La escala de
necesidades de Maslow
Abraham
Maslow (1908-1970), nacido en Nueva York, es el máximo
representante de la psicología humanística. Su famosa escala de
necesidades nos ayuda a descubrir las motivaciones que gobiernan
cada etapa de nuestra vida. Nos sirve también para comprender
mejor lo que pasa a nuestro alrededor.
Recurrimos
con enorme facilidad a promesas y premios, a amenazas y
castigos, cuando queremos que otros hagan algo. Pero son vías
inútiles, porque la motivación no se puede imponer, nace de
dentro, como nos demostró Maslow. Resulta interesante recordar
la evolución vivida en las motivaciones del cristiano.
El
cambio de comportamiento
Para
que alguien cambie efectivamente de comportamiento, se requieren
varios condicionantes: saber teórico, saber hacer o saber
práctico y querer. Y esta motivación nace después de constatar
la distancia entre lo que hacemos y lo que nuestro entono
espera de nosotros. El papel de todo inductor al cambio. Un
apunte último sobre la conversión.
Ser
buenos formadores, una tarea para padres, directivos,
catequistas. No sólo para profesores. Tarea difícil porque no se
trata de enseñar sino de que el otro aprenda. Necesitamos
metodología y existen muchos recursos al alcance de la mano. Hay
que elegir lo que más conviene para cada caso y cada persona. Un
apunte sobre la metodología de Jesús de Nazaret.
Tipologías,
para conocernos mejor
El conocimiento de
la persona mejorará nuestras relaciones humanas. Se basa esta
nueva tipología en que la facultad que predomina matiza a las
otras, clasificándonos en reflexivas, activas y afectivas. Aun
partiendo de enfoques distintos se conecta perfectamente con las
acreditadas tipologías que se basan en la constitución del
individuo. Parece importante conocer estos estudios científicos
para hacer frente a tanto bulo propagado sobre horóscopos y
cartas astrales.
Actitudes
cooperativas frente a actitudes competitivas
Ganar no es
sinónimo de ganar a costa de otro, porque se gana más cooperando
que compitiendo. Lo lógico y sensato es cooperar, repartir como
hermanos. Todos lo reconocen, unos porque lo sienten así, porque
están convencidos, y los que van a engañar, porque les conviene
que el otro se confíe. Las posturas maximalistas, que buscan
ganar mucho, suelen abocar en actitudes depredadoras de lo
ajeno.
Las
teorías X e Y de McGregor
Constata desde una
nueva Escuela Científica del Trabajo que las formas vigentes de
dirección, autoritarias y manipuladoras, no son suficientemente
eficaces y propugna una manera moderna y
participativa de enfocar las
relaciones laborales. Sus tesis son consistentes, de universal
aplicación, y merecen toda la difusión posible.
Una buena técnica
de análisis que ilumina muchas situaciones concretas de las
relaciones interpersonales. Tras la relativa aridez de los
conceptos básicos, que exige ciertamente algún esfuerzo, se nos
abre un rico abanico de interpretaciones al alcance de todos. En
el apartado de aplicaciones prácticas se sugieren algunas de
ellas.
Sugerencias para
que sea productiva cualquier reunión, para que el grupo genere
sinergia. Cómo plantear y definir los problemas, evitando
prejuicios, acometiendo su estudio de modo racional. Para
solucionar un auténtico problema hay que aceptar un coste de
solución. Todas las vías para la toma de decisiones en un
grupo.