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EL AÑO LITÚRGICO |
Himnos feriales para Laudes
Nosotros despertamos como caminantes para reemprender, día a día, un camino que, por pura gracia iniciamos en el bautismo. La ruta de Abraham es nuestra ruta, no hay otra; es la ruta de la fe: su humilde y ciega fe, nuestro talante. Por esa fe vino toda la bendición al mundo, porque la fe, el abandono absoluto en manos de Dios, nuestro Padre, es el único camino. Un ejemplo de fe valiente, que se traduce en celo de Dios, es el ejemplo de Elías. Perseguido, camina en obediencia de fe, hasta que el mismo Dios se le muestra, escondido en una brisa suave en el monte Horeb. Mas para el cristiano, el peregrino por excelencia es Jesús. Él es el paradigma supremo en quien toda fe halla su cumplimiento. Por eso decimos: pusiste entre sus manos tu destino / y en él resucitado te encontraste. La resurrección de Jesús es el triunfo de la fe, la garantía de toda nuestra esperanza. Estos son los sentimientos que nos animan a nosotros, comunidad del Resucitado, al reemprender el camino cotidiano, y con este aliento está creado este himno.
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