Señor, tu voluntad será la mía.

Amárgame, Señor, toda alegría,
que no se alegre en Ti.

Cualquier deseo, oh Dios,
que en mí surgiera,
hazlo imposible de cualquier manera,
si no se centra en Ti.

Y vuelve mi descanso
incómodo y penoso,
si acaso mi reposo
no reposa en Ti.

Santo Tomás de Aquino