Celebraciones en el tiempo
de Navidad
Santísimo Nombre de
Jesús –
2
3 de enero
Dulzura sobre
dulzura
Muy asociada a la veneración del Santísimo Nombre de Jesús va una
experiencia concreta: la experiencia de la dulzura. La dulzura es un
determinado sabor de suavidad que siente el paladar al roce de la lengua y
que por el movimiento de la misma lengua se trasfunde a los labios.
El Nombre de Jesús, que
tiene muchas virtualidades, posee una que podríamos llamar “primaria”: es
dulce, muy dulce, dulcísimo. Es “dulzura sobre dulzura”. Una vez más nos
referimos al conocido texto de Francisco en la noche del Pesebre de
Greccio.
“Muchas veces, al querer
mencionar a Cristo Jesús, encendido en amor, le dice el "Niño de Bethleem",
y, pronunciado "Bethleem" como oveja que bala, su boca se llena de voz;
más aún, de tierna afección. Cuando le llamaba "niño de Bethleem" o
"Jesús", se pasaba la lengua por los labios como si gustara y saboreara su
paladar la dulzura de estas palabras” (1Cel 86).
El nombre de Jesús nos
invita a esta experiencia sensitiva, amorosa.
Eso para comenzar, pero
ese nombre, venido del cielo, se derrama en todos nuestros sentidos: en
los ojos, en los oídos, en el tacto… No es una mística ilusa, sino una
mística inserta en el realismo de la Encarnación.
Dulzura sobre dulzura,
Jesús de la Encarnación,
Jesús en el corazón,
con rostro, nombre y figura.
Jesús, gustado y lamido,
por Francisco en Navidad,
con labios de santidad
por la Iglesia proferido.
En los oídos delicia
que el Padre goza en su Hijo,
oh Jesús, oh regocijo,
oh pureza sin malicia.
En los ojos luz divina,
ternura de enamorados,
Salvador de los salvados,
esperanza vespertina.
En las manos, mi cosecha,
cuando ante Dios me presente:
mi defensa omnipotente
y mi deuda satisfecha.
Jesús en mi cuerpo entero,
vibrante en el alma y piel,
al paladar dulce miel,
y mi anhelo más sincero.
¡Oh Jesús Eucaristía,
sed del hombre y manantial,
para ti todo el caudal
de amor, ternura y latría! Amén.
Mazatlán (Sinaloa, México)
Hermanas Clarisas Capuchinas Sacramentarias, 3 enero 2005.
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