La revelación de la Salvación

La figura del Salvador

Las fuentes del conocimiento del salvador: los evangelios

 

Objetivo

El alumno comprenderá que para tener una verdadera imagen de Cristo deberá tomar en cuenta los cuatro evangelios.

 

Situación política

La entrada de Pompeyo en Jerusalén el año 63 a. C. termina con la independencia política adquirida por los judíos desde las luchas de los macabeos. En adelante, los romanos serán los que decidirán la vida de Israel.

Situación religiosa

La situación religiosa de los judíos en la época neotestamentaria se caracteriza por una profunda división en grupos distintos y, en ocasiones rivales.

Los escribas: continúan su tarea de conservación, transmisión y comentaristas de la ley. La mayor parte de ellos se encuadran en el grupo de los fariseos.

Los fariseos: tienen su origen de la época de las luchas macabeas. Es el judío que se adhiere con todas sus fuerzas a la ley. La ley es para ellos la fuente de su vida y la inspiración de su obrar, el gozo de su corazón.

Junto a estas divisiones de tipo religioso, a las que habría que añadir la antigua que enfrenta a judíos y samaritanos, existe una serie de grupos de orientación religiosa–política (los celotas, los herodianos) y sociales, que convierten a la Palestina del s. I en un mosaico de divisiones internas como nunca acaso en toda su historia lo había conocido.

Interpretación de la situación del judaísmo

La unificación del mundo conseguida bajo el imperio romano ha sido considerada ya desde antiguo como una preparación al evangelio.

La unificación del mundo conseguida por el imperio romano contribuye a la realización del plan de Dios: como símbolo de una unificación más perfecta de la humanidad que se iba a realizar en torno al salvador.

Las fuentes del conocimiento del Salvador: Los evangelios

¿Cómo llegar al conocimiento del salvador y de su obra, ya que su actividad histórica, visible y terrena, pertenece al pasado?.

La respuesta solo la podemos encontrar en el testimonio cristiano de los evangelios.

Características y valor histórico del testimonio evangélico

Antes de responder sobre la historicidad del testimonio evangélico es preciso analizar qué es lo que los evangelios quieren ser, qué pretendieron escribir sus autores y cómo lo hicieron.

Los evangelios sinópticos

Los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas los llamamos sinópticos ya que presentan un mismo esquema y pasajes paralelos.

Características literarias

Ninguno de los evangelios se detiene a exponer el retrato físico, el carácter, la personalidad de Jesús. Ni pretenden satisfacer la curiosidad del lector, ni tampoco hacer labor científica. Muchas veces da la impresión de que se han unido artificialmente diversos pasajes, por comodidad o por intención del autor. También se deja ver la ausencia de una cronología exacta y minuciosa.

 

De este sencillo análisis debemos concluir que los evangelios no son libros de historia en el sentido moderno de la expresión, sino son testimonios sobre hechos y dichos de una persona concreta: Jesús de Nazaret.

Prehistoria de los evangelios

Ciertamente Jesús de Nazaret no escribió nada, transmitió su mensaje a base de predicación, como lo hacían los maestros de Israel en aquel tiempo.

El libro de los Hechos y el resto del Nuevo Testamento nos aseguran que la primera transmisión del mensaje cristiano se realiza de viva voz.

Sin lugar a dudas la tradición oral fue muy fuerte ya que los pasajes paralelos de muestran mucha semejanza y esto es casi imposible si tomamos en cuenta que los evangelios se escribieron en diferentes lugares y por diferentes autores.

Ya es una etapa muy posterior cuando se pondrán por escrito.

Labor de los evangelistas

Los evangelistas no fueron simples recopiladores de las palabras y obras de Jesús, sino por el contrario formulan una adaptación según los destinatarios y el fin de su obra.

Marcos por ejemplo escoge la mentalidad hebrea y por lo tanto escoge todo aquello que es una manifestación de poder por parte de Jesús y subraya esa manifestación, revelando en Jesús al hijo de Dios.

Valor histórico del testimonio evangélico

Si buscamos el valor histórico como modernamente entendemos esa palabra realmente nos quedaríamos sin nada, por el contrario si buscamos la historicidad del hecho y lo separamos de su interpretación caeremos en la cuenta que el valor histórico es incalculable.

 

 

La vida y figura del salvador

Objetivo

Conocer a un Jesús verdadero Dios y verdadero hombre por medio de sus palabras y acciones en su caminar por el mundo.

Tema

El punto central de la predicación de Jesús es el mensaje del reino y reinado de Dios.

El Reinado de Dios se parece al amor que un padree profesa sus hijos.

El mensaje de Jesús es una invitación a creer en el amor incondicional de Dios y su asistencia salvadora. Los hombres deben saber que Dios quiere salvar a todos y que está dispuesto a perdonar a los más grandes pecadores. El amor de Dios no conoce límites.

Jesús muestra una preferencia por los niños, pobres, enfermos, despreciados y oprimidos, él libra a la gente de sus miserias del cuerpo y alma.

Situación del pueblo en tiempos de Jesús. Datos Históricos

El pueblo no cuenta ni para los romanos ni para los grupos dominantes.

La posesión de la tierra es fundamental para la existencia del pueblo, es su garantía, la vive como un hecho religioso. El pueblo Judío vive nuevamente una esclavitud, pero ahora es su propia tierra, en manos de los romanos.

El pueblo vive un momento de explotación en su trabajo hasta el punto en que algunos oficios son considerados como impuros entre ellos mencionamos: los pastores, médicos y publicanos.

Es un pueblo empobrecido, despojado, tributario, sin garantías.

La situación religiosa es de un pueblo dominado, reprimido con crueldad, sin poder de participación y decisión, lo que le mantiene de pie es la espera del Mesías.

Es un pueblo abandonado por los sacerdotes que en complicidad con los romanos utilizan la Palabra de Dios para asegurar sus intereses. Es un pueblo desorientado y espectador.

Por lo anterior, Jesús no es comprendido ni como hombre ni como Dios. Jesús es la experiencia de un Dios inverso, el que no está en la cumbre del poder, es más bien es puesto en lo más bajo de los márgenes humanos; no es quien defiende celosamente su ley y derechos, sino el que ama al pobre y defiende su derecho a la vida; no el de la distancia mortal para el hombre, sino el de la misericordia cercana.

Por eso una vez más nos pregunta Jesús: ¿Quién decís que soy Yo?

Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre (Heb 13, 8). Jesús no sólo enseña a ser hombres de fe, él nos invita a ser suyos, aceptarlo como Señor y Cristo, revelador y mediador entre Dios y los hombres.

 

Jesús es un liberador de la esclavitud del mal, el re creador del hombre, el hijo de Dios encarnado. Así para nosotros Jesús es un absoluto, que puede llevar a la realización plena a toda persona humana junto con toda la humanidad y el cosmos.

Pablo VI dice sobre Jesús: "… es el Mesías, el centro de la humanidad… el verdadero hombre, el tipo de perfección, de belleza, de santidad… el único digno de toda confianza y de todo amor es el Cristo–Hombre… es el principio de nuestra vida espiritual y moral… es el Cristo–Dios, el maestro, el salvador, la vida.