EL EVANGELIO DE HOY
P. Rufino Mª Grández, ofmcap.

 


Domingo
XXI ciclo A
Mt 16,13-20
 



Dicho tú, Simón, iluminado
Himno espiritual


Escribimos este himno cuando el Papa Benedicto XVI está en Madrid, animando la fe de los creyentes, en la XXVI Jornada Mundial de la Juventud.

La escena a la que nos remite el Evangelio de hoy hace la fusión de dos momentos espirituales: la confesión de Simón, que declara a Jesús “el Mesías, el Hijo del Dios vivo”, y la confesión de Jesús, que mediante una bienaventuranza funda a su Iglesia sustentada en la fe, cosa tan absolutamente frágil y tan fuerte.

Nadie llega a la divinidad de Jesús por el raciocinio, por la prueba histórica, por la razón pura o por la razón práctica. La fe se alcanza como un regalo que Dios nos da. La fe no es una conquista, el término de unas demostraciones. La fe es el regalo que Dios da, regalo de su propia intimidad, de la intimidad de su Hijo, del soplo del Espíritu.

Con estas vibraciones – viejos pensamientos de muchos años atrás – componemos este himno teológico y espiritual.


1. Dicho tú, Simón, iluminado,
que nadie te lo dijo;
que solo Dios, mi Padre, por amor,
te abrió mi intimidad como Él lo quiso.

2. Que no es Filosofía conocerme,
ni alto raciocinio;
que no es conquista, afán de pensadores,
ni creación del fondo de mí mismo.

3. Que Dios es gracia y toque de amadores
al corazón de un niño;
que Dios es humildad y encarnación,
y en ese rumbo corre su camino.

4. Que Dios es la inmanencia de quien ora
amante y compungido;
mi Dios es su visita, su caricia,
su ternura en mi pecho, adormecido.

5. Que Dios es su silencio rumoroso
al par de mi latido,
el eco de si mismo redoblado
que suena y suena cuando yo me olvido.

6. Dichoso tú, Simón, que me enalteces,
y me has llamado el Hijo;
la Iglesia se sustenta en esa fe
tan frágil y tan fuerte por los siglos.

7. ¡Jesús, el encontrado y confesado,
que habitas en lo íntimo,
impera y resplandece, Dios excelso,
y abrásanos en el candor divino! Amén.


Puebla, 18 agosto 2011