EL EVANGELIO DE HOY
P. Rufino Mª Grández, ofmcap.

 


Domingo
XVIII ciclo A
Mt 14,13-21


Cinco panes y dos peces
(Romance espiritual)


Con la multiplicación de los panes, narrada por los cuatro evangelistas, entramos en el corazón de nuestra de Fe. La Antigua Alianza durante la peregrinación cuarenta años por el desierto estuvo sustentada por al Ley y el Maná, que era el Pan de cada día, pan de ángeles que Dios ofrecía a su Pueblo. Ese Pan Jesús lo ha ofrecido a su Pueblo mesiánico, y nos lo está regalando cada día hasta su vuelta.

El relato de la multiplicación de los panes nos remite a la Eucaristía. Notemos los cinco gestos que ha recogido el evangelista: tomó..., mirando al cielo..., benedixit et fregit et dedit... (v. 19).

Sin la realidad presente de la Eucaristía esto no tendría sentido. El resultado queda consignado: El manducaverunt omnes et saturati sunt (v. 20).

Esta rima es un “romance espiritual” – un cantar espiritual de juglaría – recordando lo que hizo el Señor, o, más bien, lo que sigue haciendo, y deleitándonos dulcísimamente en ello. ¡Gracias, Jesús!


Estribillo
Cinco panes y dos peces,
corazón multiplicado:
que a todos Jesús ha amado
y a todos llegó con creces

Estrofas
1. Alzó los divinos ojos
donde el corazón tenía,
y el Padre que lo miraba
la súplica recogía:
lo que quería Jesús
su Padre igual lo quería
por la mano del Señor
el pan a todos cundía.

2. La gente se recostaba
en la hierba que nacía,
y Jesús que oraba al Padre
los cinco panes partía;
y luego a los doce apóstoles
él mismo los ofrecía,
que los dieran a millares
en aquella carestía.

3. Comieron y se saciaron
y hubo pan en demasía,
que Jesús mandó guardar
pues nada se perdería.
Con gozo estaban cansados
ya la hora atardecía,
y volvieron a su hogar
y nadie desfallecía.

4. Comensales cinco mil
cuentan que eran los que había
más las mujeres y niños
en feliz algarabía;
era fiesta celestial
el pan que se repartía;
la Providencia es Jesús
y se llama Eucaristía.

5. Así siento y así vivo
tu misa de cada día,
Jesús de la compasión,
amor que mi culpa expía.
Jesús, misterio pascual,
que trajo toda alegría:
¡Te adoramos, Dios bondad
Humanidad, vida mía! Amén.


México D.F. (Tlalpan, Verbo Encarnado), 25 julio 2011