Navidad en familia
para zonas populares
José L. Caravias sj
Contenido
1 - La Encarnación: Dios se hace uno de nosotros
2 - María conoce y agradece el Proyecto de Dios
3 - Problemas entre José y María
4 - Jesús nace muy pobremente
5 - El nacimiento de Jesús es una gran noticia para los pobres
6 - Jesús es consagrado a Dios
7 - Unos sabios de otros lugares vienen a adorar a Jesús
8 - Jesús es desalojado de su tierra
9 - La familia de Jesús
10.- Jesús quiere que nos llevemos como hermanos
11.- Desde joven Jesús fue un obrero
* * * * *
1 - La Encarnación: Dios se hace uno de nosotros
1. Canto para empezar
Cada día, el animador o animadora, consultando a su
comunidad, seleccionará dos cantos de Navidad para empezar y
terminar.
2. Oración para todos los días:
Niño Jesús, nuestras familias venimos en busca de comprensión,
de consuelo y de ayuda.
Sabemos que tú nos comprendes,
pues pasaste por muchos problemas parecidos a los nuestros.
Tú sabes lo que es sufrir hambre,
inseguridad,
falta de techo,
trabajo escaso.
A ti también te despreciaron
porque venías de un pueblito perdido de la campaña;
y porque no hablabas como la gente estudiada;
y porque eras pobre.
Jesús, sabemos que tú naciste en un sitio más pobre
que nuestros barrios inundables de Asunción.
Tu madre no tuvo ni dónde recostarte.
Aquello sólo servía para animales.
Desde muy joven tuviste que ponerte a trabajar,
para ayudar a tu familia.
Al igual que nosotros,
tus manos estaban llenas de callos
y tu rostro comido por el sol y el sudor.
Siempre te dedicaste a dar esperanza tu pueblo
y a ayudarles en todas sus necesidades.
Y tantas buenas noticias les diste,
que las autoridades te calumniaron y te mataron.
Creemos que tú, nuestro amigo y compañero, eres Dios.
Y por eso venciste a la muerte
y hoy vives al lado nuestro.
Donde alguien pasa hambre, ahí estás tú pasando hambre en él.
Donde un hermano es despreciado, en él eres tú mismo
despreciado.
Tú vives en medio de los sin-techo y los sin-tierra.
Por todo ello, Niño-Dios,
queremos acercarnos a ti con toda confianza.
Con el corazón lleno de esperanza.
Tú nos comprendes.
Eres nuestro compañero de camino.
Ayúdanos a luchar por unos barrios dignos de personas
humanas.
Queremos tener trabajo honrado,
de forma que podamos vivir como hijos de Dios.
Danos tu mano.
Entra en nuestras familias y en nuestros barrios.
Ayúdanos a organizarnos,
de modo que podamos vivir como hermanos.
Hermanos tuyos; hermanos de todos.
Hijos todos de un mismo Padre.
Que así sea.
3. Presentación del tema
Los animadores verán si es más conveniente presentar el tema
antes o después de la lectura bíblica. El ideal no es que la
«Presentación del tema» se lea a los asistentes, sino que el
animador lo diga con sus propias palabras, de modo que ayude a
entenderr mejor el mensaje del evangelio. Para ello es
imprescindible la preparación inmediata de cada tema.
Dios le anunció a María con todo respeto que quería que fuera
su madre. Y ella aceptó de corazón. Sabía que era pequeña, pero
con la ayuda de Dios sabía también que lo podría todo. Fue
valiente en aceptar responsabilidad tan grande. Y toda su vida se
mantuvo fiel a su compromiso de acompañar a su Hijo Jesús.
Hace casi dos mil años, pues, Dios se hizo hombre en el vientre
de María. Se hizo uno más de nosotros. Se convirtió en compañero
nuestro, en amigo nuestro. A este hecho tan importante de la
historia se le llama la Encarnación de Dios.
Encarnación es una palabra que viene de «carne». Significa
«hacerse carne». Dios, que es espíritu puro, se rebajó a sí mismo,
haciéndose carne humana. Se convirtió en uno más de nosotros. Y
eso lo hizo por amor a nosotros. Se hizo hombre por amor a los
hombres.
Este gran misterio de la Encarnación de Dios es el misterio
central de nuestra fe cristiana. Nunca acabaremos de entenderlo
del todo, precisamente porque es consecuencia del amor de Dios,
que es algo que nunca acabaremos de entender en esta vida.
Una de las consecuencias de la Encarnación es que, al hacerse
Dios ser humano, nos dignificó a todos los seres humanos. Dios
nos honró a todos al hacerse uno de nosotros. No deben contar
las diferencias de trabajo, de educación o de riqueza entre los
hombres. No deben existir diferencias de raza, ni de sexo. Todos
merecemos el mismo respeto.
El hecho de la Encarnación demuestra que Dios se interesa por
todos los hombres y mujeres del mundo. Ninguno de nosotros le es
indiferente. El respeta a todos. Quiere a todos. Y por eso hace
suyos nuestros dolores humanos. Por solidaridad con toda la
humanidad y con cada uno de los seres humanos. Se hace
persona humana para amparar y defender la dignidad de toda
persona.
4. Lectura del Evangelio: Lucas 1, 26-38
Leerlo hasta que seamos capaces de entenderlo bien. Se
podrían hacer tres tipos de lecturas:
- Proclamación de la Palabra (de pie, al frente, leer todo el
texto)
- Leer cada uno un párrafo (en orden, uno tras otro)
- Cada uno lee o dice el párrafo que más le gustó.
En el sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una
joven virgen que vivía en una ciudad de Galilea llamada Nazaret, y
que era prometida de José, de la familia de David. Y el nombre de
la virgen era María.
Entró el ángel a su presencia y le dijo: «Alégrate, llena de gracia,
el Señor está contigo». María quedó muy conmovida por lo que
veía y se preguntaba qué querría decir ese saludo.
Pero el ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado
el favor de Dios. Vas a quedar embarazada y darás a luz a un hijo,
al que pondrás el nombre de Jesús. Será grande, y con razón lo
llamarán: Hijo del Altísimo. Dios le dará el trono de David, su
antepasado. Gobernará por siempre el pueblo de Jacob y su
reinado no terminará jamás».
María entonces dijo al ángel: «¿Cómo podré ser madre si no
tengo relación con ningún hombre?»
Contestó el ángel: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el
Poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso tu hijo será
Santo y con razón lo llamarán Hijo de Dios. Ahí tienes a tu parienta
Isabel: en su vejez ha quedado esperando un hijo, y la que no
podía tener familia se encuentra ya en el sexto mes del embarazo.
Para Dios, nada será imposible».
Dijo María: «Yo soy la servidora del Señor, hágase en mí lo que
has dicho». Después de estas palabras el ángel se retiró.
5. Diálogo comunitario
Es muy importante dar aquí cada uno su aporte y escucharnos
unos a otros con respeto y atención, pues el Mensaje de Dios lo
recibiremos como fruto del esfuerzo común. No discutir.
a) Hagamos entre todos un resumen de lo leído en este
evangelio. ¿Qué dice el ángel? ¿Qué dice María? ¿Cómo será el
Hijo anunciado?
b) ¿Por qué la Encarnación nos lleva a respetarnos los unos a
los otros?
c) ¿Nos sentimos nosotros inferiores a otras personas que viven
en sitios mejores? ¿Nos sentimos las mujeres inferiores a los
hombres? ¿Nos faltamos al respeto y nos despreciamos los unos a
los otros? ¿Por qué?
d) ¿Qué hacer para que las instituciones oficiales respeten
nuestra dignidad humana?
e) ¿En qué nos comprometemos a respetar un poco mejor a
alguien? ¿Y en qué nos podemos hacer respetar mejor?
6. Oración comunitaria
- Creemos que Dios se hizo hombre de carne y hueso como
nosotros. (Todos repiten).
- Creemos que todas las personas tenemos la misma dignidad
humana.
- Creemos que la mujer tiene la misma dignidad que el hombre.
- Perdón porque tantas veces faltamos al respeto a los
hermanos.
- Perdón porque nos dejamos faltar al respeto.
- Gracias, Padre Dios, por habernos dado a tu Hijo Jesús.
- Gracias, Señor Dios, por haberte hecho en todo semejante a
nosotros.
- Te pedimos Jesús que aprendamos las lecciones de tu
Encarnación.
(Se pueden añadir las oraciones que cada uno quiera)
- Padre Nuestro, Ave María y Bendito.
7. Canto de despedida
* * * * *
2 - María conoce y agradece el Proyecto de Dios
1. Canto para empezar
2. Oración para todos los días
Como en el primer día.
3. Presentación del tema
A la Virgen María la pintan como mujer rica, tipo extranjera. Pero
ella era una mujer pobre, del pueblo. No vestía joyas, ni ropas
costosas, ni coronas. Dios escogió por madre a una joven de un
pueblito del interior. Fue una mujer de pueblo, sencilla, pero con
un corazón maravilloso, lleno de Dios y de servicialidad.
Al elegirla, Dios está prefiriendo a los pobres. María representa
el clamor y la esperanza de los sencillos que ponen su corazón en
el Señor.
La Virgen María hizo suya la misión de su Hijo. Ella había
meditado y dialogado tantas veces, junto con su familia, la Palabra
de Dios, que la conservaba dentro de su corazón. Por eso,
después de que quedó embarazada, no se preocupó sólo de sí
misma. Fue a servir a una prima suya, Isabel, que también estaba
esperando familia.
Y al encontrarse con ella y recibir sus alabanzas, supo
aceptarlas con sencillez. Hizo un canto de bendición a Dios, en el
que reconoce que todo lo bueno viene de Dios. Todo lo linda que
ella era se lo debía a Dios. Y se alegra porque Dios está de parte
de los pobres.
María cree que Dios echa abajo a los grandes y poderosos,
mientras que levanta a la gente sencilla, los humildes de la tierra;
colma de bienes a los pobres, mientras que a los ricos los deja
«con las manos vacías». Ella comprende que los planes de Dios
son completamente al revés de los planes del mundo.
Dios es el Padre de todos los hombres. Y por eso, está a favor
de todos. Pero la forma de ayudar a unos es levantándolos del
polvo; mientras que a los otros les presiona para que dejen de
pisotear a sus hermanos. Ese es el proyecto de Dios, que María
quiere que se cumpla.
María se manifiesta llena de la alegría de ser de Dios, de que
Dios ha mirado «la condición humilde de su esclava». No es una
chica ingenua. Ella conoce bien a Dios, se conoce a sí misma, y
reconoce lo mucho grande que Dios hace en ella. Sin falsas
humildades: «En verdad el Todopoderoso hizo grandes cosas en
mí».
Igual que Dios se había manifestado en ella mirando su
pequeñez, María descubre la mano de Dios en la historia cuando
los poderosos caen y los empobrecidos son levantados, cuando
los hambrientos llenan su estómago y los ricos pierden
propiedades. María ve a Dios en estos actos y se alegra por ello.
4. Lectura del Evangelio: Lucas 1,39-55
Por esos días, María partió apresuradamente a una ciudad
ubicada en los cerros de Judá. Entró a la casa de Zacarías y
saludó a Isabel. Al oir Isabel su saludo, el niño dio saltos en su
vientre. Isabel se llenó del Espíritu Santo y exclamó en alta voz:
«¡Bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu
vientre! ¿Cómo he merecido yo que venga a mí la madre de mi
Señor? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de alegría
en mis entrañas. ¡Dichosa por haber creído que de cualquier
manera se cumplirán las promesas del Señor!»
María dijo entonces:
Celebra todo mi ser la grandeza del Señor
y mi espíritu se alegra en el Dios que me salva,
porque quiso mirar la condición humilde de su esclava,
en adelante, todos los hombres dirán que soy feliz.
En verdad el Todopoderoso hizo grandes cosas para mí,
reconozcan que Santo es su Nombre,
que sus favores alcanzan a todos los que le temen
y prosiguen en sus hijos.
Su brazo llevó a cabo hechos heroicos,
arruinó a los soberbios con sus maquinaciones.
Sacó a los poderosos de sus tronos
y puso en su lugar a los humildes;
repletó a los hambrientos de todo lo que es bueno
y despidió vacíos a los ricos.
De la mano tomó a Israel, su siervo,
demostrándole así su misericordia.
Esta fue la promesa que ofreció a nuestros padres
y que reservaba a Abrahán y a sus descendientes para
siempre.
María se quedó cerca de tres meses con Isabel, y después volvió
a su casa.
5. Diálogo comunitario
a) ¿Qué sentía María ante la situación de los pobres y oprimidos
de su tiempo? ¿Qué dice ella en este Evangelio?
b) ¿Está de acuerdo la Virgen María con que unos hombres se
enriquezcan empobreciendo a otros? ¿Por qué? ¿Cuál es, según
ella, el Proyecto de Dios?
c) ¿Cómo nosotros manifestamos nuestra devoción a la Virgen
María?
d) ¿En qué sentido el amor a María ayuda a comprender nuestra
responsabilidad ante los problemas de nuestro barrio?
e) ¿Cómo unir nuestra lucha por dignificar las zonas inundables
de Asunción con nuestra devoción a la Virgen María?
6. Oración comunitaria
- Todos decimos que eres feliz, Virgen María. (Todos repiten).
- En verdad el Todopoderoso ha hecho grandes cosas para
nosotros.
- Nuestro espíritu se alegra en el Dios que nos salva.
- Bendito seas, Dios, porque sacas a los poderosos de sus
tronos y pones en su lugar a los humildes.
- Perdón, Virgen María, porque nos gusta vestirte como se visten
las personas poderosas.
- Perdón porque a veces las mujeres no nos sabemos hacer
respetar.
- Gracias, Jesús, porque nos entregas a tu madre como nuestra
madre, esperanza nuestra.
(Cada uno añada la oración que le parezca conveniente)
- Padre Nuestro, Ave María y Bendito.
7. Canto de despedida
Cantemos a la Virgen una canción de nuestros antepasados.
* * * * *
3 - Problemas entre José y María
1. Canto para empezar
2. Oración para todos los días
Como en el primer día.
3. Presentación del tema
María, como era costumbre en aquella época, primero se
comprometió y, más tarde, se casó, como todas las chicas de
entonces, con un joven de su pueblo: José, de oficio carpintero,
pobre, pero lleno de rica sabiduría popular, pues era de una familia
muy antiguas.
Apenas comprometidos oficialmente a contraer matrimonio, antes
de haber vivido juntos, María había quedado embarazada por obra
del Espíritu Santo.
Lo del embarazo de María no se lo avisó el ángel a José, como
normalmente se cree. Lo que le dice el ángel es que no tema tomar
a María como esposa, señal de que ya lo sabía todo.
No podemos suponer que María no quiso decir nada a José
sobre lo de su embarazo. Ello supondría aceptar una imperfección
en ella. Sería infidelidad al amor prometido a José, si le hubiera
dejado sufrir solo en duda tan grave. Pues, según las leyes de
entonces, cuando una desposada no casada quedaba
embarazada, si el hijo era de su prometido, ello era considerado
como falta grave, pero se solucionaba con el matrimonio. Pero si el
hijo no era de su prometido, entonces la mujer era considerada
adúltera y condenada a morir apedreada. Por eso el caso de José
era durísimo, pues él sabía bien que aquel hijo no era suyo, y
confesarlo suponía condenar a muerte a María.
La solución de este conflicto no sería nada fácil. Supone mucha
oración y mucho diálogo, con respeto y mucho amor. Y después de
ello, José decide divorciarse discretamente de María, pues piensa
que ella es totalmente de Dios, y él se siente quizás como un
estorbo. Pero un ángel le ataja, aclarándole que no estorba, sino
que, por el contrario, Dios lo necesita para que eduque como
padre al Niño que va a nacer. El ángel le ordena que le ponga
nombre al Niño, lo cual quiere decir que se encargue de su
educación como padre legal.
Con esta interpretación podemos ver a la pareja de José y María
mucho más cerca de nosotros, pues ellos tuvieron problemas muy
serios y supieron resolverlos a base de diálogo respetuoso, lleno
de amor.
4. Lectura del Evangelio: Mateo 1,18-25
El nacimiento de Jesucristo fue así. Su madre María estaba
comprometida con José. Pero, antes de que vivieran juntos, quedó
embarazada por obra del Espíritu Santo.
José, su esposo, era un hombre excelente y, no queriendo
desacreditarla, pensó firmarle en secreto un acta de divorcio.
Estaba pensando en esto, cuando el Angel del Señor se le
apareció en sueños y le dijo: «José, descendiente de David, no
temas llevar a tu casa a María, tu esposa, porque la criatura que
espera es obra del Espíritu Santo.
Y dará a luz un hijo, al que pondrás el nombre de Jesús, porque
él salvará a su pueblo de sus pecados. Todo esto ha pasado para
que se cumpliera lo que había dicho el Señor por boca del profeta
Isaías: Sepan que una virgen concebirá y dará a luz un hijo y los
hombres lo llamarán Manuel, que significa: Dios-con-nosotros».
Con esto, al despertarse José, hizo lo que el Angel del Señor le
había ordenado y recibió en su casa a su esposa.
Y sin que tuvieran relaciones dio a luz un hijo al que José puso el
nombre de Jesús.
5. Diálogo comunitario
a) Intentemos aclararnos entre todos cuáles fueron los
problemas que tuvieron José y María antes de casarse y cómo
sería que lograron resolverlos.
b) ¿Conocemos algunos otros problemas graves que tuvieron
José y María después de casados?
c) ¿Cuáles son los principales problemas que existen hoy acá
entre las parejas de novios, de concubinos o casados?
d) ¿Cómo debemos intentar resolver los problemas que se
presentan entre las parejas?
6. Oración comunitaria
- Creemos que María y José supieron resolver sus problemas
dialogando con respeto y amor.
- Bendito seas, Jesús, Dios con nosotros, porque vienes a
salvarnos de nuestros pecados.
- Gracias, José y María, por haber aceptado la responsabilidad
de educar a Jesús.
- Perdón porque demasiadas veces no sabemos dialogar en
nuestras familias.
- Te pedimos, Señor, que los hombres sepamos respetar a las
mujeres y las mujeres a los hombres.
- Les suplicamos, María y José, que nos enseñen a superar los
problemas de nuestra pareja a base de fe, amor y diálogo.
(Añada cada uno la oración que más necesite)
- Padre Nuestro, Ave María y Bendito.
7. Canto de despedida
* * * * *
4 - Jesús nace muy pobremente
1.- Canto para empezar
2.- Oración para todos los días
Como en el primer día
3.- Presentación del tema
Jesús no se presentó en la Historia como un gran potentado, que
desde las alturas de su poder ordena a todo el mundo lo que tiene
que hacer. El bajó al barro de la vida, se hizo pequeño y conoció
en carne propia lo que es el sufrimiento humano.
La Madre de Jesús, María, era una mujer del pueblo, buena y
sencilla, de corazón grande y con una inmensa fe en Dios. Su
padre adoptivo era carpintero de pueblo. Jesús, como hijo de
gente pobre, muy pronto, desde el nacimiento, conoce lo que son
las privaciones de los pobres. No tiene ni dónde nacer.
Su familia no encuentra a nadie que los reciba en su casa. Ni
tampoco hay lugar para ellos en la posada pública. El amor le hizo
compartir el nacimiento de los más pobres de este mundo.
Jesús nació en la última miseria: en una caballeriza abandonada,
con una batea por cuna. Al nacer mismo comienza a sentir en su
carne el desprecio en que se tiene a los pobres, fruto amargo del
egoísmo humano.
Nos cuesta entender bien lo que significa el hecho de que Jesús
nazca tan pobremente. El es uno de los nuestros; tomó nuestra
miseria para comprendernos y ayudarnos mejor. El ciertamente no
se parecía a esas imágenes de niños blanquitos, de ojos azules,
que a veces nos gusta tener. El era un niño judío, moreno, de ojos
negros, como eran todos ellos... Y muy gordito no podría estar,
puesto que sus padres, tuvieron que correr primero a Belén y
enseguida se vieron obligados a irse a un país extraño, Egipto. Si
queremos conocer cómo era Jesús cuando pequeño, no tenemos
más que mirar a nuestros hijos cuando pequeños...
Este Niño que nace es el mismo que años más tarde ofrece su
vida por nosotros en la cruz. El Niño-Dios y Ñandejara Guazu son
una misma persona. Una imagen representa al Señor cuando era
pequeño y la otra cuando era todo un hombre.
No pensemos nunca que el Niño-Dios puede castigarnos, si no le
cumplimos la «promesa» de seguir haciendo el pesebre cada año.
El es siempre comprensión, bondad y amor. Dios hecho Niño es la
imagen viva del amor cercano de Dios, de su comprensión y
perdón.
4.- Lectura del Evangelio: Lucas 2, 1-7
En esos días, el emperador dictó una ley que ordenaba hacer un
censo en todo el imperio. Este primer censo se hizo cuando Quirino
era gobernador de la Siria. Todos iban a inscribirse a sus
respectivas ciudades. También José, como era descendiente de
David, salió de la ciudad de Nazaret de Galilea y subió a Judea, a
la ciudad de David, llamada Belén, para inscribirse con María, su
esposa, que estaba embarazada.
Cuando estaban en Belén, le llegó el día en que debía tener su
hijo. Y dio a luz su primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó
en una pesebrera, porque no había lugar para ellos en la sala
común.
5.- Diálogo Comunitario
a) ¿Por qué quiso Dios Padre que Jesús naciera tan pobre?
¿Para qué?
b) Si Jesús nace pobre, ¿por qué nos gusta ponerle vestidos de
lujo, como si fuera un niño rico?
c) ¿Jesús nos pide que hagamos muchos gastos para celebrar
su nacimiento? ¿Cómo querrá El que celebremos la Navidad?
¿Qué será lo que más le gusta?
d) ¿Cómo vamos a celebrar este año el nacimiento del Niño
Jesús? ¿Qué podemos hacer para revivir algunas lindas
costumbres de la Navidad de nuestra tierra?
e) ¿Cómo podemos ayudar a los niños de nuestro barrio para
que sientan la alegría de que Jesús nace para ellos?
6.- Oración comunitaria
- Creemos que Jesús nació pobre por amor a los pobres.
- Creemos que Dios cumple sus promesas a través de los
pobres.
- Perdón, Jesús, porque a veces pensamos que valemos menos
porque somos pobres.
- Perdón porque también nosotros algunas veces te cerramos la
puerta de nuestra casa.
- Te damos gracias, Padre Dios, porque nos has dado a Jesús,
tu único Hijo.
- Gracias por haber puesto tu confianza en los pobres.
- Te suplicamos, Jesús, que nazcas de nuevo en nosotros, en
nuestras familias y en nuestros barrios.
(Cada uno añade la oración que le nazca del corazón)
- Padre Nuestro, Ave María y Bendito.
7.- Canto de despedida
* * * * *
5 - El nacimiento de Jesús es una gran noticia para los pobres
1. Canto para empezar
2. Oración para todos los días
Como en el primer día
3. Presentación del tema
Cuando Jesús nació, ese gran acontecimiento fue anunciado en
primer lugar a unos pastores. Tenemos que saber que en aquella
sociedad del tiempo de Jesús los pastores eran muy despreciados.
Se los consideraba a todos ellos como bandidos, tramposos y
mentirosos. Tanto, que no podían ser elegidos nunca como
autoridad, ni presentarse como testigos en un juicio.
Pues bien, la gran noticia de la historia, que es el nacimiento del
Redentor, no se comunicó en primer lugar a las autoridades, ni a
los sacerdotes, ni a la gente estudiada, sino a los más
despreciados de la sociedad.
El mensaje que se les da a aquellos pastores, representantes de
todos los despreciados del mundo, está lleno de alegría y
esperanza. En primer lugar se les pide que no tengan miedo. Y
enseguida los ángeles les anuncian «una buena noticia, que será
motivo de mucha alegría para todo el pueblo: Hoy ha nacido para
ustedes un Salvador...» El nacimiento de Jesús tiene que ser
motivo de una gran alegría para todo el pueblo. Ha nacido para
ustedes, dice el ángel. Para ustedes, los despreciados y
marginados de la sociedad... Gran noticia, porque comunica una
gran esperanza...
Las señales que dan a los pastores para reconocer a su
Salvador son las de la pobreza. Reconocerán a su Salvador
justamente en que es pequeño, indefenso y muy pobre: Niño
pequeño, envuelto en pañales y recostado en una pesebrera.
Jesús no vino al mundo con señales de poder, ni de grandeza
humana. Su nacimiento es pobre, entre pobres, y especialmente
para los pobres.
La salvación del Niño-Dios viene en primer lugar para los
despreciados y marginados de la sociedad. Se comunica desde
abajo hacia arriba. El que va a destronar a los poderosos, no se
presenta como un poderoso, sino como un indefenso.
Después que desapareció el miedo y se les llenó el corazón de
esperanza, los pastores se animaron unos a otros para ir a
encontrarse con aquel Niño, al que reconocieron como su Señor.
Y después de encontrar a Jesús, los pastores transmitieron
aquella buena noticia a todos los que encontraban.
4. Lectura del Evangelio: Lc 2,8-20
En la región había pastores que vivían en el campo y que por la
noche se turnaban para cuidar sus rebaños. El ángel del Señor se
les apareció y los rodeó de claridad la Gloria del Señor, y fueron
presa del temor.
Pero el ángel les dijo: «No teman, porque yo vengo a
comunicarles una buena nueva que será motivo de mucha alegría
para todo el pueblo. Hoy ha nacido para ustedes en la ciudad de
David un Salvador que es Cristo Señor. En esto lo reconocerán:
Hallarán a un niño recién nacido, envuelto en pañales y acostado
en una pesebrera». De pronto una multitud de seres celestiales
aparecieron en torno al ángel, y cantaban a Dios: «Gloria a Dios
en lo más alto del cielo, y en la tierra, gracia y paz a los
hombres».
Después que los ángeles los dejaron para volver al cielo, los
pastores se dijeron unos a otros: «Vamos, pues, hasta Belén y
veamos lo que ha sucedido y que el Señor nos dio a conocer».
Fueron apresuradamente y hallaron a María y José, y vieron al
recién nacido acostado en la pesebrera. Entonces contaron lo que
los ángeles les habían dicho de este niño y todos se maravillaron
de lo que decían los pastores.
María, por su parte, observaba cuidadosamente todos estos
acontecimientos y los guardaba en su corazón.
Después los pastores se fueron glorificando y alabando a Dios,
porque todo lo que habían visto y oído era tal como se lo habían
anunciado.
5. Diálogo comunitario
a) Recordar entre todos los detalles de este evangelio de hoy.
b) ¿Por qué sería que la noticia del nacimiento de Jesús se dio
en primer lugar a la gente más despreciada?
c) ¿El nacimiento de Jesús es realmente para nosotros motivo de
gran alegría? ¿Por qué?
d) ¿Pensamos que la esperanza de un futuro mejor viene de los
poderosos o de en medio de los pobres? ¿Por qué?
e) ¿Cómo hacer para que la fe en Jesús nos saque el miedo y
nos llene de esperanza?
6. Oración comunitaria
- Creemos que el nacimiento de Jesús es motivo de gran alegría
para todos nosotros.
- Te damos gracias, Jesús, porque anunciaste tu nacimiento en
primer lugar a los más despreciados.
- Te pedimos, Madre María, que nos pongas al lado de tu Hijo.
- Te suplicamos, Jesús, nos ayudes a sacar de nuestros
corazones los miedo que tenemos.
- Te rogamos que tu nacimiento nos llene de esperanza y
alegría.
- Te glorificamos y te alabamos, Padre Dios, por todo lo que
hemos visto y oído sobre el nacimiento del Niño Jesús.
(Se invita a participar en la oración a los asistentes)
- Padre Nuestro, Ave María y Bendito.
7. Canto de despedida
* * * * *
6 - Jesús es consagrado a Dios
1. Canto para empezar
2. Oración para todos los días
Como en el primer día.
3. Presentación del tema
María y José llevaron al Niño al Templo de Jerusalén para
consagrarlo a Dios. Lo habían recibido de Dios y en manos de Dios
lo ponían.
La ceremonia fue sencilla. No hubo gastos extraordinarios. Ellos
dieron la ofrenda de los pobres: una pareja de tórtolas.
Un anciano, llamado Simeón, había pasado su vida esperando el
consuelo de encontrarse con el Salvador, luz y gloria de su pueblo.
Y su fe fue tan grande, que lo consiguió. Para nosotros es modelo
de la perseverante búsqueda del Señor. Todo el que lo busca con
constancia, lo encuentra siempre.
Simeón, inspirado por el Espíritu Santo, le dijo a María cosas
duras: el Niño estaba destinado a ser «señal de contradicción» y
motivo de conflictos; ella misma se vería traspasada por un
sufrimiento mortal. El esperaba la salvación de Israel, pero, como
creyente de experiencia, sabía que la salvación sólo vendría a
través del dolor.
Simeón ve claro también que Jesús es el centro de la vida y de la
historia. El Mesías-Luz viene a liberarnos de la obscuridad de la
opresión. O estamos con El o contra El. Es señal de vida o de
muerte; causa de caída o de vida plena. Bandera discutida: uno
puede estar a su favor o en su contra, pero nunca indiferente.
Ana, una anciana que también les encontró en el templo,
simboliza a todas esas buenas mujeres serviciales que esperan
sólo en Dios. Ellas merecen también, como Simeón, encontrarse
con Jesús como Salvador. Ana daba gracias a Dios y hablaba del
niño a todos los que esperaban la liberación de su pueblo.
Un anciano y una anciana son los dos primeros que desde las
profundidades de su fe se dan cuenta de que aquel niño pobre es
mucho más de lo que aparece por de fuera: es el Salvador del
mundo.
4. Lectura del Evangelio: Lucas 2,22-38
Asimismo, cuando llegó el día en que, de acuerdo a la Ley de
Moisés, debían cumpir el rito de la purificación de la madre,
llevaron al niño a Jerusalén. Allí lo consagraron al Señor, tal como
está escrito en la Ley: Todo varón primogénito será consagrado al
Señor. Además ofrecieron el sacrificio que ordena la Ley: una
pareja de tórtolas o dos pichones.
Había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, que era muy
bueno y piadoso y el Espíritu Santo estaba con él. Esperaba los
tiempos en que Dios atendiera a Israel y sabía por una revelación
del Espíritu Santo que no moriría antes de haber visto al Cristo del
Señor.
Vino, pues, al Templo, inspirado por el Espíritu, cuando sus
padres traían al Niñito para cumpir con él los mandatos de la Ley.
Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios con estas palabras:
Señor, ahora, ya puedes dejar que tu servidor muera en paz,
como le has dicho.
Porque mis ojos han visto a tu Salvador
que tú preparaste para presentarlo a todas las naciones.
Luz para iluminar a todos los pueblos
y gloria de tu pueblo, Israel.
Su padre y su madre estaban maravillados por todo lo que decía
Simeón del Niño. Simeón los felicitó y, después, dijo a María, su
madre: «Mira, este niño debe ser causa tanto de caída como de
resurrección para la gente de Israel. Será puesto como una señal
que muchos rechazarán, y a ti misma una espada te atravesará el
alma. Pero en eso los hombres mostrarán claramente lo que
sienten en sus corazones».
Había también una mujer de edad muy avanzada, llamada Ana,
hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Tenía ochenta y cuatro años.
Después de siete años de casada, había perdido muy joven a su
marido y, siendo viuda, no se apartaba del Templo, sirviendo día y
noche al Señor con ayunos y oraciones. Ella también tenía don de
profecía. Llegando en ese mismo momento, comenzó a alabar a
Dios y a hablar del niño a todos los que esperaban la liberación de
Jerusalén.
5. Diálogo comunitario
a) ¿Esperamos, como Simeón y Ana, encontrarnos con Jesús?
¿Quién es Jesús para nosotros? ¿Cuál es nuestra esperanza en
El?
b) ¿Qué tipos de sufrimientos estamos dispuestos a pasar con
tal de encontrarnos con Jesús? ¿En qué consiste eso de sufrir por
Cristo?
c) A ejemplo de María, ¿sabemos guardar en el corazón todo lo
que se dice sobre Jesús?
d) Los padres de Jesús ofrecieron a su Hijo a Dios, reconociendo
con ello que venía de Dios y era para Dios. ¿Sabemos también
nosotros ofrecer de veras a Dios a nuestros hijos?
e) ¿Mandamos a nuestros hijos a la catequesis? ¿Participamos
los padres en la catequesis?
6. Oración comunitaria
- Creemos que nuestro encuentro personal con Jesús es lo más
importante que nos puede pasar en nuestra vida.
- Que nuestros ojos vean a tu Salvador, Señor
- Tú eres, Jesús, la luz que ilumina a todos los pueblos.
- Perdón, Jesús, porque muchas veces no nos importa
demasiado el encontrarnos contigo.
- Te rogamos que, a ejemplo de Simeón y Ana, también nosotros
sepamos hablar del Niño a todos los que esperan la liberación.
- A ejemplo de María y José, te ofrecemos y te consagramos,
Señor, a nuestros hijos.
(Se pueden añadir las oraciones que cada uno quiera)
- Padre Nuestro, Ave María y Bendito.
7. Canto de despedida
* * * * *
7 - Unos sabios de otros lugares vienen a adorar a Jesús
1. Canto para empezar
2. Oración para todos los días
Como en el primer día.
3. Presentación del tema
El pasaje de los «Reyes Magos» es uno de los más populares en
nuestro ambiente. Vamos hoy a reflexionar sobre ellos, prestando
especial atención a lo que dice el evangelio y a lo que no dice.
En primer lugar tenemos que darnos cuenta de que el pasaje
bíblico no dice nada de que fueran «reyes». Sólo habla de «unos
magos de oriente». Se trata de astrólogos, que pretendían ver en
los astros el destino del mundo. No se trata de gente
especialmente rica, sino más bien de sabios de tipo popular.
Al decir que vienen de oriente se quiere subrayar el hecho de
que son extranjeros y, por consiguiente, paganos.
En la narración se presenta al rey Herodes, judío,
supuestamente creyente en Dios, en contraposición con los
magos, que no conocían directamente a Dios. Los habitantes de la
capital, Jerusalén, no se dan cuenta del nacimiento del Salvador;
los paganos, sí. La gente de Herodes se asusta del anuncio del
nacimiento de Jesús; los magos extranjeros, se alegran. Los de
Jerusalén no ven la estrella; los magos, sí. Herodes es un hipócrita
malvado; los magos son sencillos y sinceros. Por todo ello, los
magos encuentran al Niño con su madre, y Herodes nada.
El Niño-Rey Jesús se contrapone al Viejo-Rey Herodes. La
debilidad triunfa frente al poder... Jesús es el verdadero jefe y
pastor de su pueblo; Herodes es destructor del pueblo...
Los magos, representantes de los hombres capaces de
reconocer la acción de Dios en la historia, vienen a aceptar a
Jesús como rey universal. Los dones que le ofrecen, según las
costumbres de entonces, oro, incienso y mirra, simbolizan sumisión
y alianza.
Como podemos ver, este pasaje evangélico no puede ser usado
para legitimar ningún tipo de poder político. El cruel Herodes es
presentado como enemigo radical de la venida del Mesías. Los
Magos, en cambio, no son representantes de los reyes, sino
justamente de la sabiduría popular y de los paganos de buena
voluntad.
4. Lectura del Evangelio: Mateo 2,1-12
Habiendo nacido Jesús en Belén de Judá, durante el reinado de
Herodes, vinieron unos Magos de Oriente a Jerusalén, y
preguntaron: «¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido?,
porque hemos visto su estrella en Oriente y venimos a adorarlo».
Herodes y todo Jerusalén quedaron muy intranquilos por la
noticia. Reunió a todos los sacerdotes principales y a los maestros
de la Ley para preguntarles dónde debía nacer el Cristo. Ellos le
contestaron que en Belén de Judá, ya que así lo anunció el profeta
que escribió: Belén en la tierra de Judá, tú no eres el más pequeño
entre los principales pueblos de Judá, porque de ti saldrá un jefe,
el pastor de mi pueblo, Israel.
Herodes, entonces, llamó privadamente a los magos para saber
la fecha exacta en que se les había aparecido la estrella.
Encaminándolos a Belén les dijo: «Vayan y averigüen bien lo que
se refiere a este niño. Cuando lo hayan encontrado avísenme para
ir yo también a adorarlo».
Después de esta entrevista, los magos prosiguieron su camino.
La estrella que habían visto en Oriente iba delante de ellos, hasta
que se paró sobre el lugar en que estaba el niño. Al ver la estrella
se alegraron mucho, y, habiendo entrado en la casa, hallaron al
niño que estaba con María, su madre. Se postraron para adorarlo
y abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra.
Luego regresaron a su país por otro camino, porque se les avisó
en sueños que no volvieran donde Herodes.
5. Diálogo comunitario
a) Contemos entre todos la historia de los magos, procurando
ser fieles a lo que dice la Biblia.
b) ¿A quiénes representan los magos y a quiénes representa
Herodes y su corte?
c) ¿Por qué Herodes quiere matar a Jesús?
d) ¿Qué podemos nosotros aprender de los magos?
e) ¿Qué podemos ofrecer a Jesús? Cada uno podríamos ofrecer
un pequeño símbolo y explicar lo que significa.
6. Oración comunitaria
- Queremos, Jesús, ver tu estrella, de forma que podamos
buscarte y encontrarte.
- Nos postramos ante ti, Jesús, para adorarte.
- Te queremos ofrecer lo mejor de nuestras vidas.
- Te suplicamos que también nosotros, al ejemplo de los magos,
te encontremos a través de la sabiduría popular.
- Enséñanos, Jesús, a desconfiar de la hipocresía y de las
intrigas de los poderosos al estilo de Herodes.
(Cada uno añada con sencillez las oraciones que le nazcan del
corazón)
- Padre Nuestro, Ave María y Bendito.
7. Canto de despedida
* * * * *
8 - Jesús es dasalojado de su tierra
1. Canto para empezar
2. Oración para todos los días
Como en el primer día.
3. Presentación del tema
A poco tiempo de nacer Jesús, se enteraron sus padres de que
el rey Herodes buscaba al Niño para matarlo. El rey sospechó que
aquel Niño pudiera alguna vez hacerle sombra. Y decidió matarlo.
Con lo que la familia de Jesús tuvo que salir de su tierra,
compartiendo así la vida de los desalojados y los exiliados. Ellos
también sufrieron persecución política; y el tener que verse como
emigrantes en un país desconocido.
Recordemos que aquella familia había tenido que salir
apresuradamente de su pueblo, Nazaret, para ir a censarse en el
pueblo de sus antepasados, Belén. Allí nació Jesús. Y después de
una pequeña temporada que pasan en Belén, tienen que correrse
porque el rey busca al Niño para matarlo. Salen a media noche,
apresuradamente, camino de un país lejano, Egipto. Sin ningún
tipo de ahorros. Eran varios días de viaje, por una zona desértica.
Además, al llegar allá, ¿qué comerían?; ¿dónde podría José
encontrar un trabajo rentado? No sería nada fácil a aquella familia,
en un país de idioma desconocido, tradicionalmente enemigo,
poder alimentar debidamente a aquel Niño. Quizás, por solidaridad
con tantos niños desnutridos, Jesús también fue un niño
desnutrido...
Después de la muerte del cruel Herodes, José se siguió sintiendo
amenazado por su sucesor, Arquelao. Por ello no volvió a Belén,
sino a su antiguo pueblo, Nazaret.
Este evangelio de la huida a Egipto está lleno de referencias al
Exodo. San José, como el antiguo patriarca José, salva a su familia
llevándola a Egipto. La cólera de Herodes se parece a la del
faraón, que ordenó matar a todos los recién nacidos varones.
Herodes, al estilo de los faraones, aparece como celoso de su
poder, mentiroso, hipócrita y asesino. Pero, por contraste, la tierra
de opresión es ahora Israel.
Pero la oposición de los poderes enemigos no podrá impedir la
realización de los planes de Dios. Con Jesús comienza el nuevo
Pueblo de Dios. El poder violento de Herodes no podrá vencer al
nuevo rey no-violento, Jesús.
4. Lectura del Evangelio: Mateo 2, 13-23
Después que partieron los Magos, el Angel del Señor se le
apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma al niño y a
su madre, y huye a Egipto. Quédate allí hasta que yo te avise,
porque Herodes buscará al niño para matarlo».
José se levantó, tomó de noche al niño y a su madre y se retiró a
Egipto.
Permaneció allí hasta la muerte de Herodes. De este modo se
cumplió lo que había dicho el Señor por boca del Profeta: Yo llamé
de Egipto a mi hijo.
Entre tanto Herodes, al ver que los Magos lo habían engañado,
se enojó muchísimo y mandó matar a todos los niños menores de
dos años que había en Belén y sus alrededores, de acuerdo con
los datos que le habían proporcionado los Magos.
Entonces se vio realizado lo que anunció el Profeta Jeremías: En
Ramá se oyeron gritos, grandes sollozos y lamentos. Es Raquel
que no quiere consolarse porque llora a sus hijos muertos.
Después de la muerte de Herodes, el Angel del Señor se
apareció en sueños a José, en Egipto. Le dijo: «Levántate y
regresa con el niño y su madre a la tierra de Israel, porque ya han
muerto los que querían matar al niño».
José, pues, se levantó, tomó al niño y a su madre, y se vino a la
tierra de Israel. Pero temió ir a Judea, sabiendo que allí reinaba
Arquelao en reemplazo de Herodes, su padre. Siguiendo un aviso
que recibió en sueños, se retiró a Galilea y fue a vivir en un pueblo
llamado Nazaret. Así había que cumplirse lo que dijeron los
profetas: Lo llamarán Nazareno.
5. Diálogo comunitario
a) Recordemos entre todos cómo y por qué fue la ida de la
familia de Jesús a tierras lejanas.
b) ¿Recordamos algunos personajes de la historia semejantes a
Herodes? ¿En qué se parecen?
c) ¿También nosotros hemos tenido que emigrar de una tierra a
otra? ¿Cómo? ¿Por qué no hay hoy tierras suficientes para los
sin-techo y los sin-tierra?
d) ¿Qué problemas nuevos hemos encontrado en los barrios
donde vivimos ahora?
e) ¿Cómo debemos organizarnos para que, aunque hayamos
venido de sitios diferentes, podamos volver a ser hermanos
unidos?
6. Oración comunitaria
- Creemos que, por presión de los poderosos, también Jesús
tuvo que irse lejos de su tierra.
- Creemos que la pequeñez de Jesús vence a la violencia de
Herodes.
- Perdón porque nos ayudamos poco unos a otros en nuestros
problemas.
- Gracias por el compañerismo y la hospitalidad que muchas
veces se da entre nosotros.
- Te rogamos, Jesús, que nos ayudes a ser más unidos.
(Se ruega añadir nuevas oraciones)
- Padre Nuestro, Ave María y Bendito.
7. Canto de despedida
Podríamos cantar algunas canciones de las zonas de donde
venimos...
* * * * *
9 - La familia de Jesús
1. Canto para empezar
2. Oración para todos los días
Como en el primer día.
3. Presentación del tema
La vida en familia de Jesús, José y María, en cuanto a lo exterior,
no se diferencia mucho de cualquier otra familia pobre. José en su
carpintería y María en sus quehaceres domésticos. Vida sencilla,
con sus alegrías y sus penas.
José y María vivieron dedicados siempre a la educación de su
Hijo. Le enseñaron a rezar y a conocer la Santa Biblia. Ellos,
respetando el modo de ser y la misión que tenía que cumpir su
Hijo, supieron educarle para que en todo fuera servidor de Dios y
del prójimo.
Era la familia de un carpintero-albañil del interior del país. Saben
del sufrimiento de los que salen en busca de trabajo. Supieron lo
que es el hambre, la sed, el cansancio; la vida insegura, falta de
trabajo y sin techo. Sufrieron en carne propia lo que es el
desprecio.
Jesús, ya jovencito ayudaría en la carpintería, y más tarde,
cuando murió José, tuvo que trabajar para alimentar a su mamá.
No pensemos que la Sagrada Familia era una familia sin
problemas. Ellos, como nosotros, tuvieron toda clase de
problemas. Pero supieron resolver sus problemas a base de
diálogo, con mucho respeto y amor mutuo.
En aquella familia estuvo presente lo mejor que puede haber en
una casa: el favor de Dios, su gracia y su palabra. El centro de
aquella familia fue JESUS. Esto quiere decir que la presencia de
Jesús no excluye los problemas. La familia ideal no es la familia
donde no hay problemas, sino la que, teniendo a Dios como
centro, está unida por un auténtico amor. Pues donde hay amor,
allí está Dios.
Todo esto se simboliza en el extraño episodio del Niño cuando se
quedó en el templo sin decir nada a sus padres. El Evangelio
señala expresamente que ni María ni José comprendieron lo que el
joven Jesús hizo y dijo en aquella ocasión, pero supieron
respetarlo. Jesús puso la voluntad del Padre Dios por encima de
las costumbres y la autoridad familiar de este mundo. Dios es el
centro y la norma suprema de todo.
Pero Jesús volvió con ellos a su casa y siguió viviendo bajo la
autoridad de sus padres. Y así fue adelantando en saber, en
madurez y en favor ante Dios y los hombres.
4. Lectura de la Palabra de Dios: Lucas, 2, 39-52
Una vez que cumplieron todo lo que ordenaba la Ley del Señor,
volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. Y el niño crecía, se
desarrollaba y estaba lleno de sabiduría. Y la gracia de Dios
estaba con él.
Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén para la
fiesta de la Pascua y, cuando cumplió doce años, fue también con
ellos para cumplir con este precepto. Al terminar los días de la
fiesta, mientras ellos regresaban, el niño Jesús quedó en Jerusalén
sin que José lo supiera, ni tampoco su madre. Creyendo que se
hallaba en el grupo de los que partían, caminaron todo un día y,
después, se pusieron a buscarlo entre todos sus parientes y
conocidos. Pero, como no lo hallaron, prosiguiendo su búsqueda,
volvieron a Jerusalén.
Después de tres días lo hallaron en el Templo, sentado en medio
de los maestros de la Ley, escuchándolos y haciéndoles
preguntas. Todos los que lo oían quedaban asombrados de su
inteligencia y de sus respuestas. Al encontrarlo, se emocionaron
mucho y su madre le dijo: «Hijo, ¿por qué te has portado así? Tu
padre y yo te buscábamos muy preocupados». El les contestó: «¿Y
por qué me buscaban? ¿No saben que tengo que estar donde mi
Padre?»
Pero ellos no comprendieron lo que les acababa de decir. Volvió
con ellos a Nazaret, donde vivió obedeciéndoles. Su madre
guardaba fielmente en su corazón todos estos recuerdos
Mientras tanto, Jesús crecía en sabiduría, en edad y en gracia,
tanto para Dios como para los hombres.
5. Diálogo comunitario
a) ¿Cómo nos imaginamos la vida en familia de María, José y
Jesús? ¿Cómo pensamos que educarían José y María a su Hijo?
b) ¿Por qué dijo Jesús que tenía que obedecer a Dios antes que
a sus padres?
c) ¿Qué entendemos por educar a los hijos? Pongamos algunos
ejemplos concretos.
d) ¿Cómo podemos resolver los problemas que están impidiendo
la paz en nuestras familias?
e) ¿Sería bueno continuar reflexionando la Biblia en nuestra
comunidad o barrio? ¿Cómo?
6. Oración comunitaria
- Creemos que Jesús, José y María comprenden los problemas
de nuestras familias.
- Creemos que, aunque pobres, con la ayuda de Dios, podemos
educar bien a los hijos.
- Perdón por la mala educación que a veces damos a nuestros
hijos.
- Gracias, Jesús, por nuestras familias y por el amor que hay en
ellas.
- Gracias por los juegos y las risas de los niños.
- Te pedimos, Señor, que nos enseñes a respetar la vocación de
nuestros hijos.
- Les pedimos, Jesús, José y María, que nos ayuden a seguir
reflexionando la palabra de Dios en nuestros barrios.
(Añadir oraciones concretas)
- Padre Nuestro, Ave María y Bendito.
7.- Canto de despedida
* * * * *
10 - Jesús quiere que nos llevemos como hermanos
1. Canto
2. Oración para todos los días
Como en el primer día
3. Presentación del tema
Sabemos que toda la vida de Jesús fue una entrega generosa al
servicio de los demás. Por eso cuando iba a morir nos dejó un
encargo. Este fue su testamento. Nos manda querernos de verdad
y sin límites. Esta fue su última voluntad antes de morir.
Nos pide comprometernos por los demás hasta el grado de
poner en peligro nuestra comodidad, nuestras ocupaciones y toda
nuestra existencia. Nadie puede decir que ama a Dios, si es que no
se lleva con sus hermanos. El que ama a Dios tiene que luchar por
mejorar la vida de los más pobres y oprimidos. Si queremos seguir
a Jesús, tenemos que estar dispuestos a trabajar por la justicia del
Evangelio hasta la muerte.
Al Señor no le podemos engañar. El no vino al mundo y murió
sólo para que le encendamos velas. El murió para que seamos
capaces de unirnos y vivir como hermanos. El que no está
dispuesto a salir de su egoísmo y cambiar su vida, miente si dice
que es cristiano.
4. Lectura de la palabra de Dios: Juan 15, 9-17
Les dijo Jesús:
Yo los he amado a ustedes como el Padre me ama a mí:
permanezcan en mi amor. Si guardan mis mandatos,
permanecerán en mi amor, así como yo permanezco en el amor del
Padre, guardando sus mandatos.
Yo les he dicho todas estas cosas para que en ustedes esté mi
alegría, y la alegría de ustedes sea perfecta. Mi mandamiento es
éste: Amense unos con otros, como yo los he amado. No hay amor
más grande que éste: dar la vida por sus amigos.
Ustedes son mis amigos si cumplen lo que les mando. Ya no les
diré servidores, porque un servidor no sabe lo que hace su patrón.
Les digo: amigos, porque les he dado a conocer todo lo que
aprendí de mi Padre.
Ustedes no me eligieron a mí. Soy yo quien los elegí a ustedes y
los he puesto para que vayan y produzcan fruto, y ese fruto
permanezca. Y quiero que todo lo que pidan al Padre en mi
Nombre, él se lo dé.
Yo les ordeno esto: que se amen unos a otros.
5.- Diálogo comunitario,
a) ¿Cuál es el mandamiento nuevo que nos da Jesús?
b) ¿Hasta dónde tenemos que servir a los demás?
c) Cuál es la mejor manera de saber que amamos a Dios?
d) ¿Cómo lograremos una buena amistad en nuestras familias?
e) ¿Cómo vamos a servirnos los unos unos a los otros?
6. Oración comunitaria
- Creemos que las buenas obras son la medida del amor a
nuestra familia.
- Sólo amando y sirviendo a los demás, amamos y servimos a
Dios.
- Perdón por no querer vivir el mandamiento de Jesús
- Gracias Jesús por tu amistad.
- Gracias por que tu amor llegó hasta la muerte.
7. Canto de despedida
* * * * *
11 - Desde joven Jesús fue un obrero
1. Canto
2. Oración para todos los días
Como en el primer día
3. Presentación del tema
Jesús era un hombre sencillo. No era más que un carpintero del
campo. Hombre habilidoso conocía bien los problemas de la
siembra y la cosecha. Sabía bien de albañilería, pues habla de
cómo se construye una casa. Sabe del sufrimiento de los que salen
en busca de trabajo. En su forma de hablar demuestra que conoce
bien la vida de los pastores. Y le gusta llamarse a Si mismo el Buen
Pastor.
Supo lo que es el hambre, la sed, el cansancio. La vida insegura,
falta de trabajo y sin techo. Sufrió en carne propia lo que es el
desprecio; sus mismos parientes le tenía por loco. A pesar de todo
no dio nunca un paso atrás: sabía que trabajando bien
perfeccionaba la creación de su Padre Dios.
Nunca pensó que el trabajo era un castigo o una maldición. Lo
que está maldito el el egoísmo del que trabaja sin preocuparse de
sus hermanos y el sistema económico que explota el trabajo
humano.
Si el Señor trabajó con sus manos es porque el trabajo manual
no es ninguna deshonra, como piensan algunos. Acerquémonos a
Jesús Obrero con entera confianza.
4. Lectura de la palabra de Dios: Mateo, 13, 53-57.
5.- Diálogo comunitario.
a) ¿Qué oficio tenía Jesús? ¿Se avergonzó alguna vez de su
trabajo?
b) ¿ Cómo quiere Jesús que sea nuestro trabajo?
c) ¿ Por qué algunos se conforman con lo poco que le pagan?
d) ¿Qué podemos hacer para continuar la Creación de Dios?
e) ¿Debemos organizarnos para trabajar mejor?
6. Oración comunitaria
- Creemos que Jesús fue un obrero.
- Creemos que todo trabajo tiene derecho a un salario justo.
- Perdón porque despreciamos, nuestro trabajo campesino.
- Perdón porque no nos organizamos, para reclamar precios
justos.
- Gracias, Padre Dios, por la tierra que cultivamos.
- Gracias por la veces. que nos unimos en el trabajo.
7. Canto de despedida
a) ¿En qué se parecen los problemas de entonces a los
problemas que tenemos nosotros hoy?
b) ¿Qué nos enseña este texto sobre la manera de ser y
comportarse Dios?