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Domingo
XII
ciclo C
Lc 9,18-24
Icono de tu Padre
(Cántico
de comunión)
La escena del Evangelio con la pregunta de Jesús por su vera identidad no
es una escena de reproche, sino de revelación. ¿Quién es Jesús? En
realidad nadie lo sabe; nadie lo puede saber, ni ayer ni hoy. Jesús es don
y como don se recibe. La pura revelación de su ser es don. La vuelta al
Jesús histórico como renovación es más que la vuelta al Jesús de la
historia, porque la mera historia no capta a Jesús. Se trata de la vuelta
al encuentro. Jesús es encuentro.
Jesús es el Mesías; es el Hijo de Dios vivo, y Jesús dirá a Pedro
(Evangelio de san Mateo) que tal conocimiento sólo puede venir de Dios
mismo.
Así es. Pero sigamos leyendo el Evangelio. Jesús se anuncia como Cruz.
Jesús es Cruz; su identidad divina es cruz. Y a sus seguidores nos invita
a su Cruz. He aquí una trilogía del amor: Jesús es el Mesías; Jesús es
Cruz; y el discípulo entra en la cruz. Secretos del amor que los revela no
un profeta, sino el Hijo de Dios vivo.
Estribillo
Icono de tu Padre,
Jesús de Nazaret,
el Hijo de Dios vivo,
mi Dios, mi toda fe.
Estrofas
1. Y ¿qué siguen pensando
los hombres sobre mí,
que cada pensamiento
es vida por vivir?
¿Por qué sufren y gozan
con ansia y frenesí,
y cuál es la conquista
que quieren conseguir?
2. Quisieran paz y amor
en un hogar feliz,
quisieran que los odios
tuvieran ya su fin.
Mas quieren y no quieren,
que no saben decir
qué busca el corazón
tan niño y tan febril.
3. ¿Y qué queréis vosotros
y qué pensáis de mi,
y cuál es la esperanza
que yo mismo encendí?
¿Quién soy, que yo no soy
guerrero ni adalid,
profeta ya vivido
hoy vuelto a revivir?
4. Tú eres el Mesías,
el Hijo de David,
el Hijo de Dios vivo,
presencia y porvenir.
Tú eres el regalo,
la gracia y el festín,
tú eres lo que nadie
pudiera presentir.
5. Yo soy la Cruz amante,
y en cruz he de morir,
mi Cruz yo te comparto,
Pastor de tu redil.
Yo soy el don y encuentro;
nací para latir,
y estás en mi latido,
que yo por ti morí.
Puebla de los Ángeles, 15 junio 2010.
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