PONENCIAS-REFLEXIONES SOBRE EL COMPROMISO SOCIO-POLÍTICO
DE LOS CRISTIANOS 
(Mediación evangelizadora)


José Ignacio CALLEJA 
Facultad de Teología de Vitoria 


SUMARIO 

Creo que, a estas alturas de 1996, el tema del compromiso 
socio-político de los cristianos disfruta de notable claridad en todos 
los planos teóricos (1):

I. El plano de la justificación teológica.
II. El plano de la justificación racional en una sociedad laica.
III. El plano de los conceptos. "Política" en sentido amplio y en 
sentido restringido. "Compromiso" como práctica de liberación.
IV. El plano de los niveles o estratos implicados en el compromiso 
socio-político: cultural, ético, material y político y pro-ético o 
místico.
V. El plano del cometido peculiar de la Fe ante las mediaciones 
políticas concretas, partidistas y plurales.
VI. El problema de la identidad liberadora de las mediaciones 
sociales del compromiso socio-político de los cristianos. 
VII. Ante el pluralismo de acciones específicas, algunas actitudes 
pastorales y políticas.
Resta el compromiso efectivo de los cristianos concretos y sus 
virtualidades para la regeneración de la fe personal y para la 
regeneración de la Iglesia, en sus Comunidades y Parroquias, y en 
sus presencias institucionales.

Me ocuparé, de inmediato, en la presentación del tema, bajo el 
prisma de mi experiencia y reflexión personales, llevados a cabo en 
Vitoria-Gasteiz, durante los últimos años.

I.- EL PLANO DE LA JUSTIFICACIÓN TEOLÓGICA. 
Reflexionamos sobre uno de los aspectos más teóricos de "lo 
social", pero sin olvidar que, muchas veces, la mejor práctica es una 
buena teoría. Nos interesa, además, lo que pueda quedar, en 
nuestros planteamientos pastorales más cotidianos, del viejo 
dualismo "naturaleza y gracia", "historia de la liberación e historia de 
la salvación".

Me limito a sugerir los itinerarios más habituales en la 
fundamentación teológica del compromiso sociopolítico de los 
cristianos:

1.1. Argumentos provenientes de una recta o sana comprensión 
de la Salvación de Dios en Jesucristo o SOTERIOLOGIA: La misma 
y única historia universal de salvación asumida por Dios en Cristo.

1.2. Argumentos provenientes desde la CRISTOLOGIA: La vida 
cristiana como seguimiento de Jesucristo o cristificación.

1.3. Argumentos provenientes desde la ECLESIOLOGIA: 
Sacramento de salvación en el mundo de su tiempo.

1.4. Argumentos provenientes desde la ANTROPOLOGIA 
(teológica): El hombre, un ser personal, "constitutivamente social", a 
imagen de su Creador-Trinidad.


II.- EL PLANO DE LA JUSTIFICACIÓN RACIONAL EN UNA 
SOCIEDAD LAICA. 
Me limito a sugerir los itinerarios más habituales en la 
fundamentación racional del compromiso sociopolítico de los 
cristianos:

* Una concepción general de todo lo existente, del ser humano y 
del saber sobre ambos, que se caracteriza por su naturaleza abierta 
a la posibilidad de la Trascendencia, por la evidente 
multidimensionalidad o complejidad de lo real y por la unicidad que 
impone la presencia impregnante del hombre en todos los planos 
de la realidad.

*El conocimiento moral y religioso aparece como aproximaciones 
legítimas a la realidad social, para conocer planos de ultimidad en la 
misma y única realidad humana. Todos los saberes, ejerciendo su 
legítima autonomía, concurren, interdisciplinarinterdisciplinarmente, 
al desvelamiento transformador de la misma y única realidad 
histórica.

* El ser humano, a la luz de la antropología (cristiana), se nos 
impone como un ser que no tiene precio, sino dignidad. Un ser 
constitutivamente social y, esencialmente, libre en esta dimensión 
de su vida: lo social. Por tanto, un ser moral o inmoral en la vida 
social.

Al referirnos a los cristianos, la Fe tiene su primera concreción en 
esta antropología, que constituye, a la par, la referencia o el 
horizonte de la moral social cristiana y del compromiso sociopolítico 
de los creyentes.


III.- EL PLANO DE LOS CONCEPTOS IMPLICADOS EN 
"COMPROMISO SOCIO-POLÍTICO"
* Tres significados habituales de la palabra "política":

- Política en cuanto estrategia: "La política de nombramientos en 
la Iglesia..."

- Política ("lo social"): Incluye todas las variadas relaciones que, 
no siendo estrictamente privadas, son propias de nuestra condición 
de ciudadanos en la POLIS. Pueden ser interpersonales, 
institucionales y estructurales, con todas las mediaciones sociales 
imaginables.

- Política, en sentido restringido o estricto, en cuanto actividad 
humana orientada a la conquista y ejercicio del poder soberano del 
Estado en la Comunidad Política. Su mediación habitual son los 
Partidos Políticos y el Voto.

* La consideración ético-cristiana de la política pretenderá que la 
CARIDAD, por medio de la JUSTICIA, la SOLIDARIDAD y los 
DERECHOS HUMANOS, impregne todas las formas de acción 
política, sin olvido de su naturaleza y autonomía propias.

* La política, en sentido general, ("lo social") pretenderá que la 
Caridad por la Justicia impregne todas las relaciones humanas que 
hacen de una sociedad, una ciudad de ciudadanos 
interdependientes:

- Interpersonales o de vecindad (2).

- Institucionales: Iglesia, Hospital, Banco, Escuela, Asociaciones 
Varias, Trabajo, etc.

- Estructurales: Vivimos insertos en unas estructuras de 
producción y distribución, estructuras políticas y jurídicas, 
comerciales y financieras, culturales y docentes, etc.

* La política, en sentido estricto o restringido, pretenderá que la 
Caridad por la Justicia impregne el voto y la acción organizada 
(partidos) para conquistar o ejercer el poder político (soberano) en 
la comunidad política (ESTADO). Este poder, en la forma del Estado 
(democrático/DH) de Derecho, se articula en tres mediaciones ya 
clásicas: legislativo, ejecutivo y judicial. (En el presente habla del 
cuarto podar para referirse a los "media". Por su parte, una 
estructura Incontenible de poder son hoy los "mercados 
financieros", hasta el punto de que algunas teóricas cuestionan la 
naturaleza democrática de las actuales sociedades capitalistas).

+ Luego, ¿de qué hablamos cuando hablamos de compromiso 
sociopolítico de los cristianos?

De todas las formas de implicación, personal o asociada, para 
que la Caridad, por la Justicia, impregne las acciones que se dan en 
la Política, bajo ambos significados, estricto o amplio, sin merma 
para la autonomía propia de su objeto.

Así, el compromiso sociopolítico puede ser genérico, cuando 
acontece en la política en sentido amplio ("lo social"), a través de 
Asociaciones, ONGS, Grupos de Profesionales, Iglesias, "Media", 
Sindicatos, etc.

Y puede ser estricto, cuando acontece en la política en sentido 
restringido, a través de la Militancia, el Voto y la Huelga Política.

* ¿Por qué decimos "compromiso" y no, a secas, acción 
sociopolítica?

Porque la entendemos como una acción humana pensada con el 
propósito de llevar a cabo:

- Una transformación liberadora, es decir, bajo el primado de la 
Justicia. - De las personas y de las diversas estructuras sociales. - 
En orden al Bien Común de TODOS los ciudadanos en la POLIS.

* ¿Incumbe a todos los cristianos (y ciudadanos)?

Cuando nos referimos a los cristianos, se suelen dar estas 
situaciones:

- Los que aprecian la Iglesia, sobre todo, como comunidad 
litúrgica y martirial, que celebra y testimonia la Fe.

- Los que aprecian la Iglesia, sobre todo, como comunidad 
litúrgica, martirial y diacónica (primacía de la Caridad en la 
Comunidad).

- Los que aprecian la "Diakonía", sobre todo, fuera de la Iglesia, 
en la laicidad, sea con otros cristianos, sea con otros ciudadanos.

Estos afectos personales, cuando nacen desde verdaderas 
sensibilidades y carismas cristianos, son legítimos en su pluralidad, 
pero ello no obsta para que digamos al mismo tiempo:

a) Todos los cristianos, TODOS, estamos en la vida social, o vida 
política en sentido amplio, desde una opción de signo popular, es 
decir, desde los débiles y pobres, guardando la debida coherencia 
en todos los planos o estratos de nuestro compromiso sociopolítico, 
con especial cuidado en dos niveles concretos, el voto y la lectura 
estructural de los problemas. Esta coherencia nos librará de las 
estrategias de disculpa como "yo no sé", "yo no puedo", "yo no soy 
culpable".

Sólo desde esta interpretación, "los pobres y las estructuras 
generadoras de pobrezas", se gana la condición de ciudadanos con 
la debida talla moral en los compromisos sociopolíticos, genéricos o 
estrictos. Sólo en esta clave, superaremos un tipo de compromiso 
sociopolítico, reacio a las mediaciones políticas más clásicas y 
mucho más favorable a un "altruismo indoloro" (LIPOVETSKY) o 
"egoísmo inteligente" (SAVATER) o "solidaridad sin obligaciones" 
(GARCIA ROCA) o, como me gusta decir, "solidaridad calculada".

El precio que pagamos, en caso de olvido para este criterio, es la 
incapacidad para politizar la acción social de caridad, para 
comprenderla estructuralmente y para ensayar alternativas al orden 
establecido.

A menudo, cuando no nos abrevemos a ser militantes de la 
política, elegimos ser voluntarios de la solidaridad calculada, sin los 
compromisos de una "justicia debida" (3). Su resultado social, que 
se malogra casi toda capacidad transformadora: ensayamos la 
constitución de "islas de humanidad", pero rehuimos crear "zonas 
liberadas, donde pueda emerger lo inédito viable".

b) Muchos cristianos, con algunos compromisos concretos, sean 
ocasionales (0.7% y más), sean estables (Asociaciones, ONGs, 
Nuevos Movimientos Sociales, Sindicatos, etc).

c) Muchos cristianos, con unos compromisos políticos 
desplegados en mediaciones estrictamente políticas y estables 
(Partidos políticos y, sus homólogos, los Sindicatos).


IV.- EL PLANO DE LOS NIVELES O ESTRATOS IMPLICADOS EN 
EL COMPROMISO SOCIO-POLÍTICO: CULTURAL, ÉTICO, 
MATERIAL Y POLÍTICO Y PRE-ÉTICO O MÍSTICO. 
A mi juicio, la solidaridad, alma del compromiso sociopolítico, 
presenta varios niveles o estratos, que son otras tantas 
posibilidades reales para el compromiso sociopolítico de los 
cristianos:

* El nivel cultural del compromiso socio-político: ¿Qué modelo 
global de sociedad nos cautiva?, ¿qué aspiraciones sobre la 
civilización humana nos movilizan? ¿que UTOPIA SOCIAL nos 
estimula?

* El nivel ético del compromiso socio-político: ¿Desde qué 
valores, normas y grupos sociales miramos, vemos y escogemos?.

* El nivel material y político del compromiso socio-político: ¿A qué 
modo material de vida aspiramos y qué voluntad política tenemos 
de cambiar el mundo?.

* El nivel místico y utópico del compromiso: ¿Qué es lo que nos 
conmueve en lo más profundo de nuestro corazón? ¿Qué nos 
sostiene?

Si queremos explicarlos mejor, diremos:

1) Uno es el nivel cosmovisional: Modelo global de Sociedad, de 
Civilización y hasta de UTOPIA SOCIAL que nos identifica y 
moviliza.

Aunque el capitalismo huya hacia adelante, son demasiados los 
datos que ponen en cuestión la visión global de la realidad sobre la 
que hemos construido la sociedad industrial y el "Orden 
Internacional". El horizonte se llena de preguntas sobre el tipo de 
consumo, el desarrollo sostenible, el Orden Mundial, el futuro del 
trabajo productivo, la interdependencia del Planeta... las situaciones 
de extrema desigualdad conocida y televisada. No hay disculpa, no 
hay ignorancia, no hay ingenuidad.

2) Otra más es el nivel ético o moral. Lo que debemos hacer en 
solidaridad, (VALORES Y NORMAS), lo entendemos a partir del 
lugar desde donde miramos, vemos y escogemos. Las virtudes 
públicas en el compromiso socio-político, en primer lugar, son un 
punto de vista atinado para leer los problemas sociales y las 
soluciones escogidas. (Significado formal de la solidaridad 
política).

Sólo quiero decir que, en la historia, siempre hay que escoger 
entre fines y medios alternativos, considerados en un solo conjunto 
unitario, y decidir en su conflicto. Para ello es preciso moralizar la 
elección en función de unos valores. El primero de esos valores 
tiene una dimensión formal y se refiere a leer esos fines 
concurrentes, propios y ajenos, no desde un punto de vista 
imparcial, imposible, sino desde el lugar más honesto con lo real por 
más abarcador: La perspectiva de los peor situados es el punto de 
vista atinado para ver lo más posible. Sólo ellos pueden decirnos 
cuando la justicia alcanza a todos (Jirafas y ovejas):

- Desde ellos se puede decir que tratar igual a personas en 
situaciones desiguales es tratarlos desigualmente.

- Luego, en estos casos, que son casi todos, un reparto justo es 
guardar el criterio de la proporcionalidad en los esfuerzos, según 
las posibilidades.

3) Hay otro tercer nivel que es material y político. Nosotros 
podemos saberlo todo sobre la solidaridad y las otras virtudes 
políticas, sobre el compromiso socio-político, pero finalmente 
debemos concretar su significado real/material, el modo material de 
vida al que aspiramos, y tener voluntad política o querer llevarla a la 
práctica.

* Material, es decir, en el Norte y en el Sur, la solidaridad y la 
justicia, materialmente hablando, tienen una realización costosa, 
cara y exigente, que significa, por ejemplo:

- Un modelo de desarrollo adecuado o calculado para que sea 
desarrollo del planeta o de TODOS.

- Un modo de vida, de consumo y de necesidades a satisfacer, 
necesariamente revisado, a la luz de ese TODOS.

- La solidaridad, la educación en el compromiso socio-político, 
siempre traerá problemas reales, económicos, al país que la 
practica, a familias y a sectores sociales del mismo, a los que, en su 
caso, habrá que compensar y que ayudar. Son los sacrificios 
inevitables de nuestra sociedad, que deriven de las contradicciones 
entre intereses de grupos de productores en el Norte y en el Sur.

* Política, porque todo esto, lo decía desde el comienzo, requiere 
voluntad política de los ciudadanos del Norte y, en su medida, de 
los ciudadanos del Sur, para ignorar o conocer, apoyar u omitir, la 
posibilidad de otra sociedad, organizada desde otros supuestos. La 
razón es muy clara:

Las propuestas técnicas tienen su condición en una cultura 
política distinta, que se inspira en una relación de valores también 
diversa. Su condición política es una sociedad civil volcada a la 
presión por un modo de vida alternativo. En los grupos sociales 
emergentes, esa sociedad civil puede alimentar otro correlación de 
fuerzas políticas. He aquí el lugar propio delas minorías 
emergentes, buscando convencer a las mayorías políticas del Norte 
(4).

4) El cuarto nivel es pro-ético o místico. La movilización 
económica, sobre la base de una movilización ética (deber), se 
apoya en una movilización política, (querer), que se sostiene en 
fondos muy profundos, como la confianza y la apuesta por una 
civilización alternativa. Más todavía, se remite a las actitudes 
misericordiosas y compasivas, que tienen más que ver con la 
convicción religiosa o místicas análogas (espiritualidad), que no con 
los razonamientos abstractos en política o en educación.

Es en el cimiento preético donde puede asentarse una opción 
para responder esta pregunta, ¿por qué perseverar en la dificultad 
y en el éxito? y ¿por qué ser morales en la memoria de la historia y 
de sus víctimas, frente a la tentación de olvidar y de encerrarse en 
el cinismo?

V.- EL PLANO DEL COMETIDO PECULIAR DE LA FE ANTE LAS 
MEDIACIONES POLÍTICAS CONCRETAS, PARTIDISTAS Y 
PLURALES (5).
Una actitud de fondo ha recorrido la aproximación de los 
cristianos a la política:

"No tengo más que un alma que salvar, de la inicua política la 
debo preservar".

Tras las reflexiones precedentes, es obvio que ese planteamiento 
nos ha de parecer inaceptable. Por lo tanto, siendo la política una 
dimensión connatural al ser humano y a su convivencia social, 
mejor que nos ocupemos del significado práctico de La fe en estas 
mediaciones de la POLIS:

a) El cristianismo no es una solución técnico-política, ni escoge 
una ajena como la propia y la bautiza, sino que acepta un legítimo 
pluralismo de soluciones técnicas y políticas. Este rasgo es una 
constante compartida por toda la Teología y por el Magisterio Social 
de la Iglesia (6).

b) La fe, por tanto, no es el fundamento inmediato de una política 
determinada, sino que ella se plasma a través de:

- Una Iglesia o comunidad de fe, conciencia crítico-profética de 
todas las opciones.

- Unas comunidades que, en supuestos extremos, toman postura 
común ante los derechos humanos pisoteados, tolerando en 
diálogo a las minorías que no acepten el discernimiento común.

- Unos cristianos, diversamente unidos en política con otros 
ciudadanos, no por la religión, sino por unas convicciones políticas 
compartidas, bajo su propia responsabilidad.

La comunidad ofrecerá a estos cristianos un ámbito de 
celebración de la Fe y de contraste ético de los discernimientos 
políticos (7).

c) Las mediaciones concretas de la fe en la política, las opciones 
partidistas, siendo necesarias, son plurales e históricas, 
dependiendo de:

- De la naturaleza (relativamente) autónoma del objeto, "la 
política", con respecto a la Fe Religiosa.

- Conocido mediante un análisis de realidad "científico y 
experiencial", del que no cabe decir, por la naturaleza de su objeto, 
que "éste es el análisis cristiano, éste es el modelo de sociedad 
cristiano". ( Cfr., OA 42).

- Reconociendo que el análisis social opera siempre bajo el influjo 
de unas opciones ético-políticas o aspiraciones de cambio y 
conservación, según una cosmovisión que nos identifica. Por tanto, 
la gran diferencia estará en la criticidad con que

hacemos balance de esta pro-comprensión ideológica y, en el 
caso de los cristianos, del protagonismo del pobre como criterio 
ético-político privilegiado.

- Interpretación de los datos a la luz de la experiencia personal de 
creencia o increencia.

- Actitudes éticas e imaginación política en el compromiso 
cotidiano (8).

d) El reto y peligro procede, ahora, del llamado legítimo 
pluralismo político de los cristianos, que no puede ser 
indiscriminado, sino anclado en unos mínimos morales, a partir de 
una fe común:

- En la base de todo, el Evangelio como buena noticia de 
liberación para todos los hombres y mujeres, a partir de los más 
pobres, excluidos, sin derechos, pequeños y pecadores.

- En su horizonte, una antropología, cuyos valores conforman una 
jerarquía ontológica e histórica del siguiente tenor:

* La igualdad sustancial entre los hombres, nos llama a realizarla 
en fraternidad universal.

* A partir de la predilección por los pobres, los pequeños y 
marginados o "el prójimo más necesitado".

* Con predilección por la no-violencia, como medio de lucha que 
exige coraje singular, y que afecta, sobre todo, a la violencia del 
que tiene poder político (9).

* Bajo el signo de la participación democrática y de la 
humanización de los objetivos económicos.

e) En su objetivo, bajo la primacía ética de servicio desinteresado 
a favor de los más débiles y oprimidos, el marco global de una 
alternativa que aspire a superar la deshumanización y asimetría 
reinantes (10)

f) En el seno de este horizonte antropológico se dará nuestra 
elección de mediaciones socio-políticas concretas o, en su versión 
más simple, de grupo político propio. Esta elección supone la 
necesaria libertad de las comunidades locales en su discernimiento 
ético-social (OA 4) y, a la postre, del cristiano particular en su 
opción política personal.

g) Esta decisión política del cristiano se concretará en una opción 
peculiar, fuente de un pluralismo inevitable en la comunidad, y 
ejercicio de un sano relativismo histórico entre lo deseable y lo 
posible, entre la convicción y la responsabilidad.

h) Una vez escogida la opción política peculiar y personal, cabe 
decir que la fe no nos permite ceder en ninguno de sus cometidos 
políticos, es decir, su cometido o función critico-profético y el 
cometido o función crítico-utópico. No vale, por tanto, considerar 
que la política es independiente de la moral, una vez superada la 
fase de elección individual de un grupo.

Este cometido político de la fe se ejercita, por tanto, de varias 
maneras y en diversas dimensiones:

* La primera de las maneras es de palabra y se concreta en 
varias funciones de crítica y de anuncio, de utopía y de 
colaboración práctica, de protesta ética y de propuesta solidaria.

* La segunda manera de ejercitar el cometido político de la fe es 
1a acción y se concreta en una tarea:

- Actuar políticamente, en respeto de los postulados 
antropológico-sociales de la Tradición Cristiana, optando por las 
soluciones técnicas plurales, junto a otros ciudadanos que realicen 
las mismas opciones partidistas.

- Este paso de la fe a la política concreta, sabemos que requiere 
de mediaciones intermedias, con los detalles que suelen referirse al 
efecto:

Política

Fe... Antropología... Ética... Análisis de realidad y lectura 
creyente...

i) La competencia a nivel de la acción, en cuanto compromiso 
social o político, alcanza a todos los cristianos. Todos los 
bautizados estamos emplazados a tomarlo en serio, porque la 
distinción de funciones ministeriales es posterior a aquella 
obligación de caridad (política).

La asignación del compromiso social a los laicos puede ser, 
según su interpretación, sectaria y cómoda para los sacerdotes y 
religiosos/as (11). Refleja la tendencia general a una rígida división 
del compromiso, asignando a los laicos las tareas de compromiso 
efectivo y reservando para el clero la enseñanza e iluminación.

Sin dejar de reconocer matices distintos en el compromiso, la 
salida reduce, de hecho, a casi nada, el compromiso efectivo del 
clero y de los religiosos, además de resucitar la vieja distinción de 
estados en la Iglesia.

El estudio de lo religioso y de lo específico cristiano parece 
apuntar hacia el hecho de que no hay tal división sacral-profano, ni 
debe haber un binomio clero (jerarquía)-laicado, sino una 
verdadera unidad de la misión común en la laicidad, con sus 
peculiaridades, mientras que en la comunidad el único binomio es el 
que procede de la pluralidad de carismas y ministerios. Fe, 
evangelización y compromiso no son acciones separadas en la vida 
de la Iglesia y del cristiano (12).

VI.- EL PROBLEMA DE LA IDENTIDAD "LIBERADORA" DE LAS 
MEDIACIONES SOCIALES DEL COMPROMISO SOCIO-POLÍTICO 
DE LOS CRISTIANOS. 
Más importante que cualquier otra perspectiva es la cuestión de 
la naturaleza liberadora de las mediaciones sociales del 
compromiso socio-político de los cristianos. Y entre los rasgos a 
retener, éstos:

a) La apuesta por la irrenunciable utopía o, en el lenguaje de los 
creyentes, la fe en el Dios Salvador de la historia humana, sin 
recurrir a la intolerancia o la crítica apocalíptica de un mundo tan 
mermado en capital utópico (13).

b) La valoración incondicional de la persona humana o la fe en el 
ser humano como imagen de Dios.

c) Tiene protagonismo popular, frente a todo dirigismo 
minorizador. Es el viejo criterio democrático, como protagonismo 
último de las clases populares frente a elitismos políticos, 
intelectuales, religiosos o revolucionarios. No son posible metas 
alternativas sin conciencia y participación popular. No necesitamos 
vanguardias omniscientes -escribe RIECHMANN- pero son 
imprescindibles minorías ejemplares.

d) Escoge la liberación de los marginados como aglutinante de 
los proyectos políticos concretos y punto de referencia para el 
contraste.

e) Aspira a una verdadera alternativa a la situación de hecho 
(14), personal y comunitaria, subjetiva y estructural, moral y 
material, sin revanchas (conversión cristiana), pero sin 
abstracciones espiritualistas. Más que nunca son necesarios signos 
de contraste sobre la vigencia histórica de la justicia, verdadero YA 
de "lo inédito viable" en nuestro tiempo (15). Somos "artesanos de 
realidades solidarias". No sólo escrutadores de los signos de los 
tiempos (GS 4), sino trabajadores de las condiciones históricas de 
la salvación, en el imprescindible equilibrio entre la protesta y las 
propuesta practicables (16).

f) Exige estructuras de control social del mercado (libre) y de la 
apropiación, privada o pública, de bienes.

g) Se sostiene y plasma en una nueva cultura moral (cosmovisión 
o nueva relación de valores) que practica y aspira a una 
convivencia social más solidaria y justa, austera y ecológica, 
igualitaria y participativa, a partir de "grupos sociales emergentes" o 
"creadores de espacios liberados en la sociedad civil", sin descuido 
de su alianza con las mediaciones populares más clásicas ("partidos 
y sindicatos de clase"). Grupos que puedan transgredir los 
conceptos "liberales" de libertad y propiedad.

h) Plasma en realizaciones políticas viables entre el ideal y la 
realidad histórica posible, entre la convicción y la responsabilidad, 
entre la protesta y la propuesta, a sabiendas de que hacemos lo 
imposible porque lo posible salve los mínimos que exige la justicia. 
Nuestras posibilidades y la correlación de fuerzas tan 
extraordinariamente desigual nos pone ante dinámicas de 
solidaridad lentas, sin relevancia, poco eficaces, próximas a Jesús, 
el Crucificado y Excluido. Espacios sociales donde aliviar el 
sufrimiento y recuperar un mínimo de dignidad humana expoliada 
será, a veces, lo único posible (17).

i) Aspira a un tipo de hombre-ciudadano "nuevo", renovado en 
cuanto a sus criterios de juicio y consumo, sujeto de una cultura 
amparada en una cosmovisión nueva (18), descrita como 
democrática, austera, universalista y planetaria, ecológica, 
pacífica...

j) Exige de sus militantes una actitud de paciencia histórica, 
porque no se alcanza en el resultado lo que no se siembra en el 
proceso, y una actitud de prudencia política, porque las 
revoluciones, las alternativas tienden a reproducir los fallos que las 
engendraron.

k) La especificidad cosmovisional del cristianismo añade un 
elemento conformador y propio: Es el mandato de Jesús: "Amarás 
también a tus enemigos". Un mandato dentro del proceso de 
cambio, y no sólo en el resultado político final.

Reaparece aquí la lógica de la gratuidad frente a la lógica de la 
equivalencia, pero evitando toda afirmación pesimista del mundo en 
el sentido siguiente: "Frente a la bajeza de la política, la pureza de 
intenciones de la utopía cristiana".

l) La coherencia entre las prioridades solidarias de la acción y el 
modo de vida de los creyentes o la fe en el valor evangelizador del 
testimonio de vida. Es la hermenéutica práctica del Evangelio, 
hecha a partir del seguimiento de Jesucristo (19).

VII.- ANTE EL PLURALISMO DE ACCIONES ESPECÍFICAS, 
ALGUNAS ACTITUDES PASTORALES Y POLÍTICAS. 
En las situaciones pastorales cotidianas, dispuestos a concretar 
el espíritu de la acción liberadora (evangelizadora), creo necesario 
reflexionar sobre algunas actitudes de fondo.

A) En la perspectiva general del compromiso socio-político, 
siempre como mediación evangelizadora:

* Ejemplarizamos la presencia de la diakonía eclesial en los 
ambientes y problemas sociales con menor eco político, es decir, 
pobres hasta el extremo de no tener poder de presión y 
negociación.

* Nos iniciamos en formas cotidianas de presencia solidaria, 
porque es el camino privilegiado para crecer en conciencia 
ciudadana.

* Realizamos gestos solidarios con los mejores empeños ajenos 
de solidaridad, esquivando el protagonismo por el prurito de la 
exclusividad cristiana. Es el principio de una cultura ética 
alternativa.

* Aprendemos a vivir y aceptamos un pluralismo eclesial y social 
incorfortable y convergente (20), que se sustenta en un tolerancia 
estricta y seria, entendida no como pluralismo indiscriminado y 
escéptico, sino como talante que acepta a los otros, que se pone en 
su punto de vista para conocer sus derechos y, si no los tuvieren, 
para entender sus razones. En todo caso, es reconocimiento del 
derecho a defender democráticamente sus opiniones y posturas, 
por causa de su condición de sujeto personal y ciudadanos libres.

* Somos exquisitos en el respeto de los derechos humanos en la 
vida interior de la Iglesia y en su acción pastoral. La insistencia del 
Vaticano II en la categoría "pueblo de Dios" para la comprensión 
renovada de la Iglesia, ha de traducirse en reformas estructurales, 
que realicen efectivamente la igualdad de sus miembros como 
"fraternidad" y los ministerios eclesiales como "servicio". La 
apelación a los derechos humanos en el seno de la Iglesia aparece 
inadecuada, solamente, porque se quedarían cortos en 
comparación con lo que supondría la traducción jurídica de la idea 
evangélica de fraternidad a partir de los más pequeños y 
necesitados.

* Tenemos paciencia histórica en el camino de la acción 
evangelizadora y, sobre todo, paciencia con los más pobres y 
pequeños, para no ejercer de vanguardia que manipula y dirige. 
Nos importa, en serio, lo que hacen los pobres por sí mismos, 
según su momento y crecimiento personal y agrupado.

* Queremos servir, sin ignorar aquello en que las gentes quieren 
ser servidas, en un discernimiento de ida y vuelta entre la Iglesia y 
los diferentes grupos de su sociedad.

* Más allá del derecho que nos pueda asistir, en una sociedad 
democrática, a la Iglesia le importa más "cómo" somos percibidos 
por los otros a quienes queremos evangelizar y "por qué razones 
ocurre esto".

* Creemos que la mejor aportación cristiana, en estas sociedades 
pluralistas y bastante desconcertadas, sería la de hombres y 
mujeres con otra conciencia moral, otra criteriología cultural y otros 
hábitos de juicio y de consumo, otra cultura en el sentido de "una 
manera de sentir e interpretar el mundo, previa a toda reflexión y 
que inunda todos los conocimientos y ciencias que se cultivan en 
los pueblos" (Andrés TORNOS).

B) En la perspectiva particular y estricta del compromiso 
socio-político, quiero señalar lo siguiente:

a) La Doctrina Social de la Iglesia y toda la Teología Moral Social 
acompañarán el discernimiento y la acción de caridad, en 
estructuras y movimientos de solidaridad con vocación personal y 
social, asistencial y política, material y moral.

b) Trabajamos aspectos parciales de una liberación integral, ética 
y política, pasando de la conversión moral al compromiso político en 
espacios-grupos liberados, en movimientos sociales y políticos, 
nuevos o clásicos, sabedores de que estamos ante dinámicas 
lentas, donde aprendemos a vivir como y con los pequeños, sin 
mitos ni realismos estériles, conocedores de sus posibilidades y de 
las nuestras, porque "este tesoro lo llevamos en vasijas de 
barro...".

c) Escogemos el compromiso socio-político, especialmente, en la 
óptica cultural, porque nos acerca más duramente al sustrato de 
valores y actitudes que configuran nuestra opción fundamental en 
la vida. Pero esto no significa desconocimiento, en interrelación 
crítica, de los elementos políticos y económicos de la liberación 
humana, sino tomar buena nota de su sustrato "pro-político".

d) Valoramos la importancia de una comunidad cristiana para vivir 
la pertenencia a la fe, suponiendo que podría generarse en ellas 
alguna forma de vida alternativa y, en todo caso, numerosos 
estímulos para forzar y compartir la sintonía con otros movimientos 
sociales emergentes, volcados en campos parciales de una 
liberación integral, por tanto, personal y política, subjetiva y 
objetiva, local y universal.

e) La empatía con los movimientos sociales emergentes no 
significa desconocimiento u olvido, en interrelación crítica, de los 
movimientos sociales y políticos más clásicos en el mundo obrero, 
sean partidos o sean sindicatos. Sin duda, si pensamos 
específicamente en la liberación (evangelización) del mundo obrero, 
junto a todos los sectores populares, y en su liberación integral, 
estas mediaciones políticas son insustituibles.

A la vez, si pensamos en la liberación (evangelización) de la 
sociedad, en general, y en su liberación integral, las mediaciones 
sociales y políticas son incontables, siempre que todas ellas se 
reconozcan en la perspectiva de los más débiles y no limiten las 
causas y consecuencias político-estructurales de su pensamiento y 
de su acción. Por tanto, tampoco podrán rehuir su coordinación 
crítica con las mediaciones políticas o sindicales más clásicas.

Con todo, siendo muy loable la buena voluntad que ponen los 
libros y sus autores a la hora concretar las acciones (21), nada ni 
nadie podrá liberarnos de la hermosa tarea, aunque agobiante, de 
un discernimiento prudencial, hecho a la luz del Evangelio, plegado 
a una específica situación local (OA 4) y a las prácticas sociales de 
los sujetos que lo elaboran. Es la mayoría de edad moral de unos 
cristianos y ciudadanos que, más de una vez, nos resistiremos a 
aceptar, porque en tiempos de mudanza o cambio, nada es tan 
pesado como la libertad moral y política.