Sara y María, dos tipos de maduración de Fe

Gén 12 y Lc 1 son dos páginas ricas en acontecimientos de fe y densas en posibilidades catequéticas. Las dos contemplan el anuncio de un niño y en los dos casos encontramos la constatación de la imposibilidad de semejante realización, con la diferencia de que Sara no cree, mientras que Maria, creyendo, hace vivir en su fe antes aún que en su seno al hijo de la promesa.

Las dos páginas, en una reunión catequética, pueden representarse en un mimo o por lo menos situarse en dos cuadros comparativos, constituyendo una catequesis en dos tiempos, para llegar a ser en un tercer momento objeto de plegaria y de verificación de la propia fe.

1er. tiempo: Sara, la mujer culturizada.

Sara y Abrahán frente a la promesa de Dios entran en crisis: ¿Cómo sucederá? Para vencer el conflicto entre fe y cultura se preocupan de encontrar los caminos de solución. La primera solución (Gén 15.2-3) está en armonía con las costumbres de la época, pero Dios no acepta su iniciativa (15,4) y sigue haciendo la promesa de una descendencia. También la segunda solución (Gén 16,2) pone demasiado su confianza en la lógica humana, ligada a la cultura corriente, pero una vez más Dios no está de acuerdo y ratifica su promesa (Gén 17,15-16).

Sara sigue resistiéndose a la palabra de Dios, de manera que se ríe con ironía incluso ante el anuncio que le hacen los tres mensajeros del Señor (Gén 18,10). Su risa escéptica recibe la reprimenda de una observación que se hará histórica en la página de Lucas: "¿Habrá quizá algo imposible para Dios?"

2º. tiempo: María, la mujer de la fe.

También para María hay un anuncio: "Tendrás un hijo..." (Lc 1,31); también para ella resulta evidente la imposibilidad del acontecimiento según la lógica normal de las cosas. ¿Cómo sucederá? También ella encuentra unas palabras de confianza: "No temas..." (Lc 1,30), ya que "nada hay imposible para Dios..." (Lc 1,37). Y María cree. La nueva Sara no pesa sus decisiones en la balanza segura de una cultura que no habría sido capaz de comprender y que no la habría creído, sino que se fía de la palabra de Dios.

He aquí el ejemplo concreto de una catequesis mariana, que no es solamente el anuncio de un acontecimiento pasado, sino un código interpretativo de nuestro momento de camino de fe. María se convierte para cada uno en el tipo de la persona que realiza el proyecto de salvación en la búsqueda de la voluntad de Dios. Esta búsqueda, en cada uno de sus momentos, conduce a la oración, a la contemplación de las maravillas realizadas por Dios en la historia; conduce sobre todo a la humildad como única actitud para aceptar, con fe, el misterio presente más allá del dato histórico, como misterio del Dios escondido. María, la "madre de Jesús", que no comprende, pero que "medita en su corazón la palabra", que dice sí a una llamada que la desconcierta, nos da a todos el impulso para seguir buscando y sobre todo para responder a ese Dios que continuamente nos llama.

DICC-DE-MARIOLOGIA. Págs. 398-399) ...............................