El síndrome de Cuasimodo


por: Brenda González Cruz

 

Necesitamos aprender a tenernos afecto a nosotros mismos.

Hoy, es muy común que entre las personas se escuchen frases como estas:
· “Nadie me quiere”
· “Soy un tonto”
· “No puedo hacer nada bien”
· “Tengo que contar con la aprobación de algunas personas para poder sentirme bien conmigo mismo”
· “Soy un caso perdido, nunca voy a cambiar”
· “Los que fracasan en algo no son dignos de ser queridos”
· “Nunca llegaré a ser alguien importante, porque nunca hago nada bien”

¿Qué impresión les dio cada una de estas frases? En esta lección, vamos a analizar tres aspectos que influyen en el concepto que nos formamos de nosotros mismos y, además, el por qué es importante tener una autoestima correcta.

I. QUIÉN SOY YO PARA LOS DEMÁS

· ¿Qué tanto te importa la opinión de otros acerca de ti? El concepto que tengamos de nosotros, se forma muchas veces a base de lo que nos dicen los demás (amigos, padres, líderes).

· Nuestras relaciones interpersonales se ven afectadas por nuestros actos, que son sólo un reflejo de lo que pensamos de nosotros mismos.

· Todos tenemos la necesidad de ser aceptados en un grupo. Eso es una necesidad básica del hombre (Gn. 2:18), pero nosotros no tenemos por qué preocuparnos, somos parte de algunos grupos (nuestra familia, el grupo juvenil, el cuerpo de Cristo –la Iglesia-...).

· Seguramente algunos de nosotros hemos sido lastimados por comentarios acerca de nuestra persona, es por eso mismo que debemos cuidar lo que comentamos y decimos acerca de otras personas.
 

II. QUIÉN SOY YO PARA DIOS

· ¿Cuánto costó ($) la cosa más preciada que tienes?

· La Biblia califica al hombre como la obra maestra de Dios, somos corona de la Creación (Ef. 2:10)

· El ser humano es una máquina maravillosa. Fuimos creados a imagen y semejanza del Altísimo (Gn. 1:26)

· Para Dios poseemos un valor intrínseco (Ef. 1:18). Nuestra vida es invaluable, mas aun así fuimos comprados a precio de sangre (1Co. 6:20, 1Pe. 1:18-19).

· Somos parte de la familia de Dios (Ef. 2:19).

· Somos hijos de Papi, y para Él somos los hombres y mujeres más “guapos” y “bonitas” que existen en este mundo. ¡Pero sólo para Él! =)
 

III. QUIÉN SOY YO PARA MÍ MISMO

· Como ya vimos anteriormente, tú eres muy importante para Dios y para tu familia. Tienes un valor inmenso como persona (Jn. 17:9-11).

· Analicemos 5 pasos para que aprendamos a tenernos afecto a nosotros mismos:
 

a) ACÉPTATE:

- No hables de ti en forma negativa (tendemos a convertirnos en lo que creemos que somos).

- Compórtate con seguridad, aún en situaciones difíciles.

- Cuando fracases, admítelo, confiésalo a Dios y niégate a condenarte a ti mismo (Ro. 8:1)

- Sé amable contigo, como lo serías con alguien más.

- No te compares con otros (eres único y Dios disfruta de ti así como eres, actúa como Dios lo hace hacia tu persona).
 

b) CONÓCETE

- Concéntrate en lo que Dios piensa de ti y haz oídos sordos a las críticas de los demás.

- Fomenta las amistades entre personas que causen en ti un efecto positivo y disfruta junto con ellos de ti y de la vida.
 

c) SÉ TU MISMO

- Aprende a reír, busca el lado divertido de la vida y sé parte de ella.

- Sé realista en lo que esperas de los demás, ten siempre en cuenta los talentos, dones, habilidades y potencial que Dios ha puesto en cada uno (incluido a ti).
 

d) ÁMATE

- Hacer lo correcto ante los ojos de Dios nos hace sentirnos bien con nosotros mismos.

- Sé positivo (Fil. 4:8)
 

e) VE MÁS ALLÁ DE TI MISMO

- Ayuda a otros a verse como Dios los ve (ámalos, acéptalos, anímalos y no los critiques).

- Guía a otros con tu influencia cristocéntrica.

- Ama según el ejemplo de amor que Cristo nos dejó.
 

CONCLUSIÓN:

Quienes tienen una autoestima sana ven al mundo como un desafío, una oportunidad de poner en práctica su fuerza personal y su confianza en Cristo. Cuando creemos en quienes somos y en lo que Cristo ha hecho en nosotros, podemos tener un impacto grande sobre el mundo por medio de Cristo y por gracia de Dios; podemos servirle de una mejor manera a nuestro Señor. DIOS TE HIZO EXACTAMENTE COMO ERES POR UNA RAZÓN ESPECIAL, con un propósito igual de especial.

- Oremos: “PAPA, Gracias te doy por aceptarme tal como soy. Gracias porque aunque el mundo me diga que no valgo, valgo mucho porque soy hijo del Dios viviente, redimido por la Sangre de Cristo y sellado con el Espíritu Santo. Ayúdame a tener un autoestima sana, reconociendo mis defectos y mis virtudes, explotando al máximo el potencial que has puesto en mí, y reflejando con mi vida que soy especial, no por obra propia, sino porque soy obra de tus manos. Te entrego mis inseguridades, pues mi vida está ahora escondida en Cristo Jesús. Perdóname si he dañado el autoestima de alguien. Muda mi corazón para que se parezca cada vez más a Ti. En el nombre bendito de Jesucristo, Amén”.

TAREA:

(1) Hacer una lista de mis puntos fuertes (virtudes) y de mis puntos débiles (defectos). Orar pidiendo la ayuda de Dios para aceptarnos a nosotros mismos tal como somos.

(2) Leer Ro. 12:4-8, reflexionarlo y escribir lo que Dios te habló a través de Él.

(3) Leer Jn. 1:12, 15:15, 15:16; 1Co. 3:16, 6:19-20, 12:27; 2Co. 5:17). Escribir en 3 ó 4 palabras las razones por las que soy importante para Dios de cada pasaje.

TOMADO DE LA PAGINA "Para Lideres"