TIEMPO DE NAVIDAD |
Misterio de Navidad
Ante el texto evangélico de la medianoche, de lo que van a encontrar los pastores, según san Lucas 2,20, el Papa comenta: "La señal de Dios es la sencillez. La señal de Dios es el niño. La señal de Dios es que Él se hace pequeño por nosotros. Éste es su modo de reinar. Él no viene con poderío y grandiosidad externos. Viene como niño inerme y necesitado de nuestra ayuda. No quiere abrumarnos con la fuerza. Nos evita el temor ante su grandeza. Pide nuestro amor: por eso se hace niño. No quiere de nosotros más que nuestro amor, a través del cual aprendemos espontáneamente a entrar en sus sentimientos, en su pensamiento y en su voluntad: aprendamos a vivir con Él y a practicar también con Él la humildad de la renuncia que es parte esencial del amor. Dios se ha hecho pequeño para que nosotros pudiéramos comprenderlo, acogerlo, amarlo". También los maestros medievales, siguiendo a los Padres, han interpretado así la "Palabra abreviada" (por ejemplo, santo Tomás: "Verbum breviatum, id est incarnatum": Expositio ad Rom 9,24-30; y hablando sobre el compendio del Evangelio en el doble precepto de la caridad: "Por lo cual Cristo nos dio una ley abreviada, que pueda ser conocida por todos y de cuya observancia nadie se pueda excusar por ignorancia. Y esta es la ley del amor divino. Dice el Apóstol en Rom 9, 28: "El Señor abreviará su palabra sobre la tierra": In duo praecepta caritatis et in decem legis praecepta expositio, 10). Este himno quiere traducir poéticamente el Verbum breviatum, la Palabra abreviada, que es sencillamente Jesús Niño en el portal de Belén.
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