I. Himnos
múltiples para el tiempo pascual
Domingo VI de Pascua, ciclo A
Jn
14,15-21
Jesús
y el Padre unidad
(Cántico de comunión)
La mística cristiana es mística trinitaria y mística encarnacional.
La Trinidad – el
Padre y el Espíritu por el Hijo – son revelación y comunión. Y el Hijo
no es simplemente el Verbo increado: es Jesús.
Lo transcendente
se hace inmanente; lo que rebasa la historia se hace historia; lo divino
se torna cotidiano.
Jesús en sus
palabras de despedida quiere garantizar esta familiaridad con lo divino,
es decir (puesto que Dios ni es neutro ni es abstracto) con Dios, Uno y
Trino.
Con humildad
dispongámonos; con confianza intentémoslo.
Estribillo
Jesús y el Padre unidad,
y yo en Jesús asumido;
Jesús en mí transfundido,
Uno de la Trinidad.
Estrofas
1. Yo pediré otro Paráclito
a mi Padre celestial:
el Espíritu divino,
testigo de la verdad.
Defensa y consolación
y calma en la tempestad,
y como Yo siempre estuve
el Espíritu estará.
2. Mi partida de esta tierra
no será vuestra orfandad,
ni mi vida junto al Padre
será vuestra soledad.
Él Espíritu es presencia
de dulcísima amistad,
y al verle a Él me veréis
con gozosa claridad.
3. El mundo no lo conoce,
porque en el mundo no está;
donde el pecado es la ley
Él es ausencia y se va.
Donde expulsaron lo bello,
allí no puede habitar,
mas en vosotros sí mora,
pues que moráis en mi paz.
4. ¡Oh Cristo, divino pálpito,
escondido en este pan,
marea de sentimientos
y toda divinidad!,
yo como, y tú me transformas
en el don que tú me das.
¡Mi Dios encarnado y santo,
tómame en tu santidad! Amén.
Desde Acámbaro, Gto., 27 mayo 2011.