ESPIRITUALIDAD TEXTOS

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FE/ALIENACIÓN  ATEO/A-H

El hombre de fe siempre tiene una grave tentación al acecho: la de "espiritualizarse", "evadirse", marchar al Olimpo o al cielo, perdiendo, más o menos radicalmente, contacto con la tierra, con el suelo, con los hombres.

Hay religiones que incluso propician esta separación y ven, como camino de perfección, el que, alejando al hombre de sus compañeros, lo llevan hacia lo divino, donde lo instalan y lo salvan.

El cristianismo, si se entiende bien, impide radicalmente tal desviación; porque el camino que lleva a Dios pasa, necesaria y únicamente, por los hombres, porque el camino del servicio al prójimo es el único que puede presentar al hombre ante Dios. De no haber tal servicio, nunca habrá acceso a Dios; de no haber tal disponibilidad, no hay creyente. Quienes tienen la tarea de velar por la fe debieran aprender a medir obras, no palabras; y considerar "especialmente grave", no el cambio de unas palabras en una determinada formulación, sino el cambio de acciones; los ateos son los que no viven como hermanos.

DABAR 1983, 12