EL EVANGELIO DE HOY
Domingo 24º - Ciclo B

P. Rufino Mª Grández, ofmcap.

 

  

¿Quién decís que soy yo?
(Mc 8,27-35)

Cántico de comunión en la intimidad



¿Quién es Jesús? Este es el debate del mundo y lo será siempre. Según el Evangelio conocer es confesar. No hay conocimiento sin confesión, no hay conocimiento sin amor. Adán conoció a su mujer y se unió a ella (Gn 4,1). El conocimiento siempre será unión amorosa. Y siempre será la maravilla de esa creación que surge en el amor.

No se conoce a Dios mediante una prueba razón, sino, aun dentro de esa prueba, mediante un tránsito de amor. El mismo conocimiento intelectual es una acción unitiva y amorosa. No vale el criterio de: Primero conocer, luego amar. Tratándose de Dios, sólo conoce quien ama, y el conocimiento es simultáneo al amor, y el amor intrínseco al conocimiento.

El cristiano es uno que ha conocido a Dios, mejor: uno que ha sido conocido por Dios: “Solamente a vosotros conocí de todas las familias de la tierra” (Am 3,2). He sido conocido, he sido llamado, he sido amado: “Judas, siervo de Jesucristo, hermano de Santiago, a los que han sido llamados, amados de Dios Padre y guardados para Jesucristo” (Jds 1).

Pablo dirá en Gálatas: “En otro tiempo, cuando no conocíais a Dios, servíais a los que en realidad no son dioses. Mas, ahora que habéis conocido a Dios, o mejor, que él os ha conocido…” (Ga 4,8-9).

En el Cántico nos referimos al texto del Evangelio de hoy, según san Marcos, pero también evocamos la misma escena en Mateo, cuando oímos a Jesús: “Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos” (Mt 16,17).


Estribillo

Una pregunta de Dios
se ha quedado palpitando;
como es pregunta de amor,
Dios me sigue preguntando.


Estrofas

1. Dichoso tú, Simón Pedro,
por lo que le has respondido;
no es la carne, no es la sangre,
no es susurro de ti mismo,
ni hay en el mundo doctor
que diga lo que tú has dicho.

2. Jesús es revelación
que el Padre nos ha ofrecido;
Jesús es intimidad
más íntimo que yo mismo;
Jesús es sabiduría
que no alcanza el raciocinio.

3. Jesús es Encarnación
que desde el Padre ha venido;
Jesús es gracia y presencia
en nuestro pecho y latido;
Jesús es Hombre y es Dios,
por el Espíritu ungido.

4. Adoro para entender
lo que supera el sentido:
Jesús, mi historia divina,
escrita desde el principio;
Jesús, peana y corona,
Jesús, mi Yo redimido.

5. Deja, Jesús, que te diga:
Mi Señor, Amado mío;
eres carne de mi carne,
y por ti yo existo y vivo;
y conocerte es amarte,
y despertar de mi olvido.