LO QUE VD. DEBE SABER SOBRE EL HOMOSEXUALISMO


Introducción
Una de las mayores amenazas que se ciernen sobre los EE.UU. (e 
inclusive sobre los países hispanos por su cercanía con esta nación), 
es el avance del homosexualismo, es decir, de la promoción de las 
prácticas homosexuales y de su aceptación pública. El propósito de 
este folleto no es el de suscitar el odio contra las personas que sufren 
de inclinaciones homosexuales (u homo-sexualidad), ni siquiera contra 
los mismos activistas homosexuales; sino de alertar al público sobre la 
campaña en pro del homosexualismo que agresivos grupos de 
homosexuales y lesbianas están llevando a cabo en nuestra sociedad 
hoy en día. Nuestras familias y nuestros hijos se encuentran en 
peligro ante este ataque, de ahí la importancia de informarnos. 

Los homosexuales: ¿Nacen o se hacen?
Uno de los argumentos que utilizan los activistas homosexuales es 
el de alegar que la inclinación homosexual es algo innato y que, por lo 
tanto, la actividad homosexual es un "derecho humano" que la 
sociedad debe respetar.1 Sin embargo, los estudios realizados en 
torno al tema no demuestran que la homosexualidad tenga un origen 
genético, hormonal, neurológico o cerebral. A lo sumo, las 
conclusiones de los poquísimos estudios que alegan tales causas se 
apoyan sobre evidencias muy débiles. 
En 1992 se llevó a cabo un estudio sobre la homosexualidad, fruto 
de más de 30 horas de investigación. En dicha investigación, llevada a 
cabo por computadoras, se estudiaron más de 3,400 artículos 
publicados desde 1975 hasta ese año en búsqueda de las causas 
biológicas, genéticas y hormonales de la homosexualidad. Solamente 
en dos de esos artículos, ambos muy especulativos, se intentaba 
identificar la causa de la homosexualidad como algo de índole 
genético, biológico, hormonal o neurológico.2 
En 1991 el Dr. Simon Le Vay, homosexual declarado, publicó un 
estudio en la revista Science en el cual mostraba diferencias en los 
cerebros de hombres homosexuales y heterosexuales. Sin embargo, 
dicho estudio adolecía de ciertos fallos importantes. En primer lugar, 
Le Vay utilizó solamente 41 cadáveres en su estudio, una muestra 
muy pequeña para una investigación científica de esta índole. En 
segundo lugar, todos los homosexuales del grupo estudiado habían 
muerto de SIDA o de complicaciones relacionadas con esta 
enfermedad, la cual puede afectar el tejido cerebral. Más aún, Le Vay 
no estaba seguro si el resto del grupo era de verdad heterosexual, 
sino que asumía que lo era.3 El estudio de Le Vay mostró tan poca 
seriedad científica que hasta algunos activistas homosexuales lo han 
criticado. Sin embargo, los medios de comunicación le hicieron una 
gran propaganda.4 
Hay otros estudios recientes que también alegan una supuesta 
conexión entre el homosexualismo y la estructura cerebral. Sin 
embargo, en uno de ellos, realizado por los doctores Allen y Gorski de 
la Universidad de California en los Angeles, se admitió que un 
porcentaje significativo de los cerebros analizados pertenecían a 
víctimas de SIDA, enfermedad que puede afectar el tejido cerebral.5 
En relación a otro estudio parecido, "algunos investigadores 
advirtieron que se conoce tan poco sobre el funcionamiento del 
cerebro de los animales más desarrollados, que asignar una función o 
un significado a ligeras discrepancias en características anatómicas 
es una simplificación extrema."6 
Otra investigación reciente, conducida por los científicos, Bailey y 
Pillard, intentó mostrar el origen genético del homosexualismo por 
medio del estudio de mellizos homosexuales. Pero como ha señalado 
Ann Fausto Stirling, bióloga de Brown University: "Para que estudios 
como éste tengan sentido, habría que estudiar a mellizos que han sido 
criados aparte. Se trata de una mala interpretación genética." Es 
obvio que los mellizos que son criados en el mismo hogar pueden 
tener las mismas experiencias familiares y ambientales y no sólo los 
mismos genes.7 
Más recientemente aún, la revista Time publicó un artículo sobre un 
estudio publicado en la revista Science, en el cual se alega que el 
origen de la homosexualidad se encuentra en el cromosoma X (el 
cromosoma proveniente de la madre). Los investigadores estudiaron 
40 parejas de hermanos homosexuales y encontraron que 33 de ellas 
compartían 5 diferentes trozos de material genético agrupados 
alrededor de un área particular del cromosoma X. Pero, en el mismo 
artículo se admite que, antes que las conclusiones sean aceptadas 
como definitivas, se necesita repetir este tipo de investigación. 
Además, el mismo artículo señala que los investigadores admiten que 
su "descubrimiento" no puede explicar otros tipos de homosexualidad 
masculina que existen. Por último, dichos investigadores también 
admiten que, en los casos estudiados por ellos, el material genético 
en cuestión puede simplemente estar asociado a la homosexualidad 
en vez de ser su causa directa.8 
Los bien conocidos terapeutas, Masters y Johnson, afirmaron en su 
libro Human Sexuality (Sexualidad humana pp. 319-320), que "la 
teoría genética de la homosexualidad ha sido en general descartada 
hoy en día" y que "a pesar del interés en posibles mecanismos 
hormonales en el origen de la homosexualidad, ningún científico serio 
hoy sugiere que pueda existir una simple relación de causa y efecto."9 

Sin embargo, gran parte de la comunidad científica se ha 
convertido en aliada de los homosexuales militantes, hasta el punto de 
que la Asociación de Psicología del Estado de Washington ha llegado 
a oponerse a la terapia que busca cambiar la orientación homosexual 
en heterosexual. Esta asociación alega, aún habiendo pruebas de lo 
contrario10, que no hay evidencia de que la orientación homosexual 
se pueda cambiar aunque fuese deseable hacerlo, y se opone a tal 
terapia de conversión porque "refuerza el negativismo social hacia la 
homosexualidad."11 Esta desafortunada claudicación de una parte de 
la comunidad científica ante la presión política pro homosexual no es 
nueva. Ya en 1973, la Asociación Americana de Psiquiatría había 
retirado la homosexualidad de la lista de los desórdenes mentales 
bajo la presión de grupos homosexuales, aunque no llegó a decir que 
era normal, como la heterosexualidad.12 
En conclusión, la evidencia científica no ha demostrado que la 
homosexualidad sea el resultado directo de causas biológicas, 
genéticas o neuro hormonales. Lo más que se puede decir es que 
pudiera existir alguna base genética, hormonal, neurológica o cerebral 
para la homosexualidad. Esta pudiera inclinar a unas personas más 
que a otras al homosexualismo, pero no obligarlas a practicarlo. Los 
estudios contemporáneos han mostrado que el alcoholismo puede 
tener una base orgánica que predispone a unas personas más que a 
otras a ese problema. Sin embargo, sabemos que las personas 
afectadas son libres de buscar ayuda y curarse. John Schlafly, al 
reconocer que era homosexual, declaró que "la inclinación 
[homosexual] no es algo que la persona escoge, pero todos sí 
tenemos la opción de qué hacer con respecto a tal inclinación."13 
Además, suponiendo que hubiese alguna base genética, biológica u 
hormonal en la inclinación o comportamiento homosexual, eso no 
justifica un comportamiento que, como veremos a continuación, es de 
por sí dañino para el ser humano y para la sociedad. 

Consecuencias médicas del comportamiento homosexual
Una de las maneras de percibir la maldad intrínseca de un tipo de 
comportamiento es constatando las consecuencias negativas que 
dicho comportamiento tiene para la salud mental o física. Casi siempre 
un comportamiento inherentemente malo tiene consecuencias 
negativas, debido a su desviación del uso correcto de las funciones 
naturales. Tal es el caso del homosexualismo. 
Lo que hemos acabado de afirmar se demuestra obervando las 
consecuencias de las relaciones sexuales anales, las cuales son 
típicas del homosexualismo en casi un 90% de los casos.14 Durante 
las relaciones heterosexuales el esperma normalmente no puede 
penetrar las paredes interiores de la vagina, ya que ésta está 
protegida por una mucosa especial para que los virus no penetren, 
además de que tiene múltiples capas. El recto, por el contrario, tiene 
sólo una célula de espesor y, además, por estar destinado a asimilar 
los últimos alimentos útiles, contiene vasos linfáticos extremadamente 
desarrollados, que reabsorben casi todo (incluso los medicamentos y 
los virus). Esta disposición no es peligrosa porque este conducto 
normalmente no se abre excepto para descargar su contenido sin 
dejar entrar nada. Sin embargo, cuando se hace un uso antinatural 
del mismo se le abre la puerta a muchos virus que normalmente no 
tendrían casi oportunidad de éxito. Esto se debe a que el esperma 
penetra fácilmente la pared del recto, rompiéndola o magullándola y 
produciendo daños inmunológicos. Esta práctica comúnmente 
produce entre los homosexuales, además de trauma en el recto, un 
gran intercambio de fluidos del cuerpo con un acceso casi directo de 
sustancias infecciosas al torrente sanguíneo. Debido a todo esto, las 
relaciones sexuales anales y otras prácticas (que por pudor no 
mencionamos aquí), son las formas de contacto sexual más eficientes 
de contagiar ciertos tipos de hepatitis, SIDA, sífilis y una serie de 
enfermedades que se trasmiten a través de la sangre. No es extraño 
que aún antes de la aparición del SIDA ya el 90% de los hombres 
homosexuales promiscuos estaban infectados de Hepatitis B y de 
otras enfermedades.15 
Además, muchas de estas prácticas insalubres ocurren en sitios 
extremadamente antihigiénicos, como baños o espectáculos 
pornográficos. Y como cada año hasta el 25% de los homosexuales 
viaja a otro país, este dañino intercambio de gérmenes se produce en 
muchas partes del mundo.16 
Otro factor que agrava la trasmisión del SIDA y de otras 
enfermedades por contacto homosexual, es el número elevado de 
diferentes compañeros (aún anónimos) que tienen los homosexuales. 
Los estudios al respecto informan que el 43% de los hombres 
homosexuales admiten haber tenido relaciones sexuales con 500 
hombres; el 28% con más de 1000 y los casi "monógamos" con 10 ó 
menos en toda su vida.17 La anomalía psicológica y la esterilidad de 
las relaciones homosexuales, caracterizadas por el autocentrismo y la 
búsqueda del placer sin responsabilidad, hacen que la "monogamia" 
entre homosexuales o lesbianas sea casi imposible.18 
Si bien es cierto que los casos de SIDA están aumentando con más 
rapidez últimamente entre los heterosexuales19, hay que tomar en 
cuenta que los factores biológicos y sociales relacionados con el 
homosexualismo crearon un contexto ideal, en EE.UU. y en otros 
países del primer mundo, para la trasmisión del SIDA hacia el sector 
heterosexual de la población. Una vez que el grupo de más riesgo (los 
homosexuales promiscuos), alcanzó su punto de saturación (un gran 
número de sus miembros ya están infectados y continúan siendo 
promiscuos entre ellos), una ola de infección contaminó a otros 
grupos de menor riesgo a través de hombres bisexuales y del uso 
intravenoso de drogas.20 Sin embargo, la población homosexual 
sigue siendo el grupo con mayor víctimas de SIDA en esos países. En 
1992, el 83% de los casos de SIDA en hombres blancos de los 
EE.UU., tuvieron lugar entre los homosexuales21 y en Europa los 
hombres homosexuales constituyen más del 85% de todos los casos 
de SIDA.22 
Las consecuencias negativas, tanto físicas como mentales, del 
estilo de vida de los homosexuales y las lesbianas, han dado como 
resultado un promedio de longevidad bastante más bajo que el resto 
de la población. Esto se debe no sólo al SIDA, sino a que los ataques 
al corazón, el cáncer, las fallas hepáticas y otras enfermedades y 
peligros (como el suicidio y los accidentes), son bastante más 
frecuentes entre ellos. Comparados con los heterosexuales, los 
homosexuales tienen 8 veces más propensión a contraer hepatitis; 14 
veces más la sífilis y 5,000 veces más el SIDA. En efecto, un estudio 
reciente ha mostrado que menos del 2% de los homosexuales 
alcanzan los 65 años de edad. En cambio, en el resto de la población 
masculina la edad promedio para morir de un hombre casado era de 
75 años y el 80% viven más de 65 años. Para los hombres solteros o 
divorciados la edad promedio era de 57 y el 32% alcanzó una edad 
mayor. Entre las lesbianas que murieron, la edad promedio era de 45 
años y sólo el 26% murió de edad avanzada. En cambio, en el resto 
de la población femenina la edad promedio de muerte para las 
mujeres casadas era de 79 y el 85% alcanzó los 65 años. Para las 
mujeres solteras o divorciadas, la edad promedio de muerte fue 71 y 
el 60% alcanzó una edad mayor. El examen de la distribución por 
edades de los homosexuales en las publicaciones científicas, desde 
1858 hasta 1992, sugiere un patrón similar de longevidad.23 

El mito del 10%
Otra de las tácticas que usan los grupos de homosexuales es la de 
proclamar la falsedad de que ellos constituyen el 10% de toda la 
población.24 Esta inflada cifra fue "descubierta" por el investigador 
Kinsey, cuyos estudios han sido ampliamente refutados por varios 
científicos serios.25 
En efecto, más del 25% de las personas investigadas por Kinsey 
ejercían la prostitución o provenían de cárceles, instituciones 
mentales o bares de homosexuales. Esta cifra tan alta de hombres 
con un historial de desviaciones sexuales, fraudulentamente afectó los 
resultados de la investigación de Kinsey (además se ha llegado a 
saber que Kinsey realizó experimentos éticamente cuestionables en 
317 niños, entre los 2 meses y los 15 años de edad, lo cuales fueron 
manipulados sexualmente por observadores "técnicamente 
entrenados"). Por el contrario, la mayoría de los investigadores serios 
hoy en día están de acuerdo en que sólo el 2.5% de la población 
podría ser homosexual.26 

El homosexualismo militante y su plan de acción
Ya hemos señalado algunas de las falsedades empleadas por los 
grupos homosexuales como tácticas para promover su plan de acción. 
Queda todavía por describir, siquiera a grandes rasgos, la fuerte 
campaña que estos grupos están llevando a cabo en los medios de 
comunicación, en el gobierno, en las leyes y hasta en el mismo 
sistema de educación de los EE.UU. Es importante darse cuenta de 
que los grupos homosexuales están muy bien organizados a nivel 
estatal y ejercen una influencia política muy fuerte también a nivel 
nacional. Esta feroz actividad militante es posible debido a que son 
capaces de recaudar millones de dólares anualmente para actividades 
políticas y al apoyo que reciben de los medios de comunicación.27 
El pasado 25 de abril el movimiento homosexual llevó a cabo una 
marcha de "orgullo homosexual" en Washington (ya han tenido lugar 
otras marchas como ésta en otros lugares del país). Durante esa 
manifestación miles de "parejas" de homosexuales y lesbianas 
contrajeron "matrimonio" con la ayuda del "Reverendo" Troy Perry, 
quien fundó una iglesia para homosexuales (como él), que tiene 
"sacramentos" y se ha extendido desde California a todo EE.UU. y a 
15 países, incluyendo Méjico, Perú y la Argentina.28 Las cámaras de 
televisión del Club 700 (un grupo cristiano) captaron durante este 
desfile escenas inmorales, que la mayoría de la prensa 
norteamericana pasó por alto. En plena vía pública algunos 
homosexuales y lesbianas simularon el acto homosexual, otros 
desfilaron semidesnudos.29 Participaron también cientos de 
sadomasoquistas y transexuales.30 
Durante la marcha, los activistas en pro del homosexualismo dieron 
a conocer 7 demandas generales, en torno a las cuales se agrupan 
otras 55 demandas específicas. La primera demanda exige que se 
deroguen todas las leyes que prohíben la sodomía y que se legalice 
todo tipo de perversión sexual. Uno de los participantes lo expresó así: 
"..buscamos cambiar las leyes sobre la sodomía para poder mostrar 
nuestra sexualidad en público" (¿se referirá a actos homosexuales en 
público?). Esta demanda implicaría el cambiar las leyes sobre el 
consentimiento para permitir las relaciones sexuales con menores de 
edad. También se derogarían las leyes sobre el vestir, permitiendo así 
todo tipo de vestimenta o ausencia de ella. La segunda demanda 
incluye el usar dinero de los impuestos para pagar operaciones de 
cambio de sexo. La tercera demanda exige la legalización de 
"matrimonios" de miembros del mismo sexo y la adopción de niños por 
parte de parejas homosexuales. La cuarta demanda requiere la plena 
participación de lesbianas, homosexuales, bisexuales y transexuales 
en programas de educación, de guarderías infantiles y de orientación 
escolar. Nos podemos imaginar el posible impacto legal de esto en las 
escuelas y guarderías católicas o de otras iglesias o grupos religiosos. 
¿Obligarán a las iglesias, bajo pena de demanda judicial, a contratar 
homosexuales declarados como maestros, entrenadores de deportes, 
étc.? La quinta demanda requiere que los anticonceptivos y el aborto 
estén a la disposición de toda persona, no importa la edad. La sexta 
demanda exige que se utilice dinero de los impuestos para pagar la 
inseminación artificial de lesbianas y bisexuales y prohíbe que se 
expresen preocupaciones acerca de la homosexualidad que estén 
basadas en la religión. La séptima demanda exige que organizaciones 
como los Boy Scouts (los niños exploradores) acepten a 
homosexuales como directores de patrulla.31 Estas exigencias son 
parte de los objetivos de los grupos homosexuales, los cuales quieren 
que se acepte el homosexualismo como un "derecho humano" más y 
que se proteja esta conducta en todos los estados, comenzando con 
las ciudades, hasta alcanzar el nivel nacional. 
Por ejemplo, la ciudad de Miami Beach (Estado de la Florida), 
aprobó una ordenanza condenando la discriminación debido a la 
"preferencia sexual", como le llaman al homosexualismo.32 De hecho, 
las demandas mencionadas son parte de un proyecto de ley federal 
sobre "derechos" civiles lésbicos y homosexuales (Federal Lesbian 
and Gay Rights Bill), que los grupos homosexuales han logrado 
introducir en el congreso. En 1993 estos grupos ya contaban con más 
de cien auspiciadores de ese proyecto, incluyendo uno de sus 
principales promotores, el Senador Edward Kennedy, del Estado de 
Massachusetts.33 Según Gary Bauer, de la organización cristiana 
Family Research Council ("Consejo de Inves-tigación sobre la 
Familia"), "la batalla consiste en llevar el homosexualismo a la misma 
categoría social y moral de la familia heterosexual." 
En escuelas públicas y privadas se han introducido cursos y 
programas de educación sexual, comenzando desde preescolar y 
kindergarten, que presentan el homosexualismo a niños y 
adolescentes como una opción más, un "estilo de vida" o una 
"preferencia sexual". Este es precisamente el objetivo de uno de estos 
programas, llamado Project 10 ("El proyecto 10"), cuya fundadora es 
Virginia Uribe, una lesbiana maestra de escuela. La National 
Education Association (Asociación Nacional de Educación) le dió un 
premio a Uribe por su "liderazgo creativo en pro de los derechos 
humanos". Es alarmante saber que en estos cursos y en las 
bibliotecas de las escuelas, se utilizan libros como Heather Has Two 
Mommys ("Heather tiene dos mamás") y Daddy's Roommate ("El 
compañero de cuarto de papá"), sin que lo sepan los padres. Además, 
ya se está haciendo disponible un libro de juegos para niños que trata 
sobre la sexualidad y que da instrucciones específicas sobre varios 
métodos de masturbación.34 En las escuelas públicas de Nueva York, 
el superintendente Joseph Fernández, introdujo un curso de este tipo. 
La rápida intervención del Cardenal John O'Connor y de muchos 
padres (especialmente los hispanos), logró que se retirara este 
programa y se despidiera a su promotor, el Sr. Fernández.35 
Durante los últimos años, ciertas organizaciones homosexuales se 
han unido a "Paternidad Planificada" y a otras organizaciones para 
pedir que se ofrezca una educación sexual más extensa. En dicha 
educación sexual se incluye la "educación sobre el SIDA", otro tema 
que aprovechan los activistas homosexuales para promover su estilo 
de vida en las escuelas, universidades y medios de comunicación. En 
toda esta campaña pro homosexual a través de la educación, estos 
grupos buscan pasar por alto la autoridad de los padres y el derecho 
o de éstos a ser los primeros responsables en la educación, sobre 
todo moral, de sus hijos.36 
También en varias de las universidades más prominentes ya se 
han introducido cursos, congresos y hasta se han creado centros de 
estudio sobre homosexualismo y lesbianismo, presentándolos como 
"estilos de vida" tan perfectamente aceptables como el 
heterosexual.37 
Otra de las tácticas que utilizan estos grupos homosexuales es la 
de tildar a todos los que se oponen a su ideología de "homofóbicos", 
de esta manera buscan ridiculizar a sus oponentes para así cambiar la 
opinión pública. Este término ha sido utilizado también por los medios 
de comunicación, los cuales se han aliado al movimiento en pro del 
homosexualismo, tergiversando u ocultando la verdad sobre este 
dañino e inmoral estilo de vida. 

Las enseñanzas de la Biblia y de la Iglesia sobre la 
homosexualidad
La primera página de la Biblia, en Génesis 1:27, nos enseña que 
Dios creó al ser humano "macho y hembra", o sea hombre y mujer, no 
homosexual o lesbiana. En este mismo libro sagrado, la Palabra de 
Dios también nos habla de la unión matrimonial entre el hombre y la 
mujer "en una sola carne" (Gn 2:24) y abierta a la vida (Gn 1:28). El 
homosexualismo no lleva a cabo ninguno de estos dos valores 
inherentes a la sexualidad humana, tal y como Dios la creó: la unión 
heterosexual y la procreación. A la luz de esta visión del hombre y la 
mujer, hay otros 43 pasajes bíblicos que, directa o indirectamente, 
condenan las prácticas homosexuales como un pecado grave, entre 
los cuales se destacan los siguientes: Gn 19:1-29; 13:13; Lv 18:22; 
20:13 y Rom 1:26-28. 
La Iglesia Católica, reflexionando a la luz de la Palabra de Dios y de 
la recta razón bajo la guía del Espíritu Santo, siempre ha enseñado 
que el acto homosexual es un pecado objetivamente grave. La 
Congregación para la Doctrina de la Fe declaró en 1975: "Según el 
orden moral objetivo, las relaciones homosexuales son actos privados 
de su regla esencial e indispensable. En las Sagradas Escrituras 
están condenados como graves depravaciones e incluso presentados 
como la triste consecuencia de una repulsa de Dios."38 
La Iglesia, sin embargo, distingue entre la maldad objetiva de la 
actividad homosexual y la responsabilidad subjetiva de quien la 
realiza. En esa misma declaración del 75 se nos enseña que: "Este 
juicio de la Escritura no permite concluir que todos los que padecen 
de esta anomalía son del todo responsables, personalmente, de sus 
manifestaciones; pero atestigua que los actos homosexuales son 
intrínsecamente desordenados y que no pueden recibir aprobación en 
ningún caso."39 Esto no quiere decir que las personas que practican 
estos actos siempre sean subjetivamente excusables, sino que a 
veces la ignorancia, el abuso de otras personas, las influencias 
ambientales muy fuertes, étc., pueden conducirlas a realizar actos no 
totalmente libres. Sin embargo, tales actos son gravemente malos en 
sí mismos, pues ofenden a Dios y van en contra del bien auténtico de 
la persona humana. 
La Iglesia también distingue entre la inclinación homosexual (u 
homosexualidad) y la actividad homosexual (u homosexualismo), 
enseñando que la primera no es pecado en sí misma, aunque inclina 
a actos que sí lo son. Comentando sobre su declaración del 75, la 
Congregación, en 1986, en una carta a los obispos sobre la atención 
pastoral a las personas homosexuales, expresó que tenía en cuenta la 
distinción comúnmente hecha entre condición o tendencia homosexual 
y actos homosexuales; sin embargo, en la discusión que siguió a la 
publicación de la Declaración, se propusieron unas interpretaciones 
excesivamente benévolas de la condición homosexual misma, hasta el 
punto de que alguno se atrevió incluso a definirla como indiferente o 
incluso buena. Es necesario precisar, por el contrario, que la 
particular inclinación de la persona homosexual, aunque en sí no sea 
pecado, constituye sin embargo una tendencia, más o menos fuerte, 
hacia un comportamiento intrínsecamente malo desde el punto de 
vista moral. Por este motivo la inclinación misma debe ser considerada 
como objetivamente desordenada."40 
La Iglesia, siguiendo el ejemplo y las enseñanzas del mismo Cristo, 
hace una tercera distinción: la de condenar al pecado, pero tratar con 
misericordia al pecador. Por eso la Declaración del 75 expresó: 
"Indudablemente, estas personas homosexuales, deben ser acogidas, 
en la acción pastoral, con comprensión y deben ser sostenidas en la 
esperanza de superar sus dificultades personales y su inadaptación 
social. También su culpabilidad debe ser juzgada con prudencia."41 
Sin embargo, dicha atención pastoral no debe degenerar en una 
aceptación de la actividad homosexual como algo no reprobable. Por 
eso la carta del 86 puntualizó: "Quienes se encuentran en esta 
condición deben, por tanto, ser objeto de una particular atención 
pastoral, para que no lleguen a creer que la realización concreta de 
tal tendencia en las relaciones homo-sexuales es una opción 
moralmente aceptable."42 
En su atención pastoral a las personas homosexuales, la Iglesia les 
ofrece ayuda y esperanza de curación. El Padre John Harvey, con 
más de 30 años de ministerio pastoral hacia estas personas, señala 
que la conversión heterosexual o al menos una vida feliz en castidad 
es posible para los homosexuales y las lesbianas. Inclusive las 
Paulinas de EE.UU. publicaron su folleto titulado Un plan espiritual 
para reorientar la vida de un homosexual. El Padre Harvey dirige una 
organización llamada Courage ("Valor"), precisamente para ayudar a 
estas personas a vivir con alegría las enseñanzas de Dios y de la 
Iglesia.43 El Dr. Joseph Nicolosi, psicólogo, también ofrece asistencia 
terapéutica para estas personas. El le llama a su programa "terapia 
reparativa" y ha escrito un libro sobre la materia.44 
Coherente con esta actitud de condenación de la actividad 
homosexual, pero de amor y comprensión hacia las personas 
homosexuales, las enseñanzas de la Iglesia también condenan todo 
tipo de violencia o agresión hacia estas personas: "Es de deplorar con 
firmeza que las personas homosexuales hayan sido y sean todavía 
objeto de expresiones malévolas y de acciones violentas. Tales 
comportamientos merecen la condena de los Pastores de la Iglesia, 
dondequiera que se verifiquen."45 
El 23 de julio de 1992, la Congregación para la Doctrina de la Fe 
publicó una serie de consideraciones sobre ciertas proposiciones de 
ley en algunos estados de los EE.UU. y en otros países, que harían 
ilegal la discriminación en base a la "orientación sexual". Es decir, que 
les concederían a los homosexuales ciertos "derechos", como el de 
contratos de alquiler de viviendas a parejas homosexuales, el adoptar 
niños, el ser contratados como maestros en escuelas para cualquier 
edad, étc. Sobre este punto la Iglesia enseña que: "Las personas 
homosexuales, como seres humanos, tienen los mismos derechos de 
toda persona, incluyendo el no ser tratados de una manera que 
ofenda su dignidad personal. Entre otros derechos, toda persona 
tiene el derecho al trabajo, a la vivienda, étc. Pero estos derechos no 
son absolutos; pueden ser limitados legítimamente ante desórdenes 
externos de conducta...Existen áreas en las que no es una 
discriminación injusta tener en cuenta la inclinación sexual, por 
ejemplo en la adopción o el cuidado de niños, en empleos como el de 
maestros o entrenadores de deportes y en el reclutamiento 
militar...`La orientación sexual' no constituye una cualidad comparable 
a la raza, el grupo étnico, étc., con respecto a la no discriminación. A 
diferencia de éstas, la orientación homosexual es un desorden 
objetivo."46 
Estas consideraciones son muy importantes, pues como señala el 
mismo documento de la Congregación: "El incluir `la orientación 
homosexual' entre las consideraciones sobre cuya base está el que es 
ilegal discriminar, puede fácilmente llevar a considerar la 
homosexualidad como una fuente positiva de derechos 
humanos...Esto agrava el error ya que no existe el derecho a la 
homosexualidad... Incluso existe el peligro de que una ley que haga de 
la homosexualidad un fundamento de ciertos derechos, incline a una 
persona con orientación homosexual a declarar su homosexualidad o 
aún a buscar un compañero para aprovecharse de lo permitido por la 
ley."47 Como ya señaló el Dr. Anchell hace casi dos décadas: "Los 
pervertidos sexuales encuentran fácil infectar a los jóvenes, a los 
libertinos radicales y a la vanguardia que simpatiza con ellos...Están 
decididos a conservar y extender su recién encontrada aceptación. 
Interpretan los privilegios que se les conceden como un mandato para 
convertir la sociedad a sus formas de vida. A las personas normales 
escrupulosas respecto a la perversión, se les acusa de retrógadas. A 
cualquiera que censure la perversión se le considera ultraconservador 
victoriano o víctima de la ética judeocristiana."48 
Más aún, existe el peligro de que, al legalizarse la sodomía y el 
estilo de vida homosexual, también, por lógica, lleguen a legalizarse 
otras aberraciones, como la pedofilia, el sadomasoquismo, étc. Una 
vez que se acepta como normal una desviación sexual, otras 
perversiones se convierten también en justificables. Esta conclusión 
se sigue, además, de las mismas exigencias de los militantes 
homosexuales, los cuales quieren que se acepte cualquier tipo de 
actividad sexual. De hecho el 37% de los homosexuales promiscuos 
practica el sadomasoquismo. Además, el movimiento homosexual ha 
aceptado la presencia de grupos sadomasoquistas y de practicantes 
de la pedofilia, como el NAMBLA (North American Man-Boy Love 
Association - "Asociación Norteamericana de Amor entre Hombres y 
Niños") en sus marchas de Washington, D.C. y San Francisco. 
Además, en sus periódicos anuncian salones donde se practica el 
sadomasoquismo y sutil o no tan sutilmente justifican las relaciones 
sexuales con niños.49 En un congreso nacional de homosexuales y 
lesbianas, en Washington D.C., en 1990, se presentó un seminario a 
cargo del Leather Institute, una organización sadomasoquista.50 En el 
video The Gay Agenda ("El plan de acción homosexual"), producido 
por la organización cristiana The Report ("El Informe"), el Dr. Nicolosi 
nos dice que "hoy hay programas de consejeros sexuales escolares 
en todo el país. En California se conocen como el Proyecto 10. En 
realidad, muchos de esos programas son programas en pro del 
homosexualismo, donde ocurre lo siguiente: Su hijo de 15 años va a 
consultar a su consejero, que será seguramente homosexual, y le 
consulta: -`Mire, tengo estos pensamientos, estas sensaciones, este 
comportamiento...'; Y el consejero le responderá: -`Bueno, bienvenido 
a la comunidad homosexual, eres de los nuestros'."51 
Es crucial que nos demos cuenta de que el comportamiento 
homosexual o lésbico, ya no es algo que queda en la penumbra. Los 
grupos homosexuales y lésbicos están promoviendo su ideología y 
sus actividades entre los niños y los jóvenes, esa es su principal forma 
de supervivencia como grupo social. Son nuestros propios hijos los 
que están en peligro, pues el origen de la homosexualidad se 
encuentra muchas veces en la seducción del niño o adolescente por 
parte de un adulto homosexual. "Todo adulto pervertido es el producto 
de un estímulo sexual prematuro en la infancia, ya sea debido a 
verdaderas violaciones o a una exposición excesiva como observador 
de las actividades sexuales."52 De nosotros depende que tomemos 
en serio este ataque contra la familia y contra nuestros hijos y que lo 
afrontemos con responsabilidad. 
Parte primordial de nuestra responsabilidad en esta batalla es orar 
por las personas homosexuales. En realidad nuestra batalla no es 
contra ellas, sino contra las fuerzas del mal del "Príncipe de las 
Tinieblas", quien busca destruirnos (Efesios 6:10-13). La batalla es 
contra el pecado y la ideología que estos grupos promueven. Se trata 
de una lucha espiritual que requiere mucha oración y sacrificio, sobre 
todo la Eucaristía, la adoración al Santísimo y el rezo del Santo 
Rosario para los católicos. Todos los cristianos debemos unirnos en 
oración por la conversión y salvación de los homosexuales y de 
nuestra nación y actuar para impedir que este mal continue 
extendiéndose. 
"Si mi pueblo, sobre el cual es invocado mi Nombre, se humilla, 
orando y buscando mi rostro, y se vuelve de sus malos caminos, yo le 
oiré desde los cielos, perdonaré su pecado y sanaré su tierra." (2 
Crónicas 7:14.)
........................
Notas: 
1. Trudy Hutchens, "Homosexuality: Born or Bred?", Family Voice (June 1993): 14; 
William A. Henry III, "Born Gay?", Time (July 26, 1993): 36-39.
2. Estudio citado por la Dra. Dawn Siler, de la Seattle Pacific University, en una 
conferencia titulada "Are Homosexuals Born or Made?" ("Los homosexuales 
nacen o se hacen?"), el 13 de mayo de 1991, de su clase de Sexualidad 
Humana.
3. Hutchens, 14.
4. Ibid.
5. "Cordón cerebral determinaría orientación sexual de hombres," El Nuevo Herald 
(sábado 1 de agosto de 1992): 7A.
6. Ibid, 1A.
7. Hutchens, 14.
8. Henry III, 36-37; Daniel S. Greenberg, "Spare Us All From the `Gene of 
Homosexuality' Search," The Miami Herald (jueves 29 de julio de 1993).
9. Siler.
10. John F. Harvey, O.S.F.S. The Homosexual Person. New Thinking in Pastoral Care 
(San Francisco: Ignatius Press, 1987), 76.
11. Citado en Cal Thomas, "Gays' Root Cause: Genetics or Choice?," The Miami 
Herald (miércoles 7 de octubre de 1992): 17A.
12. Siler.
13. Citado en el artículo de Cal Thomas.
14. Corey, L. y K.K. Holmes, "Sexual Transmission of Hepatitis A in Homosexual Men," 
New England Journal of Medicine (1980): 435-438.
15. Dr. Jerome Lejeune, "Engaño sobre el amor," ¡Escoge la Vida!, Boletín Hispano 
de la Organización Human Life International (Vida Humana Internacional) 
(noviembre/diciembre 1989): 2; Corey L., y K.K. Holmes. Mangilit, G.W., et al., 
"Chronic Inmune Stimulation by Sperm Alloantigens," Journal of the American 
Medical Association 1984: 251:237-238; Cecil Adams, "The Straight Dope," The 
Reader (Chicago: 28 de mazo de 1986); D.G. Ostrow et al., Sexually Transmitted 
Diseases in Homosexual Men (New York: Yorke Medical Books, 1984), 204; Gene 
Antonio, AIDS: Rage & Reality, Why Silence Is Deadly (Dallas: Anchor Books, 
1992), 67.
16. "Consecuencias médicas de lo que hacen los homosexuales," folleto educativo 
del Family Research Institute ("Instituto de Investigaciones sobre la Familia"), 
Washington, D.C., 1992.
17. Ibid. 18. Harvey, 46-47, 100-104.
19. Antonia Novello (Cirujana General de los EE.UU.) en el Medical Tribune, 3 de 
octubre de 1991.
20. Gene Antonio, 50-51, 66-70.
21. CDC, "HIV/AIDS Surveillance," abril 1992.
22. Adolfo J. Castañeda, "La respuesta a la epidemia del SIDA no es el preservativo," 
¡Escoge la Vida!, Boletín Hispano de la Organización Human Life 
Internacional--Vida Humana Internacional (julio/agosto, 1993): 1.
23. "Consecuencias médicas..."; Video The Gay Agenda ("El Plan de Acción 
Homosexual"), producido por la organización cristiana The Report, 42640 10th 
Street West, Lancaster, California 93534 (distribuido por Vida Humana 
Internacional.
24. Robert Knight, "Sexual Disorientation, Faulty Research in the Homosexual 
Debate," Family Policy. A Publication of the Family Research Council(June 1992): 
1.
25. Véase Dr. Judith A. Reisman y Edward W. Eichel, Kinsey, Sex and Fraud. The 
Indoctrination of a People (Lafayette, Louisiana: Huntington Publishers, 1990).
26. Siler.
27. "Captives of the Homosexual Lobby," Biblical Scoreboard (otoño 1988): 15.
28. Vida Humana Internacional tiene disponible en sus archivos copia del documento 
que describe esta "iglesia" preparado por el "reverendo" que la dirige en la 
Argentina.
29. Paul Likoudis, "Homosexual Rights March Launches America Into the `Gay 
Nineties'," The Wanderer (6 de mayo de 1993): 8.
30. Video Gay Rights: Special Rights ("Derechos homosexuales: derechos 
especiales") producido por Jeremiah Films.
31. Ibid.
32. Lesley S. Bateman, Clint Cline y Patrick Poff, "Are Gay Rights Right?," Florida 
Family Council. Citizen (junio de 1993): 1.
33. Gay Rights: Special Rights; Boletín del grupo cristiano Concerned Women for 
America.
34. Gay Rights: Special Rights.
35. "Beating the Big City Bureaucrats," Focus on the Family, Citizen (19 de abril de 
1993): 1-3.
36. Gay Rights: Special Rights.
37. Stacey D'Erasmo, "The Gay Nineties," Rolling Stone (3 de octubre de 1991): 
83-86, 130.
38. Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF), Declaración "Persona humana" 
sobre algunas cuestiones de ética sexual, 29 de diciembre de 1975, número 8.
39. Ibid.
40. CDF, "Carta a los obispos de la Iglesia Católica sobre la atención pastoral a las 
personas homosexuales," 1ro. de octubre de 1986, número 3.
41. Persona humana, 8.
42. CDF, "Carta a los obispos...", 3.
43. Harvey, 76, 119-174. Véase, por el mismo autor, Un plan para reorientar la vida de 
un homosexual (Boston: St. Paul Books & Media, 1991).
44. Vida Humana Internacional tiene disponible en audiocassette la conferencia que 
este doctor pronunció en el XII Congreso Mundial de Human Life International, 
celebrado en Houston, Estado de Téjas, del 14 al 18 de abril de 1993.
45. CDF, "Carta a los obispos...", 10.
46. CDF, "Consideraciones para la respuesta católica a propuestas legislativas de 
no discriminación a homosexuales," 23 de julio de 1992, números 10, 11 y 12.
47. Ibid, 13 y 14.
48. Dr. Melvin Anchell, Madurez sexual y salud integral, (Méjico, D.F.: Editorial Diana, 
1976), 292.
49. Randy Alcorn, "What NBC Left Out (re: Gay Rights)," Eternal Perspective 
(octubre/noviembre 1992).
50. Brochure: The 12th National, 3rd International Lesbian & Gay Health Conference 
and 8th National AIDS Forum, July 18-22, 1990 at The Washington Hilton and 
Towers, Washington, D.C. Sponsored by The National Lesbian and Gay Health 
Foundation and The George Washington University Medical Center.
51. Tomado de The Gay Agenda.
52. Anchell, 251.