CONCLUSIONES.

1. En la introducción enunciábamos que el tema de la evangelización, de actualidad desde el Concilio Vaticano II, se había convertido últimamente en un tema clave dentro del quehacer pastoral y teológico de la Iglesia, y cómo a partir de 1983, el Santo Padre habla de nueva evangelización. Planteábamos entonces el estudio de la génesis y la descripción teológica del Cursillo de Cristiandad, en relación al tema de la evangelización, ya que el Movimiento de Cursillos de Cristiandad que se genera desde el primer Cursillo, se sitúa en la dimensión evangelizadora de la Iglesia.

2. La vida eclesial de la España de los años cuarenta tiene como característica básica general un intento de restauración religiosa a través de unas formas de religiosidad popular y otras de religiosidad personal. Entre las primeras destacan las misiones populares, la restauración de imágenes y fiestas tradicionales, las consagraciones a los corazones de Jesús y de María de diócesis y ciudades, y el paso de la Virgen Peregrina de Fátima. Las formas de religiosidad personal se pueden resumir en la Acción Católica y los Ejercicios Espirituales.

3. La diócesis de Mallorca participa de las características comunes al resto de España en los aspectos reseñados de religiosidad. En el ámbito de la juventud, no obstante, se percibe una gran vitalidad en cuanto a iniciativas, realizaciones,... Todas las actividades de apostolado que organiza el Consejo Diocesano de Jóvenes de Acción Católica en aquellos años se centran casi exclusivamente en la preparación de la peregrinación a Santiago, que había de celebrarse en agosto de 1948.

4. Como antecedentes históricos de los Cursillos de Cristiandad señalamos los Cursillos de Adelantados de Peregrinos, dirigidos por propagandistas del Consejo Superior, que tienen como frutos: la movilización apostólica de dirigentes, incorporación de nuevos jóvenes y la siembra de inquietud apostólica. A nivel diocesano se llevan a cabo los Cursillos de Jefes de Peregrinos, que tienen como fruto principal la captación del mensaje por parte de los alejados, y un gran entusiasmo y alegría en todos los participantes.

5. Como antecedentes ideológicos cabe señalar las líneas fundamentales del nervio ideológico, tal como lo indican los iniciadores: concepto triunfal del cristianismo, visión dinámica del apostolado militante, insatisfacción, conocimiento profundo del hombre, constatación de la insuficiencia de ciertos métodos y búsqueda de otros nuevos, convicción de la eficacia del encuentro con Cristo en orden a la conversión, esfuerzo por encontrar técnicas adecuadas y la convicción de que la solución era simple y universal.

6. El antecedente inmediato del nacimiento del Cursillo es la peregrinación a Santiago de Compostela en agosto de 1948. Durante la década de los cuarenta tiene lugar una intensa preparación, sobre todo espiritual. En este ambiente de preparación destacamos como eventos más sobresalientes: las Peregrinaciones locales, el Congreso de Lluch y las Asambleas Diocesanas. Por otra parte, como preparación ideológica son de resalar unos artículos -Etapas de un peregrinar- que Sebastián Gayà publica en la revista "Proa" y la pastoral que el Obispo Hervàs dedica a los jóvenes exhortándolos a que tomen parte en la peregrinación.

7. La peregrinación será el último hito previo al nacimiento del Cursillo. Especialmente significativo es el resumen que S. Gayà hace en los balcones del ayuntamiento cuando es empujado a hablar a la multitud enfervorizada a la vuelta de la peregrinación. Sus `palabras marcan la diferencia cronológica y de actitud. Han ido a peregrinar a Santiago. Han vuelto apóstoles que deben conquistar la juventud. Los editoriales del siguiente número de "Proa" y la X Asamblea Diocesana reflejan la proyección de futuro. Entre otras actividades, se programan Cursillos para el curso siguiente.

8. El primer Cursillo de Cristiandad tiene lugar del 7 al 10 de enero de 1949. Es el primero de los programados post-peregrinación. En principio se prepara en la línea de los anteriores, pero resulta un Cursillo nuevo y distinto. Juan Capó señala como vías de acceso a la novedad de este Cursillo el cambio pastoral que se había producido con el obispo Hervàs, la convergencia y colaboración de diferentes personas y el entusiasmo apostólico subsiguiente a la peregrinación de Santiago. Como novedad radical señala el cambio que adquieren los Cursillos a la luz de los Rollos místicos, que se centran en la doctrina de la gracia. A nuestro juicio, la principal novedad de este Cursillo respecto a los anteriores se centra en la finalidad. Ya no se trata de preparar la peregrinación, sino de continuar el espíritu apostólico vivido en ella y lanzarse a la conquista de los jóvenes para Cristo.

9. En cuanto a la paternidad del Cursillo y del Movimiento de Cursillos no es propio hablar de un fundador concreto. Se trata del fruto del trabajo, la ilusión y el esfuerzo esperanzado de un grupo de seglares y sacerdotes alentados por su obispo. Es fruto de la vitalidad de la Iglesia, de su dinamismo de comunión. Ellos han preferido la palabra iniciadores a la de fundadores. De entre el grupo cabe destacar a don Sebastián Gayà, consiliario del Consejo Diocesano de Jóvenes de acción Católica de Mallorca, donde se gesta y lleva a término la aventura. Destacar también a Eduardo Bonnín, presidente de dicho Consejo. En otro nivel, como pastor que bendecía y alentaba en todo momento los trabajos, el obispo Mons. Juan Hervàs.

10. Los Cursillos de Cristiandad aportan una novedad en la vida religiosa del momento en que nacen. Dicha novedad se puede concretar en:

- un concepto del cristianismo triunfal y esperanzado, frente al aburgesamiento conformista que reinaba.

- visión de la militancia apostólica no como superabundancia, sino como exigencia de vida, que constituye el fermento vivo operante de la Iglesia.

- la búsqueda de una personalización de la vivencia religiosa aplicada a la vida y al apostolado.

- la convicción de que los alejados podían tener una experiencia religiosa profunda si se les propiciaba el encuentro con Cristo a través de una proclamación kerigmática del mensaje. Ello los convertiría en apóstoles.

- la convicción de que la solución a los problemas del hombre era simple y universal, ya que apuntaba al núcleo personal.

11. En el último punto de la primera parte nos preguntábamos si realmente es éste un Movimiento evangelizador. Para responder, primero examinábamos su esencia, método y finalidad. Constatábamos que es un Movimiento de Iglesia que posibilita la vivencia y convivencia de lo fundamental cristiano creando núcleos de cristianos. El método tiene tres fases: Precursillo, Cursillo y Postcursillo. La finalidad es fermentar de evangelio los ambientes y ayudar a que cada persona descubra su vocación y se realice en ella.

12. En segundo lugar, definimos la evangelización y delimitamos sus contenidos basándonos en la exhortación apostólica Evangelii Nuntiandi. Recogemos también las aportaciones de dos teólogos, Casiano Floristán y Josep Maria Rovira Belloso, y concluimos que, efectivamente el Movimiento de Cursillos de Cristiandad es evangelizador ya que se ajusta a los elementos planteados y requeridos en la evangelización.

Este Movimiento, desde su reflexión interna, se sitúa como instrumento de la pastoral profética de la Iglesia, y dentro de ésta, de la pastoral kerigmática. Aporta un matiz específico al poner el acento en la evangelización de los ambientes. Se presenta como agente de la pastoral ambiental.

13. En la segunda parte del trabajo hemos realizado un análisis teológico de los contenidos del Cursillo partiendo de los materiales más antiguos que hemos podido encontrar. Primero hemos considerado los fundamentos doctrinales generales; después, los medios y la técnica; posteriormente, hemos procedido a la parte nuclear del trabajo, la descripción teológica del Cursillo, para acabar con una valoración crítica.

14. La obra de Mons. Hervàs CCIRC, que es la que presenta principalmente los fundamentos doctrinales generales, señala con toda claridad que no hay ninguna novedad en cuanto a la doctrina que se imparte en el Cursillo, y que la novedad está en el modo de enseñarla y en el orden en que se propone. La doctrina impartida se puede resumir en los siguientes puntos: Jesucristo, Cabeza del Cuerpo Místico; la Gracia, savia vital del Cuerpo Místico; el Espíritu Santo, alma del Cuerpo Místico, y la Iglesia y su sagrado Magisterio.

15. La eficacia del Cursillo estriba en la gracia de Dios, en la técnica empleada y en la colaboración personal. Reseñamos los principios generales de la técnica y de la metodología. El primero es la pedagogía del Cursillo. Su finalidad es crear un clima que facilite el encuentro con el Señor. Este clima se intenta por medio de la estructuración doctrinal, el contacto personal, el lenguaje empleado, un estilo incisivo y directo y, por último, un clima de sencillez, sinceridad, naturalidad y alegría.

16. En el Cursillo se viven las dimensiones kerigmática y testimonial de la Iglesia. Se proclama el mensaje, se da el testimonio de palabra y también se comunican testimonios de vida. Hechos de vida que acompañan, ilustran y confirman la palabra a nivel individual, de equipo y de comunidad. Con sencillez y naturalidad, con conciencia de que son dones de Dios.

17. Postulado básico del Cursillo es el respeto a la libertad de la persona. Existe la clara convicción de que no hay que recurrir a truculencias psicológicas para lograr su eficacia. Se conjuga el kerigma, la técnica, el método,... con el respeto a la libertad, que se considera algo sagrado.

18. Un principio peculiar del Cursillo es la heterogeneidad, es decir, la convivencia de la diversidad en la coincidencia fundamental del ser cristiano. En el equipo de dirigentes, en los asistentes y en los cauces de perseverancia. Diversidad de edad, sexo, condición social... en convivencia y en comunidad, que posibilita una mayor complementación, un mayor intercambio y un mayor enriquecimiento personal, además de hacer realidad la novedad de Cristo y de su Espíritu, que capacitan para la convivencia y fraternidad a personas diferentes que son capaces de llegar a una comunión de vida.

19. La oración es el medio principal en que se basa el Cursillo. Las comunidades rezan por el Cursillo. Y según avanza éste, sus miembros se convierten en una comunidad que ora. La Eucaristía es el centro de la vida del Cursillo. También tiene mucha importancia el sacramento de la Penitencia. La figura de María, aun no teniendo ningún Rollo o Meditación en exclusiva, será presentada como mediadora de todas las gracias.

20. Los elementos que configuran la estructura externa del Cursillo son los siguientes: el equipo de dirigentes, formado por sacerdotes y seglares; los cursillistas, como receptores principales; las Meditaciones y los Rollos; los actos de piedad; el lugar, la duración y el horario; la preparación espiritual y material; la Hoja de compromisos; la clausura, como último acto del Cursillo y expresión de vida comunitaria.

21. Como último principio general de la técnica considerábamos la interrelación que presentan entre sí los temas y elementos del Cursillo y su desarrollo a través de unas fases que lo acaban constituyendo en un conjunto armónico. La fase introductoria sitúa al cursillista en el Cursillo por medio de una acogida inicial y un retiro. La segunda fase o fase de proclamación plantea las principales ideas que servirán de fundamento y punto de partida para el desarrollo posterior. La tercera fase -desarrollo o crecimiento- es un desarrollo de la proclamación de la fase anterior, una aportación de elementos para hacer vida el ideal conocido, la vida que ha de crecer por Cristo en la Iglesia. La cuarta fase es la de la proyección en el mundo con el fin de vertebrar cristiandad o fermentar evangélicamente los ambientes.

22. El punto principal de la segunda parte consistía en la descripción teológica del Cursillo. Siempre se ha considerado el tema de la gracia como el eje ordenador de la síntesis doctrinal del Cursillo. Aquí nos hemos permitido articular el eje doctrinal en cuatro puntos: Jesucristo, la Gracia, la Iglesia y el Mundo. En ese eje hemos entroncado todos los Rollos y Meditaciones, precediéndolo de un pórtico antropológico.

23. El hombre es un ser racional y libre que debe organizar su vida de modo que crezca continuamente en libertad y en personalización. Es el ser superior de la creación por estar dotado de inteligencia, voluntad y libertad. Estas tres facultades le han de llevar a orientar su vida hacia un ideal. El ideal da sentido a la vida, la plenifica, de ahí la conveniencia de entregarse a un ideal lo más noble posible.

24. El Cursillo es profundamente cristocéntrico. Presenta un Cristo vivo y cercano. Lo presenta como Dios-Hombre, Verbo encarnado, perfecto Dios y Hombre, y desglosa la presentación en cinco apartados: naturaleza humana, completa y perfecta porque es hombre verdadero con el que puedo establecer una auténtica y profunda relación personal; corazón lleno de misericordia, en el que encuentra eco toda emoción humana; inteligencia, que penetra el interior; poder, que manifiesta en los milagros; carácter, con una armonía que va desde la firmeza a la bondad atrayente. Es el hombre perfecto que revela al ser humano su propio misterio.

25. Jesucristo redime, ofrece su vida y su amistad, y llama a colaborar en la extensión de esa vida. Salva y ofrece la posibilidad de colaborar en la salvación de otras personas, con un envío que ha de dar un fruto abundante y duradero. La iniciativa es siempre de Dios.

26. La doctrina de los sacramentos se expone girando en torno a la figura de Cristo. Nos resulta especialmente llamativo el planteamiento del sacramento del matrimonio como santificado, elevado y confirmado por la presencia de Cristo y como camino ordinario para la santidad, según el plan de Dios.

27. El Cursillo centra su proclamación en la doctrina de la gracia. Una novedad fundamental del mismo consistió precisamente en el sentido que adquirió a la luz de la doctrina de la gracia en un contexto vivencial. La lección sobre gracia habitual es el fundamento del Cursillo.

28. Se define la gracia como don sobrenatural, interior y permanente, que Dios nos concede para santificarnos, divinizarnos y hacernos familiares suyos. Toda la disertación sobre la gracia consistirá en el desarrollo de esta definición en los tres aspectos señalados -don sobrenatural, interior y permanente- y en los tres objetivos que se apuntan: santificar, divinizar y hacer familiares suyos.

29. La conclusión establece que esta nueva vida no consiste en actuar de una u otra forma, sino que consiste en ser. Ser hijo de Dios, hermano de Cristo y templo del Espíritu Santo. El actuar será consecuencia de este ser.

30. El Rollo sobre gracia actual destaca la necesidad absoluta de Cristo, destaca también el hecho de tener a disposición gracias actuales (auxilios sobrenaturales, interiores y transitorios con los que Dios ilumina el entendimiento y fortalece la voluntad), la sobrenaturalización de la vida cristiana que se puede obtener a través de ellas y la fuerza de la oración para alcanzarlas. Resalta asimismo la responsabilidad del cristiano que vive la gracia y las consecuencias de rechazarla. Al establecer la relación entre gracia habitual y actual señala que la primera nos da el ser mientras que la segunda nos otorga el obrar.

31. La vida de gracia se recibe, mantiene y acrecienta por los sacramentos. Éstos nos dan la gracia habitual, la gracia sacramental, y tres de ellos -Bautismo, Confirmación y Orden-, imprimen carácter.

El Bautismo inicia la vida cristiana. La Confirmación es el sacramento de la militancia de Cristo. La Penitencia restituye y acrecienta la vida perdida. La Extremaunción propicia la completa incorporación a Cristo. El Matrimonio da la gracia para cumplir los deberes de estado. La Eucaristía es el sacramento de la transformación en Cristo por amor.

32. Un contrapunto de aviso sobre las posibles dificultades es ofrecido por el Rollo que trata de los obstáculos a la vida de la gracia, es decir, del pecado. No se trata de desanimar, sino de prevenir a través de una visión de la vida de gracia desde el ángulo de su pérdida, pero siempre con un planteamiento positivo.

33. Para vivir en gracia orientando la existencia totalmente a Dios existen unos medios, unas prácticas que la conservan y fortalecen. Las principales que se ofrecen en el Cursillo son: ofrecimiento de obras, Meditación, Misa y comunión, visita al Santísimo, rosario, examen de conciencia y dirección espiritual.

La piedad del cursillista tiene como notas características: naturalidad, valentía, virilidad y alegría. Esta piedad no ha de ser individualista y cerrada, sino abierta al apostolado.

34. Además de la piedad, la vida cristiana se compone de estudio. El estudio centra la inteligencia, ayuda a descubrir el cristianismo auténtico, permite el conocimiento de sí mismo y de Dios. El estudio evita que la piedad caiga en sentimentalismos y superficialidades.

35. El tercer pilar de la vida cristiana es la acción. La acción apostólica es expresión y proyección de la vida de la gracia y se convierte así en la perfección de la piedad. Es necesaria en tres dimensiones: para sí mismo, para los demás y para la Iglesia. Requiere elementos, cualidades y métodos. Los elementos son: cabeza, voluntad, brazos y rodillas. Las cualidades: racionalidad, decisión, valentía, convencimiento, entusiasmo, constancia y que sea sobrenatural y apostólica. Los métodos son tres: hacer amigos, hacerse amigos y hacerlos amigos de Cristo.

36. La gracia no se ha de vivir individualmente, sino comunitariamente, en la Iglesia. La Iglesia es la sociedad que Cristo instituye para aplicar su redención, es Cristo en la historia. La solución de los males del mundo está en la Iglesia porque en ella está Cristo. Su tarea es transformar a las personas dándoles la gracia y transformar el mundo a través de los que viven en gracia. Lo primero corresponde a los sacerdotes y lo segundo a los seglares. Todos somos Iglesia y todos hemos de colaborar, cada uno en su función.

37. La misión propia del seglar es la consagración del mundo encarnando a Cristo en todas las circunstancias de la vida . Esta misión tiene como notas características: el ser de hombres, sobrenatural, apostólica y jerárquica. Todo miembro del Cuerpo Místico tiene una responsabilidad personal e intransferible. Todos somos responsables en la transformación del mundo y por lo mismo, todos hemos de ser dirigentes.

38. El dirigente ha de tener cualidades naturales entre las que se pueden destacar: el conocimiento de la realidad y del ideal, la disciplina, la simpatía, la iniciativa y la generosidad. Asimismo ha de poseer unas cualidades sobrenaturales que son: la fe viva, la humildad verdadera, la esperanza y la caridad.

39. La vida de gracia, compartida en Iglesia, no es un espejismo que dura tres días en un Cursillo, sino un proceso creciente y dinámico que se proyecta más allá del Cursillo. La perseverancia se fundamenta en el contacto con Cristo y con los hermanos. Con Cristo por la vida de gracia, que se intensifica a través de la oración y los sacramentos. Con los hermanos a través de la Reunión de Grupo, que abre horizontes de amistad y apostolado.

40. La perseverancia tiene tres dimensiones: lo que el cursillista ha de ser, lo que ha de tener y lo que ha de saber. Ha de ser cristiano, continuador de la obra de Cristo, testimonio suyo ante los hombres. Ha de tener un concepto claro de la realidad y de su ideal en orden a transformarla. Ha de saber que trabaja en Iglesia, colaborando con la jerarquía.

41. El medio principal de perseverancia es la Reunión de Grupo, que viene a ser el segundo momento de los Cursillos de Cristiandad. Es más que un simple medio de perseverancia. Es la circunstancia que posibilita la experiencia de convivencia amistosa y de comunión de vida. Como notas constitutivas tiene: regularidad, seriedad, sigilo y sinceridad.

42. Llegamos al cuarto punto del eje doctrinal del Cursillo, el mundo, considerado como humanidad, como conjunto de personas concretas que configuran los distintos ambientes. Ambiente es el conjunto de personas, ideas y circunstancias que concurren en un tiempo y un lugar determinados.

43. Para ganar los ambientes se requiere un plan de trabajo con tres frentes: uno mismo, los compañeros y el ambiente. Para la conquista de sí mismo se requiere voluntad, oración, inteligencia y corazón.

44. El frente de los compañeros se puede distribuir en: católicos que creen en Dios, aman a Dios y quieren hacer bien; católicos que creen en Dios, aman a Dios y quieren estar bien; católicos que creen en Dios, pero nada más; los que no creen porque ignoran a Dios; los que no creen porque odian a Dios. Para conquistar este segundo frente se requieren los mismos elementos que en el primero, pero a la inversa: apuntar al corazón, a la inteligencia y a la voluntad. Conquistados los tres, se entregarán a Dios.

45. La conquista del tercer frente se produce por el funcionamiento de los dos anteriores. Para transformar los ambientes hay que trabajar desde la Iglesia, desde una cristiandad en acción, es decir, grupos de cristianos que viven en gracia, que conviven y que propagan el Evangelio. No se puede trabajar individualmente. Esta convivencia tiene como finalidad mantener en la vida de gracia, impulsar en el peregrinar y potenciar el apostolado.

46. Una cristiandad en acción actúa a nivel individual, a nivel de grupo pequeño y a nivel de comunidad. La eficacia es incalculable ya que se trata de la fuerza de Cristo actuando a través de sus apóstoles. Por eso es lógico concebir el cristianismo desde la alegría y la esperanza.

47. La segunda parte termina con una valoración crítica de la teología del Cursillo en sus inicios, siguiendo el orden esquemático de la descripción teológica.

48. Sobre el punto primero -Jesucristo- valoramos como nota positiva general el cristocentrismo del Cursillo. En la misma línea, la presentación personalista de la figura de Jesucristo, el planteamiento de la vivencia religiosa desde la relación personal con él, su iniciativa en la llamada y en el envío y, por último, la presentación de una sacramentología marcadamente cristocéntrica.

En el lado negativo resaltamos un cierto reduccionismo en los esquemas, que se apoyan excesivamente en los manuales de teología neoescolástica al uso, y la ausencia del tratamiento de aspectos cristológicos como el Reino, las Bienaventuranzas, etc.

49. En el tema de la gracia, la gran aportación consiste en presentar la religión, la fe, ...ante todo como vida. Los sacramentos se entroncan con la gracia desde la vida: son encuentros con Dios, cauces de gracia. Esta vida de gracia orienta toda la existencia hacia Dios, integrando las dimensiones de piedad, estudio y acción. Esta vida de gracia no consiste en actuar de una u otra manera, sino que ante todo consiste en ser. El pecado sería bloquear esta vida.

Como aspectos negativos en este punto destacábamos que los esquemas de gracia y sacramentos vuelven a ser deudores en exceso de los manuales neoescolásticos, con el peligro del exceso de distinciones y la ausencia de una visión más bíblica, existencial y personalista de la relación con Dios. Exceso de prácticas de piedad, y preocupación excesiva de que los asistentes entraran en los plazos previstos.

50. Sobre el punto que trata de la Iglesia hay que subrayar positivamente el crecimiento en la conciencia de ser Iglesia que se da en el laicado. De ser miembros vivos y operantes, considerando el apostolado como exigencia de vida cristiana. Se asume la eclesiología de la Mystici Corporis y se difunde, colaborando a propiciar el paso de una concepción jurídica de la Iglesia a otra teológica. Se propone una tarea de recristianización de la sociedad apuntando a lo esencial. Se posibilita un medio de perseverancia: la Reunión de Grupo. Se vive gozosamente la heterogeneidad como característica comunitaria.

Solamente dos detalles negativos encontrábamos en la valoración sobre la doctrina de la Iglesia: que la eclesiología queda en la práctica exclusivamente centrada en la concepción del Cuerpo Místico de Cristo, y la paradoja de que con la eclesiología anterior convive otra de corte jerárquico y jurídico.

51. El último punto, que trata sobre el mundo, es el que presenta menos consistencia doctrinal. Positivamente es de destacar la consideración de la misión del seglar como consagración del mundo. También la consideración del mundo no como enemigo del alma, sino como humanidad creada por Dios y llamada a la salvación. No se trata de alejarse de él, sino de recristianizarlo.

Hay que presentar al mundo unas verdades desde la vida y con talante esperanzado. La vocación personal se realiza en el mundo, y la conversión del mundo está en relación con la conversión personal. Se trata de proyectar a los apóstoles hacia el mundo. La realidad se mueve por ambientes más que por las estructuras que siempre se han considerado (clases sociales, culturales, etc.).

En el balance negativo, destacábamos cómo la presentación del cristianismo que se hace suena a cosmovisión un tanto cerrada. Ello es consecuencia de la teología convencional y escolar, al uso en España en aquellos años. También anotábamos en la descripción de ambientes la falta de profundización en las causas.