EL EVANGELIO DE HOY
P. Rufino Mª Grández, ofmcap.

 


Domingo
XXXII, ciclo A
Mt 25,1-13



Con la lámpara encendida
Cantico para la Comunión



La traducción oficial del episcopado español para la liturgia ha recuperado en la parábola de las diez vírgenes la palabra “virgen”, sustituida en la versión litúrgica anterior, por la de “doncella”. Y desde esta palabra – virgen – componemos el cántico de comunión.

La Iglesia, en el sentir de los padres, es madre y es virgen, y su esposo es Cristo. La virginidad de la Iglesia es la fe.

En la parábola hay esposo, pero no hay esposa. ¿Por qué? La razón es obvia: porque la esposa es la Iglesia, representada por las vírgenes prudentes. Una parábola alegorizada, que nos invita a entrar en esa relación esponsal, mística, de Cristo con su Iglesia.



Estribillo
Con la lámpara encendida,
con la fe viva y preciosa
Iglesia, su amante esposa,
espérale en su venida.

Estrofas
1. Diez las vírgenes amigas,
y de ellas cinco prudentes,
con las lámparas a punto
y bien provistas de aceite;
resuena la algarabía
del bello esposo que viene:
¡Salid al divino encuentro
venid a cantar y verle!

2. Salid al final encuentro
el día de los laureles,
por la gran puerta del triunfo
que abre la hermana Muerte,
y lanzaos a sus brazos
heridas de amor en fiebre,
ya la espera se ha acabado
y el tiempo se desvanece.

3. Jesús de mis largos días,
ahora ya todo tan breve,
estás todo verdadero
para cantarte cual eres,
Jesús, amado del Padre,
pasión de todos los seres,
ya para siempre mi Pascua,
mi banquete para siempre.

4. Fundidos el tú y el yo,
en un abrazo celeste,
Jesús de la creación,
que en ti todo se contiene,
Jesús, eco de mi voz,
luz de mis amaneceres,
a la hora de la tarde
serás mi premio con creces.

5. Yo anhelo contigo estar
y a ti te pido que alejes,
los temores del pecado
que tu fulgor ensombrecen.
Jesús de amor derramado,
cuando en el mundo anochece,
como a esposo yo te espero.
Jesús, mi flor y banquete. Amén.


Puebla, 4 noviembre 2011.