Secuencia
de
Himnos para un día de Navidad
(2)
Oh Padre,
cuyo nombre es santo
Meditación, contemplación, deleite de la paternidad divina. Tal quisiera
ser este himno en el misterio de la Nochebuena.
¡Oh Padre…!
Este es el título. ¿Cómo descifrar esta palabra beatificante e infinita?
Oh Padre, experiencia
esencial del hombre, en la fe, que hace tornar con Jesús al origen
(estrofa primera).
Oh Padre, experiencia de
Jesús, delicia de vida espiritual (su única vida), revelación en el
Nacimiento. Solamente en el Hijo conocemos al Padre (estrofa segunda).
Oh Padre…, todo
comienza si empiezas a pensarlo. Esta es la definición del Padre:
el origen, origen incluso del Hijo eterno. Lo que tiene ser no tiene otro
origen que el Padre (estrofa tercera).
Oh Padre…, y nos atrevemos a
sumergirnos en el misterio “original” del Hijo, que es el primer y eterno
pensamiento, pensamiento esencial al Padre, que de no tenerlo sería la
negación misma del Padre (estrofa cuarta). Mas ¿para qué anticipar o
repetir en prosa lo que el himno, acudiendo a la sabiduría de la Iglesia
santa, quiere intuir en adoración, penetrando cual mirada que llega al
corazón de Dios?
Oh Padre…, oh Padre…,
pensamiento contemplación, doxología, vida hoy en nuestra vida
contingente.
II. Padre
(Para la medianoche)
Oh Padre, cuyo nombre santo
es ser y vida en nuestro pecho,
para cantar el divino Nacimiento
hoy con el Hijo volvemos a tu seno.
Oh Padre nuestro de los cielos,
delicia toda de tu Verbo;
hoy has llegado a tus hijos peregrinos,
Padre de amor, Padre nuestro verdadero.
Oh Padre, casa de plegaria.
reposo y paz de los deseos,
todo comienza si empiezas a pensarlo,
todo fenece si dejas de quererlo.
Oh Padre, nace el Unigénito,
primer y eterno pensamiento;
si no engendraras al siempre deseado,
fueras tú Padre sin vida, siempre muerto.
Oh Padre, cuna de la tierra,
escucha, mira, Padre bueno;
todos te anhelan, te buscan, ya encontrados,
porque llevamos el germen de tu Verbo.
Oh Padre, gracia, lumbre, gloria,
de ti y del Hijo espira el Beso,
oh Trinidad, oh destino para siempre,
oh Jesucristo, nacido en nuestro suelo. Amén.
Burlada (Navarra), octubre 1982
RUFINO MARÍA GRÁNDEZ,
capuchino (letra) – FIDEL AIZPURÚA, capuchino (música), Himnos para el
Señor. Editorial Regina, Barcelona, 1983, pp. 37-40.
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