La formación pedagógica del catequista
Metodología para la Catequesis 2a. parte

No hay que oponer una catequesis que arranque de la vida a una catequesis
tradicional, doctrinal y sistemática. La auténtica catequesis es siempre una
iniciación ordenada y sistemática a la Revelación que Dios mismo ha hecho al
hombre, en Jesucristo, Revelación conservada en la memoria profunda de la
Iglesia y en las Sagradas Escrituras y comunicada constantemente, mediante una
Tradición viva y activa, de generación en generación".

(Catechesi Tradendae # 22, Juan Pablo II).

Sabemos que cualquier curso que demos ha de tener un método adecuado asi que que en esta segunda parte veremos la diversidad de metodos y la relación método-contendio en la catequesis.

La realidad religiosa de nuestra sociedad: su alejamiento, su actitud frente a
la Iglesia, su jerarquía de valores, sus preguntas y dudas, su búsqueda del
Señor todopoderoso requiere de catequistas que usen una metodología que responda
a las necesidades específicas de nuestro país. Hoy más que nunca es fundamental
transmitir el Evangelio, la Buena Nueva de Dios, a todos los hombres y mujeres,
niños y jóvenes que suscite en ellos, un deseo de conversión y de adhesión plena
a Dios y a su Iglesia.

Ya aprendimos que un método sin contenido es algo que no sirve de nada. Por
ello, ahora vamos a aprender la relación contenido - método en la catequesis.

Cuando decidimos escoger un método para dar nuestro catecismo, podemos enfrentar
el riesgo de poner demasiada atención en el método y olvidar lo que realmente es
importante: el mensaje.

Si queremos ser muy fieles a nuestra misión, no debemos olvidar que hacemos todo
por amor a Dios y con la ayuda de Dios.

El principio de la "fidelidad a Dios y fidelidad al hombre" lleva a evitar toda
contradicción, o separación entre método y contenido, afirma más bien su
necesaria dependencia y ayuda.

El catequista reconoce que el método está al servicio de la revelación y de la
conversión, y por eso ha de servirse de él.

Por otra parte, el catequista sabe que el contenido de la catequesis no es
indiferente a cualquier método, sino que exige un proceso de transmisión
adecuado a la naturaleza del mensaje, a sus fuentes y lenguajes, a las
circunstancias concretas de la Comunidad, a la condición de cada uno de los
fieles a los que se dirige la catequesis.

Un buen método de catequesis es garantía de fidelidad al contenido.

La comunicación de la fe en la catequesis es un acontecimiento de gracia,
realizado por el encuentro de la Palabra de Dios con la experiencia de la
persona, que se expresa a través de signos sensibles y finalmente abre al
misterio. Puede acontecer por diversas vías que no siempre conocemos del todo.

Ejemplos de métodos

1)Método deductivo, inicia de las verdades y principios más generales para
aterrizar en las aplicaciones más inmediatas. Este método es más expositivo. Por lo tanto, utiliza principalmente la palabra, sea hablada o escrita. Las
aplicaciones más comunes son:
-El catequista debe decir al inicio, sobre qué tema va a hacer su exposición,
para que todos los asistentes concentren su atención en el punto a tratar; las
conferencias o pláticas deben iniciarse explicando una verdad muy fundamental,
sobre la que se construirá toda la exposición; las exposiciones deben estar muy
cargadas de emotividad, etc.

2) Método inductivo, parte de las cosas concretas e inmediatas para llegar a las
más generales o elevadas. Este método aplica el principio catequético de que la
mejor catequesis es la que relaciona el contenido de la fe con la experiencia
del destinatario. El método inductivo consiste en la presentación de hechos
(acontecimientos bíblicos, actos litúrgicos, hechos de la vida de la Iglesia y
de la vida cotidiana...) a fin de descubrir en ellos el significado que pueden
tener en la Revelación divina.

El método inductivo no excluye, más bien exige el método deductivo, que explica
y describe los hechos procediendo desde sus causas. Pero la síntesis deductiva
tendrá pleno valor sólo cuando se ha hecho el proceso inductivo. Nuestras
sugerencias son:
-Como el método inductivo es una búsqueda, no conviene decir qué tema va a
tratarse en la sesión de catequesis; es muy útil narrar varios hechos de la
actualidad que hacen resaltar el tema y los objetivos que desean tratarse; es
útil narrar una anécdota, tanto para iniciar como para avanzar en el tema, etc.

3)Método activo, es un proceso de descubrimiento en donde el destinatario busca
la solución con la ayuda del catequista. En este método, el catequista dedica su
mayor esfuerzo en hacer trabajar a los destinatarios. Se sugiere lo siguiente:
- Un recurso de gran utilidad es el uso de preguntas y respuestas; con un
esquema claro y básico (no más de tres o cuatro ideas), el catequista busca una
o varias preguntas para cada punto del esquema; una vez que ha sido definido el
esquema, se hace que el alumno dude, no se pretende introducir dudas en el
corazón del alumno, sino de provocar que busque el fundamento de lo que expresa;
se debe tener también presente que este sistema alcanza su máxima eficacia
cuando la pregunta es muy rica en aspectos y puntos del tema de la sesión.

4)Método audiovisual, es la combinación de sonido y de imagen en variados modos.
Ejemplos de audiovisuales son una película, un sonorama, la explicación dada
ante una estatua, la discusión sobre un anuncio de periódico, etc.

Sugerimos para su mejor uso, lo siguiente:
-Un audiovisual en diapositivas no puede durar más de veinte minutos, salvo
cuando es de una categoría excepcional; una diapositiva proyectada en televisión
pierde toda su eficacia; debe preferirse la audición más fuerte que débil, para
que atraiga toda la atención de los destinatarios; el final de una proyección o
audición es muy importante, debe ser en silencio y muy a tiempo; es muy
importante que todos los elementos técnicos se hayan probado antes de la entrada
de los alumnos en el local de la presentación. Sobre todo el volumen de
audición.

5)Método experiencial. La experiencia ejerce diversas funciones en la
catequesis, a la luz de las cuales la existencia misma debe ser siempre
debidamente valorada. El método experiencial busca educar la fe apoyándose en
las experiencias del destinatario, sea las pasadas o provocando una presente.

Variaciones de este método son:
a.- La entrevista, que consiste en invitar a una persona con mucha preparación,
de gran testimonio de vida, para preguntarle ante los alumnos sobre el tema en
cuestión.
b.- El recurso a la experiencia, que ayuda a reforzar el impacto de un tema o
para hacer entrar a los destinatarios muy personalmente en una sesión.
c.- La vivencia, que consiste en unir la explicación con la vivencia, al
experimentar directamente algunas cosas, reforzamos la memorización y el impacto
emocional.

El uso adecuado de la experiencia personal del catecúmeno traerá los siguientes
beneficios:
a) Hacer que nazcan en el hombre intereses, interrogantes, esperanzas e
inquietudes, reflexiones y juicios, que se unen en un cierto deseo de
transformar la existencia. Es tarea de la catequesis procurar que las personas
estén atentas a sus experiencias más importantes, ayudarlas a juzgar a la luz
del Evangelio las preguntas y necesidades que de estas experiencias brotan,
educar al hombre a vivir la vida de un modo nuevo. De esta forma la persona será
capaz de comportarse de modo activo y responsable ante el don de Dios.

b) La experiencia ayuda a hacer inteligible el mensaje cristiano. Esto se ajusta
al modo de obrar de Jesús, que se sirvió de experiencias y situaciones humanas
para anunciar realidades sobrenaturales y divinas e indicar a la vez la actitud
ante ellas. En este aspecto, la experiencia es mediación necesaria para explorar
y asimilar las verdades que constituyen el contenido objetivo de la Revelación.

c) Estas funciones indican que la experiencia asumida por la fe viene a ser en
cierto modo ámbito en el que se manifiesta y realiza la salvación, en la que
Dios, de acuerdo con la pedagogía de la encarnación, se acerca al hombre con su
gracia y lo salva. El catequista debe ayudar a la persona a leer de este modo lo
que está viviendo, para descubrir la invitación del Espíritu Santo a la
conversión, al compromiso, a la esperanza, y así descubrir cada vez más el
proyecto de Dios en su propia vida.

La iluminación y la interpretación de la experiencia a la luz de la fe se
convierte en una tarea permanente de la enseñanza catequética, no exenta de
dificultades, pero que no puede descuidarse, sin el riesgo de caer en
contradicciones o en comprensiones reduccionistas de la verdad.

Esta tarea hace posible una correcta aplicación del mutuo enriquecimiento entre
las experiencias humanas profundas y el mensaje revelado. Lo testifican
ampliamente el anuncio de los profetas, la predicación de Cristo y las
enseñanzas de los apóstoles, que por eso constituyen el criterio y la norma para
todo encuentro entre fe y experiencia humana en el tiempo de la Iglesia.

Lo más importante en nuestra misión es lograr que la gente acepta y viva en la
Voluntad de Dios. Debemos recordar siempre que el primer interesado en nuestra
labor es Dios, porque Suya es siempre toda iniciativa. Vamos a estar muy
atentos, como catequistas, a nuestra vida de oración, a nuestro testimonio y a
encomendar desde el fondo de nuestro corazón cada trabajo que hagamos a Dios. Si
somos buenos catequistas, no nos vamos a dar a nosotros mismos, vamos a dar a
Dios.