EL EVANGELIO DE HOY

P. Rufino Mª Grández, ofmcap.
 

 

Domingo VI, ciclo B
Mc 1,40-45
 


Si quieres, puedes limpiarme
Soliloquio de Comunión



Meditamos un solo versículo del Evangelio: “Si quieres, puedes limpiarme” (Mc 1,40). Entre el querer y el poder hay infinita distancia, pero el amor de Dios la salva y Jesús, que es el anillo del amor que une cielo y tierra, unió poder y querer. En su corazón, y en sus labios fueron un mismo ser. Jesús dijo: “Sí, quiero”, y el todo enfermo quedó todo limpio.


Estribillo
Entre el querer y el poder
hay infinita distancia,
y el amor en abundancia
los juntó en el mismo ser.

Estrofas
1. Soy un leproso, mi Dios,
que quiero mas yo no puedo,
y un milagro de tu amor
necesito y es mi ruego.
Si quieres, puedes limpiarme,
como el leproso confieso,
y estoy mirando a tus ojos
que me digan: Sí, lo quiero.

2. Mi vida es tu voluntad,
tu querer es mi deseo;
tu voz, oculta en el alma,
con gratitud yo la acepto.
Cuanto has pensado de mí
dímelo, que es mi proyecto;
que sea tu corazón
mi divino semillero.

3. Ante tus ojos me he visto
en mis raíces enfermo;
las opiniones ajenas
no me dan paz ni consuelo.
Porque eres tú mi verdad,
mi nuevo descubrimiento,
lo más mío de mí mismo,
en la tierra luz del cielo.

4. Y aunque soy un pecador,
y aunque leproso me veo,
me reconozco agraciado,
colmado de amor inmenso.
Soy feliz cuando te miro
y me abandono y espero,
Jesús, perenne milagro,
y siempre mi canto bello.

5. Jesús, misterio pascual,
yo cantaré tu Evangelio,
palabra que a mí me das
al sentirte sacramento.
Soy contigo, mi Señor,
digno de tu santo cuerpo,
que todo lo purificas
con tu abrazo puro y tierno. Amén.


Puebla, de los Ángeles, 9 febrero 2012