EL AÑO LITÚRGICO
HIMNOS PASCUALES

P. Rufino María Grández, ofmcap.


 

III. Himnos pascuales enviados como felicitaciones

 

Dios tiene la Verdad, su propia Historia


El anhelo del ser humano puede expresarse en una palabra total. Yo prefiero la palabra “amor” como clave de la revelación del Antiguo Testamento, rezumante de amor, y como suprema clave de la existencia de Jesús. En este himno acaso resuene la genial encíclica de Benedicto XVI, Dios es amor, Deus caritas est (que él, en alemán, ha traducido: Dios es el amor).

Pero por igual Dios es Verdad. Los apasionados de Dios buscan lenguaje desde la vida entera. He aquí unos párrafos dignos de todo respeto de un apasionado buscador de Dios y el hombre:
“Dios es para mí Verdad y Amor. Dios es ética y moralidad. Dios es intrepidez. Dios es fuente de la Luz y de la Vida y, sin embargo, está por encima y más allá de todo esto. Dios es conciencia. Dios es incluso el ateísmo de los ateos. Dios transciende el lenguaje y la razón. Es un Dios personal para quienes necesitan su presencia personal. Dios toma cuerpo para quienes necesitan palparlo. Dios es la más pura esencialidad. Dios, simplemente “es” para quienes tienen fe...” Y así continúa Mahatma Gandhi, creador de la nueva India, hablando de Dios..., con amor y pasión, con razón y “sin-razón”, buscador enamorado (Año 1925).

Para mí, creyente del Evangelio, Dios es Encarnación... y Eternidad. Dios es concretez e historia.

Dios es Jesús Resucitado.


Dios tiene la Verdad, su propia Historia,
y en ella está el Amor, su propio Amor;
Dios vive en Unidad y en Trinidad.
mi Dios es todo Dios y solo Dios.

Dios es el Unigénito donado,
Dios es el beso puro y la pasión;
Dios es Encarnación y Eternidad,
mi Dios es el Viviente de mi Yo.

Dios es puro dolor crucificado,
Dios es Sabiduría y sin razón;
¡oh Dios de la Tiniebla y de la Luz,
oh Dios, lo siempre más de mi ambición!

¡Oh Dios, mi Dios, la entraña estremecida,
el puro acontecer, mi eterno Hoy;
oh Dios, Jesús llamado, humano Ser,
oh Dios, mi humilde Dios, Resurrección!

¡Oh Dios, mi Dios, de eterno pensamiento,
oh Dios de gloria, en Cristo bella Flor,
oh Dios Jesús, el Muerto voluntario,
a Ti brindamos nuestra adoración!

¡La gloria llene el cielo de la Iglesia,
la luz sea mi cuerpo y mi oración;
a ti, Jesús, honor eternamente,
oh Dios Resucitado, Dios de Dios! Amén.


Cuautitlán Izcalli, 7 de marzo de 2006