Cronología de la Vida de Jesucristo
EnciCato
En los siguientes párrafos nos esforzaremos para establecer la cronología
absoluta y relativa de la vida de Nuestro Señor; es decir, primero mostraremos
cómo ciertos factores conectados con la historia de Jesucristo encajan con el
curso de la historia universal y, en segundo lugar, cómo el resto de la vida de
Jesús debe ser arreglado en base a la interrelación de sus elementos simples.
I. CRONOLOGÍA ABSOLUTA
Los episodios cuya cronología absoluta puede ser determinada con una mayor o
menor probabilidad son el año de la natividad de Cristo, el comienzo de Su vida
pública, y el de Su muerte. Dado que no podemos examinar en forma total los
datos ingresados en los diferentes problemas, el lector tendrá que comparar lo
que ya se ha dicho sobre estos puntos en el artículo CRONOLOGÍA BÍBLICA.
A. La Natividad
San Mateo (2, 1) nos cuenta que Jesus nació "en los días del rey Herodes".
Josefo (Ant., XVII, viii, 1) nos informa que Herodes murió después de gobernar
durante treinta y cuatro años de facto, ó treinta y siete años de jure. Herodes
fue nombrado Rey de Judea por derecho en el 714 A.U.C., mientras que inicia su
régimen presente después de tomar Jerusalén en el 717 A.U.C. Como los judíos
computaban sus años de un Nisán a otro Nisán, y contaban partes fraccionadas
como un año entero, con los datos anteriores podemos datar la muerte de Herodes
entre los años 749, 750, 751 A.U.C. Josefo nos cuenta de un eclipse de luna
ocurrido no mucho antes de la muerte de Herodes entre el 12 y el 13 de marzo del
750 A.U.C. por lo que Herodes debe haber muerto antes de la Pascua de ese año
que cayó el 12 de abril (Josefo, "Ant"., iv, 4; viii, 4). Como Herodes mató a
niños hasta de dos años de edad, para destruir al recién nacido Rey de los
Judíos, debemos entonces pensar que Jesús debe haber nacido entre los años 747,
748 y 749 A.U.C. El censo bajo Cirino que menciona Lucas en conexión con la
natividad de Jesucristo, y la sobresaliente conjunción astronómica de Marte,
Júpiter y Saturno en Piscis, en la primavera del 748 A.U.C. no nos dá un
resultado más exacto.
B. Comienzo del Ministerio Público
Podemos calcular la fecha del inicio del ministerio de Cristo a partir de tres
fuentes diferentes de datos que se encuentran, respectivamente, en Lucas 3,23;
en Josefo "Bel. Jud." I, xxi, 1; o en "Ant.", XV, ii, 1; y en Lucas, 3, 1.
En el primero de estos pasajes se lee: "Jesús, al empezar, tenía unos treinta
años". La frase "al empezar" no califica la expresión que le sigue de "unos
treinta años", sino que indica el comienzo de la vida pública. Tal como hemos
encontrado que el nacimiento de Jesús ocurrió dentro del período del 747 al 749
A.U.C., Su vida pública debe haber comenzado entre el 777 y el 779 A.U.C.
Segundo, cuando, poco tiempo antes de la primera Pascua de Su vida pública,
Jesús expulsa a los vendedores y a los compradores fuera del Templo, los judíos
dijeron: "Cuarenta y seis años se han empleado en edificar este templo" (Juan
2,20). Ahora bien, según el testimonio de Josefo, (loc. cit.), el edificio del
Templo fue iniciado en el año décimoquinto del actual reinado de Herodes o en el
décimoctavo de su reino de jure, es decir, el 732 A.U.C.; por lo tanto, sumando
cuarenta y seis años al edificio actual, la Pascua del primer año de la vida
pública de Cristo debe haber sido en el 778 A.U.C.
Tercero, el Evangelio de San Lucas (3,1) asigna el inicio de la misión de San
Juan Bautista a "El año quintodécimo del imperio de Tiberio César". Augusto, el
predecesor de Tiberio, murió el 19 de agosto del 767 A.U.C., o sea que el año
décimoquinto del reino independiente de Tiberio fue el 782 A.U.C.; pero entonces
Tiberio comenzó a estar asociado a Augusto en el año 764 A.U.C., es decir, que
el año quince contado a partir de esta fecha cae en el 778 A.U.C. La vida
pública de Jesucristo comenzaría unos meses después, alrededor del 779 A.U.C.
C. El año de la muerte de Cristo
De acuerdo a los Evangelistas, Jesús padeció bajo el Sumo Sacerdote Caifás
(772-90 A.U.C., ó 18-36 D.C.), durante el gobierno de Poncio Pilato (780-90
A.U.C.). Pero en realidad este dato deja en forma indefinida el momento exacto.
La tradición y los testimonios de los Padres de la Iglesia recolectados por
Patrizi (De Evangeliis), ubican la muerte de Jesús en el año quince de Tiberio,
durante el consulado de Géminis, cuarenta y dos años antes de la destrucción de
Jerusalén, y doce años antes de la predicación del Evangelio a los gentiles. Ya
hemos visto que el décimoquinto año de Tiberio fue el 778 o el 782, ya sea que
se mida desde el reino asociado de Tiberio o a partir de su reinado él solo; el
consulado de Géminis (Fufius y Rubellius) cae en el año 782 A.U.C.; el año
cuarenta y dos antes de la destrucción de Jerusalén fue el 29 D.C. o el 782
A.U.C.; los doce años antes de la predicación del Evangelio a los gentiles nos
lleva al mismo año, es decir, al 29 D.C. o al 782 A.U.C.; la conversión de
Cornelio, la cual marca el comienzo de las misiones a los gentiles, cayó
probablemente en los años 40 ó 41 D.C.
D. El día de la muerte de Cristo
Jesús murió un viernes, en el día quince de Nisán. Que murió en viernes está
claramente escrito en Marcos (15, 42), Lucas (23, 54), y en Juan (19, 31). Los
pocos escritores que asignan otro día para la muerte de Cristo prácticamente se
pierden entre el gran número de autoridades que lo colocan en viernes. Más aún,
ni siquiera se ponen de acuerdo entre ellos: Epifanio, por ejemplo, ubica la
Crucificción en martes; Lactancio en sábado; Westcott en jueves; Casiodoro y
Gregorio de Tours, ni tan siquiera la fechan en viernes. Los tres primeros
evangelistas son igualmente claros sobre la fecha de la Crucificción. Ubican la
Última Cena en el día catorce de Nisán, tal como lo podemos ver en Mateo 26,
17-20; en Marcos 14, 12-17; en Lucas 22, 7-14. No debe haber tampoco ninguna
duda sobre la concordancia entre San Juan y los Evangelistas Sinópticos respecto
a la Última Cena y a la Crucificción. La Cena se llevó a cabo "Antes de la
fiesta de la Pascua" (Juan, 13, 1), es decir el 14 de Nisán, tal como se lee en
Mateo 22, 7-14. El día del sacrificio se computaba según el método romano (Jovino,
123 sqq., 139 sqq.). Algunos discípulos pensaron que Judas dejó la mesa porque
Jesús le dijo: "Compra lo que necesitamos para la fiesta, o que diese algo a los
pobres" (Juan,13, 29).
Si la Cena se hubiera llevado a cabo el día 13 de Nisán difícilmente pudiésemos
entender esta creencia de los discípulos ya que Judas debería de haber hecho las
compras y haber distribuído las limosnas el 14 de Nisán; no hubiera habido
necesidad de su apresuramiento hacia la ciudad en medio de la noche. El día de
la Crucificción de Cristo, los judíos "no entraron en el pretorio por no
contaminarse, para poder comer la Pascua " (Juan,18, 28). La pascua que los
judíos deseaban comer no hubiera podido ser el cordero pascual que era el que se
comía el 14 de Nisán, porque la contaminación contraída al entrar al pretorio
hubiera cesado al atardecer, por lo que no les hubiera impedido compartir la
cena pascual. La pascua que los judíos tenían en vista debe haber sido el
ofrecimiento sacrificial (Chagighah), el que también se llama pascua y el que se
comía el día 15 de Nisán. Por lo tanto, este pasaje ubica la muerte de
Jesucristo en el día décimoquinto de Nisán. Se dice que Jesús sufrió y murió en
la "preparación de la Pascua" o, simplemente en la "Parasceve" (Juan,19,14;31);
como "parasceve" significaba viernes, la expresión "Parasceve" denota entonces
el viernes en el que debía de caer la pascua. Por último, al siguiente día de la
"Parasceve" en que murió Jesús se le llama "día grande aquel sábado" (Juan
19,31), ya sea para hacer resaltar su ocurrencia en la semana pascual o para
distinguirlo de la pascua anterior, o día de descanso menor.
II. CRONOLOGÍA RELATIVA
Ningún estudiante de la vida de Jesús pondrá en duda el órden cronológico de sus
principales divisiones: infancia, vida oculta, vida pública, pasión, gloria. Sin
embargo, la sucesión de los eventos en divisiones más sencillas no siempre está
tan claramente definida y dá lugar a disputas.
A. La Infancia de Jesús
Por ejemplo, la historia de la infancia está registrada solamente en el Primer y
el Tercer Evangelios. Cada Evangelista se contenta con señalar cinco hechos: San
Mateo describe el nacimiento de Jesús, la adoración de los Magos, la huída a
Egipto, la matanza de los Santos Inocentes, y el regreso a Nazareth. San Lucas
nos da un bosquejo del nacimiento, de la adoración de los pastores, de la
circuncisión, de la purificación de la Vírgen, y del regreso a Nazareth. Ambos
evangelistas coinciden en el primero y en el último de estas series de
acontecimientos (por sobretodo, los estudiosos colocan al nacimiento, la
adoración de los pastores y la circuncisión antes de los Magos), pero ¿cómo
vamos a ordenar estos tres eventos presentados por San Mateo según el órden dado
por San Lucas? Indicamos algunas de las formas en las que estas secuencias
cronológicas han sido arregladas.
1. El nacimiento, la adoración de los pastores, la circuncisión, la adoración de
los Magos, la huída a Egipto, la matanza de los Inocentes, la purificación, el
regreso a Nazareth. Este orden implica que, o la purificación se retrasó más
allá del día catorce, lo cual contradice a Lucas 2,22ss., o que Jesús nació muy
poco tiempo después de la muerte de Herodes, de tal forma que la Sagrada Familia
pudo regresar de Egipto dentro de los catorce días después del nacimiento de
Jesús. La tradición no apoya este rápido regreso desde Egipto.
2. El nacimiento, la adoración de los pastores, la circuncisión, la adoración de
los Magos, la purificación, la huída a Egipto, la matanza de los Inocentes, el
regreso a Nazareth. Según este orden, los Magos o bien llegaron unos pocos días
antes de la purificación o lo hicieron el 6 de enero; pero en ninguno de los
casos podemos entender por qué la Sagrada Familia hubiera ofrecido el sacrificio
de los pobres después de haber recibido las ofrendas de los Magos. Además, el
primer Evangelista dice que el ángel se le apareció a José inmediatamente
después de que se marcharon los Magos, y no es poco probable que Herodes hubiese
esperado bastante antes de preguntar sobre los pormenores del nacimiento del
rey. Estas dificultades no se allanan sencillamente por poner la adoración de
los Magos el día antes de la purificación; es muy poco probable en ese caso que
la Sagrada Familia hubiese ofrecido el sacrificio de los pobres.
3. Debido a que Lucas 2,39 parece excluir la posibilidad de ubicar la adoración
de los Magos entre la presentación y el regreso a Nazareth, están los que
interpretan el haber localizado el adviento de los magos, la huída a Egipto, la
matanza de los Inocentes, y el regreso desde Egipto después de los hechos
contados por San Lucas. Están de acuerdo en que la Sagrada Familia volvió a
Nazareth después de la purificación, y que entonces salió de Nazareth para
establecer su hogar en Belén. Eusebio, Epifanio y otros escritores antiguos
desean ubicar la adoración de los Magos dentro de los siguientes dos años
después del nacimiento de Cristo; Paperbroch y sus seguidores permiten un año y
trece días entre el nacimiento y la llegada de los Magos; mientras tanto Patrizi
está de acuerdo con aquellos que sitúan el adviento de los Magos en unas dos
semanas después de la purificación. El texto de Mateo 2, 1, 2, dificilmente
permite un intervalo de más de un año entre la purificación y la llegada de los
Magos; la opinion de Patrizi parece satisfacer todos los datos dados por los
Evangelios, sin contradecir lo que ha agregado la tradición.
B. La Vida Oculta de Jesús
Fue en el aislamiento en Nazareth que Jesús pasó la mayor parte de Su vida
terrena. Los escritos inspirados son muy retiscentes sobre este período: Lucas,
2,40-52; Marcos 6,3; Juan 6,42; 7,15, son los únicos pasajes que se refieren a
la vida oculta. Algunos de ellos nos dan una visión general de la vida de
Cristo: "El niño crecía y se fortalecía lleno de sabiduría, y la gracia de Dios
estaba en Él" es una breve reseña de los años que siguen al regreso de la
Sagrada Familia después de la ceremonía de la purificación en el Templo. "Jesús
crecía en sabiduría y edad y gracia ante Dios y ante los hombres ", y Él "les
estaba sujeto" forman el marco inspirado de la vida de Cristo en Nazareth
después de que cumplió los doce. "Cuando era ya de doce años " Jesús acompañó a
Sus padres a Jerusalén, "según el rito festivo"; "y volverse ellos, acabados los
días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén sin que sus padres lo echasen de ver."
"Al cabo de tres días le hallaron en el templo, sentado en medio de los
doctores, oyéndolos y preguntándoles." Fue en esta ocasión en que Jesús menciona
las únicas palabras que tenemos del período de Su vida oculta: "¿Por qué me
buscabais? ¿No sabíais que es preciso que me ocupe en las cosas de mi Padre?"
Los judíos nos cuentan que Jesús no pasó por el aprendizaje de las escuelas
rabínicas: "¿De dónde le vienen a éste tales cosas?".
La misma pregunta es hecha por la gente de Nazareth quien agrega: "¿No es acaso
el carpintero?" San Justino es una autoridad para la declaración que Jesús hizo
especialmente sobre "arados y yugos" (Contra Tryph., 88). Aunque no haya certeza
de que en época de Jesús existieran escuelas primarias en las villas judías,
podemos inferir de los Evangelios que Jesús sabía cómo leer (Lucas 4,16) y
escribir (Juan 8,6). Debe de haber aprendido a una edad temprana el también
llamado Shema (Deut. 6,4), y el Hallel, o Salmos 113-118 (Hebr.); también debe
de haber estado familiarizado con otras partes de las Escrituras, especialmente
con los Salmos y con los Libros Proféticos, ya que contantemente se refiere a
ellos en Su vida pública. Se asevera también que Palestina, en tiempos de
Jesucristo, prácticamente era bilingüe, por lo que Cristo debe haber hablado
arameo y griego; las indicaciones de que Él estaba familiarizado con el hebreo y
el latín son insignificantes. La enseñanza pública de Jesús demuestra que era un
atento observador de las cosas y sonidos de la naturaleza, y de los hábitos de
todas las clases de hombres. Ya que eran las fuentes usuales de Sus enseñanzas.
Para concluir, la vida oculta de Jesús que se extiende a través de treinta años
es bastante diferente de la que uno habría de esperar en el caso de una Persona
Quien es adorado por Sus seguidores como su Dios y reverenciado como su
Salvador; esta es una prueba indirecta de la credibilidad de la historia
Evangélica.
C. La Vida Pública de Jesús: Su Duración
La cronología de la vida pública ofrece ciertos problemas al que la interpreta;
tocaremos solamente dos de esos problemas: la duración de la vida pública y los
viajes sucesivos durante la misma.
Existen dos opiniones opuestas respecto a la duración del ministerio de Jesús:
San Ireneo (Contra Haer., II, xxii, 3-6) parece sugerir un período de quince
años; las frases proféticas, "un año de desquite", "el año de mis redimidos" (Is.,
34,8; 63,4), parece que indujeron a Clemente de Alejandría, a Julio el Africano,
a Filastro, a Hilario y a dos o tres escritores patrísticos más a dar una
duración de un año a la vida pública. Esta última opinión encontró algunos
seguidores entre estudiosos recientes: von Soden, por ejemplo, defiende este
punto de vista en la "Encyclopaedia Biblica" de Cheyne. Pero el texto Evangélico
demanda una duración mayor. El Evangelio de San Juan menciona tres pascuas
diferentes en la historia del ministerio de Cristo (2,13; 6,4; 11,55). La
primera de las tres fue poco después del bautismo de Jesús; la última coincide
con Su Pasión, por lo tanto deben de haber transcurrido dos años entre ambos
eventos para darnos el espacio necesario para la pascua que se menciona en 6,4.
Westcott y Hort omiten la expresión "la pascua" en 6,4 para comprimir el
ministerio de Jesús a un año; pero todos los manuscritos, todas las versiones y
casi todos los Padres testifican en base a la lectura que dice "En de eggysto
pascha heeorteton Ioudaion": "Estaba cercana la Pascua, la fiesta de los
judíos". Hasta aquí entonces, todo tiende a favorecer el punto de vista de
aquellos escritores y de los comentaristas más recientes quienes extienden el
período del ministerio de Cristo a un poco más allá de los dos años.
Pero al hacer una comparación entre el Evangelio de San Juan con los
Evangelistas Sinópticos, parece ser que se introduce otra pascua más en la vida
pública de Cristo, mencionada en el Cuarto Evangelio. Juan 4,45 relata el
regreso de Jesús a Galilea después de la primera pascua de Su vida pública en
Jerusalén, y el mismo evento es contado en Marcos 1,14, y en Lucas 4,14. La
pascua mencionada en Juan 6,4 tiene su paralelo con la "hierba verde" de Marcos
6,39, y en la multiplicación de los panes en Lucas 9,12ss. Pero la arrancada de
espigas contada en Marcos 2,23 y en Lucas 6,1 implica otra estación pascual
entre las que expresamente se mencionan en Juan 2,13 y en 6,4. Esto nos muestra
que la vida pública de Jesús se debe haber extendido por un período de cuatro
pascuas, es decir que debe haber durado tres años y unos pocos meses más. Aunque
el Cuarto Evangelio no indica esta cuarta pascua en una forma tan clara como lo
hace con las otras tres, no está totalmente callado respecto a ella. La "fiesta
de los judíos" que se menciona en Juan 5,1 ha sido identificada con la Fiesta de
Pentecostés, la Fiesta de los Tabernáculos, la Fiesta de la Expiación, la Fiesta
de la Luna Nueva, la Fiesta de Purim, la Fiesta de la Dedicación, por varios
comentaristas; otros mientras tanto confiesan que no son capaces de determinar a
cuál de las fiestas judías se refiere ese pasaje. Casi todas estas dificultades
desaparecerían si ese día de fiesta fuera visto como la pascua, en la forma que
tanto el texto (heorte) como Juan 4,35 parecieran pedir (cf. Dublin Review,
XXIII, 351 sqq.).
D. La Vida Pública de Jesús: Sus Viajes
Se pueden clasificar los viajes que hizo durante Su vida pública en nueve
grupos: los seis primeros se efectuaron principalmente en Galilea y tuvieron a
Cafarnaúm como su punto central; los últimos tres llevan a Jesús hacia Judea sin
ningún punto central de referencia. No podemos entrar en medio de las disputas
relacionadas con los incidentes ocurridos en los diferentes grupos.
1. Primer Viaje.
Diciembre, A.U.C. 778 - Primavera, 779. (Cf. Juan 1 y 2; Mateo 3 y 4; Marcos 1;
Lucas 3 y 4)
Jesús abandona Su vida oculta en Nazareth, y va a Betania al otro lado del
Jordán, en donde es bautizado por Juan y recibe el primer testimonio del
Bautista hacia Su misión Divina. Se retira entonces hacia el desierto de Judea,
en donde ayuna durante cuarenta días y es tentado por el diablo. Después de esto
se queda viviendo cerca de la zona en donde se lleva a cabo el ministerio del
Bautista y ahí recibe el segundo y el tercer testimonio, y en donde gana a Sus
primeros discípulos con quienes viaja a las bodas de Caná en Galilea, en donde
realiza Su primer milagro. Finalmente, transfiere Su residencia, en la medida en
que podamos decir que tiene residencia en Su vida pública, a Cafarnaúm, una de
las vías principales de comercio y viajes de Galilea.
2. Segundo Viaje.
Pascua, A.U.C. 779 - cerca de Pentecostés, 780. (Cf. Juan 2-5; Marcos 1-3; Lucas
47; Mateo 4-9)
Jesús va de Cafarnaúm a Jerusalén para la Fiesta de la Pascua; aquí, expulsa a
los compradores y vendedores del Templo, y es cuestionado por las autoridades
judías. Muchos creían en Jesús, y Nicodemo viene para conversar con Él durante
la noche. Después de los días de fiesta, permanece en Judea hasta el siguiente
diciembre, y durante este tiempo recibe el cuarto testimonio de Juan quien
estaba bautizando a Ennon (A.V. Aenon). Cuando el Bautista es hecho prisionero,
Jesús regresa a Galilea por el camino de Samaria en donde se encuentra con la
mujer samaritana en el pozo de Jacob, cerca de Sicar; permanece en este lugar
dos días, y muchos creyeron en Él. Inmediatamente después de Su regreso a
Galilea encontramos a Jesús nuevamente en Caná, en donde un cortesano le ruega
por la recuperación de su hijo moribundo en Cafarnaúm. El rechazo que la gente
de Nazareth tiene hacia Jesús, si ocurrió en este momento, como San Lucas
entrevee, o posteriormente, como parece demandar San Marcos, o bien ahora y unos
ocho meses después, es un problema exegético que no podemos resolver aquí. De
todas formas, poco después Jesús se involucra activamente en Cafarnaúm enseñando
y curando a los enfermos, entre ellos a la suegra de Pedro y a un endemoniado.
En esta ocasión llama a Pedro y a Andrés, a Santiago y a Juan.
Continúa entonces con una gira misional a través de Galilea durante la cual curó
a un leproso; pronto vuelve a enseñar en Cafarnaúm y es rodeado por una multitud
tal que un hombre paralítico tiene que ser bajado a través del techo para poder
llegar ante la Sagrada Presencia. Después de llamar a Mateo al Apostolado, Jesús
va a Jerusalén para la segunda Pascua de Su vida pública y fue en esta ocasión,
cerca de la piscina de Jerusalén, que curó a un hombre que había estado enfermo
durante treinta y ocho años. La acusación de violar el sábado y la respuesta de
Cristo son los efectos naturales del milagro. La misma acusación se repite poco
después de la Pascua; Jesús ha regresado a Galilea y los discípulos arrancaron
algunos granos maduros de los campos de trigo. El cuestionamiento se hace más
fuerte en el futuro inmediato; Jesús ha regresado a Cafarnaúm y allí sana en
sábado a un hombre que tenía una mano seca. Los fariseos hacen ahora una causa
común con los herodianos para "destruirle". Jesús se marcha primero al Mar de
Galilea en donde enseña y realiza muchos milagros; se retira entonces a la
Montaña de las Bienaventuranzas, en donde ora durante la noche, escoge a Sus
doce Apóstoles en la mañana, y predica el Sermón de la Montaña. Es traído de
regreso a Cafarnaúm por las plegarias del centurión quien le pide y obtiene la
curación de su sirviente.
3. Tercer Vaje.
Cerca de Pentecostés, A.U.C. 780- Atoño, 780. (Cf. Lucas 7,8; Marcos 3,4; Mateo
4,8,9,12,13)
Jesús hace otra gira misional a través de Galilea; resucita al hijo de la viuda
de Naín, y poco después recibe a los mensajeros enviados por Juan desde su
prisión en Machaerus. Sigue entonces la escena de la recepción misericordiosa de
la pecadora que unta los pies del Señor mientras descansa a la mesa en Magdala
o, quizá, en Cafarnaúm; durante el resto de Su gira misional es seguido por unas
mujeres piadosas quienes atienden las necesidades de los Apóstoles. Después de
regresar a Cafarnaúm, Jesús expulsa al demonio mudo, es acusado por los fariseos
de expulsar demonios con la ayuda del príncipe de los demonios, y enfrenta las
protestas de Sus parientes. Retirándose al mar, predica lo que puede ser llamado
el "Sermón del Lago", que consiste de siete parábolas.
4. Cuarto Viaje.
Otoño, A.U.C. 780- acerca de Pascua, 781. (Cf. Lucas 8,9; Marcos 4-6; Mateo
8,9,10,13,14)
Después de un laborioso día de ministerio en la ciudad de Cafarnaúm y en el
lago, Jesús con Sus Apóstoles cruza las aguas. Como una fuerte tormenta cae
sobre ellos, los asustados Apóstoles despiertan a su Maestro, quien calma a los
vientos y a las olas. Hacia la mañana, se encuentran con un endemoniado en el
país de los gerasenos, al este del lago. Jesús expulsa los espíritus malignos,
pero les permite entrar en una piara de puercos. Las bestias se autodestruyen en
las aguas del lago, y los asustados habitantes ruegan a Jesús que no se quede ya
entre ellos. Después de regresar a Cafarnaúm sana a la mujer que había tocado Su
túnica, resucita a la hija de Jairo y devuelve la vista a dos ciegos. El segundo
Evangelio ubica en este lugar la última visita de Cristo y el rechazo por parte
de la gente de Nazareth. Sigue entonces el ministerio de los Apóstoles quienes
son enviados de dos en dos, mientras que el mismo Jesús hace otra gira misional
a través de Galilea. Parece que fue el martirio de Juan el Bautista que hace que
regresen y se reúnan los Apóstoles alrededor del Maestro en Cafarnaúm. Pero, por
muy depresivo que este suceso pueda haber sido, no aminoró el entusiasmo de los
Apóstoles sobre los éxitos logrados.
5. Quinto Viaje.
Primavera, A.U.C. 781. (Cf. Juan 6; Lucas 9; Marcos 6; y Mateo 14)
Jesús invita a los Apóstoles, cansados de sus labores misioneras, a descansar un
rato. Cruzan la parte norte del Mar de Galilea pero, en lugar de encontrar el
tan ansiado descanso, encuentran multitudes que les han precedido por tierra o
en barca, y que están ansiosas de ser instruídas. Jesús les enseña a lo largo
del día, y hacia la tarde, no desea dejarlas ir hambrientas. Por otro lado,
solamente había cinco hogazas de pan y dos pescados a disposición de Jesús;
después de Su bendición, estos escasos alimentos satisfacen el hambre de cinco
mil hombres, además de las mujeres y los niños, y las sobras llenan doce
canastas. Jesús envió a los Apóstoles de regreso a sus barcas y Él escapa de las
multitudes entusiastas que deseaban hacerLe rey, hacia la montaña en donde oró
hasta bien entrada la noche. Mientras tanto, los Apóstoles se enfrentan con
viento en contra hasta la cuarta vigilia de la noche, cuando ven a Jesús
caminando sobre las aguas. Al principio los Apóstoles tienen miendo, y entonces
reconocen a Jesús; Pedro camina sobre las aguas meintras dura su confianza;
cuando Jesús sube a la barca, la tomenta cesa. Al siguiente día, Jesús y Sus
Apóstoles llegan a Cafarnaúm, en donde Él habla a la asamblea sobre el Pan de
Vida y promete la Santa Eucaristía, resultando que algunos de sus seguidores Le
dejan, mientras que la fe de Sus verdaderos discípulos se fortalece.
6. Sexto Viaje.
Desde aproximadamente mayo, A.U.C. 781 a septiembre, 781. (Cf. Lucas 9; Marcos
7-9; Mateo 14-18; Juan 7)
Puede ser que debido a la enemistad que se generó en contra de Jesús por su
discurso Eucarístico en Cafarnaúm, el que haya iniciado una gira misionera más
extensa que las que había hecho en años anteriores. Pasando a través del país de
los gerasenos, expresa su desaprobación hacia las prácticas fariseicas sobre la
pureza legal. Dentro de los límites de Tiro y Sidón, exorciza a la hija de la
mujer siriofenicia. Desde aquí Jesús viaja primero hacia el norte, luego hacia
el este, va hacia el sudeste a través de la parte norte de la Decápolis,
probablemente cerca del Líbano, hasta que llega a la parte oriental de Galilea.
Mientras se encuentra en la Decápolis, sana a un sordo y tartamudo empleando un
ceremonial más elaborado que el que había utilizado para cualesquiera de sus
milagros anteriores; en el lado oriental de Galilea, probablemente no muy lejos
de Dalmanutha y de Magedan, alimenta a cuatro mil hombres, además de niños y
mujeres, con siete panes y unos pocos peces, llenando siete canastas con las
sobras. Las multitudes han oído durante tres días las enseñanzas de Jesús,
previamente al milagro. Pese a las muchas curaciones hechas por Jesús durante su
viaje: al ciego, al sordo, al cojo, al lisiado, y a tantos otros, los fariseos y
los saduceos le piden por una señal del cielo, tentándole. Les promete el signo
del Profeta Jonás. Después que Jesús y los Apóstoles han cruzado el lago, Él les
advierte que tengan cuidado del fermento de los fariseos; pasan entonces a
través de Betsaida en donde devuelve la vista a un ciego. Hallamos entonces a
Jesús en los confines de Cesarea de Filipo, en donde Pedro profesa su fe en
Cristo, en el Hijo del Dios Vivo, y en reciprocidad recibe de Jesús la promesa
del poder de las llaves. Aquí, Jesús predice Su pasión, y aproximadamente una
semana después es transfigurado delante de Pedro, de Santiago y de Juan,
posiblemente en la cima del monte Tabor. Descendiendo de la montaña, exorciza al
demonio mudo que Sus discípulos no habían sido capaces de expulsar. Va hacia
Cafarnaúm, predice por segunda vez Su pasión y en la ciudad paga el tributo por
Él y por Pedro. Esto ocasiona la discusión sobre el más grande en el reino de
los cielos, y todos los discursos relacionados. Por último, Jesús rechaza la
invitación de sus hermanos de ir a la Fiesta de los Tabernáculos en Jerusalén.
7. Séptimo Viaje.
Septiembre, A.U.C. 781- Diciembre 781. (Cf. Lucas 9-13; Marcos 10; Mateo 6, 7,
8, 10, 11, 12, 24; Juan 7-10)
Jesús ahora se dirige decididamente hacia Jerusalén, los samaritanos le niegan
hospitalidad, y debe de irse hacia el lado este del Jordán. Mientras se halla
aún en Galilea, rechaza el discipulado de varios candidatos sin entusiasmo, y
más o menos en el mismo tiempo envía a otros setenta y dos, de dos en dos, para
que le precedan en cada ciudad y sitio a donde Él va a llegar. Probablemente, en
la parte baja de Perea, los setenta y dos regresan con alegría, regocijándose en
el poder milagroso que había sido ejercido por ellos. Debe haber sido en la
vecindad de Jericó en donde Jesús contestó la pregunta del doctor de la Ley, "¿Y
quién es mi prójimo?" en relación con la parábola del Buen Samaritano. Luego
Jesús es recibido en la hospitalaria casa de María y de Marta, en donde declara
que María ha escogido la mejor parte. De Betania fue a Jerusalén para la Fiesta
de los Tabernáculos, donde se involucra en discusiones con los judíos. Los
Escribas y los Fariseos se esfuerzan por probarlo cuando le piden que se
pronuncie en el caso de la mujer encontrada en adulterio. Habiendo Jesús evitado
la trampa, continúa sus discusiones con los judíos hostiles. Su enemistad se
intensifica cuando Jesús devuelve la vista a un ciego en día sábado. Jesús
parece tener su estancia en Jerusalén con el hermoso discurso del Buen Pastor.
Poco después enseña a Sus Apóstoles el Padre Nuestro, probablemente en algún
lugar del Monte de los Olivos. En un viaje misional subsecuente a través de
Judea y de Perea, Se defiende contra los ataques de los fariseos, y reprueba su
hipocresía. En el mismo viaje, Jesús advierte contra la hipocresía, la codicia,
las cosas del mundo; exhorta a estar atentos, a tener paciencia ante las
contradicciones, y a la penitencia. Más o menos por esta época, sana a la
hemorroísa.
8. Octavo Viaje.
Diciembre, A.U.C. 781-Febrero, 782. (Cf. Lucas 13-17; Juan 10,11)
Jesús regresa otra vez a Jersualén para la Fiesta de la Dedicación, y se produce
otra discusión con los judíos. Este episodio es seguido por otra gira misional a
través de Perea, durante la que Jesús explica muchos puntos doctrinales
importantes: el número de los escogidos, el lugar que uno ocupa a la mesa, la
elección de los invitados, la parábola del banquete, resolución en el servicio
de Dios, las parábolas de las cien ovejas, de la dracma perdida, y del hijo
pródigo, del administrador infiel, de epulón y Lázaro, del mal siervo, además de
la obligación de la corrección fraterna, y la eficacia de la fe. También durante
este período intentaron los fariseos asustar a Jesús con la amenaza de la
persecución de Herodes; por su parte, Jesús sana a un hombre con hidropesía, en
sábado, mientras está a la mesa en la casa de un príncipe de los fariseos.
Finalmente, María y Marta envian mensajeros a Jesús, pidiéndole que vaya a curar
a su hermano Lázaro; Jesús fue después de dos días, y resucita a Su amigo quien
había estado durante varios días en la tumba. Los judíos se exasperan con este
milagro, y decretan entonces que Jesús debe morir por la gente. Se retira
entonces "a una región próxima al desierto, a una ciudad llamada Efrem".
9. Noveno Viaje.
Febrero, A.U.C. 782- Pascua, 782. (Cf. Lucas 17-22; Marcos 10, 14; Mateo 19-26;
Juan 11, 12)
Este último viaje lleva a Jesús hacia el norte desde Efrem, a través de Samaria;
luego hacia el este a lo largo de la frontera de Galilea, hacia Perea; entonces
hacia el sur a través de Perea; hacia el oeste a través del Jordán; a través de
Jericó; Betania en el Monte de los Olivos; Betsaida y, finalmente, hacia
Jersualén. Mientras se encuentra en la parte norte de la gira, cura a diez
leprosos; poco después, contesta las preguntas hechas por los fariseos respecto
al reino de Dios. Urge entonces sobre la necesidad de la oración incesante a
través de la parábola del juez inicuo; pertenece a este momento también la
parábola del Fariseo y del Publicano, el discurso sobre el matrimonio, sobre la
actitud de la Iglesia hacia los niños, sobre el uso correcto de las riquezas
ilustrada por la historia del joven rico, y la parábola de los trabajadores de
la viña. Después de iniciado Su camino hacia Jerusalén, predice Su Pasión por
tercera vez; Santiago y Juan revelan su ambición, pero aprenden la verdad sobre
la grandeza de la Iglesia.
En Jericó, Jesús sana dos ciegos, y recibe el arrepentimiento de Zaqueo el
publicano; propone aquí la parábola de los talentos confiados a los sirvientes
por su amo. Seis días antes de la pascua encontramos a Jesús en Betania en el
Monte de los Olivos, como huésped de Simón el leproso; María unge Sus pies, y
los discípulos, instigados por Judas, se indignan por este aparente desperdicio
de perfume.
Una inmensa multitud se junta en Betania, no solamente para ver a Jesús sino
también a Lázaro; de aquí que los sacerdotes piensen también en matar a Lázaro.
Al siguiente día Jesús entra triunfalmente en Jerusalén y es recibido por los
gritos de Hosana de toda clase de gente. Por la tarde, se encuentra con una
delegación de gentiles en el patio del Templo. El día lunes Jesús maldice a la
higuera estéril, y durante la mañana expulsa a los compradores y vendedores del
Templo. El martes, los discípulos se maravillan cómo de repente se ha secado la
higuera y esto hace que el Maestro les instruya sobre la eficacia de la fe.
Jesús responde a las preguntas de los enemigos respecto a Su autoridad; propone
entonces la parábola de los dos hijos, de los viñadores infieles y de los
invitados a la boda.
Sigue luego una triple trampa: los políticos preguntan si es legal pagar tributo
al César; los saduceos le preguntan sobre esposa de quién es una mujer, después
de la resurrección, quien ha tenido varios esposos; los téologos judíos proponen
la pregunta: ¿cuál es el primer mandamiento, el gran mandamiento de la ley?;
Jesús propone entonces Su última pregunta a los judíos: "¿Qué os parece de
Cristo? ¿De quién es hijo?" Esto es seguido por las recriminaciones contra
escribas y fariseos, y por la denuncia contra Jerusalén. Las últimas palabras de
Cristo en el Templo fueron expresiones de elogio hacia la viuda pobre que
ofreció dos óvolos a pesar de su pobreza. Jesús terminó ese día pronunciando las
profecías sobre la destrucción de Jerusalén, Su segunda venida, y el juicio
futuro; estas profecías son interrumpidas por la parábola de las diez vírgenes y
de los talentos. Jesús predice nuevamente Su Pasión el día miércoles;
probablemente fue el mismo día en que Judas llegó a un acuerdo con los judíos
para traicionarLe.
E. La Pasíon de Jesús: su preparación
Jesús prepara a Sus discípulos para la Pasión, Se prepara a Sí mismo para la
prueba, y Sus enemigos se preparan para destruirle.
1. Preparación de los Apóstoles. Jesús prepara a Sus Apóstoles para la Pasión
comiendo el cordero pascual, con la institución de la Santa Eucaristía, con las
ceremonias concomitantes, y con Sus largos discursos durante y después de la
Última Cena. Debe hacerse una mención especial a la predicción de la Pasión, de
la traición de uno de los Apóstoles y de la negación por otro. Pedro, Santiago y
Juan están preparados en una forma particular por haber sido testigos del dolor
de Jesús en el Monte de los Olivos.
2. Preparación de Jesús. Jesús debe haber tenido una preparación indirecta con
todo lo que hizo y dijo para fortalecer a Sus Apóstoles. Pero la preparación que
fue peculiarmente Suya consistió en Su oración en el huerto en donde el ángel
vino a reconfortarlo. El que Sus Apóstoles favoritos hayan estado dormidos
durante las horas de Su amarga lucha, deben haberLe preparado también para el
completo abandono que pronto experimentaría.
3. Preparación de los enemigos. Judas deja al Maestro durnate la Última Cena.
Los jefes de los sacerdotes y los fariseos juntan rápidamente una cohorte romana
estacionada en el castillo de Antonia, del templo vigía judío, junto con
oficiales del Templo. A ellos se agregan unos sirvientes y dependientes del sumo
sacerdote, y una multitud de fanáticos con linternas y antorchas, con espadas y
palos, quienes se movilizan bajo el liderazgo de Judas. Capturan a Jesús, le
amarran, y le conducen a la casa del sumo sacerdote.
F. La Pasión de Jesús: el Juicio
Jesús fue juzgado primero ante un tribunal eclesiástico y luego ante un tribunal
civil.
1. Ante la Corte Eclesiástica. El juicio eclesiástico incluye la presencia de
Cristo ante Anás, ante Caifás, y otra vez ante Caifás, quien al parecer actuó
como cabeza del Sanedrín en cada caso. La corte judía encontró a Jesús culpable
de blasfemia y Lo condenó a muerte, aunque los procedimientos seguidos fueron
ilegales desde varios puntos de vista. Durante el juicio tuvo lugar la triple
negación de Pedro; Jesús es insultado y se mofan de Él, especialmente entre la
segunda y la tercera sesión; y después de Su condenación final, Judas se
desespera y enfrenta su trágica muerte.
2. Ante la Corte Civil. El juicio civil consistió también de tres sesiones: la
primera ante Pilato, la segunda ante Herodes y la tercera otra vez ante Pilato.
Ante la corte de Pilato no se acusó de blasfemia a Jesús; sin embargo, Le acusan
de alborotar al pueblo, de no querer dar tributo al César, y de ser rey. Pilate
ignora los primeros dos cargos; y encuentra inofensivo al tercero cuando ve que
Jesús no reclama la realeza en el sentido romano de la palabra. Pero, para no
hacer que los líderes judíos le odien, decide enviar a su prisionero ante
Herodes. Como Jesús no cedió ante la curiosidad de Herodes, se burlan de Él el
Tetrarca de Galilea y su corte, y es enviado de regreso ante Pilato. El
procurador romano declara inocente al prisionero por segunda vez pero, en vez
dejarLe libre, da al pueblo la alternativa de escoger entre Jesús o Barrabás por
tener que liberar a un prisionero debido a la Pascua. Pilato declara inocente a
Jesús por tercera vez con la solemne ceremonia del lavado de sus manos; recurre
así a un tercer esquema para librarse a sí mismo de pronunciar una sentencia
injusta contra su prisionero. Ha azotado al prisionero, eliminando de ese modo,
en la medida en que los medios humanos puedan hacerlo, toda esperanza de que
Jesús haya podido lograr la dignidad real. Pero incluso este procedimiento
falla, y Pilato permite que su ambición política prevalezca sobre su sentido de
justicia; condena a Jesús a ser crucificado.
G. La Pasión de Jesús: su muerte
Jesús lleva Su Cruz hasta el lugar de ejecución. Simón de Cirene es obligado a
ayudarLe a compartir la pesada carga. En el trayecto, Jesús dirige sus últimas
palabras a las mujeres que lloran al ver Su sufrimiento. Es clavado a la Cruz,
sus vestimentas divididas y colocan una inscripción sobre Su cabeza. Mientras
Sus enemigos se burlan de Él, pronuncia las ya bien conocidas "Siete Palabras".
De los dos ladrones que crucifican con Jesús, uno se convierte y el otro muere
inpenitente. El sol se oscurece y Jesús entrega Su alma en las manos de Su
Padre. El velo del Templo se rasga en dos, la tierra tiembla, las piedras se
parten, y muchos cuerpos de santos que dormían resucitan y aparecen a muchos. El
centurión romano testifica que Jesús era verdaderamente el Hijo de Dios. El
Corazón de Jesús es atravesado para asegurarse de que ha muerto. El Sagrado
Cuerpo es bajado de la Cruz por José de Arimatea y por Nicodemo, y colocado en
un sepulcro nuevo propiedad de José, y el sábado estaba cerca.
H. La Gloria de Jesús
Después de que Jesús es colocado en el sepulcro, las Santas mujeres regresan y
preparan aromas y ungüentos. Al día siguiente, los príncipes de los sacerdotes y
los fariseos aseguran el sepulcro con guardias, sellando la piedra. Cuando hubo
pasado el sábado, las Santas mujeres traen aromas para ungir a Jesús. Pero Jesús
resucita temprano el primer día de la semana, se produce un gran terremoto, y un
ángel baja del cielo y remueve la piedra. Los guardias se aterrorizan y se hacen
los muertos. Al llegar al sepulcro, las mujeres encuentran la tumba vacía; María
Magdalena corre a contárselo a los Apóstoles Pedro y Juan, mientras un ángel
dice a las otras mujeres que el Señor ha resucitado de entre los muertos. Pedro
y Juan se apresuran hacia el sepulcro y encuentran todo lo que la Magdalena les
ha contado. María Magdalena regresa también y, mientras llora en el sepulcro, se
le aproxima el Salvador resucitado y le habla. Ese mismo día, Jesús se aparece a
las otras Santas Mujeres, a Pedro, a los dos discípulos que van a Emaús, y a
todos los discípulos, con excepción de Tomás. Una semana después, Se aparece a
todos los Apóstoles, incluyendo a Tomás; más tarde, se aparece en Galilea, cerca
al lago de Genezareth, a siete discípulos; en una montaña de Galilea a una
multitud de discípulos; a Santiago; y, finalmente, a Sus discípulos en el Monte
de los Olivos en donde asciende al cielo. Pero estas apariciones no agotan el
registro de los Evangelios, según los cuales, Jesús se apareció vivo después de
Su Pasión, durante cuarenta días y habló sobre el reino de Dios.
Nota: Las citas bíblicas en castellano están tomadas de Sagrada Biblia, Versión
Directa de las lenguas originales por Eloíno Nácar Fuster y Alberto Colunga
Cueto, O.P., quincuagésima tercera edición, reimpresión, Biblioteca de Autores
Cristianos, Madrid, MCMXCVIII.
A.J. MAAS
Transcrito por Joseph P. Thomas
En Memoria del Arzobispo Mathew Kavukatt
Traducido por: Dr. Raúl G. Toledo, El Salvador