EL EVANGELIO DE JUDAS (Dossier)

 

Declaración del presidente de la Conferencia Episcopal de Chile sobre el Evangelio de Judas


 

COMUNICADO DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL PERUANA

«EL EVANGELIO DE JUDAS»



La Conferencia Episcopal Peruana considera oportuno y necesario manifestar lo que sigue, respecto al mencionado «Evangelio de Judas», presentado a publicidad, justamente cuando la fecha de la Semana Santa y la Fiesta Pascual de la Nuestra Iglesia Católica, enfocaban para la Iglesia Universal el sacrificio salvador de Jesús, el Cristo.

1. No, no es una casualidad. El objetivo es desvirtuar la fe y la sensibilidad de los creyentes, especialmente de los más sencillos. Poner en duda su creencia fundamental: La encarnación y la divinidad de Jesús.

2. La Pregunta que hay que formula es la siguiente: ¿Este evangelio apócrifo daña la verdad contenida en los evangelios canónicos de Mateo, Marcos, Lucas y Juan?

3. La respuesta es «no», por las siguientes razones:
3.1. No se puede demostrar científicamente que el llamado «Evangelio de Judas» haya sido escrito en la época apostólica, ni mucho menos que haya sido escrito por el mismo Judas Iscariote.
3.2. El «evangelio de Judas» se remonta a un escrito de finales del siglo II. En adelante D.C.
3.3. Sin duda, es un escrito posterior a los Evangelios Canónicos, escritos entre los años 50 y 60 D. C. y sobre todo es un escrito posterior a la predicación apostólica oral.
3.4. Quiere decir, que el «Evangelio de Judas» aparece cuando los cristianos ya poseen una doctrina evangélica propia y ya desde esa época era rechazado como contrario a la sana doctrina, por el testimonio de San Ireneo (125-200 d. C, aproximadamente), quien luchó contra la doctrina gnóstica, que es la que se refleja en el «evangelio de Judas» y que fue precisamente una de las doctrinas contra las cuales luchó el cristianismo de los primeros siglos y que hoy se trata de revivir fuera de un contexto histórico.
3.5. Los gnósticos atribuyen a Dios el mal en el mundo y afirman que creó el mundo de un modo desordenado, y por eso son partidarios de la rehabilitación de figuras del Antiguo Testamento como Caín, que mató a su hermano Abel, y Esaú, el hermano mayor de Jacob, que vendió sus derechos de primogenitura por un plato de lentejas. Judas encaja perfectamente en la visión gnóstica que muestra que Dios quiere el mal en el mundo.
3.6. La corriente gnóstica también desprecia la naturaleza corpórea del hombre, su cuerpo; de ahí que es necesario superar lo corporal mediante el conocimiento espiritual.
3.7. Esta doctrina gnóstica encaja en el «evangelio de Judas», porque según el mencionado evangelio, Jesús pide a Judas que lo ayude a liberarse de su cuerpo diciendo: «sacrificarás el hombre que se viste». Según los gnósticos Jesús se vistió de hombre, es decir sólo tuvo apariencia del hombre. Luego, el cuerpo es una prisión de la que hay que liberarse.
3.9 El texto del «evangelio de Judas» es un atentado auténtico contra la verdadera humanidad de Cristo. Ven a Cristo como un Dios disfrazado de hombre y que es prisionero de ese disfraz. La Verdad revelada nos asegura que Jesucristo es verdadero Dios y verdadero Hombre. El no se disfrazó de hombre, sino que se hizo hombre, se encarnó.
3.10 Aceptar como verdad lo que está contenido en el evangelio de Judas significaría admitir que Dios infinitamente bueno es malo, es decir, que Dios utiliza a los hombres para que ellos hagan cosas malas.
3.11 Una cosa es que Dios no vaya contra la libertad del hombre y permita que el hombre utilice mal su libertad para el pecado y, otra cosa es que los ulitice para el mal, como es el pedido a Judas, en este evangelio apócrifo.

4. No debemos perder de vista que:
4.1 Las verdades del cristianismo no nacen en los escritos evangélicos, sino mas bien que los escritos evangélicos se fundan en la enseñanza apostólica, que ya existía mucho antes en forma de tradición oral viva y, esa Tradición oral parte del mismo Jesucritos.
4.2 Los escritos Bíblicos, inspirados por Dios, ven la necesidad de poner por escrito la verdad revelada, una verdad que podía desvirtuarse debido a falsas interpretaciones y herejías, como aquella del gnosticismo.
5. Finalmente, el «evangelio de Judas» ¿supone un desafío de la Fe de la Iglesia Católica? ¿Sucumbirán los cimientos del cristianismo como sugieren algunos medio de prensa?. Ciertamente que no. El «evangelio de Judas es un texto gnóstico que tiene valor histórico si es verdadero, pero no sugiere ningún desafío para el cristianismo; y la Iglesia no ha tratado de encubrir este texto ni otros como dicen Dan Brown, autor del Código Da Vinci y otros autores de apoyan la teoría de la conspiración. (todas estas obras tienen como objetivo, desvirtuar y hacer negocio).

6. La Iglesia no ha ocultado la existencia de los gnósticos ni sus escritos pero si los ha combatido por sus grandes errores doctrinales.

7. Jesús prometió el Espíritu Santo y su presencia hasta el fin de los tiempos y también dijo que las puertas del mal, del infierno, no prevalecerán contra la Iglesia (Mt. 16,18).

Lima, 5 de Mayo de 2006.

+ Héctor Miguel Cabrejos Vidarte OFM
Arzobispo Metropolitano de Trujillo
Presidente de la Conferencia Episcopal Peruana

+ Juan José Larrañeta Olleta O. P.
Obispo Vicario Apostólico de Puerto Maldonado
Secretario General de la Conferencia Episcopal

 


 

Presidente de la conferencia Episcopal de Chile, monseñor Alejandro Goic Karmelic, obispo de Rancagua por encargo del Comité Permanente, «Acerca del Evangelio de Judas»
 

Acerca del Evangelio de Judas


Los medios de comunicación social han dado a conocer en estos días la publicación de un antiguo texto manuscrito encontrado en Suiza en 1983, en idioma copto y que correspondería a un supuesto «Evangelio de Judas». Con la intención de aclarar dudas y responder a muchas interrogantes, resulta interesante y oportuno entregar algunas orientaciones. Nos ayudará una reciente entrevista al P. Thomas D. Williams, Decano de la Facultad de Teología de la Universidad Regina Apostolorum de Roma (Ver más abajo) y un artículo de opinión del sacerdote chileno P. Samuel Fernández, Decano de la Facultad de Teología de la Universidad Católica de Chile.


I. Evangelios Apócrifos

• El texto pareciera estar fechado entre el siglo IV y el siglo V, es decir, unos 300 ó 400 años después de la vida de Jesús. Es imposible, por lo tanto, que sea Judas su autor directo, sino que puede tratarse de una copia del «Evangelio de Judas», citado por San Ireneo de Lyon hacia el año 180.

• Fue redactado por la secta gnóstica de los Cainitas y presenta a Judas Iscariote de una manera positiva, como un personaje que sólo obedeció una supuesta orden divina de entregar a Jesús para que pudiera cumplirse la obra de salvación.

• Siempre se supo de la existencia de Evangelios Apócrifos, es decir, no inspirados porque no contienen la verdad acerca de la Revelación de Dios y su deseo de salvación para la humanidad y desde siempre fueron rechazados por el conjunto de la comunidad cristiana porque son incompatibles con la fe.

• La Iglesia nunca ha ocultado o negado la existencia de estos documentos. Al contrario, estos textos han sido publicados y están editados en muchas editoriales a través del mundo entero, como la Biblioteca de Autores Cristianos (BAC) o la Editorial Ciudad Nueva, entre otras.

• Los Evangelios Apócrifos no son reconocidos como inspirados por Dios porque simplemente buscaban satisfacer la curiosidad de algunos, o contenían leyendas fantasiosas respecto a Jesús, o explicaban opiniones particulares de algunos grupos religiosos acerca de Cristo. No buscaban la verdad más profunda sobre Dios y su obra salvadora.

• Algunos de estos Evangelios Apócrifos pertenecen a sectas gnósticas, como la de los Cainitas, cuyo propósito principal era reivindicar figuras del Antiguo y del Nuevo Testamento que cayeron en la maldad, como Caín (que mató a su hermano Abel) y como Judas (que traicionó a Jesús). Los gnósticos pretendían que la salvación se logra sólo por el conocimiento que tengamos de Dios, no por obra del amor y de la misericordia de Dios, que envió a su Hijo Jesús al mundo.

II. Diferencias entre cristianos y gnósticos

• La principal diferencia entre los gnósticos y los cristianos radica en su concepción acerca del origen del mal en el mundo. Los cristianos creemos en un Dios bueno que ha creado un mundo bueno. Los gnósticos creen en un Dios que ha creado el mal y ha creado al mundo de manera desordenada.

• Los cristianos creemos que la maldad nace a partir del mal ejercicio de la libertad con la que Dios nos ha creado, porque Dios siempre respeta nuestra libertad. Los gnósticos afirman que Dios quiere el mal en el mundo y por eso se explica la acción de los hombres malos, como Caín o Judas.

• Dios conoce todas nuestras intenciones, incluso los errores, pecados y decisiones equivocadas. A veces se vale de ellas para obtener un bien en su plan providencial para el hombre.

Asumiendo estas orientaciones y aclaraciones, podemos entender de mejor manera lo que puede representar un texto como el que comentamos y cómo ello no afecta en nada la fe y la doctrina católica. Así, podemos responder algunas otras interrogantes.

III. El drama de Judas

• ¿Cómo podemos entender el papel y la persona de Judas Iscariote? Judas fue, como todos los demás seres humanos, un hombre creado con el atributo de la libertad. No se puede decir que Dios buscó que Judas cayera en el mal y se viera obligado a cumplir un rol histórico ya determinado, como una opción fatalista a la que no podía sustraerse de ninguna manera. No nació con el sello de una condena fatal. Judas usó su libertad para hacer el mal.

• ¿Podemos saber si Judas se salvó o se condenó? La Iglesia, a través de los procesos de beatificación y de canonización de una persona, puede tener la absoluta certeza de la santidad de alguien y de que esa persona goza de la presencia eterna ante Dios, que ha practicado las virtudes cristianas y merece la gloria de Dios y la salvación eterna. Pero no puede tener la certeza absoluta de una condena eterna y de que alguna persona esté en esa condición. Ni siquiera respecto a Judas. Lo que la fe siempre ha manifestado es la inmensa bondad y misericordia de Dios. Sólo Dios conoce el destino de las personas. Cualquier ser humano puede arrepentirse de sus pecados y errores en el último momento de su existencia terrenal. El drama de Judas, más que la gravedad de su pecado en sí, fue su falta de esperanza, el hecho de cerrarse en sí mismo, en vez de reconocer su falta, llorar su pecado y volver al amor de Dios, como lo hizo, por ejemplo, el Apóstol Pedro.

• ¿Por qué despiertan tanto interés temas o libros como el «Evangelio de Judas» u otros similares? La obra musical «Jesucristo Superestrella» y algunos ejemplos de la literatura reciente nos muestran una figura de Judas que podríamos llamar «simpática» o «benevolente» respecto a este personaje. Ello llama la atención y es una invitación a que ese tratamiento de la persona redunde en éxitos mediáticos y comerciales, en una perspectiva sociológica, comunicacional o de la propia psicología humana.


IV. Jesús, Único Salvador de la Historia

• ¿Cuál es la única fuente segura para conocer la obra, las acciones y la enseñanza de Jesús? Sólo los Evangelios son considerados como obras inspiradas por Dios y se les reconoce una autoridad especial. Nos referimos a los textos de Marcos, Mateo, Lucas y Juan. Son libros canónicos, reconocidos por el mismo pueblo fiel desde los inicios del cristianismo y luego por la autoridad de la Iglesia. Su mérito consiste en su antigüedad, en la autoridad de quienes los redactaron y que sus escritos se basan en el testimonio de testigos directos de su obra; testigos de su enseñanza, sus milagros, la condena, la muerte, la sepultura y la misma resurrección de Jesús. Mientras más tardíos sean algunos escritos, más dudosa se vuelve la autenticidad y fidelidad de la transmisión de estos hechos hasta nuestros días. El Nuevo Testamento en su conjunto refleja la plena seguridad en esta autenticidad y fidelidad.

• ¿Por qué la Obra y la Persona de Jesús resultan tan atrayentes, incluso para los que no creen en El? El sensacionalismo y la supuesta revelación de datos que contradicen lo esencial de la fe en Jesucristo ha sido un tema de todos los tiempos, no sólo de ahora. Hoy se habla del «Evangelio de Judas». Después se hablará de otro texto, de otro descubrimiento o de otras fantasías u opiniones particulares de grupos sectarios. Pero resulta muy significativo y hasta emocionante que la Persona de Jesús, el Redentor y Salvador de la humanidad, sea motivo de una «profunda fascinación», incluso para aquellos que no creen en Él, lo rechazan o tratan de desprestigiar su figura y su mensaje. Jesús a nadie deja indiferente. Para los que tenemos el don de la fe, es el Único - no hay otro - Salvador de la Historia.

• ¿Qué hemos de hacer los discípulos de Cristo? Renovar nuestra fe y nuestro amor a Jesús Redentor de la humanidad. Profundizar el fundamento histórico de nuestra fe cristiana, para no dejarnos sorprender por falsificadores de todo tipo como ya nos advierte la Santa Escritura: «Tengan cuidado de los falsos profetas» (Mt. 7, 15)

+ Alejandro Goic Karmelic
Obispo de Rancagua
Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile
(Por encargo del Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile)



EL EVANGELIO DE JUDAS
Tomado de la Biblioteca Electrónica Cristiana
http://www.multimedios.org/especiales/judas/


¿De qué se trata?

El documento llamado de "Evangelio de Judas" ha sido dado conocer a la prensa mundial por la organización Nacional Geographic Society. Se trata de un papiro de 26 (otros dicen 31) páginas (13 planchas de papiro) encontrado en una tumba en Egipto en 1978 y que ha rodado desde entonces por los círculos de anticuarios, pero cuyo contenido y edad se desconocían. National Geographic ha anunciado su intención de publicar una traducción en varios idiomas del texto. Hechos los análisis de carbono 14, la tinta, el estilo de escritura y el contenido han concluido que se trata de un texto escrito alrededor del año 300.


¿Desde cuándo se conoce el texto?

Aunque el manuscrito todavía debe ser autentificado, probablemente es un texto del IV o V siglo, una copia de un documento anterior, redactado por la secta gnóstica de los Cainitas.

Puede ser una copia del «Evangelio de Judas» citado por san Ireneo de Lyón en su obra «Contra las herejías», escrita en torno al año 185.

Cronología del texto:

1970: Un antiguo papiro o manuscrito, conteniendo el Evangelio de Judas, es encontrado por locales cerca de El Minya, Egipto.

1978: El códice es vendido a un anticuario egipcio de El Cairo.

Mayo 1983: El anticuario egipcio ofrece en venta el códice a un grupo de expertos en Ginebra, Suiza. El precio es demasiado alto.

Feb/Mar 84: El anticuario egipcio pone el códice en venta en Nueva York, sin resultado; pone el códice en la caja de seguridad de un banco en Hicksville, N.Y., donde permanece por 16 años

Abril 2000: Frieda Nussberger-Tchacos, anticuaria de Zürich, Suiza, compra el códice.

Abril 2000: La Biblioteca Beinecke Rare Book and Manuscript de la Universidad de Yale verifica el códice que contiene el Evangelio de Judas, pero decide no comprarlo.

Sept. 2000: Tchacos inicia el proceso de venta del códice a Bruce Ferrini, un anticuario de Akron, Ohio.

Feb. 2001: La venta no se concreta. Tchacos recupera el códice y lo transfiere a la Maecenas Foundation for Ancient Art , Basilea, Suiza.

Julio 2001: El presidente de la Maecenas Foundation , Mario Roberty pide al experto en Copto: Rodolphe Kasser que lidere la transcripción y traducción del códice del Copto; mientras que la conservadora Florence Darbre es la responsable de las tareas de preservación del códice.

Ago. 2004: El Gobierno Egipcio acepta la donación del códice al Museo Copto de El Cairo. El códice retornará a Egipto una vez que haya sido exhibido al público.

Ene. 2005: El análisis de radiocarbono del papiro y el cuero del códice realizado por la Universidad de Arizona, señalan que el documento data de entre el año 220 y 340 después de Cristo.

Ene. 2006 El análisis de la tinta realizado por McCrone Associates Inc., Chicago, muestra que la misma, contiene componentes que datan de los siglos III y IV.

Feb. 2006: Imágenes Multiespectrales (MSI) un proceso utilizado para determinar la naturaleza y modificaciones de textos antiguos, conducido en Suiza por Gene A. Ware del Papyrological Imaging Lab de Brigham Young University, descubre que el papiro sobre el cual el códice fue escrito es similar por su forma a otros papiros antiguos analizados con esta tecnología. Ware concluye que las características del códice obtenidas a través del MSI son consistentes y responden a un documento egipcio de origen remoto, auténtico.

Feb. 2006: Media página faltante del Evangelio aparece en la ciudad de Nueva York. Es fotografiada, transcripta y traducida.

Abril 2006: Las páginas del Códice son develadas públicamente por primera vez en la sede central de la National Geographic Society en Washington, D.C.


¿Qué dice el texto?

El documento presenta a Judas Iscariote de manera positiva y le describe obedeciendo a la orden divina de entregar a Jesús a las autoridades para la salvación del mundo. En él se pinta a Judas como "el único discípulo que conoce la identidad verdadera de Jesús". Veamos algunos de los textos, traducidos del inglés, donde se ven claramente las ideas gnósticas fundamentales.

Introducción: El comienzo

La secreta historia de la revelación que Jesús hizo en conversación con Judas Iscariote durante una semana tres días antes de que celebrara la Pascua.

El ministerio terrenal de Jesús

Cuando Jesús apareció en la tierra, el hizo milagros y grandes maravillas para la salvación de la humanidad. Y entre que algunos (caminaron) en el camino de la rectitud y otros caminaron en sus transgresiones, los 12 discípulos fueron llamados. Él comenzó a hablarles sobre los misterios más allá del mundo y lo que sucedería al fin. A menudo no se le aparecía a sus discípulos como él mismo, sino como un niño

El enojo de los discípulos

"Un día el estaba con sus discípulos en Judea, y los encontró congregados y en piadosa observancia. Cuando se acercó a ellos y los vio dando las gracias por el pan, se rió. Los discípulos le dijeron "Maestro, ¿por qué te estás riendo de nuestra oración de gracias? Estamos haciendo lo correcto" El les respondió "no me estoy riendo de ustedes. (ustedes) no están haciendo esto por su propia voluntad sino porque es a través de esto que su dios será alabado" Ellos dijeron "Maestro, tú eres el hijo de nuestro de dios". Jesús les respondió "¿cómo me conoces? Ciertamente les digo, ninguna generación de la gente que está en medio de ustedes me conocerá".

Cuando los discípulos escucharon esto, comenzaron a enojarse y enfurecerse y a blasfemar en contra suya en sus corazones. Cuando Jesús se dio cuenta de su falta de (entendimiento, les dijo) "¿Por qué esta agitación los conduce al odio? Vuestro dios que está dentro suyo y (...) ha provocado al odio en sus almas. Dejen que cualquiera de ustedes que sea lo suficientemente fuerte entre los humanos manifieste al hombre perfecto y se pare frente a mi cara".

Ellos dijeron "Tenemos la fuerza". Pero sus espíritus no se atrevieron a pararse colocarse frente a él, excepto Judas Iscariote. El se puso delante de Jesús, pero no pudo mirarlo a los ojos, y dio vuelta su cara.

Le dijo "yo sé quién eres y de donde vienes. Tu vienes del reino inmortal de Barbelo. Y yo no soy digno de pronunciar el nombre de quien te ha enviado" Sabiendo que Jesús estaba reflexionando sobre algo que lo tenía exaltado, Jesús le dijo "aléjate de los otros y yo te diré los misterios del reino. Es posible para ti alcanzarlo, pero deberás asumir un gran trato".

Judas pregunta a Jesús sobre la humanidad

Judas le dijo "Rabbi, ¿qué clase de fruto producirá esta generación?". Jesús le respondió "Las almas de toda la generación humana morirá. Cuando esta gente, de cualquier manera, completen el tiempo del reino y sus espíritus los dejen, sus cuerpos morirán, pero sus almas vivirán y serán tomadas" Judas señaló "¿Y qué harán el resto de las generaciones?. "Es imposible () sembrar semilla en la (roca) y cosechar su fruto".

El sueño de Judas

Judas le dijo "en la visión me vi a mi mismo con los discípulos apedreándome y persiguiéndome severamente. Y además fui a un lugar donde (...) detrás tuyo y vi (una casa...) y mis ojos no podían (abarcar) su tamaño. Mucha gente estaba rodeándola y la casa tenía un techo de arbustos y en medio de la casa había una multitud -dos líneas perdidas- diciendo "Maestro, llévame junto a esta gente".

Jesús le respondió diciendo "Judas, tu estrella te ha llevado al error. Ningún mortal es digno de entrar a la casa que viste, a ese lugar reservado para los benditos. Ni el sol ni la luna gobernarán allí, ni el día, excepto los benditos morarán ahí siempre, en eterno dominio con los ángeles. Mira, te he explicado los misterios del reino y te he instruido en el error de las estrellas; (...) y (...) enviarlo (…) en las 12 eternidades".

Judas pregunta por su destino

"Ven, yo (dos líneas perdidas), pero te acongojarás mucho cuando veas al reino y toda su generación". Cuando escuchó esto, Judas le dijo "¿qué beneficio es el que he recibido? Por haberme apartado de esta generación. Jesús le contestó "te convertirás en el decimotercero y serás maldito por las demás generaciones -y tú gobernarás sobre ellos. En los últimos días ellos maldecirán tu asenso a la (generación) bendita".

Jesús habla de la traición de Judas

"Por ti se sacrificará el hombre que me reviste. Ya tu cuerno se ha alzado, tu cólera se ha encendido, tu estrella ha brillado y tu corazón (...) En verdad (...) tu último (...) convertirse (-dos líneas y media perdidas-) apesadumbrado (-dos líneas y media perdidas-) el gobernante, desde que será destruido. Y entonces la imagen de la gran generación de Adán será alabada, desde antes al cielo, tierra y los angeles, esta generación que es de los reinos eternos, existe. Mira, lo has contado todo. Eleva tus ojos y mira a la nube y la luz en ella y las estrellas rodeándola. La estrella que guía el camino es la tuya". Judas levantó sus ojos y vio la nube luminosa y entró en ella. Los que estaban en el suelo escucharon una voz desde la nube, diciendo (...) gran generación (...) ... imagen.


¿A quiénes pertenece este texto?

El texto se encuadra en la tradición de los cristianos gnósticos, que enfatizaban la importancia del conocimiento: gnosis, en griego. Los gnósticos eran eclécticos: tomaban elementos del judaísmo, del cristianismo, de la religión de Irán, de la filosofía griega, y amasaban una doctrina para liberar al ser humano de todas las angustias de esta vida. «Serás mejor que todos los demás», le dijo Jesús a Judas en referencia a sus discípulos, «porque sacrificarás el cuerpo de hombre del que estoy revestido». Este concepto es propio de los cainitas, una de las sectas gnósticas de los primeros siglos del cristianismo. Judas, al entregar a Jesús a la muerte, facilita su salida del cuerpo y la liberación de la divinidad que llevaba dentro. Quién lo escribió es otro misterio ya que en ningún lugar se dice que fuera Judas.

Una de las mayores diferencias entre las creencias gnósticas y el cristianismo se refiere a los orígenes del mal en el universo. Los cristianos creen que un Dios bueno creó un mundo bueno, y que por el abuso del libre albedrío, el pecado y la corrupción entraron en el mundo y produjeron desorden y sufrimiento. Los gnósticos atribuyen a Dios el mal en el mundo y afirman que creó el mundo de un modo desordenado. Por esto, son partidarios de la rehabilitación de figuras del Antiguo Testamento como Caín, que mató a su hermano Abel, y Esaú, el hermano mayor de Jacob, que vendió sus derechos de primogenitura por un plato de lentejas. Judas entra perfectamente en la visión gnóstica que muestra que Dios quiere el mal del mundo.

Es necesario hacer una advertencia. Ya decía Ireneo que el “Evangelio de Judas” era herético, y que había causado divisiones en la iglesia de aquellos primeros siglos de nuestra era. Ireneo sostenía que el “Evangelio de Judas” era una “historia ficticia” que la secta de los cainitas (seguidores de Caín) había escrito “en el estilo de los evangelios”. Los cainitas (según Ireneo) creían que Judas tenía conocimientos secretos, y que la meta de Judas era “causar confusión en los cielos y en la tierra”.


¿Ya antes se ha hablado de Judas redimido y no traidor?

No es la primera vez que se ha lanzado la hipótesis de que Judas actuó por indicación de su maestro al venderlo con un beso, como refleja la película "La última tentación de Cristo". Sin embargo, se trata del primer documento antiguo que defiende esta visión.

Debemos también recordar la ópera rock de 1973, «Jesucristo Superstar», en la que Judas canta «Realmente no he venido aquí por mi propia voluntad», o la novela de Taylor Caldwell, de 1977, «Yo, Judas». El enorme éxito económico de «El Código da Vinci» ha abierto sin duda la caja de Pandora y ha dado incentivos monetarios a teorías de este tipo. Michael Baigent, autor de «Sangre Santa, Santo Grial», ahora ha escrito el libro «The Jesus Papers» (Los documentos de Jesús) en el que recicla la vieja historia de que Jesús sobrevivió a la crucifixión. Existe también la novela escrita por Simon Mawer en el 2001, que también lleva por título “Evangelio de Judas”.

Y un nuevo estudio llamado de «científico» recién publicado afirma que las condiciones meteorológicas podrían haber hecho que Jesús caminara sobre un pedazo de hielo flotante en el Mar de Galilea, cuando el Evangelio dice que caminaba sobre el agua. Básicamente, para quienes rechazan tajantemente la posibilidad de los milagros, cualquier teoría, por extraña que pueda ser, es mejor que las afirmaciones cristianas.


¿Qué valor tienen estos escritos?

El Padre Donald Senior, presidente de la Unión Católica de Teología de EEUU, dijo que este texto no se ancla en ninguna tradición histórica. A su juicio, usa los personajes de los libros canónicos, pero «es una expresión de una teología específica», la gnóstica, en su concepción del cuerpo humano y la creación, que son muy diferentes a la de los Evangelios aceptados por la Iglesia Católica.

Los evangelios gnósticos, hay muchos más, no son documentos cristianos en sí, ya que proceden de una secta sincretista que incorporó elementos de diferentes religiones, incluyendo el cristianismo. Desde el momento de su aparición, la comunidad cristiana rechazó estos documentos por su incompatibilidad con la fe cristiana. El «Evangelio de Judas» sería un documento de este tipo, que tendría gran valor histórico, ya que contribuye a nuestro conocimiento del movimiento gnóstico (siglo II-III), pero no supone ningún desafío para el cristianismo y poco puede aportar a los conocimientos sobre la vida de Jesucristo y de la comunidad apostólica.

Por otro lado este documento no pude ser obra de Judas Iscariote por la sencilla razón de que Judas se ahorcó el mismo día cuando fue crucificado Cristo. Así que no puede haber ningún «Evangelio de Judas», y el texto, lo más probable, fue creado por alguno de los miembros de las sectas gnósticas. En aquella época, en particular en Egipto, hubo numerosas corrientes ocultistas seudocristianas, algunas de las cuales adoraban a los personajes bíblicos más detestados, como las sectas de los cainitas, que rendían culto a Caín, el primer asesino, o los ofitas, que veneraban a la Serpiente que tentó a Adán y Eva.


Comentarios en la Catena Aurea

Mc 14,17-21

Puesto ya el sol, fue Jesús allá con los doce. Y estando a la mesa, y comiendo, dijo Jesús: "En verdad os digo que uno de vosotros, que come conmigo, me hará traición". Comenzaron entonces ellos a contristarse y a decirle uno después de otro: "¿Seré yo acaso, Señor?" El les respondió: "Es uno de los doce, uno que mete conmigo la mano o moja en un mismo plato. Verdad es que el Hijo del hombre se va o camina a su fin, como está escrito de El; pero ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del hombre será entregado a la muerte! Mejor sería para el tal hombre el no haber nacido".

Beda, in Marcum 4, 43.

El Señor, que había predicho su pasión, predice también al traidor, dándole así ocasión de arrepentirse porque haciéndolo ver que conocía sus pensamientos, debía arrepentirse de ellos. "Puesto ya el sol, fue Jesús allá con los doce. Y estando sentado a la mesa, y comiendo, dijo Jesús: En verdad os digo que uno de vosotros, que come conmigo, me hará traición", etc.

San Crisóstomo, in serm. de Pass.

En donde se ve que no le denunciaba abiertamente delante de todos, para no hacer mayor su imprudencia. Ni tampoco quiso guardar silencio sobre el hecho, para que no fuese atrevidamente a la traición, suponiendo que no era conocida.

Teofilacto.

Pero ¿cómo es que cenaban sentados, cuando mandaba la ley que comiesen de pie la Pascua? Es probable que cumpliesen primero con la Pascua legal y que después se sentasen cuando el Señor empezó a darles su propia Pascua.

Pseudo - Jerónimo.

La víspera del día indica la del mundo. Cerca de la hora undécima llegan los últimos, que son los primeros que reciben el denario de la vida (Mt 26,25). Todos los discípulos se sienten heridos por las palabras de su Señor, así como para que se produzca la armonía, responden a una todas las cuerdas de una lira bien templada. "Comenzaron entonces ellos a entristecerse y a decirlo uno después de otro: ¿Seré yo acaso, Señor?" Uno solo, remiso y ebrio por la codicia de dinero, dijo: "¿Acaso soy yo, Maestro?" como se lee en San Mateo.

Teofilacto.

Empezaron los otros discípulos a entristecerse por las palabras del Señor, porque, aunque no se sintieran capaces de tal crimen, le creen más, sin embargo, al que conoce los corazones de todos, que a sí mismos. "El les respondió: Es uno de los doce, uno que mete conmigo la mano en el plato".

Beda, in Marcum 4, 43.

Es Judas, el cual, cuando consternados los otros retiran sus manos, mete la suya en el plato con su Maestro. Y como antes había dicho: "Uno de vosotros me hará traición", y el traidor persevera en su malicia, reprocha así el crimen con la mayor claridad y sin embargo, no nombra al criminal.

Pseudo - Jerónimo.

Dice: "Uno de los doce", como separándole de los otros: así es como queda separada la oveja, que es presa del lobo, porque la que se separa del redil se entrega ella misma a su voracidad. Y Judas, a quien ni la primera ni la segunda advertencia han retraído de su traición, oye la pena que se le predice para que le refrene la perspectiva del suplicio, ya que no le ha refrenado la vergüenza. Es lo que dicen las siguientes palabras: "Verdad es que el Hijo del hombre se va, como está escrito de El".

Teofilacto.

La frase se va muestra que la muerte de Cristo fue voluntaria, y no forzosa.

Pseudo - Jerónimo.

Pero, porque muchos como Judas hacen el bien, sin que de ningún modo les aproveche, añade: "Pero ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del hombre será entregado!"

Beda, in Marcum 4, 43.

Todavía hoy resuena, y resonará para siempre ese ¡ay! por aquel hombre que se acerca maligno a la mesa del Señor. Porque, a imitación de Judas, entrega al Hijo del hombre, no a los pecadores judíos, sino a sus propios miembros pecadores.
"Mejor sería para el tal hombre el no haber nacido".

Pseudo - Jerónimo.

Esto es, se hubiera quedado en lo más profundo del seno materno, porque es mejor no ser, que ser para los tormentos.

Teofilacto.

Considerado el fin, pues Dios le creó para el bien, era mejor que existiese si no hubiera sido traidor; pero después que cayó en tanta malicia, le hubiera valido más no haber nacido.


La traición de Judas

Llegó el último día de la Pascua, o sea el miércoles. Los fariseos y sumos sacerdotes entendían que el tiempo apremiaba. Urgía decidirse y obrar. Pese a las repetidas deliberaciones celebradas en días precedentes, no se había hecho nada, porque Jesús estaba protegido por el favor popular y, en consecuencia, se le permitía andar impunemente por Jerusalem y hasta predicar en el Templo. ¿No había, pues, manera de hacerle desaparecer de modo oculto, sin que el pueblo lo advirtiera? No se podía perder más tiempo; la cuestión debía quedar resuelta en definitiva antes de la Pascua, para evitar consecuencias que podían ser gravísimas. Las fiestas en general, y sobre todo la Pascua, eran consideradas por el procurador romano —a causa de la enorme influencia de multitudes excitadas— como períodos de verdadera convulsión sísmica. De modo que era entonces más preciso que nunca redoblar la vigilancia para impedir que una nonada lo derrumbase todo. Por eso en tales ocasiones —según refiere Flavio Josefa en Guerr. Jud., II, 224— la cohorte romana de guarnición en Jerusalem se alineaba a lo largo del pórtico del Templo: en las fiestas ellos hacen siempre guardia armados, para que la muchedumbre reunida no produzca sediciones. ¿Qué no podía suceder, pues, con aquel Rabí galileo errando por la ciudad y por el Templo, rodeado de grupos de entusiastas que le creían el Mesías? Al primer tumulto que acaeciese, el cabalero romano Poncio Pilatos lanzaría sus soldados sobre la multitud de peregrinos, comenzando a destruir de verdad el lugar santo y la nación, como se había temido. No: era absolutamente preciso conjurar aquel peligro y hacer que todo marchase normalmente durante la Pascua. Pero, ¿cómo?

Aquel miércoles celebróse nuevo consejo para discutir tal cuestión. Entonces se reunieron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo en el palacio del sumo sacerdote llamado Caifás y deliberaron prender a Jesús con engaño y matar(le). Empero decían: «En la fiesta no, para que no ocurra tumulto en el pueblo» (Mateo, 26, 3-5). Estaban, pues, de acuerdo todos los reunidos en que debía suprimirse a Jesús. Pero algunos más cautos hicieron notar el peligro de ejecutar el prendimiento durante la fiesta pascual, cuando muchos peregrinos, o galileos o favorables a Jesús, podían levantarse para protegerle. Por otra parte, tampoco era oportuno aplazar hasta después de la fiesta o acordado, porque en ese tiempo Jesús podía alejarse con los peregrinos que regresaban a sus hogares y eludir la captura, como había hecho después de la resurrección de Lázaro. Urgía, pues, obrar con rapidez, en secreto y antes de la Pascua. La observación de los cautos consejeros tendía a conseguir este sigilo y prontitud.

La ayuda vino de donde menos se esperaba. Entonces uno de los doce, el llamado Judas Iscariotes, yendo a los sumos sacerdotes, dijo: «¿Qué me queréis dar y yo os lo entregaré?» Y aquéllos estipularon treinta (monedas) de plata. Y desde entonces (Judas) buscaba una oportunidad para entregarlo. Esta es la información de Mateo (26, 14-16), con la que concuerdan los otros dos Sinópticos, quienes no mencionan la suma acordada, aunque añaden la comprensible noticia de que los sumos sacerdotes se alegraron de la propuesta de Judas. En efecto, con aquel colaborador, la empresa de prender a Jesús secreta y prontamente resultaba empresa fácil.

Pero, ¿qué motivo tuvo Judas para la traición?

La catequesis primitiva no nos da otra razón sino el amor de aquel hombre al dinero. Cuando los evangelistas presentan a Judas como ladrón y administrador fraudulento de la bolsa común, preparan en realidad la escena de Judas dirigiéndose a los sumos sacerdotes y preguntando: ¿Qué me queréis dar…? Pero, incluso fuera del evangelio, cuando Pedro habla del traidor suicida, no alude a otro provecho de la traición que a la compra de un campo con el fruto de la iniquidad (Hechos, 1, 16-19). La razón del lucro es, pues, segura, mas junto con ella puede haber otras de las que la primitiva catequesis no se ocupó. El campo está abierto a conjeturas razonables.

Incluso prescindiendo de los vuelos fantásticos realizados en torno a este tema tan trágico por dramaturgos e historiadores de inspiración novelesca, queda siempre el hecho de la inesperada actitud asumida por Judas sólo dos días después: en vista de que Jesús había sido condenado, el traidor se arrepiente de improviso de haber vendido la sangre de aquel justo y, devolviendo el precio a los sumos sacerdotes, se ahorca. Esta no es la actitud de un simple avaro, de un avaro típico sin otro amor que el dinero, pues éste habría quedado satisfecho con el lucro obtenido, fuese la que fuera la sucesiva suerte de Jesús, y no hubiese pensado en devolver el dinero ni en ahorcarse. Judas fue ciertamente codicioso y avaro, pero, además, era alguna otra cosa. Existían en él, al menos dos amores: uno el del oro, que le impulsó a traicionar a Jesús, mas junto a este amor había otro, acaso más fuerte, porque, ya cumplida la traición, prevaleció sobre el amor del oro, impeliéndole a restituir la ganancia, a renegar de toda la traición, a dolerse por la víctima y a matarse de desesperación al fin. ¿Cuál era el objeto de este amor en conflicto con el amor al oro?

Por mucho que reflexionemos, no le hallamos otro objeto posible sino Jesús. Si Judas no hubiese sentido por Jesús un amor tan grande que quizá prevalecía al experimentado hacia el oro, no habría restituido el dinero ni renegado de su traición. Ahora bien: si amaba a Jesús, ¿por qué le traicionó? Sin duda porque su amor era grande, pero no indiscutible, no el amor generoso, luminoso y confiado de un Pedro o de un Juan, sino que contenía en su llama un algo de fumoso y oscuro. En qué consistiera este elemento oscuro, lo desconocemos y probablemente será siempre para nosotros el misterio de la suma iniquidad.

¿Acaso se informó Judas de que le había denunciado a Jesús como defraudador del fondo común no pudo tolerar el temor de perder la estima del Maestro? Pero también Pedro, como negador de Jesús, había de considerar la pérdida la estima del Maestro, y no por ello desesperará, en su hora.

¿Acaso Judas, oyendo las rectificaciones mesiánicas de Jesús, comprendiera más sagazmente que los otros apóstoles que el reino del Maestro no aportaría ni gloria ni potencia mundanas a los futuros cortesanos y quisiera en aquella prevista quiebra proveer, como avaro que era, a sus propios intereses? La hipótesis, muy posible, no explica por sí sola que Judas, después de apartarse de Jesús con su traición, se sintiera tan ligado a él que se arrepintiese y se suicidase.

¿Tal vez, uniendo el amor al lucro, al ansia de ver pronto a Jesús a la cabeza de su reino, mesiánico-político, le traicionó Judas con la seguridad de verle cumplir portento tras portento ante sus adversarios, obligándole así a apresurar el advenimiento de aquel reino que tanto se hacía esperar? Pero en tal caso el traidor no habría debido matarse antes de la muerte de Jesús, sino, a lo sumo, después, ya que no le constaba el momento en que el Mesías podría recurrir a sus máximos prodigios, tanto más cuanto que precisamente al iniciar su actividad de traidor Judas asistió en Gethsemaní al hecho extraordinario de los guardias derribados.

Las hipótesis podrían multiplicarse fácilmente, sin que por ello se esclareciese con certeza el misterio de la iniquidad suma.

Tal iniquidad no consistió sólo en vender a Jesús, sino más, y sobre todo, en desesperar de su perdón. Judas había visto a Jesús perdonar a usureros y prostitutas; había oído de su boca las parábolas de la misericordia, comprendida la del hijo pródigo; habíale oído exhortar a Pedro a perdonar setenta veces siete y, sin embargo, después de todo esto, desespera del perdón y se ahorca, en tanto que Pedro, después de negar a Jesús, no desespera, sino que rompe a llorar. Incluso aquel desesperar del perdón demuestra que Judas tenía altísima estima por el justo a quien había traicionado —estima que le hacía comprender la abismal magnitud de su delito—, pero era una estima incompleta y casi injuriosa, porque ante la responsabilidad de la traición se detenía a mitad de camino e injuriosamente suponía a Jesús incapaz de perdonar al traidor. Mucho más que por la traición de Judas, Jesús fue injuriado por el desesperar del traidor en el perdón. Este fue el sumo ultraje recibido por Jesús y la suma iniquidad cometida por Judas.

El pago que de la traición estipularon los sumos sacerdotes fue de treinta (monedas) de plata. Sólo Mateo comunica esta cifra, porque, en su solicitud en señalar el cumplimiento de las antiguas profecías mesiánicas en Jesús, ve cumplida así una profecía de Zacarías. Sin embargo, Mateo, ni aquí ni a continuación dice el nombre individual de las monedas y habla siempre de treinta argénteos. No es dudoso que la innominada moneda fuese el siclo, es decir, el estater. No se trataba, pues, del denarius romano, sino de una moneda de valor cuatro veces mayor. Por eso, hablando técnicamente, la expresión usual «treinta dineros —o denarios— de Judas» es falsa, porque el total de 30 siclos valía 120 denarios. En el valor actual, esta suma correspondería a unas 128 pesetas de oro.

Era norma de la Ley hebrea (Éxodo, 21, 32) que cuando un buey mataba de una cornada a un esclavo, el dueño del buey debía pagar en seguida al dueño del esclavo 30 siclos de plata como indemnización del daño sufrido. Así, pues, en la práctica el valor medio de un esclavo debía computarse en unos 30 siclos. Pudo suceder que los sumos sacerdotes se inspirasen en aquella norma de la Ley al estipular el pago a Judas, porque así se obtenía el doble resultado de atenerse a la letra legal incluso en aquel caso, y de considerar a Jesús como un esclavo cualquiera.

Lucas, que había terminado el relato de las tentaciones de Jesús diciendo que el diablo se alejó de él hasta (que llegara su) tiempo, inicia ahora el relato de la traición diciendo que entró Satanás en Judas, el llamado Iscariotes, el cual fue a concertarse con los sumos sacerdotes para perpetuar su delito (Lucas, 22, 3 y sigs.). Así, para el evangelista discípulo de Pablo, la pasión de Jesús es el tiempo (oportuno) prealudido, y representa en cierto modo una renovación de las tentaciones a que Jesús fuera sometido por Satanás al principio de su vida pública. Al terminar ahora la vida de Jesús, Satanás le dirige el último y más potente asalto y le somete a la más dura prueba, superada la cual entrará en la gloria. ¡Oh, estultos y tardos de corazón…! ¿No debía quizá padecer estas cosas el Cristo y así entrar en su gloria? (Lucas, 24, 25-26).

Tomado de Giuseppe Ricciotti, Vida de Jesucristo, pp. 596-600.


¿Dónde se pueden encontrar estos textos?

Usted puede ir a cualquier librería católica y obtener una copia de los evangelios gnósticos. Los cristianos no creen que sean verdaderos pero no hay ningún intento de esconderlos.


 

EL EVANGELIO DE JUDAS

Entrevista al padre Thomas Williams,
decano de Teología



ROMA, jueves, 6 abril 2006 (ZENIT.org).- «National Geographic» ha anunciado su intención de publicar una traducción en varios idiomas de un antiguo texto llamado «El Evangelio de Judas» a finales de este mes.

El manuscrito de 31 páginas, escrito en copto, hallado en Ginebra en 1983, no aparece hasta ahora traducido en las lenguas modernas.
 

Zenit ha pedido al padre Thomas D. Williams L.C., decano de la Facultad de Teología de la Universidad Regina «Apostolorum de Roma», que comente la importancia de este descubrimiento.

 
  • ¿Qué es el Evangelio de Judas?

     
  • Padre Williams: Aunque el manuscrito todavía debe ser autentificado, probablemente es un texto del IV o V siglo, una copia de un documento anterior, redactado por la secta gnóstica de los Cainitas.

    El documento presenta a Judas Iscariote de manera positiva y le describe obedeciendo a la orden divina de entregar a Jesús a las autoridades para la salvación del mundo.

    Puede ser una copia del «Evangelio de Judas» citado por san Ireneo de Lyón en su obra «Contra las herejías», escrita en torno al año 180.

     
  • Si es auténtico, ¿supone algún desafío a la fe de la Iglesia católica? ¿Sacudirá los cimientos del cristianismo, como sugieren algunas notas de prensa?

     
  • Padre Williams: Ciertamente no. Los evangelios gnósticos, hay muchos más, no son documentos cristianos en sí, ya que proceden de una secta sincretista que incorporó elementos de diferentes religiones, incluyendo el cristianismo.

    Desde el momento de su aparición, la comunidad cristiana rechazó estos documentos por su incompatibilidad con la fe cristiana.

    El «Evangelio de Judas» sería un documento de este tipo, que tendría gran valor histórico, ya que contribuye a nuestro conocimiento del movimiento gnóstico, pero no supone ningún desafío para el cristianismo.

     
  • ¿Es verdad que la Iglesia ha tratado de encubrir este texto y otros documentos apócrifos?

     
  • Padre Williams: Estos son inventos hechos circular por Dan Brown, el autor de «El Código Da Vinci» y otros autores que apoyan la teoría de la conspiración.

    Usted puede ir a cualquier librería católica y obtener una copia de los evangelios gnósticos. Los cristianos no creen que sean verdaderos pero no hay ningún intento de esconderlos.

     
  • Pero, ¿no cree que un documento así pone en tela de juicio las fuentes cristianas, en particular los cuatro evangelios canónicos?

     
  • Padre Williams: Recuerde que el gnosticismo surgió a mediados del siglo II, y el «Evangelio de Judas», si es auténtico, probablemente se remonta a finales del siglo II.

    Sería como si yo me pusiera a escribir ahora un texto sobre la Guerra Civil de los Estados Unidos y los presentara como una fuente histórica primaria de esa Guerra. El texto podría no haber sido escrito por un testigo presencial, como en cambio lo son al menos dos de los evangelios canónicos.

     
  • ¿Por qué estaban tan interesados en Judas los militantes en el movimiento gnóstico?

     
  • Padre Williams: Una de las mayores diferencias entre las creencias gnósticas y el cristianismo se refiere a los orígenes del mal en el universo.

    Los cristianos creen que un Dios bueno creó un mundo bueno, y que por el abuso del libre albedrío, el pecado y la corrupción entraron en el mundo y produjeron desorden y sufrimiento.

    Los gnósticos atribuyen a Dios el mal en el mundo y afirman que creó el mundo de un modo desordenado. Por esto, son partidarios de la rehabilitación de figuras del Antiguo Testamento como Caín, que mató a su hermano Abel, y Esaú, el hermano mayor de Jacob, que vendió sus derechos de primogenitura por un plato de lentejas.

    Judas entra perfectamente en la visión gnóstica que muestra que Dios quiere el mal del mundo.

     
  • Pero ¿no cree que la traición de Judas fue un elemento necesario del plan de Dios, como sugiere el texto, para que Cristo diera su vida por los hombres?

     
  • Padre Williams: Siendo ominisciente, Dios conoce perfectamente nuestras elecciones tiene en cuenta incluso nuestras decisiones equivocadas en su plan providencial para el mundo.

    En su último libro «Memoria e identidad», Juan Pablo II reflexionaba elocuentemente sobre cómo Dios sigue obteniendo bien incluso del peor mal que el hombre pueda producir.

    Esto no significa, sin embargo, que Dios desee que hagamos el mal, o que buscaba que Judas traicionara a Jesús. Si no hubiera sido Judas, hubiera sido otro cualquiera. Las autoridades habían decidido que Jesús debía morir y era ya sólo cuestión de tiempo.

     
  • ¿Cuál es la posición de la Iglesia respecto a Judas? ¿Es posible «rehabilitarlo»?

     
  • Padre Williams: Si bien la Iglesia católica cuenta con un proceso de canonización por el que declara que algunas personas están en el cielo, como los santos, no prevé un proceso de este tipo para declarar que una persona está condenada.

    Históricamente, muchos pensaron que Judas está probablemente en el infierno, debido al severo juicio de Jesús: «Hubiera sido mejor para ese hombre no haber nacido», se puede leer en el Evangelio de Mateo (26, 24). Pero incluso estas palabras no son una evidencia concluyente respecto a su suerte.

    En su libro de 1994, «Cruzando el umbral de la esperanza», Juan Pablo II escribió que estas palabras de Jesús «no aluden a la certeza de la condena eterna».

     
  • Pero si hay alguien que merece el infierno, ¿no sería Judas?

     
  • Padre Williams: Seguramente mucha gente merece el infierno, pero debemos recordar que la gracia de Dios es infinitamente más grande que nuestra debilidad.

    Pedro y Judas cometieron faltas parecidas: Pedro negó a Jesús tres veces, y Judas lo entregó. Y ahora Pedro es recordado como un santo y Judas simplemente como el traidor.

    La principal diferencia entre los dos no es la naturaleza o gravedad de su pecado sino más bien la voluntad de aceptar la gracia de Dios. Pedro lloró sus pecados, volvió con Jesús, y fue perdonado. El Evangelio describe a Judas ahorcándose desesperado.

     
  • ¿Por qué está despertando tanto interés el «Evangelio de Judas»?

     
  • Padre Williams: Estas teorías sobre Judas no son ciertamente nuevas. Baste recordar la ópera rock de 1973, «Jesucristo Superstar», en la que Judas canta «Realmente no he venido aquí por mi propia voluntad», o la novela de Taylor Caldwell, de 1977, «Yo, Judas».

    El enorme éxito económico de «El Código da Vinci» ha abierto sin duda la caja de Pandora y ha dado incentivos monetarios a teorías de este tipo.

    Michael Baigent, autor de «Sangre Santa, Santo Grial», ahora ha escrito el libro «The Jesus Papers» (Los documentos de Jesús) en el que recicla la vieja historia de que Jesús sobrevivió a la crucifixión.

    Y un nuevo estudio «científico» recién publicado afirma que las condiciones meteorológicas podrían haber hecho que Jesús caminara sobre un pedazo de hielo flotante en el Mar de Galilea, cuando el Evangelio dice que caminaba sobre el agua.

    Básicamente, para quienes rechazan tajantemente la posibilidad de los milagros, cualquier teoría, por extraña que pueda ser, es mejor que las afirmaciones cristianas.

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    www.forumlibertas.com/Religión - 07/04/2006

    Pablo J. Ginés

    El timo del Evangelio de Judas

    Ni es un evangelio ni lo escribió Judas, aunque el manuscrito tiene cierto interés para especialistas en gnosis.

    Hacia el siglo II después de Cristo, época de paz y prosperidad en el Imperio Romano, el cristianismo se extendía por el Mediterráneo, y con él, enganchado como un parásito, la gnosis. Los gnósticos escribían sus propios textos y tenían sus propias sectas.

    Uno de esos grupos gnósticos escribió el (mal llamado) "evangelio de Judas"... que ni es evangelio, ni lo escribió Judas, ni es de la época de Jesús, sino al menos unos 100 años posterior a los textos de San Pablo, por ejemplo. National Geographic acaba de publicar un manuscrito de este texto, hasta ahora perdido, armando cierto revuelo entre quienes -equivocadamente- piensan que tiene algo que ver con el cristianismo, Jesús o el Iscariote.

    La gnosis: una "new age" de la vieja época

    El gnosticismo o la gnosis es el nombre que se da a un conjunto de sectas y grupos elitistas que ofrecen conocimientos ocultos, que se van enseñando por grados, al contrario que las religiones abiertas a todo el mundo, como la fe cristiana, donde cualquiera puede acceder a sus contenidos leyendo el catecismo, asistiendo a catequesis o usando otra herramienta para formarse, sin secretos. Además, en el cristianismo, lo que importa es lo que se vive (que se viva en santidad, o al menos se desee y se intente), mientras que en la gnosis se valoran sólo los conocimientos (cuanto más ocultos y elitistas mejor) que se han adquirido.

    Había gnosis antes del cristianismo, la hubo aprovechándose de él y la hay ahora, por lo general en la sección de libros "nueva era" de los grandes almacenes. 

    La gnosis puede usar cualquier símbolo, imagen o estilo que tenga éxito. Antes de Cristo había gnosis del judaísmo, de los cultos egipcios, del pitagorismo... y cuando la Iglesia fue extendiendo la buena nueva y Jesús fue siendo conocido y amado por muchos, los gnósticos empezaron a llenar sus propios textos de imágenes exitosas en el mercado "pseudoreligioso": aludir a Jesús, a sus apóstoles, a otras figuras prestigiosas de los cristianos, etc...

    Una idea básica de la gnosis es "la gente vulgar sigue a la Iglesia, pero el conocimiento auténtico y secreto lo hemos recibido nosotros de Jesús a través de Judas... o María Magdalena, o Tomás...". Otras ideas gnósticas eran relacionadas con la existencia de muchos niveles de criaturas sobre naturales (eones, arcones, ángeles).

    También pensaban los gnósticos -como herencia pitagórica y neoplatónica- que el cuerpo y el sexo eran algo malo y fastidioso, y que el mundo era básicamente una ilusión. Por el contrario, el cristianismo enseña que el cuerpo y el sexo son realidades buenas queridas por Dios y que el mundo es real y un lugar de lucha muy seria y muy concreta entre el bien y el mal.

    San Ireneo ya lo conocía

    Hacia el año 180 d.C, el obispo de Lyon, san Ireneo -que de niño conoció a San Policarpo, discípulo de San Juan-, hacía en su libro "Contra los herejes" una lista de grupos gnósticos y sectas que difundían doctrinas extrañas, apropiándose de los nombres de Cristo y los apóstoles. Y habla del evangelio de Judas:

    Y dicen [los gnósticos de la escuela cainita] que Judas el traidor fue el único que conoció todas estas cosas exactamente, porque sólo él entre todos conoció la verdad para llevar a cabo el misterio de la traición, por la cual quedaron destruidos todos los seres terrenos y celestiales. Para ello muestran un libro de su invención, que llaman el Evangelio de Judas.

    Un viejo manuscrito

    Este libro, del que no teníamos manuscritos ni copias, es lo que ha aparecido ahora. En concreto, un manuscrito del siglo III ó IV en copto, la lengua semita hablada en Egipto antes de la invasión árabe musulmana. Este manuscrito en copto sería una traducción de la versión griega que circulaba entre las sectas de la época de Ireneo. Probablemente, los gnósticos lo escribieron hacia el año 150 o después, mientras que las cartas de San Pablo son de los años 50 y 60, y los evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan van del año 60 al 90 (el de Juan, el más tardío).

    El manuscrito es un códice de 66 páginas, que además del Evangelio de Judas, contiene otros textos gnósticos ya conocidos como "el Primer Apocalipsis de Jaime", una "Carta de Pedro a Felipe" y un fragmento de un documento desconocido que por ahora los expertos llaman "El Libro de Allogenes".

    Fue hallado en los años 70 en una cueva en la ciudad de Al-Minya, en la ribera del Nilo, una zona rural de las más cristianizadas de Egipto. Pasó de mano en mano en el mundo de los anticuarios, luego 16 años en una caja fuerte en Nueva York, y finalmente una Fundación Suiza lo adquirió, lo tradujo y llegó a un acuerdo con National Geographic para anunciarlo a bombo y platillo sensacionalista, aprovechando el rumor de fondo de la película de El Código da Vinci y la Semana Santa.

    El timo del evangelio de Judas

    La primera parte del "timo" consiste en llamar la atención de la gente, haciéndole pensar que es un "evangelio" de "Judas", como si Judas, testigo de los hechos de Jesús, contase su versión. Todos los conocedores del mundo gnóstico saben que esta es la forma sensacionalista de llamar la atención de la gente, cuando el verdadero Judas llevaba unos 120 años muerto antes de que unos gnósticos griegos escribieran "El Evangelio de Judas".

    La segunda parte del timo consiste en hablar de "diversos tipos de cristianismo", como si las sectas gnósticas fuesen "un tipo de cristianismo". Algunos autores hablan así para dar la sensación de que tanto valen unas sectas con ideas más o menos raras del s.II o III que los cristianos, seguidores de las doctrinas de los apóstoles que trataron y vivieron con Jesús.

    Los gnósticos y sus textos no eran cristianos, como no son cristianos los libros de new age que se venden hoy en librerías de esoterismo, por mucho que se titulen "La sabiduría aunténtica de Cristo" o "El Cristo universal que te abre la mente", etc...  Siempre que triunfa un producto, salen imitadores de gama baja, y al cristianismo le salieron muchos "piratas".  

    La tercera parte del timo es hablar de "descubrimiento dramático", de "uno de los descubrimientos arqueológicos más importantes de los últimos años", como insiste Terry Garcia, vicepresidente de National Geographic.  La realidad es que el descubrimiento tiene su interés para los historiadores e interesados en las sectas gnósticas, pero poco más. "Tiene un gran valor histórico porque contribuye a nuestro conocimiento del movimiento gnóstico, pero no supone ningún desafío para el cristianismo", explicaba el decano de Teología de la Universidad Regina Apostolorum de Roma, Thomas D. Williams, a la agencia Zenit.

    El papel de Judas

    Mucha prensa está publicando que Judas no sería el traidor que conocemos por los canónicos, sino que sería un héroe. Efectivamente, para el pensamiento gnóstico, Jesús no es verdadero Dios ni verdadero hombre  (la Divinidad gnóstica no se mezclaría con algo tan repugnante como un cuerpo de hombre), y Jesús es una criatura celestial que va "vestida" con un cuerpo. "Tú Judas serás superior a todos; a través de ti sacrificaré al hombre de que me visto", dice el Jesús gnóstico de estos textos.

    Luego hace listas de demonios y criaturas angelicales, eones, arcones y demás parafernalias gnósticas. Por ejemplo, habla de cinco ángeles que gobiernan el caos y el inframundo (es decir, demonios), el primero llamado "Seth, también llamado el Cristo", el último "Adonaios" (una corrupción de Adonai, en hebreo "Señor", la palabra común para referirse a Dios entre los judíos). Es la forma gnóstica de decir: "nosotros tenemos conocimientos secretos verdaderos, válidos; los cristianos que hablan de Cristo y los judíos, de Adonai, sirven a criaturas del inframundo; ellos sí están equivocados".

    Mientras tanto, para terminar de confundir a los incautos, un "experto" consultado por EL PAÍS hoy 7 de abril dispara una última teoría: Judas y sus 30 monedas de plata son un invento; jamás existió Judas; es un personaje ficticio inventado por los cristianos a partir de Judá y las 20 monedas de oro que cobró al entregar a su hermano José a los comerciantes de esclavos (en el relato del Génesis de José y sus 11 hermanos).

    Y es que hoy, como en el siglo II, todo vale para seducir excepto lo que digan los cristianos, aunque estuvieran presentes en los hechos y lleven 2.000 años dando testimonio de ellos.


    Benedicto XVI contradice implícitamente al Evangelio de Judas
    El apóstol encarna el misterio del rechazo del amor de Dios; asegura

    CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 13 abril 2006 (ZENIT.org).- En la homilía de la misa «en la Cena del Señor» de este Jueves Santo, Benedicto XVI aseguró que el misterio de Judas consiste precisamente en su rechazo del amor de Dios.

    Judas Iscariote personaliza al «hombre inmundo» para quien el dinero, el poder y el éxito son más importantes que el amor y no duda en vender a Jesús, constató el Santo Padre desautorizando indirectamente al recientemente divulgado Evangelio de Judas.

    El profesor Rodolphe Kasser, de 79 años, responsable de la coordinación de los equipos de traductores y restauradores que en Suiza se ocuparon de sacar a la luz este texto apócrifo, explica que el manuscrito choca con la tradición católica, ya que sostiene que Judas cumplió una misión encomendada por Jesús.

    «Sería entonces un favor y un sacrificio por parte de Judas» realizado por el Señor, añade el profesor en una entrevista concedida este 13 de abril al diario madrileño «El País».

    Por el contrario, el Papa en su homilía reivindicó la libertad del apóstol que entregó a Jesús por 30 monedas, según explican los evangelios canónicos.

    «Existe el oscuro misterio del rechazo, que con lo sucedido a Judas se hace presente y, precisamente en el Jueves Santo, en el día en el que Jesús se entrega a sí mismo, tiene que hacernos reflexionar», reconoció el Papa.

    «El amor del Señor no conoce límites, pero el hombre puede ponerle un límite», dijo explicando este misterio.

    El Papa se preguntó: «¿Qué hace al hombre inmundo?». Y respondió: «El rechazo del amor, el no querer ser amado, el no amar. La soberbia que cree que no tiene necesidad alguna de purificación, que se cierra a la bondad salvadora de Dios».

    «En Judas vemos la naturaleza de este rechazo más claramente todavía --siguió diciendo--. Juzga a Jesús según las categorías del poder y del éxito: para él sólo el poder y el éxito son la realidad; el amor no cuenta».

    «Y él es ávido: el dinero es más importante que la comunión con Jesús, es más importante que Dios y su amor».

    «De este modo, se convierte también en un mentiroso, que hace el doble juego y rompe con la verdad, alguien que vive en la mentira, perdiendo así el sentido de la verdad suprema, de Dios», siguió explicando el Santo Padre.

    «De este modo, se endurece, se hace incapaz de conversión, del regreso confiado del hijo pródigo, y tira la vida destruida», aclaró.

    El mismo profesor Kasser aclara que el Evangelio de Judas fue considerado herético por la misma Iglesia primitiva. Se conocía la existencia del texto o de su origen por al libro «Contra las Herejías», de san Ireneo de Lyón, escrito en el año 180. Ahora bien el volumen divulgado podría estar fechado entre el siglo IV y el siglo V, es decir, unos 300 ó 400 años después de la vida de Jesús.