EL EVANGELIO DE HOY
P. Rufino Mª Grández, ofmcap.

 

  


Domingo
XXVIII ciclo C

Lc 17,11-19



La flor de la gratitud
(Canto de comunión)


Tuvieron fe para ser curados…, pero algo faltó a esa fe: No volvieron a dar gracias. Sólo uno regresó, y Jesús sintió dolor por aquella ingratitud.

El corazón se queda preocupado. ¿Y si a mí me ocurre lo mismo? ¡Si yo tuviera mucha fe y mucha entrega… y no tuviera la gratitud…!

Nunca lo permitas, Señor. Quiero ser en la vida un “Gracias” en todo momento, pues tú eres la Bondad de mi vida.

¡Gracias, eternamente gracias!


Estribillo
La flor de la gratitud
es la más rara y preciosa:
es una flor milagrosa
que nació junto a la Cruz.


Estrofas
1. Los curados fueron diez
y uno solo el que volvió;
uno solo el que sanó
de verdad aquella vez.
Que si el alma no se sana
cuando se cura un leproso,
¡ten piedad, Dios bondadoso
de un alma tan inhumana!

2. Es grande cosa creer
hasta arrancar un prodigio:
que tenga Dios el prestigio
y la victoria en mi ser.
Y hasta ahí llegó la fe
de los leprosos limpiados,
pero había aún otros vados
a cruzar con firme pie.

3. Para llegar al final
había que darle gracias
al que entre tantas desgracias
trajo la vida inmortal.
Gratitud no es cortesía,
cumplido de quedar bien;
gratitud es el amén,
cima de nuestra latría.

4. Es el amor superior,
que se entrega dulcemente,
y disfruta simplemente
en el gozo del Señor.
Y vivir en gratitud
es vivir en el agrado
del Hijo que se ha entregado
por traernos la salud.

5. Es el amor teologal
que orea el bello jardín;
gratitud es el festín
de la víctima pascual.
¡Gracias siempre, Jesús mío,
y perdón si me callé;
gracias siempre yo diré,
feliz en tu señorío! Amén.


Puebla, 5 octubre 2010