EL EVANGELIO DE HOY
Domingo 20º - Ciclo B

P. Rufino Mª Grández, ofmcap.

 

 

Poemas del Pan de vida IV

 

Carne de Dios para mi carne busco

(Jn 6,51-59)

Soliloquio cantado de Comunión

 

El versículo final del domingo pasado (Jn 6,51) es el primer del de este domingo:

Yo soy el Pan vivo que ha bajado del cielo:
el que coma de este pan vivirá para siempre.
Y el pan que
yo daré es mi carne, para la vida del mundo.

 

“Cuando en la mañana de un domingo oímos vibrar las viejas campanas, preguntamos: ¿Es posible que se haga esto por un judío, crucificado hace dos mil años, que se decía el Hijo de Dios? … Un Dios que hace hijos a una madre mortal; un sabio que recomienda no trabajar, no tener tribunales, sino estar atentos al fin inminente del mundo; una justicia que acepta al inocente como víctima expiatoria; aquel que manda a sus discípulos beber de su sangre…; ¡qué sensación de escalofrío brota de todo eso!” (Friedrich Nietzsche, 1844-1900, Humano, demasiado humano, cap. III, La Vida religiosa,  n. 113). Para el filósofo todo esto es una enajenación de la mente…, impresentable para creerlo, Este pensamiento, secamente filosófico ya está representado en el Evangelio de hoy: “¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?” (v. 52).

Observemos con atención: ¡cuántas veces reaparece en el texto la palabra “carne”, la palabra “sangre”, el “comer”, el beber…”, la “comida”, la “bebida”…! Un crudo realismo como soporte de las ansias más espirituales: vivir, vivir con Dios, vivir eternamente, y vivir con cuerpo y alma.

 

Carne de Dios para mi carne hambreo,
Sangre de Dios que fluya con la mía,
Vida inmortal que a mí me inmortalice,
Resurrección tras de la losa fría.

              * * *

Me hiende la razón pensamiento,
Para pensar: Mi mente desvaría.
No puedo yo aceptar esa locura;
no ceda mi razón a fantasías. 

Ni puedo presentir como posible,
que sea Encarnación filosofía;
mi corazón se queda estremecido,
deshecho y roto sin salida y vía. 

Seré yo peregrino de lo humano,
los mitos han de ser mi profecía,
me volveré a los ciegos guiadores
y el no creer será sabiduría.

             * * *

Mas no, Jesús: me rindo a tus palabras,
al infinito Amor que me extasía:
existe Encarnación, amor y cruz,
existe comunión y Parusía. 

Existe Dios humano y entrañado,
mi Dios manjar, que es más que compañía:
existe lo divino en mis raíces,
existe lo que nadie presentía.

“Del todo igual que el Hijo con el Padre,
y el Padre con el Hijo” -  nos decía - ,
“que es una vida y uno es el latido
del ser que el uno al otro los unía”.

“Y así yo con vosotros, vida y vida,
en unidad fundidos”, - añadía -;
“de mí ha de vivir el que me come,
en Trinidad y en íntima armonía”. 

¡Oh Dios de mi silencio y mi temblor:
amor de Dios, amor en demasía,
yo vengo reverente y agraciado:
Jesús, contigo soy Eucaristía! Amén.

 

 Tlalpan, D.F., Verbo Encarnado, 24 julio 2009

fr. Rufino María Grández