EL AÑO LITÚRGICO
HIMNOS PASCUALES

P. Rufino María Grández, ofmcap.


 

III. Himnos pascuales enviados como felicitaciones

 

La Pascua es nuestra fe y nuestro ámbito


Entrando por la vía del amor, al contemplarle, exclamamos: ¡Dios mío, yo te amo! Y envolvemos el santo cuerpo de Jesús Resucitado de flores, de caricias y de besos.

Pero ese mismo Cristo terminal de nuestra raza, es el punto total de nuestros pensamientos. Y ahora desgranamos ante él pensamientos que intentan decir lo indecible, puesto que Jesús Resucitado es la nueva creación del Ser Real y del Ser pensado. Él es el Deus Homo, el Dios-Hombre. Pablo intentó decir que Jesús llegó a la Filiación en la Resurrección: “constituido Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por su Resurrección de entre los muertos, Jesucristo, Señor nuestro” (Rm 1,4). La carta a los Hebreos nos recuerda el oráculo del salmo: “Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy” (Sal 2,7; Hb 1,5).

Con todo ello nos detenemos ante el dintel del misterio.

Ese es el lugar de este himno: el dintel del misterio. Desde ahí contemplamos y alabamos a Cristo.


La Pascua es nuestra fe y nuestro ámbito:
Yo creo en Pascua y Pascua yo confieso,
en tus divinos brazos sepultado
y amanecido en ti, Jesús eterno.

Tu Pascua es filiación, divinidad,
Encarnación colmada en tu misterio;
es diálogo de Dios y creatura,
llamada a contemplar este secreto.

Tu Pascua es mi futuro y consistencia,
mi ser de hoy al tuyo, oh Cristo, abierto;
tu Pascua es comunión que deifica,
y me hace ser contigo tu proyecto.

Tu Pascua es creación, revelación,
eternidad inmersa en este tiempo;
tu Pascua es don de Dios asegurado,
el gozo celestial del universo.

Tu Pascua es mi esperanza y mi delicia,
el hoy de Dios, que junta tierra y cielo,
la llave de la vida vencedora,
la Paz establecida que queremos.

¡Jesús, mi Dios, mi Hombre y Yo asumido:
Irradia luz pascual en tus destellos!
¡Bendito y santo tú, Amor de Hijo,
Bendito tú, el Último y Primero! Amén.


Estella, 9 marzo 2008, 12.45 de la noche.