Las
Ursulinas
EnciCato
Orden religiosa fundada por Santa Angela de Merici con el único fin de la
educación de las niñas. Fue la primera orden de enseñanza formada por mujeres
establecida en la Iglesia, y hasta la fecha actual ha adherido estrictamente al
trabajo de su instituto. Aunque estaba convencida de su misión divinamente
asignada de echar los cimientos de una orden educativa, Angela durante
diecisiete años no pudo hacer más que dirigir a un grupo de jóvenes que eran
conocidas como "La Compañía de Santa Ursula", pero que continuaban viviendo en
el seno de sus propias familias, y se reunían en períodos establecidos para
escuchar conferencias y realizar ejercicios devocionales. Las muchas
dificultades que entorpecían la formación del nuevo instituto cedieron al fin, y
en 1535, se reunieron doce miembros en una congregación con aprobación
episcopal, y con Santa Angela de Merici como superiora. El movimiento fue
acogido con gran entusiasmo y se difundió rápidamente en Italia, Alemania y
Francia. En pocos años la compañía contaba con numerosas casas, todas
independientes. Las constituciones apropiadas a la labor del instituto se
llevaron a cabo y se completaron poco tiempo después de la muerte de la
fundadora en 1540. En 1544 se recibió la primera aprobación de Pablo III, y se
adoptó la regla de San Agustín. Muchos detalles importantes se dejaron sin
determinar en ese momento, y, como resultado, se desarrollaron diversas
congregaciones, todas bajo el nombre de Ursulinas, pero con amplias diferencias
en la vestimenta y en las costumbres. Las más grandes e influyentes eran la
Congregación de París y la Congregación de Burdeos. En 1572 San Carlos Borromeo,
Cardenal Arzobispo de Milán, obtuvo para la nueva congregación el status de una
orden monástica con clausura. En algunos de los conventos más antiguos de
Europa, en Canadá y en Cuba, aun se observa una clausura estricta; en otras
secciones, aunque no abolida enteramente en ningún caso, la clausura se ha
modificado para responder a las condiciones locales. Una Bula de aprobación
final fue concedida en 1618 por Pablo V.
En los primeros años del siglo XVII se hizo un llamado de Canadá a grupos de
religiosas para emprender la ardua tarea de educar a las niñas indias en los
hábitos de vida cristianos. Recibió una inmediata y generosa respuesta. En 1639
Madame de la Peltrie, una viuda francesa de grandes medios económicos, se
ofreció a sí misma y todo lo que tenía para fundar una misión en Canadá. En Mayo
de ese año navegó desde Dieppe acompañada por tres Ursulinas y tres hermanas
hospitalarias. En Quebec éstas fundaron un Hôtel-Dieu, y las primeras, el primer
convento de Ursulinas en el continente americano. La superiora de la nueva
fundación era la madre María de la Encarnación Guyard, cuyas heroicas virtudes
obtuvieron de la Santa Sede el título de venerable en el año 1877, y se está por
presentar el proceso de canonización. El primer establecimiento de las Ursulinas
en los Estados Unidos también debe su origen a una iniciativa francesa. En 1727
la Madre Marie Tranchepain, con diez compañeras, se embarcó en L Orient para
fundar su convento en Nueva Orleans. Tras años de lucha, lograron establecerse
firmemente, y las Ursulinas siguen florecientes en la ciudad de su fundación
original. Un notable ejemplo de las labores de las Ursulinas en los Estados
Unidos puede encontrarse en la historia de las Misiones de las Montañas
Rocallosas, donde durante años han trabajado para los Indios, y establecieron
diez prósperos centros. De estas fundaciones occidentales surgieron dos ramas en
Alaska. De acuerdo con el deseo de León XIII, un congreso de Ursulinas de todas
partes del mundo se congregó en Roma en el otoño del año 1900. Se enviaron
representantes de los Estados Unidos, Sudamérica, Java, y de todas partes de
Europa. Bajo los auspicios de la Sagrada Congregación de Obispos y [Religiosos],
se formó entonces la [Unión] Romana de Ursulinas, con la Reverendísima Madre
María de St. Julien como la primera madre-general. El Cardenal Satolli fue
designado como primer cardenal protector. A esta [unión] pertenecen más de un
centenar de comunidades; a las que se agregan otras cada año. Las comunidades
unidas se dividen en ocho provincias, como sigue: Italia; Austro-Hungría;
Hungría; el Este de Francia; el Oeste de Francia;
Holanda-Bélgica-Inglaterra-Alemania; el Norte de los Estados Unidos; el Sur de
los Estados Unidos; España y Portugal. Muchas grandes e importantes comunidades
todavía retienen su organización independiente. En los últimos años las
Ursulinas han sufrido severamente en Francia y Portugal. Los miembros de las
comunidades expulsadas se afiliaron a otras fundaciones tanto en Europa como en
los Estados Unidos. El hábito de la orden es de sarga negra, que cae en
pliegues, con amplias mangas. En ocasiones ceremoniales usan una larga cola. El
velo de las religiosas profesas es negro, y blanco el de las novicias. El [guimpe]
y el bandeau son de simple hilo blanco, el cinturón de cuero negro. Hay dos
grados en cada comunidad; las religiosas de coro, así llamadas por su obligación
de recitar el oficio diariamente en coro; y las hermanas legas. Las primeras se
ocupan de la enseñanza, y las segundas de las tareas domésticas. Las aspirantes
de cada grado pasan seis meses de prueba como postulantes en la comunidad en la
cual desean ingresar. Este período es seguido por dos años de preparación en un
noviciado central, al término del cual se pronuncian temporalmente los tres
votos de religión, por un plazo de tres años. Al final del tercer año la
profesión se hace perpetua. En algunas comunidades de Ursulinas se realizan
votos solemnes, y sigue vigente allí la clausura papal. Los votos de las
Ursulinas en los Estados Unidos son perpetuos pero simples. Desde sus primeras
fundaciones las Ursulinas han sido maestras completas y progresivas. Su sistema
puede llamarse ecléctico, pues utiliza las ventajas efectivos de todos los
métodos. Las casas europeas son en general internados; en los Estados Unidos,
combinaciones de internados y escuelas de día. Las monjas también dirigen muchas
escuelas parroquiales, que, como las otras, comprenden todos los grados:
elemental, académico y universitario. La primera universidad católica para
mujeres en el estado de Nueva York fue fundada por las Ursulinas en New Rochelle
(Nueva York) en 1904. Las Ursulinas en varios otros lugares de los Estados
Unidos han seguido el precedente, y están trabajando prácticamente para ampliar
la educación superior de las mujeres. A las Ursulinas alemanas, que fueron
expulsadas bajo la influencia de la Kulturkampf y re-admitidas después de un
exilio de diez años, se les ha permitido reiniciar su enseñanza, pero para
alumnas de secundaria solamente. En Europa y América por igual las Ursulinas se
preocupan de conseguir la aprobación del Estado, y de proveer todas las ventajas
ofrecidas por las instituciones públicas.
URSULINAS DE QUEBEC, Glimpses Of the Monastery (1897); O'REILLY, Vida de Sta.
Angela (1880); Cartas Circulares de la Madre-General (1904-11); HUBERT, Die
heilige Angela Merici (Mainz, 1891).
MADRE MARY FIDELIS
Transcrito por Catherine A. Twohill
Dedicado a las monjas que me educaron, como a tantas otras
Traducido por Amparo Cabal