EL AÑO LITÚRGICO
TIEMPO ORDINARIO
HIMNOS FERIALES
P. Rufino Mª Grández, ofmcap.

 

Himnos feriales para Laudes


Sábado


El sexto día fue el milagro hermoso


Cuando Jesús habló del matrimonio - del santo matrimonio - volvió sus ojos al principio y nos invitó a contemplar el designio de Dios: “Hombre y Mujer los creó”, “y se harán una sola carne” (Mc 10,6-7; Gn 1,27; 2,23). Aquí queda coronada la creación: El sexto día fue el milagro hermoso.

Adán y Eva, el Hombre y su Anhelada, están ahí bajo el amor de Dios. Los dos, nacidos para ser uno, llevan la marca de Dios, y así son colocados en el mundo: en dignidad iguales, sean reyes. Su reinado va a ser el mundo que se les entrega; la tierra y el espíritu, su afán. Con el sudor de su frente, con el trabajo de su inteligencia, van a ser los administradores de esta creación maravillosa. Con todo, en la cima del proyecto humano, del “homo faber” en el mundo, hay algo superior: su mutuo amor, su vida consumada.

Y hay más. De Dios han venido y a Dios van enderezados; Dios es nuestro Creador y Padre, nuestro destino. Hemos de tener esta admirable perspectiva para saber estar en el mundo y cumplir en él nuestra vocación humana. Tenemos que cantarlo: Y a imagen de Dios vivo así creados / la vida y vocación es la alabanza.

Desde esta teología, mística y comprometedora, nosotros, al alabar a Dios por la mañana, aceptamos la tarea de este día. A ella nos disponemos.

Dios estará con nosotros, porque Dios está presente en las entrañas del universo. A él la adoración.


El sexto día fue el milagro hermoso
que Dios desde el principio preparaba:
que sea el Hombre y sea su Anhelada,
Adán y Eva unidos palma y palma.

En dignidad iguales, sean reyes,
y el mundo sea el reino de sus plantas;
la tierra y el espíritu, su afán,
su mutuo amor, su vida consumada.

Y a imagen de Dios vivo así creados
la vida y vocación es la alabanza;
y dijo Dios: Creced, multiplicaos,
llenad de amor las vidas engendradas.

En este amanecer, oh Dios y Padre,
estamos ante ti, abierta el alma;
ordena la tarea a estos tus hijos,
indícanos aquello que te agrada.

Señor del universo, luz y vida,
excelso Dios, presente en las entrañas,
a ti la adoración, respiro y vida,
y que tu gozo sea nuestra patria. Amén.


Año 2001