermanos de su
difunto marido contrajesen con ella matrimonio o manifestasen su negativa, sin
la cual no podía ella volver a casarse.
Las
escuelas eran exclusivamente para los muchachos, y no para las jóvenes. Según
Josefo, las mujeres sólo podían entrar en el templo al atrio de los gentiles y
al de las mujeres. Había en las sinagogas un enrejado que separaba el lugar
destinado a las mujeres. La enseñanza estaba prohibida a las mujeres. En casa
la mujer no era contada en el número de las personas invitadas a pronunciar la
bendición después de la comida. La mujer no tenía derecho a prestar
testimonio, puesto que, como se desprende de Gén 18,15, era mentirosa. Se
aceptaba su testimonio sólo en algunos casos excepcionales, los mismos en que
se aceptaba también el de un esclavo pagano. El nacimiento de un varón era
motivo de alegría, mientras que el nacimiento de una hija era frecuentemente
acompañado de indiferencia, incluso de tristeza.
Sólo
partiendo de este trasfondo de la época podemos apreciar plenamente la postura
de Jesús ante la mujer. Lc 8,1-3 y Mc 15,41 hablan de mujeres que siguen a Jesús:
es un acontecimiento sin parangón en la historia de la época. Jesús cambia
conscientemente la costumbre originaria al permitir a las mujeres que le
siguiesen. Jesús no se contenta con colocar a la mujer en un rango más elevado
que aquel en que había sido colocada por la costumbre; la coloca ante Dios en
igualdad con el hombre (Mt 21, 31-32)".
Joaquim
Jeremías
Reflexión
La
crítica al "machismos sociocultural y los movimientos feministas son algo
reciente, pero la realidad a la que se refieren ha sido quizá permanente en la
historia humana. La mujer ha sido secularmente sometida al varón, marginada,
despreciada y oprimida en muchas culturas. Los avances actuales de los estudios
histórico-críticos sobre el mundo bíblico nos hacen saber mejor que nunca cómo
fue el ambiente social del tiempo de Jesús y de María: la sociedad judía, por
cultura, por instituciones sociales e incluso por tradiciones religiosas, fue
fuertemente machista y marginadora de la mujer.
Es
claro que Jesús sostuvo frente a la mujer un comportamiento radicalmente
revolucionario frente a las costumbres de la época. No se trata de querer
convertirlo en un explícito fundador de movimientos feministas, pero sí
importa rescatar la impresionante protesta que Jesús, con sus hechos y con sus
palabras, levantó contra aquella opresión de la mujer. Con ello estaba
honrando también a su madre. María, como mujer, debió sentir el aire fresco
liberador que desataba la conducta "feminista" de Jesús. En él se
sintió ya anticipadamente liberada.
Ser
cristiano, seguir a Jesús implica seguirle también en esta causa de la defensa
de la mujer, en la lucha contra todas las injusticias de la historia. También
ésa es una forma práctica de honrar a la madre de Jesús.
La
Iglesia fue dejando entrar en su seno, con el tiempo, costumbres machistas,
ideologías discriminatorias... Tampoco supo ver desde el principio todo el
potencial liberador de la práctica de Jesús. Es la tarea de los cristianos en
la historia. La Iglesia debería ser el lugar de máxima liberación y realización
personal y social de la mujer. Los cristianos deberíamos participar en todos
los frentes en los que se juegue la promoción de la mujer..., empezando por
nuestra propia casa, nuestras propias costumbres cristianas, nuestras propias prácticas
eclesiales y eclesiásticas, poniendo el evangelio y el seguimiento de Jesús
también en esto por encima de todo reglamento, disciplina, disposición o
canon...
Examen
-
¿Está comprometida nuestra comunidad cristiana con la causa de la liberación
de la mujer?
-
¿Hay verdadera igualdad entre el hombre y la mujer en nuestra comunidad
cristiana? ¿Pueden presentarse las mujeres que participan en nuestra comunidad
cristiana como mujeres liberadas?
-¿Hacemos
que la imagen que el evangelio nos presenta de Jesús ante la mujer pueda llegar
a la mujer de hoy y a los movimientos sociales que luchan por su liberación?
-¿Observamos
algunos rasgos de machismo, de explotación o marginación de la mujer en
nuestra vida familiar, social, cultural, económica, política?... ¿Qué
hacemos ante ello?
¿Hacemos
todo lo que podemos para que la Iglesia toda, también dentro de sí misma,
apoye la igualdad de hombre y mujer?
Conversión
*Tomar
a Jesús como modelo de actitud frente a los problemas sociales de la mujer.
*Comprometerse
en favor de la promoción de la mujer tanto en la sociedad como en la Iglesia.
*Vivir
en el seno de nuestra comunidad cristiana una superación real del machismo y de
la infravaloración de la mujer.
*Analizar
críticamente las actitudes, usos, costumbres, leyes... que nos rodean, tratando
de descifrar los vestigios de ideologías machistas que aún persisten.
Invocación
-María,
madre de Jesús, mujer oprimida y liberada...
-
...para que fuéramos libres nos liberó tu hijo.
Oración
Dios,
Padre nuestro: en Jesús, el hijo de María, nos has dado el ejemplo de la lucha
que hemos de mantener contra las esclavitudes que oprimen al hombre, contra toda
alienación de la dignidad humana. Ayúdanos a no descuidar la lucha contra toda
forma de opresión de la mujer, hasta que venga tu Reino.
Cantos
sugeridos
"Pienso
en ti", de E. V. Mateu, en Madre del pueblo.
"Dolorosa",
de J. A. Espinosa, en Madre nuestra.
"Mujer
fuerte", de F. Palazón, en Madre de los creyentes.