Benedicto IX, Papa
Benedicto IX, era
sobrino de sus dos inmediatos predecesores, sin embargo su carácter era
totalmente diferente al de éstos. Fue una vergüenza para el Trono de Pedro.
Su padre Alberico considerando al papado como una clase de herencia, lo impuso
siendo muy joven, aunque no de doce años (de acuerdo a Raoul Glaber, Hist., IV,
5, n. 17. Cf. V, 5, n. 26), pero si posiblemente tendría alrededor de veinte
(Octubre, 1032). Muy poco se conoce de su pontificado, se sabe que organizó
dos o tres sínodos en Roma y concedió numerosos privilegios a varias iglesias
y monasterios.
Insistió en que Bratislao, Duque de Bohemia construyera un monasterio, en
reparación por haberse llevado de Polonia el cuerpo de San Adalberto. En el
año 1037 viajó al norte para encontrarse con el emperador Conrado y excomulgar
a Heriberto Arzobispo de Milán, con quien Conrado tenía una antigua enemistad
(Ann. Hildesheimenses, 1038). Tomando en cuenta la vida disoluta que llevaba,
un sector de la ciudad lo expulsó (1044) en medio de grandes desordenes, y
eligió a un antipapa (Silvestre III) en la persona de Juan, Obispo de Sabina
(1045-Ann. Romani, init. Victor, Dialogi, III, init.). Sin embargo Benedicto
tuvo éxito en expulsar a Silvestre ese mismo año; pero por los rumores de que
se iba a casar, depositó sus funciones en manos de el Arcipreste Juan de
Graciano, a cambio de una generosa suma de dinero. Juan fue luego elegido Papa
con el nombre de Gregorio VI (Mayo-1045) Arrepentido por este convenio
Benedicto procuró expulsar a Gregorio. Como resultado de todo esto el rey
Enrique III se vio forzado a intervenir destituyendo a Benedicto, Silvestre y
Gregorio en el concilio de Sutri (1046), y el Obispo Alemán Suidger se
convirtió en el Papa Clemente II.
Después de tan rápida derrota Benedicto atacó de nuevo a Roma
(Noviembre-1047), siendo expulsado otra vez, lo que dio lugar a que otro
Alemán se convirtiera en el Papa Dámaso II (Noviembre-1048). De el fin de
Benedicto es imposible hablar con certeza. Algunos autores suponen que aun
vivía cuando San León IX murió, y que nunca cesó de luchar por reconquistar el
Papado. Lo más probable es lo que se sabe de acuerdo a la tradición conservada
por la Abadía de Grottaferrata, y narrada por el Abad Lucas, quien murió
alrededor del año 1085, y corroborado por una sepultura y otros monumentos
dentro de sus muros. Entre los escritos de Bartolomé su cuarto Abad (1065),
Lucas cuenta de un pontífice aun lleno de vida, arrepentido de sus pecados y
buscando a Bartolomé para que le ayudara a componer su desordenada vida. Con
los consejos del santo, Benedicto renunció definitivamente al pontificado y
murió haciendo penitencia en Grottaferrata. [ver "San Benedicto y
Grottaferrata" (Roma, 1895), una obra basada en la muy importante "De Sepulcro
Benedicti IX", por Dom Greg. Piacentini Roma, 1747).]
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