Domingo
XXIII
ciclo A
Mateo 18,15-20
Jesús es la shekiná
Canto de comunión
La Shekiná, la Presencia, la Inhabitación (del verbo Shakán, habitar,
morar) no es una palabra que aparezca en la Biblia Hebrea. Es una
palabra de la tradición espiritual rabínica, una palabra mística que nos
habla de la Presencia especialísima de Dios en medio de su Pueblo. Dios
ha prometido su presencia al pueblo del desierto: “Hazme un santuario y
moraré en medio de ellos” (Ex 25,8); “Moraré en medio de los hijos de
Israel, y seré su Dios” (Ex 29,45). En todas las marchas, Dios, por la
Nube y el Fuego, marcaba la ruta y el lugar del campamento (Ex
40,34-38); la Gloria del Señor les acompañaba.
“Los Sabios han dicho que Dios está más dispuesto a
escuchar los rezos de una congregación que los de un individuo aislado,
más aún, los Sabios sostienen que cuando diez o más judíos están rezando
conjuntamente – Minián -, la "Presencia Divina" – Shekiná – está con
ellos” (Plegaria y liturgia en el judaísmo, Internet). Ese “quórum” de
diez varones adultos (superior a 13 años), el minián, acaso sea una
tradición que Jesús ha conocido. En tal hipótesis la frase de Jesús
“Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en
medio de ellos” (Mt 18,20) remodela el sentido de comunidad. Pero lo
importante es que la comunidad está constituida por el “nombre de
Jesús”, y de allí toma su eficacia.
Estribillo
Jesús es la shekiná
y la Iglesia es su morada,
dos juntos hacen posada
y en medio Jesús vendrá.
Estrofas
1. Yo habitaré con vosotros
en una tienda escogida,
yo pondré mi santo Nombre
en mi heredad bendecida.
Soy y seré vuestro Dios,
vosotros, porción preferida;
soy el Esposo de amor
de la esposa más querida.
2. Las tiendas levantaréis
a mi orden de partida;
posaréis el campamento
donde la Nube decida.
Yo seré siempre presencia,
compañía guarnecida,
seré Ley de cada día,
Palabra que no se olvida.
3. El Verbo de Dios, Jesús,
trajo a Dios con su venida
y es carne la Shekiná
carne humana enternecida,
carne presencia que vive
en la Iglesia reunida,
carne Espíritu de Dios
en la Virgen concebida.
4. Bajo el Nombre de Jesús
con fe firme y decidida
dos hermanos congregados
ven la promesa cumplida.
¡Oh Jesús sacramental,
dulce pan, dulce bebida,
mi Shekiná eres tú,
tú que eres toda mi vida! Amén.
Puebla, 30 agosto 2011
|